Razón Para Vivir (+18)

Autor: MPattinsonCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 03/11/2013
Fecha Actualización: 22/12/2013
Finalizado: NO
Votos: 15
Comentarios: 130
Visitas: 30545
Capítulos: 16

Isabella Swan, una joven dulce y tranquila, se muda a Chicago pero su primera noche en la ciudad, se torna su peor pesadilla.

Edward Cullen pensaba que su vida no tenía sentido que no tenía nada por lo que luchar, hasta que vio unos ojos chocolates aquella noche; sin saber que iban a cambiar su vida completamente.

 

 

N/A: Hola, como veréis soy nueva así que os ruego que tengais un poco de paciencia conmigo. Todos los consejos son bienvenidos y me aydarían con mis errores. Hasta ahora me limitaba a leer los fics de la sala, pero me he animado a escribir uno así que espero que me deis un voto de confianza y apoyo :)

 

Espero que os guste,

MPattinsonCullen

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Capítulo 6: Lástima

Hola! Ya sé que dije que actualizaría un par de veces en semana, pero cuando terminé de escribir este capítulo no podía esperar al martes para subirlo y que me dierais vuestra opinión, pero como todo lo bueno tiene su lado no tan bueno no subiré el siguente capi hasta el jueves ya que antes me va a ser imposible :( lo sé, me queréis matar pero realmente no podré... Bueno os dejo con el capítulo y espero vuestros comentarios impaciente de saber qué os parece. Besos!!


 

Pasaron unos días en los que no salimos del apartamento, nos la pasábamos leyendo, viéndo películas y hablando sobre nostros. Mi madre nos visitaba de vez en cuando y nos traía comida para la despensa.

Normalmente Bella no se despertába por las noches con pesadillas cuando me quedaba con ella, pero la noche anterior no fue muy buena.

Abrí los ojos y vi que estaba solo en la cama, fruncí el ceño, no me gustó el despertarme sin Bella entre mis brazos. Llegó a la habitación el olor del café recién hecho y sonreí, de verdad que no podía estarse quieta y dejarme hacerlo a mi todo.

Me levanté y vi a Bella en la cocina haciendo el desayuno, parecía que se había levantado contenta. Me acerqué a ella intentando no hacer ruido y la sujeté por la cintura haciendo que ella diese un salto y soltase un pequeño grito.

-Edward Cullen, no vuelvas a darme un susto así en tu vida.-Me regañó golpeándome el brazo, estaba bromeando conmigo pero vi que realmente le había asustado. Sabía que no debería haberlo hecho, pero al verla así no lo pude evitar.

-Lo siento Bella.-Dije sonriendo un poco a la vez que me sentaba en la barra de la cocina.-Me he asustado cuando no te he visto en la cama conmigo cuando me he despertado, por lo que decidí que era justo darte un pequeño susto a ti.-Reí y ella sonrió a la vez que se sonrojaba.

-Siento lo de noche Edward, debí de armar un gran jaleo y te desperté.-Trataba de no mirarme a los ojos mientras servía el desayuno, yo fui a poner la mesa y me acerqué a ella.

-Bella te lo dije en el hospital, te lo dije anoche y te lo digo ahora: No importa lo que necesites, estoy aquí para ti. A ver si te entra en tu cabecita.-Levanté con mi dedo su mentón haciendo que me mirase a los ojos y viese la verdad en ellos, simplemente asintió y yo le besé la frente.-Bien ahora vamos a desayunar.

-Edward ya que dejas que me quede aquí contigo me parece justo que pague algunos gastos como la comida, tu madre no puede estar trayéndolo todo aunque no trabaje tengo algunos ahorros, y haga las tareas de casa.-Yo rodé los ojos, estaba loca si pensaba que le dajaría hacer todo eso.

-No voy a permitir que gastes tus ahorros en nada que tenga que ver con gastos compartidos o cosas de esas, trabajo para algo. Y en cuanto a las tareas, las compartiremos no dejaré que lo hagas todo tú.-Ella hizo un puchero y yo sonreí ante su gesto infantil. Resopló.

-Está bien, pero me encargo sí o sí de cocinar.

-¿Tan malo soy?-Pregunté tratando de parecer ofendido.-Osea que no te ha gustado lo que te he estado cocinando.-Afirmé, de verdad me lo estaba pasando bien con esta pequeña "discusión". Ella rodó los ojos.

