Todo por amor (+18)

Autor: Rakelluvre
Género: Romance
Fecha Creación: 20/04/2012
Fecha Actualización: 18/06/2012
Finalizado: NO
Votos: 4
Comentarios: 46
Visitas: 30027
Capítulos: 15

 

¿Que secreto guardarías para proteger al ser que amas?. Porque yo soy la esposa que lo ama incondicionalmente. ¿Cómo hacerle entender que ya todo a terminado? Yo elegí la mujer equivocada para que sea mi esposa. ¿Cómo resistir al amor prohibido? Yo he llegado al final de su historia para comenzar una nueva.

Los personajes no me pertenecen son de Meyer, la trama si es mía. Gracias a mis Betas. Sarobari Yumel 22 y Lillian. 

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Capítulo 10: Si hoy fuera un día normal.

Disclaimer

Los personajes pertenecen a Meyer.

Trama a Rakelluvre.

Beta Sarobari Fics.

Aportaciones Lillian Mcarty P, Yumel 22 (medico de cabecera para este Fic).

Soundtrack: Precisamente con ella (Edith Márquez)

Capitulo 7

Si hoy fuera un día normal.

¿Como es que había llegado a este punto de indiferencia con ella? Y ahora que es demasiado tarde me doy cuenta que no puedo vivir en un mundo donde ella no exista. Porque mi alma, mi vida y corazón son de ella, solo de ella.

………………………………………………....................................................

Isabella aparco a las afueras del departamento de su cuñada media hora después de que Edward saliera rumbo a su oficina, ella toco el timbre de aquella jaula de locas, con eso se refería a Alice y Tanya.

—Oye pensé que llegarías a las 10:30 AM —dijo Alice quien le abrió la puerta tomando algunas de las bolsas que traía Bella en la mano.

—Edward se levanto más temprano y bueno yo también.

—¿Cómo va todo? ¿Cómo lo notas?, ¿inquieto?, ¿feliz? ¿Vamos mujer habla! — dijo Tanya saliendo de la cocina de Alice batiendo en un tazón algún menjurje, demasiado exaltada.

—Extraño, ¿qué es eso? —pregunto Bella frunciendo el ceño e ignorando el cúmulo de preguntas que le lanzo.

—Esto amiga es una mascarilla para que obtengas una piel más suave. Lo colocaremos en varias partes de tu cuerpo, haber que diablos se puede hacer, ayer teníamos haberlo hecho, pero nunca llegaste. ¡He! — Tanya hablo tan rápido que Bella temió por su bienestar. Si, definitivamente seria una mañana demasiado larga.

—Al menos avanzamos con la depilación a láser, de otra forma imagínate Tanya, los milagros que tendríamos que hacer. Platícanos que ha ocurrido en estos dos días.

Bella les narro todo lo ocurrido el día anterior y parte de esa mañana.

— ¡Si!, él debe estar dudando, —Alice saltaba de felicidad.

—¿En la cama como se ha portado? —pregunto Tanya, como quien no quiere la cosa.

— No hemos tenido relaciones, yo…

—¡¿No lo has seducido?! —le grito Alice enfurecida.

—Tengo miedo a que me rechace, que termine molestándose y se vaya de nuevo.

— Eres tonta. ¿Para que te llevamos a esas clases eróticas?

—Quiero que me ame a mí, no a nuestro sexo.

—Te recuerdo querida que solo tenias cinco días para conquistarlo de nuevo, tenias que atacar con todo, ¡Por Dios, mujer!, primera regla de oro para que una mujer tenga un matrimonio duradero y feliz "Dama en la mesa, coqueta y traviesa en la cama". —Bella jadeo con los ojos bien abiertos, por el comentario de Tanya.

—Cuando… me case nadie me lo dijo. — Alice soltó una risita…

—¿Escuchan? ¿Qué es eso?

—Es mi celular —Bella lo tomo en sus manos y vio la pantalla con la foto de Edward —es él.

—Alta voz… —gritaron las locas.

….

