Razón Para Vivir (+18)

Autor: MPattinsonCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 03/11/2013
Fecha Actualización: 22/12/2013
Finalizado: NO
Votos: 15
Comentarios: 130
Visitas: 30552
Capítulos: 16

Isabella Swan, una joven dulce y tranquila, se muda a Chicago pero su primera noche en la ciudad, se torna su peor pesadilla.

Edward Cullen pensaba que su vida no tenía sentido que no tenía nada por lo que luchar, hasta que vio unos ojos chocolates aquella noche; sin saber que iban a cambiar su vida completamente.

 

 

N/A: Hola, como veréis soy nueva así que os ruego que tengais un poco de paciencia conmigo. Todos los consejos son bienvenidos y me aydarían con mis errores. Hasta ahora me limitaba a leer los fics de la sala, pero me he animado a escribir uno así que espero que me deis un voto de confianza y apoyo :)

 

Espero que os guste,

MPattinsonCullen

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Capítulo 5: Empezando a vivir en compañía

Cuando deperté vi a mi padre parado a los pies de la cama revisando unos papeles, cuando se dio cuenta de que estaba despierto sonrió y los agitó un poco.

-Voy a ver como está hoy y firmaré los papeles del alta.-Se explicó, su expresión se tornó más seria.-Edward luego me gustaría hablar contigo a solas, prefiero contarte algo sin que esté ella delante. No quiero alterarla.

Asentí con la cabeza, supuse que tenía algo que ver con los agresores de Bella. Esperaba que no fuera algo malo.

-Tu madre vendrá en un rato con vuestro desayuno, ayer no le gustó el que trajiste, dijo que no era nada sano y que era increíble que siendo médico pudieses alimentar a Bella con eso.-Mi padre rió entre dientes y yo rodé los ojos.-Por supuesto no es mas que una excusa para poder hacerlo ella, ya la conoces.-Sonreí, adoraba a mi madre aunque a veces se justificase con unas excusas nada convincentes.

Mi padre se despidió y prometió volver para despedirse de Bella antes de que nos marchásemos. Al rato noté que estaba despierta y acaricié su espalda describiendo círculos.

Ella alzó su cabeza para mirarme y me sonrió.

-Buenos días Bella Durmiente.-Dije sonriendo de vuelta. Bella se sonrojó y yo dejé escapar una risita.-¿Estás lista para dejar el hospital?-pregunté acariciando una de sus mejillas sonrojadas.

Hizo una mueca.

-Supongo que sí, no me gustan demasiado los hospitales.-Frunció en ceño y yo reí más fuerte. Me miró extrañada.

-No te gustan los hospitales y yo trabajo en uno.-Le expliqué la tonta causa de mi risa y ella rió también un poco. Me quedé mirandola mientras lo hacía, no se rió demasiado, pero me encantó escucharla hacerlo.-¿Por qué no vas a cambiarte mientras esperamos a que mi madre venga con el desayuno?-Asintió y se metió en el baño con la bolsa que le trajo Alice el día anterior.

En ese momento entró mi madre y oímos el agua de la ducha correr.

-Hola hijo.-Saludó dándome un beso en la frente, sonreí.-¿cómo pasásteis la noche?

-Bien, Bella despertó unas cuantas veces durante la noche por las pesadillas, pero no fue mucho y descansamos un poco.-Me encogí de hombros, la verdad era que me había pasado toda la noche despierto cuidando de que Bella descansara. No era ninguna novedad, antes de esto cuando no dormía borracho, me pasaba la noche tratando de hacer algo con lo que tener mi mente ocupada.

Mi madre dejó nuestro desayuno en la mesita y me miró con tristeza.

-No puedo creer esto Edward, Bella es una chica tan buena, cálida, cariñosa y dulce... Si la hubieras conocido cuando vino a casa lo hubieras visto, pero ahora no sé si volverá a ser esa chica.-Dijo al borde de las lágrimas.

-Mamá, puede que no la haya conocido antes, pero te aseguro a pesar de lo poco que la conozco que ella sigue siendo así solo que ahora se encuntra muy triste y dolida por lo que ha ocurrido, esa chica que conociste volverá, yo trataré de que lo haga.-Respondí muy seguro de mis palabras.

-Entonces ¿vivirás con ella?-Preguntó con una pequeña sonrisa.

-Todo el tiempo que haga falta.-Le sonreí de vuelta.

Entonces Bella salió del baño. Llevaba unos jeans ajustados con un jersey azul que no se ajustaba mucho a su figura pero que realzaba sus curvas y unas converse. Creo que me quedé mirándola más de lo estríctamente necesario porque se sonrojó al verme mirándola, pero realmente se veía hermosa aunque no lo pretendiera.

-Dale las gracias de mi parte a Alice, por favor Esme.-Dijo suavemente. Mi padré se asomó por la puerta nos saludó e hizo un gesto con la cabeza para que le siguiera.