-Sabes que no quise decir eso, solo que me gusta cocinar. Cambiando de tema, ¿qué planes tenemos para hoy? ¿Estar tirados todo el día viendo películas o leyendo?-Preguntó esperanzada. Negué con la cabeza.

-Había pensado que sería buena idea salir un rato a dar un paseo.-Ella puso mala cara.-Bella, tienes que salir, no puedes quedarte encerrada. Imagínate que tu padre viene a visitarte y quiere invitarte a salir ¿qué vas a decirle? A no ser que quieras contarle la verdad, no veo otra solución.

Ella suspiró derrotada, sabía que tenía razón.

-Está bien iré a prepararme.-Cogió sus cosas y se metió en el baño.

Mientras, recogí los restos de nuestro desayuno y me puse a pensar dónde la podría llevar. En un centro comercial habría demasiada gente, el cine sonaría más a cita así que no, un parque estaría bien; un espacio abierto con gente, pero dificilmente podria sentirse amenazada por los pequeños con sus madres o por las parejas que paseaban.

Esperé a que saliera del baño y me preparé yo también. Iba a salir por la puerta, pero Bella me detuvo.

-¿No coges las llaves del coche?-Negué con la cabeza.

-Vamos a ir andando.-Frunció el ceño pero no protestó cuando la saqué por la puerta.

Cuando llegamos a la entrada del edificio se agarró a mi brazo, empezaba a ponerse nerviosa así que rodeé su cintura con mi brazo atrayéndola a mí.

-Tranquila, vamos a ir a un parque ¿vale? Allí nadie puede hacerte daño.-Asintió con la cabeza y salimos a la calle.

Fuimos poco a poco, pero Bella siempre se mantenía alerta con su cuerpo en tensión. Finalmente llegamos al parque y nos sentamos en un banco observando a la gente que pasaba.

-¿Cómo vas?-Pregunté. Ella mantenía sus manos aferradas a mi brazo.

-No lo sé Edward, no creo que esto sea una buena idea. ¿Y si los...violadores me identifican y quieren volver a hacerlo?-Empezó a ponerse más nerviosa y a hipeventilar.

La senté en mi regazo abrazándola, se lo iba a contar y prefería tenerla cerca donde no pudiera escapar en el caso de que la pusiera peor.

-Bella, te voy a contar algo, pero necesito que no te alteres recuerda que estoy aquí contigo.-Asintió con la cabeza.-Verás, hablé con mi padre y me dijo que el violador que cogieron murió la otra noche, se suicidó en su celda.-Esperaba que no me preguntase por su compañero.

-¿Y...y el otro que me sujetaba?-Iba a llorar, sus ojos ya estaban aguados. Suspiré y me pasé una mano por mi cabello, frustrado.

-Escapó cuando me vio y no le han encontrado, han rastreado la ciudad y lo único que te puedo asegurar es que no está aquí, la policía estará alerta si intenta volver pero no creen que lo haga.-Recordé la conversación en el pasillo del hospital y cuando me llamó más tarde mientras ella dormía.

Bella no respondió, escondió su cara en mi cuello y empezó a llorar flojito, yo solo me mantube acariciando su espalda tratando de que se calmara; cuando finalmente lo hizo levantó su rostro quedando frente al mío. Limpié sus lágrimas y besé sus párpados y diferentes puntos de su cara evitando la tentación de sus labios.

No estaba bien lo que hacía, no debería de tocarla así ni pensar en besarla, así que me retiré alejandome de su rostro.

-No por favor, no te detengas.-Me pidió, estaba sorprendido no debería hacerle eso.

-No quiero asustarte más, no sé si es bueno el hecho de que te toque de este modo Bella.-Susurré. Ella negó con la cabeza.

-Tus caricias...hacen que sienta como si las otras no existieran.-Me dejó sin palabras, pero si era lo que ella necesitaba yo se lo daría.

Besé la punta de su pequeña nariz y ella vovió a recostarse en mi. Nos quedamos así por un buen rato simplemente escuchando la respiración del otro.

-¡Oh Alfred! Mira ese matrimonio, se ven tan enamorados como cuando nostros nos casamos. ¿Cuánto llevan casados?-Me preguntó la señora mayor.

Yo reí y Bella se sonrojó profundamente escondiendo su cara en mi pecho haciendo que riera más fuerte.

-No estamos casados señora.-Dije tratando de ser educado con aquella simpática mujer. Ella frunció el ceño.

-Pues no tardes mucho en pedírselo o te la quitarán, es muy hermosa.-Yo sonreí y asentí con la cabeza.