 

 

Edward llego a su oficina como siempre, cinco minutos antes. Rosalie ya se encontraba ahí. Saliendo del elevador su mirada fue al escritorio de su amante, ella lo miro con una sonrisa el no respondió con una de vuelta, solo con un asentimiento de cabeza y entro a su oficina cerrando la puerta detrás de él. Rosalie desconcertada con un nudo en el estomago y un presentimiento de que algo no andaba bien.

—Rose, buenos días, ¿ha llegado Edward?

—Buenos días Eleazar acaba de entrar.

—Gracias —sin esperar a que ella lo anunciara cruzo la puerta de la oficina.

Rose resoplo, odiaba ser ignorada, y definitivamente ese no seria su día. Edward dentro de su oficina marco a casa, nadie le respondía la llamada, intento de nuevo esta vez al numero celular de su esposa.

—Si Edward ¿Qué sucede?

—Hola —no sabia que decirle, simplemente quería escuchar su voz. La opresión en su pecho desde que había tenido la pesadilla no lo abandonaba.

—¿Edward? —pregunto ella con duda.

—Si — le respondió en un susurro lleno de duda.

—¿Qué ocurre? — su voz era temblorosa, temerosa de lo que él pudiera responder.

—Nada, solo quería… saber — silencio — ¿Dónde estas? —termino por fin preguntando, recordando no haberla encontrado en casa.

—Haciendo algunas compras. — cuando era sorprendida él podía percibir la mentira en su tono de voz.

—De acuerdo… — sin saber como decirlo después de tanto tiempo, sin saber como ser humilde y hacerle creer la verdad entre tanta mentira lo dijo — Bella Te amo.

Su silencio lo mantenía al filo del abismo, si, sabia que debía suplicar su perdón, enmendar errores. Porque todos merecemos una segunda oportunidad, al menos eso era lo que decían los arrepentidos que creen en el amor, en un mañana mejor y los que saben que es de humanos equivocarse.

Una lágrima se deslizo por la mejilla de ella conteniendo el aliento su corazón desbocado de emociones encontradas de alivio, dolor y amor. Con voz débil le respondió:

—Lo sé… yo también te amo.

—Edward, tenemos problemas —dijo Eleazar entrando a su oficina. Edward le hizo señas para que aguardara un momento.

—Amor, —una palabra de cuatro letras que podían decirlo todo, o podían decirle nada, una palabra para describirla a ella, tan simple y necesaria como respirar para poder vivir — debo irme cuídate y cualquier cosa me llamas. ¿De acuerdo?

—Si, besos. —le dijo ella con emoción.

—Besos. Te amo. —jamás dejaría de decírselo.

Corto la llamada, se sentía extraño al volver a decirle que la amaba pero también sentía un fuerte alivio, como si después de tanto tiempo volviera a sentir el calor en su corazón que solo ella le hacia sentir.

….

 

—¿Qué ocurre? —pregunto algo tenso.

—Lo siento, me alegra que ya estés mejor con Bella —dijo con sinceridad.

—Gracias, ahora ve al grano.

—Jacob no declarara en contra de su tío, me acaba de informar Fred. —preocupado Eleazar se llevo una mano al rostro.

—Demonios, ¿qué ocurrió? —Edward contaba con el chico para poder ganar el caso o ese demonio de hombre que era Sam Uley quedaría impune ante el asesinato de su esposa Emily.

—Creemos que hay amenaza de por medio, saben que con la declaración del muchacho su tío queda jodido.

—¿Puedes ir a convencerlo?

—No me escuchara a mi, yo pienso que tu eres el indicado. — Edward se había ganado la confianza del muchacho cuando se conocieron.

—Mañana tiene que presentarse para declarar y yo no puedo viajar hoy, es mi aniversario.

—Iré yo pero si no consigo nada perderemos el caso.

—Vete ahora y mantenme informado,

—Si.

…..

Rose, entro al despacho, algo molesta. Tomo asiento frente a él, preparándose para recibir indicaciones.

—Rosalie sabes lo que tienes que hacer, déjame solo.

—¿Qué ocurre? —le pregunto acercándose a él, poniéndose detrás suyo y queriendo besar su cuello para excitarlo, pero el se deshizo de ella haciéndose al frente.

