Todo por amor (+18)

Autor: Rakelluvre
Género: Romance
Fecha Creación: 20/04/2012
Fecha Actualización: 18/06/2012
Finalizado: NO
Votos: 4
Comentarios: 46
Visitas: 30028
Capítulos: 15

 

¿Que secreto guardarías para proteger al ser que amas?. Porque yo soy la esposa que lo ama incondicionalmente. ¿Cómo hacerle entender que ya todo a terminado? Yo elegí la mujer equivocada para que sea mi esposa. ¿Cómo resistir al amor prohibido? Yo he llegado al final de su historia para comenzar una nueva.

Los personajes no me pertenecen son de Meyer, la trama si es mía. Gracias a mis Betas. Sarobari Yumel 22 y Lillian. 

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Capítulo 15: Esperándote Parte II

Esperándote Parte II

Edward

Bella se ha negado a verme, desde que despertó. Yo he obedecido sus deseos, después de lo ocurrido la última vez que nos vimos no me arriesgo a otra crisis por parte de ella. Sé que lo mejor en estos momentos es su tranquilidad. Pero aun cuando no me desea cerca yo estoy aquí detrás de su puerta a su alcance para cuando ella disponga de mí.

Han pasado cuatro días desde su operación, mi hermana me ha dicho que no ríe, pero tampoco llora, de hecho no muestra ningún tipo de emoción en su rostro. Carlisle esta preocupado por su conducta.

Ahora estoy en la oficina arreglando algunos asuntos pendientes, Rosalie interrumpe en la oficina con Jessica detrás de ella.

—Edward necesito hablar contigo. —me exige.

—Señor disculpe ella me a empujado. —dice Jessica, haciéndome enfurecer con Rosalie. ¿Quién es ella para maltratar a mi personal?

—Retírate Jessica… ¿Qué haces aquí? ¿No te pague lo suficiente para que me dejes de molestar? —le dije para herirla por su actitud arrogante.

—¿Ahora soy una molestia? Estoy aquí porque hay algo que te corresponde saber. —me dice, sinceramente no hay nada que quiera yo saber de ella.

—Dime y vete —le pido para terminar con esto lo mas rápido posible, verla frente a mí me da asco porque me recuerda lo imbécil que fui al enredarme con ella.

—Estoy embarazada. —a ese cuento con otro, ¿pero que demonios le sucede?, que bajo ha caído tratando de atarme de esa forma. Ilusa.

—Felicítame al padre. —le digo mirándola a los ojos con frialdad.

—¿Qué? ¡Edward tu eres el padre! —me grita y yo rio por que algún día en el pasado pudo haber sido una noticia maravillosa. Pero ahora no lo es —¿Por qué te ríes?

—Aquí hay dos cosas la primera o estas mintiendo o tienes otro amante.

—¿Qué?, no lo puedo creer, después de todo lo que te he dado ahora me dices que este hijo no es tuyo.

—¿Qué se supone que me has dado Rosalie? —le pregunto, pues he sido yo el que le dio a ella, comprando su compañía, ¿es que nunca se dio cuenta?.

—Te di mi virginidad, mi dignidad, traicione a mi amiga por ti y todo para que me digas Puta.

—No pongas palabras en mi boca Rosalie, si eso te consideras es tu opinión no la mía. Ahora déjame recordarte que no te he obligado a estar conmigo y tampoco te he mentido. Yo te dije lo que buscaba de ti. Tu cuerpo, solo eso.

—Pero tú me amas. —¿Amarla? Para nada. Eso jamás ocurrirá, no en esta vida.

—Jamás te he dicho semejante mentira. Nunca te engañe o te prometí nada.

—No era necesario que me dijeras que me amas. ¡Íbamos a vivir juntos! —ella trata de chantajearme emocionalmente, llora. Pero si eso no funcionó con Bella menos lo haría con ella. Si, sigo siendo un maldito hijo de puta. Pero ya me había comportado bastante con ella cuando terminamos pero ahora ha cruzado mi límite.

—Sin compromiso. —le digo con frialdad.

—Pero estoy embarazada, ¿qué voy a hacer? —vuelve a intentar la vieja táctica, tan vieja como lo es la profesión mas antigua del mundo.

—Decirle al verdadero padre. —le aconsejo.

—¡Tú eres su padre! —insiste sacándome de mis casillas.

—¡No, mientes!. —Le grito —¡Yo soy estéril Rosalie! — Le digo apuntándome a mi mismo —, no era Bella soy yo….

…..

Rosalie

Ahora entiendo su broma y porque ella se reía, estaba burlándose de mí. Maldita mosca muerta…

—Me mentiste, para acostarte conmigo. —le digo.

—No me lo confeso hasta antes del accidente. Basta ya Rose, vete y no me busques mas.

—Tú y tu perfecta mujer ¡váyanse al infierno!. —le grito sin contener mi furia.

Salgo de ahí sintiéndome estúpida y vacía; ambos se burlaron de mí. Ella ha hecho que me humille de la forma más cruel.

Edward

Llego al hospital y aun tengo el mal sabor de boca por la noticia y pelea con Rosalie. No puedo creer lo bajo que ha caído para retenerme a su lado. Pero aun cuando ese hijo hubiera sido mío yo no volvería con Rosalie. Cuidaría de que no le faltara nada a él pero no volvería a cometer el mismo error.

Alice me ve llegar…

—Bella esta esperándote, quiere verte.

—Gracias. ¿Carlisle va a darla de alta mañana?

—Si, de hecho mañana mismo ella se internara en la clínica, mi padre me ha dicho que ocupara una enfermera personal y exclusiva para sus cuidados especiales.

—Yo correré con los gastos.