Nos depedimos del matrimonio y al poco rato salimos del parque.

-Bella ¿qué te parece si comemos fuera? Hace un buen día para pasarlo en la calle.-Me sonrió y asintió. Rodeé su pequeña cintura con mi brazo pero Bella se apartó.

Fruncí el ceño, hablaría con ella en casa tal vez ya ni si quiera soportaba el contacto conmigo, ese pensamiento hizo que me pusiera nervioso. En cuanto volviéramos hablaría con ella sobre eso.

Nos metimos en un restaurante y durante toda la comida Bella no apartó su vista del plato y yo empecé a frustrarme.

-Bella ¿tienes el teléfono de tu empresa aquí?-Traté de parecer tranquilo y ella asintió pasandome el teléfono, pero no me miró en ningún momento.

Llamé a la empresa y les expliqué la situación, ellos me aseguraron que no había ningún problema pero que no podían mantener ese puesto para ella y buscarían alguien más.

De camino a casa la actitud de Bella fue igual, no habló, no me miró y se mantuvo agarrada a mi brazo pero no permitió que la tocase.

Cuando entramos al apartamento intentó huir a la habitación, pero la detuve.

-Bella dime lo que pasa por favor, tu silencio me está matando.-Llegados a este punto ya estaba desesperado.

Ella se giró y vi que estaba llorando.

-Lo siento Edward, yo no quería molestarte así. Recogeré mis cosas y me iré.-¿De qué demonios estaba hablando?

-No sé de lo que estás hablando, explícate mejor.-Traté de sonar tranquilo.

-Yo...no fue mi intención que la gente creyera que estamos juntos, no quería hacerte pasar por un mal rato.-Estaba evitando mi mirada y gruesas lágrimas caían por su rostro.

-¿Qué mas da lo que piensen los demás Bella? No sé por qué piensas que podría molestarme.-Estaba totalmete confundido. No quiere que pienses que podéis estar juntos, me dijo una voz en mi cabeza.

-Edward no valgo nada, estoy rota, nunca he sido atractiva pero ahora nadie me va a querer.-Lloraba desconsoladamente, traté de acercarme pero ella se alejó más.

-Escúchame bien, no quiero volver a oírte decir nada parecido. Eren hermosa Bella y cualquier hombre querría estar contigo y no solo por que eres atractiva si no porque eres una persona maravillosa.-¿Es que no podía verse como yo la veía?

-Sé lo que estás tratando de hacer y no va a funcionar, no vas a conseguir hacerme creer que soy mejor de lo que creo. No necesito tu lástima Edward, esta mañana me he dado cuenta de que te da asco tocarme, por eso paraste antes de que te pidiera que continuases.-Me quedé paralizado en mi sitio y sentí que algo dolía dentro de mí.

Bella salió corriendo por la puerta y se metió en su apartamento.

No sé cuánto tiempo me quedé ahí parado, pero cuando reaccioné ya había oscurecido. Me dirigí a mi habitación y me senté en la cama miré al armario y vi que estaba abierto y sin las cosas de ella, no me había dado cuenta de que había recogido todo antes de irse.

Traté de asimilar todo lo que me había dicho, ¿de verdad pensaba que me daba asco? ¿que sentía lástima por ella y que por eso estaba a su lado? ¿Cómo podía pensar así? Ella era hermosa, más que deseable, dulce, cariñosa, inteligente...Podía seguir describiendola y no terminaría nunca.

Entonces me di cuenta, la quería. Demonios si la quería, me estaba enamorando de ella desde el momento en que la vi y había tardado demasiado en darme cuenta. Habían bastado un par de semanas para caer rendido a sus pies.

No estaba bien porque esto no era lo que ella necesitaba, pero era lo que sentía y no iba a permitir que pasase un segundo más creyendo tonterías sobre mí y las razones por las que la cuidaba.

Me levanté y fui en busca del conserje, necesitaba la llave del apartamento de Bella para entrar, no me iba a dejar pasar por las buenas y el conserje no haría preguntas al ser el hijo del dueño del apartamento; alguna vez tendría que sacar ventaja.

Con la llave en mano me dirigí a su apartamento dispuesto a contarle mis sentimientos, en ese momento no me importó si ella necesitaba escucharlo o no, pero no iba a permitir que me alejara de ella ni un segundo más.

Capítulo 5: Empezando a vivir en compañía Capítulo 7: Verdad y los Cullen

 
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