—Ahora no Rosalie mas tarde. — ella salio de la oficina furiosa.

….

Cuando Bella termino la llamada las tres gritaron como locas adolescentes emocionadas porque el chico que te gusta te ha dicho que te ama. Al final se abrazaron.

—Lo sabia mi hermano te ama, es un idiota y un cabron también pero me niego a pensar que no tiene corazón. —Bella intento sonreír, pero al final no lo logro.

—Bueno basta de celebraciones, aun no hay que cantar victoria hasta que no hayan platicado y roto esos papeles. Isabella desnúdate para ponerte esto. —Bella se quedo parada mirando hacia el suelo.

—Puedo ponérmelo yo en el baño.

—No. ¡Por Dios Bella tienes lo mismo que yo! Pero que penosa mojigata resultaste.

Bella miraba el piso concentrada en sus pensamientos.

—Vamos Isabella no tenemos todo el tiempo del mundo —dijo Alice

Bella comenzó a desnudarse retirando lentamente cada una de sus enormes prendas. Un jadeo de asombro se escucho en aquella habitación, la primera en reaccionar fue Tanya quien salvo la situación, rápidamente le dio un codazo a Alice quien miraba la delgadez de Bella con sorpresa, esa no era la chica con la que se caso su hermano. No entendía como era que nunca se dio cuenta de su cambio. Si se le notaba delgada pero siempre pensó que era por la ropa que usaba siempre una o dos tallas más grandes de la real. Desde que la conoció siempre fue así.

En cambio Tanya se percato de que clase de problema tenia Bella, ato cabos, sus actitudes y sus acciones. Casi quiso golpearse la cabeza contra la pared por estúpida. Tenía que ayudarla pero no sabía como, por ahora era hacer como si nada, mañana cuando su situación con Edward se definiera hablaría con ella y le brindaría su ayuda. Además de que en casos como ese tenia que buscar ayuda profesional para que le indicara como ayudar a Bella, su rival. Si porque ella siempre estuvo enamorada de Edward desde los diecisiete cuando lo conoció, pero las cosas nunca se dieron, unas cuantas salidas nada más, algunos besos y caricias pero nada formal. Cuando ella volvió de Paris, él se mantenía alejado tiempo después se entero de su compromiso con Bella.

Cuando la conoció pensó que era una mujer insignificante pero solo le basto ver a Edward junto a ella, para darse cuenta que en el amor no importan las clases sociales o el físico. Es un sentimiento que va más allá. Cuando se casó ella lloro, siempre considero a Edward su gran amor aunque él siempre la mirara como la amiga de la familia.

Cuando Bella les platico de las sospechas de sus infidelidades, ella llego a pensar que era su oportunidad, incluso lo busco, pero ya estando frente a él no pudo hacerlo. Puesto que no era lo que realmente ella quería. Una doble vida, traición no solo a una conocida, también a ella misma. Edward era un hombre tan hermoso como peligroso. Es por ello que durante dos años se alejó de la familia Cullen, hasta que supero su enamoramiento y volvió, ahora su rival era su amiga y aun con todos sus defectos de torpeza y cierta inocencia hasta llegar a la idiotez la quería.

— Bella recuéstate. —le indico Tanya. Alice había salido de la habitación para tranquilizarse. Bella sentía pena, porque mujeres tan hermosas vieron su horrendo y enorme cuerpo.

…..

Rosalie casi se comía las uñas, algo sucedía, podía presentirlo, Edward estaba distante y frío. Intento saludarlo como siempre con un apasionado beso y cuando las cosas se ponían muy calientes pues una mamada era suficiente para tenerlo detrás suyo durante el resto del día. Pero él la rechazo. Solo de acordarse le daba rabia, ¿que pensaba ese hombre que la podía tener solo cuando el la quisiera?. Edward salió de la junta media hora después de la hora de la comida. Saliendo de la sala de juntas se fue a su oficina ignorando que ella estaba en su escritorio cuando no debería estar ahí.