-En un momento vuelvo Bella.-Ella asintió con la cabeza. Seguí a mi padre asegurandome de cerrar bien la puerta tras de mi.

-Dime qué sucede papá.

-Verás Edward he hablado con la policía y el agresor que cogieron se suicidó anoche en su celda.-Cobarde pensé, pero después de todo no se merecía más que la muerte.-En cuanto al que salió corriendo, le siguen buscando pero no tienen ninguna pista a cerca de su paradero.-¡Maldita sea! Ese mal nacido había logrado escapar.

Estaba furioso y necesitaba sacar toda la ira acumulada, golpeé la pared con mi puño con toda la fuerza que tenía, había sangre en mi puño, pero no me importaba.

Necesitaba estar con Bella para relajarme, no sabía el efecto que tenía en mí pero sacaba mi mejor parte. Mi padre me siguió dentro de la habitación.

-¿Está todo bien Edward?-Preguntó Bella yo asentí, la envolví en mis brazos y aspiré el aroma de su cabello húmedo; me relajé al instante.

-Vámonos a casa.-La insté.

Ella asintió, nos despedimos de mis padres y salimos del hospital yo con un brazo rodeando sus hombros y ella abrazada a mi con su cuerpo tenso e intentando controlar la respiración que empezaba a hiperventilar.

-Tranquila Bella, tengo el coche aparcado aquí cerca.-Dije señalando mi Volvo. Nos montamos y Bella por fin habló.

-Edward, no creo que sea buena idea que nos quedemos en mi apartamento, todo está lleno de cajas llenas de mis cosas y la verdad no tengo muchas ganas de sacarlo todo y colocar cosas.-Estaba mirando sus manos y parecía avergonzada por lo que acababa de decir.

-En ese caso nos iremos al mío, cogeremos lo que quieras de tu apartamento y lo acomodarás allí. Bella, tenías ya un trabajo en la ciudad ¿verdad?-Ella asintió.-Les llamaré para decirles que no puedes ir dadas las circunstancias lo entenderan ¿te parece bien?

Asintió, pero su ceño estaba fruncido.

-Hazlo, no había empezado si quiera así que perderé el trabajo, pero no me veo capaz de enfrentarme a ello.-Dijo triste. Cogí su mano y la entrelacé con la mía para reconfortarla lo que quedaba de camino.

Cuando llegamos nos dirigimos a su apartamento Bella cogió una bolsa de viaje y metió su ropa. Mientras me dirigí a una de las cajas que estaban abiertas y vi que contenía libros y CDs que se asimilaban mucho a mis gustos.

Me di cuenta de que realmente no sabía nada sobre ella y decidí que más tarde trataría de descubrir lo máximo posible. Cuado Bella terminó fuimos a mi apartamento, lo habían decorado Alice y Esme cuando me mudé; cuando lo hicieron no me importó mucho y las dejé hacer, el color predominante era el marrón fue lo único que les pedí.
Guié a Bella a mi habitación y le hice espacio en mi armario.

-Siéntete como en tu casa, dormirás aquí yo estaré en el salón por la noche si me necesitas.-No me importaba dormir en el sofá o incluso en el suelo si fuera necesario mientras que ella estuviera cómoda. Sus ojos se agrandaron.

-No puedo dejar que duermas en el sofá mientras yo ocupo tu cama Edward, suficiente haces estando conmigo y permitiendo que me quede aquí.-Dijo negando con su cabeza. Era muy testaruda.

-Bella, eres mi invitada y como tal harás esto si no quieres que me ofenda.-Bromeé.-A demás, ¿qué diría Esme si se entera de que te mandé a dormir al sofá? Me mataría por mi falta de caballerosidad.-Dije riendo, realmente lo haría después de llevarse a Bella y eso si que no podía dejar que ocurriese, quería cuidar yo de ella.

-Bueno, pero entonces permite por lo menos que haga la cena.-Me pidió, asentí. No había nada malo en ello, pero no iba a dejar que hiciese demasiado. La había traído aquí para cuidar yo de ella no para que fuese al revés.

El resto del día nos ocupamos colocando las cosas de Bella y le enseñé dónde estaba todo, le mostré mi pequeña colección de libros y le aseguré que podía coger todo lo que quisiera y que si necesitaba algo no tenía más que decirmelo e iría a buscarlo, no importa lo que fuese solo quería que estuviese cómoda.

Cuando Bella empezó a hacer la cena me senté en la barra de la cocina y la observé. Parecía estar realmente cómoda cocinando y a veces me parecía ver una pequeña sonrisa en sus labios. La dejaría cocinar más seguido si aquello le hacía feliz, no importaba si la comida estaba horrible luego, la comería agusto sabiendo que ella había disfrutado haciéndolo.

-Bella ya que vamos a pasar bastante tiempo juntos ¿qué te parece si nos conocemos mejor? Eso hará mejor la convivencia.-Por una parte lo decía por esa razón, pero sentía una gran curiosidad hacia ella, quería saber todo lo que pasaba por su castaña cabeza.