—Edward ¿comemos juntos? —le dijo ella asomándose por la puerta solo lo necesario para que él la viera.

—No, voy a salir con Eleazar —ella termino de entrar a la oficina, se cruzo de brazos y lo miro por un rato. Él la estaba ignorando.

—¿Que te pasa Edward?

—Rosalie, has una reservación al restaurante de Laurent dile que me de la mesa que ocupo cuando voy a cenar con mi esposa. Después llámala, dile que pasare por ella a las ocho en punto, contacta con Tanya y pídele que le envíe a Bella tres vestidos de mi color favorito junto con los accesorios, mañana le regresare los que mi esposa no desee. Y por el pago ya sabe a donde cargarlo. Ah por cierto. Quiero que le hagas llegar también un ramo de rosas rojas. Hazlo antes de salir a comer.

Edward le dirigió una mirada a los ojos azules y brillosos de ella. El acababa de terminar la relación. Y ella que no era estúpida entendió.

—Si señor enseguida. —cuadro los hombros y salió de ahí, para encerrarse en el baño y llorar.

…..

Llegaron al departamento y comenzaron a preparar toda la casa, para esa noche especial, Alice se encargo de la decoración mientras Bella le daba las indicaciones a Tanya sobre la preparación de la cena. Mientras ella permanecía sin hacer nada pues ellas "las locas" temían que se rompiera una uña o arruinara la suavidad que al final lograron en sus maltratadas manos. Tanya le había dicho que contratara a una empleada domestica. Pero a ella no le parecía necesitarla, era de esa manera que se mantenía ocupada.

A las cuatro de la tarde comenzaron a maquillarla y peinarla. A las cinco la vistieron, Bella les agradecía toda la compresión y ayuda que brindaban. Veinte minutos después salieron de ahí. Edward siempre llegaba a las seis de la tarde esa fecha, siempre puntual.

…..

Eran las siete treinta cuando Edward hablaba acaloradamente desde su teléfono con Eleazar, quien le decía no había conseguido convencer al muchacho de declarar, Jacob quería ver a Edward en persona y tener la seguridad de que no tendría ningún problema si confesaba lo que sabia. Edward maldijo, tenia las manos en la cabeza y los ojos cerrados, cuando Rosalie entro.

—Tenemos que hablar. —le dijo Rosalie.

—Cancela la cita en el restaurante y trata de conseguirme un vuelo a New York para hoy y uno de regreso también para esta madrugada.

—Hice la cita pero no pude hacer el resto. Necesitamos hablar.

—Hoy no Rosalie mañana por la tarde.

—Hoy si Edward, no puedes tratarme así. Quiero que me lleves a cenar por que tengo algo muy importante que decirte.

—¿Qué no escuchas? tengo que salir de viaje- El teléfono de Edward sonó. El vio el identificador y de inmediato tomo la llamada.

—¿Que sucede, amor? —Rosalie sintió un aguijonazo en el corazón. ¿Cómo se atrevía a hacerle esto?

—Tengo que salir de viaje, lo siento mucho amor, pero mañana te compensare lo juro. — mas silencio — En el carro traigo una pequeña maleta lo que tenia en el hotel. — seguía escuchando a su esposa sin percatarse de la mirada de odio que Rosalie le lanzaba. — Te Amo, nunca lo olvides.

El cortó la llamada y levanto la vista hacia su ex amante.

—¿Decías?

—Tengo algo que decirte y si no me llevas a cenar le diré todo a ella. —Rosalie se dio media vuelta y salió molesta no sin antes detenerse en el lumbral de la puerta y decirle. —te veré en el restaurante de Laurent a las nueve si no llegas ella lo sabrá hoy mismo.

Edward maldijo por su suerte, pero realmente creía capaz a Rosalie de decirle todo a Bella, y eso no podía ser porque ella jamás lo perdonaría. Marco el teléfono de Jacob y comenzó a convencerlo de asistir a declarar.

…..

 

21:00 hrs.

Edward entro al lugar sin intención de quedarse no más de lo necesario. Pero ella insistió en querer cenar y después hablar de "sus asuntitos pendientes."

Pidió algo ligero mientras observaba a Rosalie muy tranquila cenando.

….

Había estado esperando sentada en el comedor cuando la incertidumbre ya no pudo mas con ella, pensando en que la amante lo estaba reteniendo o que quizá el no llegaría por que ya había hecho su elección. Le llamo, le sorprendió su tono tan seguro, no podía mentirle, que caso tenia que le dijera que la amaba si al otro día iba a dejarla. No, el no mentía, la amaba y en verdad tenia que salir de viaje, confiaría en él.

Tomo su bolso y las llaves de su carro, ver todo lo que habían preparado para esa noche la deprimía por lo que decidió salir a cenar. No porque realmente fuera hacerlo, solo que las paredes de ese lugar iban a tragársela de soledad y tristeza.

…..

Ahora estaba ahí como una masoquista viéndolos, él le mintió, le dijo que la amaba y no era verdad. Amaba a otra, a esa mujer, a la que le confío su intimidad a la que recibió en su casa con los brazos abiertos, a la que amo por el simple hecho de que estaba sola con su hermana sin familia, tal y como ella lo estaba antes de conocer a los Cullen.

Su mejor amiga era la amante que ella busco. La traidora, de él lo esperaba, siempre lo supo pero de ella no. Saco de su bolso un lapicero y en una hoja de su agenda escribió…

Querido esposo:

Disculpa si interrumpo tu noche, la que hasta el día de ayer era nuestra, en una noche como hoy hace cinco años nos casamos ¿lo recuerdas?. Si, supongo que si. También supongo y comprendo que al ya no amarme has decidido hacerla tuya y de ella.

No por favor no pienses que te he seguido, es solo que toda la tarde estuve preparándote una cena especial por… lo que creía que significaba para ambos esta fecha.

Te espere sentada en nuestro comedor por dos horas hasta que te llame, cuan grande fue mi sorpresa al momento de decirme que saldrías de viaje urgentemente por cuestiones de trabajo y que ya llevabas tu maleta preparada.

No, no es un reclamo. Es obvio que ya no hay nada que reclamar. Lo he sabido desde el momento en que entre al lugar a festejar sola nuestro aniversario y verte a ti frente a ella, cenar en nuestra mesa especial, mientras tomas su mano y besas sus nudillos como antes solías hacerlo conmigo. Le regalas una sonrisa encantadora, la mejor de todas, y después sacas de tu bolsillo derecho una caja negra, la abres mostrándole un obsequio, tal como hiciste conmigo cuando por primera vez me trajiste aquí, lo tomas de su caja y lo pones en su muñeca, es una pulsera, seguramente le dices que la amas, puedo ver su semblante soñador y las lagrimas cayendo de sus mejillas, tal como yo lo hubiera hecho si fuera ella.

Al verlos juntos, al verte a ti me doy cuenta que ya nada tengo que hacer a tu lado. Ya no puedo seguir retrasando lo inevitable, ya no puedo seguir intentando salvar lo insalvable, te amo, ya es tiempo de dejarte ir y decir buena suerte amor mío.

Cuando regreses a… tu casa me habré ido ya y los documentos del divorcio los encontraras firmados. Junto a ellos encontraras algo que… perdóname por haberte amado tanto, pensé que era lo correcto y que te salvaba, pero me equivoque. Te soy sincera, no me arrepiento de haberte engañado porque ahora sé que nunca me has amado.

Gracias por la mas hermosa mentira que me has hecho vivir mientras ha durado.

Que seas muy feliz.

Isabella.

La envío con un mesero y salió del lugar sin mirar atrás. No valía la pena.

Tenían unos minutos ahí y ya le parecían siglos. Cansado de la situación le tomo la mano

—Rose, lo siento pero lo nuestro a terminado

—¿Por qué has cambiado de opinión?.

—Porque la amo y no puedo vivir sin ella.

—Ella nunca podrá darte hijos yo si. Hare lo que me pidas.

—No me supliques Rose, no vale la pena el que te humilles por alguien que no te ama y pertenece a alguien mas. - llevo sus nudillos a sus labios y los beso. —encontrarás a alguien quien si pueda amarte y que te valore.