Ella sonrió y asintió mientras servía la cena. Probé un bocado y realmete era delicioso, tenía talento para ello aunque estaba seguro de que esta dulce mujer tenía unos cuantos más.

-Comienza tú.- La animé cuando comenzamos a comer.

-Veamos.-Dijo pensando mientras jugaba con la comida de su plato.-Por lo que sé eres médico, ¿en qué estás especializado?

-Pediatría, me encantan los niños y saber que puedo cuidar a pequeñas pesonitas y hacer que se sientan mejor es gratificante a la vez que una gran responsabilidad. No me mal interpretes, valoro el trabajo de los demás médicos como mi padre, pero los niños son gente mucho más delicada que los adultos y me hace sentir mejor conmigo mismo.-Dije sonriéndo recordando a mis pequeños pacientes. Ella asintió sonriendo también y volvió a sus preguntas.

-Seguro que serás un gran padre cuando tengas hijos ¿Cuántos años tienes?-Preguntó sonrojandose y tratando de cambiar de tema al darse cuenta de lo que había dicho. No pude evitar soltar una carcajada al ver lo culpable que se veia, era tan inocente.

-23.-Respondí sosteniendo su mano tratando que no se sintiera tan culpable, no había dicho nada fuera de lo común y me agradó que pensase aquello sobre mí.

La ronda de preguntas continuó y le conté sobre mi familia, como cuando Jasper y Rosalie fueron adoptados por mis padres cuando a penas tenían 15 años y que a penas un año después mis hermanos Alice y Emmett comenzaron su relación con los hermanos Hale que han durado hasta ahora; también le hable sobre mis gustos literarios y que tocaba el piano; llegó la parte de mi vida amorosa y ella vovió a sonrojarse por la pregunta que hizo, no me importaba que me preguntase así que le conté sobre la única relación que tuve con Tanya y cómo terminé con ella cuando descubrí que me fue infiel, Bella se disculpó pero yo no le di importacia ya que descubrí que realmente nunca la había amado.

Más tarde llegó mi turno de preguntar, quería saber todo sobre ella. Me contó sobre su relación con su padre y sobre la muerte de su madre, lo sentía realmente por este ángel, había sufrido demasido en su vida; cambié de tema para evitar que se pusiera triste ya había visto sufientes lágrimas suyas y si estaba en mi mano evitaría todas las posibles. Me habló por su amor a los libros sobretodo a Cumbres Borrascosas, me sorprendí cuando me contó que en la universidad se sacó dos carreras a la vez, estudió empresariales para complacer a su padre, pero en secreto también estudió filología inglesa y que su gran sueño era ser escritora. También le pregunté sobre su vida amorosa y me volvió a sorprender al saber que nunca había estado con nadie, me pareció extraño porque realmente era especial y sería complicado resistirse a ella. Alejé esos pensamientos de mi mente, no estaba bien que pensara así sobre ella.

Estuvimos hasta tarde hablando cuando me di cuenta de la hora que era.

-Bella es tarde, creo que deberíamos irnos a dormir.-Dije suavemente. Ella asintió, recogimos la cocina entre los dos y la dejé en la puerta de mi habitación.

Era entrada la madrugada y no podía dormir, fruncí el ceño al comparar la otra noche en la que dormí perfectamente en el hospital con el resto de mis noches en las que no podía conciliar el sueño y me di cuenta que la diferencia era Bella, había dormido con ella entre mis brazos.

Antes de poder seguir pensando en ello oí que Bella comenzó a llorar y a gritar en la habitación. Me levanté de un salto del sofá y me dirigí hacia ella, la encontré dando vueltas en la cama, estaba soñando. Me acerqué y la abracé a mí.

-Bella despierta, shhh tranquila estoy aquí Bella.-Susurré en su pelo. Ella despertó y se abrazó fuerte a mí.

-¡Oh Edward! Por favor no me dejes, no me dejes sola.-Lloró en mi pecho. Acaricié su espalda tratando de tranquilizarla.

-Ya te dije que no iba a ir a ninguna parte Bella, estoy aquí para tí.-Ella comenzó a relajarse y me acosté en la cama con ella.-¿Está bien si me quedo contigo aquí?

Ella asintió y apretó su abrazo, al poco rato se quedó dormida.

Observándola dormir me di cuenta de tres cosas:

Primera, Bella se había convertido en mi única prioridad.

Segunda, una parte de mi, y no sabía qué tan grande era esa parte, la necesitaba conmigo imperiosamente.

Y tercera, Bella despertaba sentimientos en mí que no creía que existieran, quería conocerla bien, saber cada pequeño detalle y quería que ella me conociera del mismo modo.

Apreté un poco mi agarre a su alrededor y dormí tranquilo sabiendo que ella estaba conmigo a salvo.

Capítulo 4: Visitas y desesperación Capítulo 6: Lástima

 
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