De la bolsa oculta de su saco una pequeña caja negra y de ella una pulsera.

—La compre para tu cumpleaños pasado mañana. Pienso que debes tenerlo tu nadie más. — lo había comprado un mes antes por lo que no podía regresarlo o cambiarlo. Y no pensaba darle a Bella algo que no hubiera sido comprado para ella.

Se la coloco y de nuevo le beso la mano. Se quedaron en silencio por un momento hasta que un mesero se acercó entregándole a el la nota de ella, la mujer que ella había visto y daría lo que fuera porque en estos momentos se acercara y los encarara. La odiaba porque una persona tan ordinaria, tan patética y tonta como ella le estaba quitando su felicidad. Él estaba loco si pensaba que lo dejaría ir sin que cumpliera su palabra de darle todo lo que lo le prometió. Un hogar, en el que jamás tendrían carencias ni ella ni su hermana. Un esposo devoto en quien confiar y apoyarse en los malos momentos. Un amante que la llevara cada noche al infierno ardiente y de regreso. Un hijo a quien amar. No, ella no se daría por vencida. Lo vio salir tras ella, pero no importaba porque aun ella tenia la carta bajo la manga que la destruiría ya que conociéndola se dejaría vencer sin siquiera apenas pelear por lo que supuestamente ama.

Pago la cuenta, cuando salió del lugar no vio a ninguno de los dos. Sonrío pues pensó ese era el inicio de la guerra y la primera batalla la había ganado ella.

…………..

—Escúchame Bella, por favor, para el auto. Estoy detrás de ti en el taxi.

Quería que papara, deseaba tenerla frente a él y suplicarle de rodillas que lo escuchara, decirle que él estaba terminando con Rose para poder intentar sanar las heridas que le provoco a ella. Pero un recuerdo de sus sueños le llego en ese momento a la mente, ella en un ataúd y el depositando una rosa roja en el pecho de ella quien yacía ahí muerta.

—Para Isabella no estas bien…

—¡Vete a la mierda! Estoy cansada de escuchar que jamás soy suficiente para ti, maldito estéril, tú hijo de puta no puedes tener hijos, te mentí Edward, te mentí porque te amaba, quería protegerte — él se quedo en shock, recordando ese día en que le confeso que no podrían tener hijos, también vinieron a su mente todas aquellas palabras hirientes en las que la llamo una mujer seca incapaz de dar vida. Ella lo soporto todo siempre en silencio. Sus ojos no pudieron evitar soltar lágrimas no por saberse un imposibilitado sino por que ella lo amaba tanto que merecía montarle un pedestal y adorarla por el resto de sus días. Levanto la vista más hacia delante de ella….

—¡Bella, Cuidado! —grito horrorizado.

………

Ana

Ana era una joven de diecinueve años, con sueños e ilusiones, con una madre ejemplar y un padre amoroso. Ana era una buena hija y una buena estudiante dedicada y perfeccionista. Amaba el teatro. Asistía a clases nocturnas después de su jornada de trabajo de medio tiempo, porque Ana era responsable, Ana trabajaba para no ser una carga mas para sus padres.

Si hoy fuera un día normal Ana responsable y perfeccionista, no hubiera olvidado su guion en la mesita de noche en casa. Si hoy fuera un día normal Ana estaría en aquel viejo teatro actuando en la escena numero tres a las 21:48 horas y no caminando de regreso a casa por que no le permitieron la entrada por llegar tarde al ensayo. Ella cruzaba la avenida distraída.

Carlos

Carlos un hombre de cuarenta y dos años divorciado con dos hijos a los que no veía desde hacia dos años, cuando su mujer lo abandono por su alcoholismo. Carlos había sido despedido por tercera vez en dos meses, la causa, que siempre se presentaba a laborar alcoholizado, o bien bebía de una pequeña botella en sus tiempos de descanso o cuando iba al baño.

Si hoy fuera un día normal, el jefe de Carlos no se hubiera presentado esa noche en la tienda de instrumentos musicales para recoger su guitarra olvidada. Él no hubiera sorprendido a Carlos robando de la caja registradora para comprar una botella de alcohol barato. Si hoy fuera un día normal Carlos no estaría manejando y bebiendo al mismo tiempo a toda velocidad furioso por ese hijo de puta que lo despidió, enojado con esta sociedad que no lo comprendía, con la vida y, con esa perra mal nacida que lo abandono y no le permitía ver a sus hijos.

Si hoy fuera un día normal Carlos no se pasaría el alto en rojo, a las 21:48 horas.

Isabella

Si hoy fuera un día normal, Isabella se levantaría a las siete de la mañana, prepararía el desayuno de Edward, arreglaría su ropa mientras él se alista para ir a trabajar. Mas tarde compartirían el desayuno, se despedirían y ella continuaría su rutina normal. Pero hoy era el ultimo día de su trato con Edward, hoy era su aniversario y extrañamente él se levanto una hora mas temprano, él quiso pasar un tiempo mas con su esposa después de tres años de total abandono.

Cuando el salió de casa ella ya estaba lista para dar inicio a la preparación de esa gran noche tan importante para su matrimonio. Si hoy fuera un aniversario como los anteriores él regresaría a ella y juntos celebrarían esa noche. Pero el tenia una amante, nunca asistió a su cita y ella salió a cenar sola, a festejar sola ese fecha tan importante. A las 21:16 horas ella conoció a su rival. Los observo unos minutos como una masoquista, para creer que lo que veía era real. A las 21:45 horas ella manejaba a toda velocidad, con rabia, dolor desesperación, ella dos minutos mas tarde hablaba con él, su verdugo. A las 21:48 su destino con el de Ana y Carlos se cruzo.

…….

Alice aguardaba en su auto fuera del edificio de Bella esperándola, había recibido su llamada en la que le dijo que Edward le dijo que se iría de viaje, y poco tiempo después los vio a él y su amante Rosalie. Odiaba a su hermano por caer tan bajo, como pudo llevar a su amante a su hogar. Nunca le perdonaría. Él podía ser su hermano pero ella era mujer, y sabia bien que Bella nunca hizo algo que mereciera tal bajeza. Un nudo en su estomago se le formo, y conforme los minutos pasaban su desesperación se acrecentaba. Llamo a Edward pasados treinta minutos.

—Comunícame con Bella —fue su orden fría.

— ……

—¿Qué le hiciste? —grito enfurecida.

— ……

—Voy para allá cabron de mierda, ¡escúchame! si algo le llega a suceder tu tendrás la culpa, y yo no dejare que jamás lo olvides. —termino la llamada y arranco su coche rumbo al hospital. No sin antes llamar a Esme y decirle que ella su mejor amiga y cuñada se había accidentado.

……….

Él nunca fue creyente pero ahora se encontraba ahí hincado suplicando que ella estuviera bien pidiendo una segunda oportunidad para hacerla feliz. Dando en ofrenda lo único verdaderamente valioso, su vida.

—Por favor Dios no te la lleves. Por favor, por favor.

Sus lágrimas corrían por sus mejillas, se maldecía así mismo.

—Te lo suplico. Hare lo que ella me pida. Si me quiere a su lado lo estaré. Si me quiere lejos también lo hare. Solo la quiero viva. No importa si ella continúa sin mí. Pero por favor, no te la lleves.

Después de un rato mas salió al pasillo, los médicos que se la habían llevado no salían aun a darle informes.

………

Recordando una y otra vez todo el daño que le hizo, arrepentido, lloraba.

Acariciaba su cuerpo, había sido su noche de bodas, la había hecho suya.

—¿Me amas? —ella le pregunto.

—Si — respondió él con una sonrisa.

—¿Cómo cuanto? —ella le mordió el hombro tras preguntarle.

—Tanto que si me lo pidieras, me sacaría el corazón del pecho y te lo entregaría en tus manos. Si con ello puedo hacerte feliz. — tomo su rostro en sus manos y la beso.

Capítulo 9: Te dejo en Libertad II Capítulo 11: Perdido

 
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