—Si tengo aquí… —saca de su bolso dos sobres —los expedientes de dos enfermeras, papá va a entrevistarlas.

—Gracias Alice.

—Sabes que lo hago por ella.

—Lo sé.

La dejo para hablar con Bella. Estoy nervioso, siento que me tiembla el cuerpo. Toco la puerta para anunciarme. Ángela abre dejándome entrar y saliendo ella después. Bella esta mirando hacia la ventana, de pronto gira su rostro y nuestras miradas se encuentran. No puedo evitarlo y comienzo a llorar. Camino hacia ella sin perder el contacto visual. A nada de distancia mis piernas pierden fuerza y caigo de rodillas a ella. Bella esta sentada en la cama con sus piernas apoyadas en el suelo yo frente a ella mirándola le tomo su mano, esta fría.

—No lo merezco, pero te suplico me perdones. No hay justificación a mis actos pero quiero que sepas que el último día no mentí. Yo te amo, estaba dejándola.

—No me interesa más el pasado Edward. —su voz suena neutra sin emoción.

Llevo su mano a mis labios y la beso.

—Una vida no me alcanzara para compensar el dolor y el daño que te he causado. —le digo con arrepentimiento verdadero.

—Ya no quiero tu lastima. —me dice entre dientes, y con dolor aun cuando su rostro no dice nada, lo sé, yo puedo ver lo que hay dentro de su ser. Porque ahora la conozco.

—¿Qué? Nunca jamás he sentido lastima por ti. —tomo su rostro entre mis manos y pego mi frente con la de ella, mientras que mantiene sus manos en sus piernas y cierra los ojos, no hace ningún movimiento es como si se estuviera conteniendo.

—Eso fue lo que dijo tu amante esta mañana.

—¿Rosalie estuvo aquí?… —ahora si, que esa mujer no se pusiera en mi camino porque la destruiría por atreverse a lastimar a mi esposa —No Bella, nada de lo que te haya dicho ella es verdad.

—Lo sé. Porque dice esperar un hijo tuyo. —Me dice —Yo realmente lo dudo. —lo que dice me deja ver cuanto me odia, ella se ha burlado de mi como yo alguna vez lo hice de ella.

—Bella te amo, voy a hacerte feliz quiero que….—no me deja terminar, me corta.

—Pedí verte para decirte que no quiero que sigas detrás de la puerta, quiero que te vayas y continúes tu camino lejos de mí. Si Rosalie realmente esta embarazada como me ha dicho, debes tomarle la palabra. Porque será la única paternidad que podrás tener algún día. A menos que encuentres otra mujer que te ame y que te acepte aun cuando ni siquiera quieres pensar en la adopción.

—No quiero a nadie mas, solo a ti —le respondo con desesperación mientas abrazo su cintura queriendo retenerla a mi lado. Sé que me comporto como un completo egoísta, pero estos últimos días casi la pierdo en dos ocasiones y sé que perderla en definitiva seria mi muerte.

—Suéltame, tu toque me quema, me hace daño en este momento. Entiende, si alguna vez puedes pensar en mí antes que en ti comprenderás y me dejaras libre. Porque ahora soy yo quien te pide que me dejes en libertad. —no, no puede hacerlo. Sé que puedo hacerla feliz, solo necesito una oportunidad…

—Mañana te iras a la clínica, ahí puedes pensar con calma y será un tiempo considerable para sanar nuestras heridas, para pensar y hablaremos entonces.

—Quiero el divorcio. —Insiste en ello, ahora se lo que sintió cuando yo se lo pedí.

—No, por favor. —De nuevo me arrodillo ante ella coloco mi cabeza entre sus piernas y sollozo en ellas.

—Quiero a mi lado a alguien quien me ame de verdad, lo merezco Edward. Cuando salga de ahí, quiero el divorcio. Déjame sola.

Me levanto, beso su frente y luego sus mejillas; cuando quiero besar sus labios ella se aparta. Su desprecio me hiere en lo más profundo de mi corazón y sé que a pesar de todo siempre estaré a su lado aun cuando tenga que ser en las sombras porque la necesito y mi vida es oscuridad sin su sonrisa llena de amor en mis días.

—Vete. —me dice pero no me mira a los ojos y sé que podría hacerla flaquear en su decisión, pero hacerlo seria un error. Ella necesita recuperarse.

—No importa lo que pase, esperare por ti el tiempo que sea necesario.

….

Salgo de la habitación y me derrumbo en el pasillo llorando por ella hasta que mi padre llega y me pide que lo acompañe. Vamos a la azotea del hospital. Mirando el panorama tengo ganas de arrojarme al vacío.

—Conocí a Esme cuando yo aun era estudiante de medicina, el señor Platt su padre tenia un café cercano a la universidad, en ese tiempo apenas me alcanzaba para los transportes, pero siempre conseguía de una forma u otra dinero para tomar una taza de café y una deliciosa dona de chocolate de tu abuela. Desde mi punto de vista son las mejores que he vivido en mi vida. El caso es que Esme trabajaba de mesera ahí todos los viernes —el semblante de mi padre es soñador y de un adolescente enamorado, lo envidio.

—Un día me arme de valor y la invite a salir. Ella tenía varios pretendientes, algunos tenían coches, vestían y calzaban bien. Pero ella acepto mi invitación. Jamás había aceptado ninguna. Esa noche la lleve a un mirador, en una vieja carcacha que un amigo me presto. Ella dijo que le había gustado. No se si me mintió pero yo estaba muy feliz. Iniciamos una gran amistad, termine la carrera y de inmediato le pedí que fuera mi novia, ella me dio el sí después de decirme que me había tardado demasiado en hacerlo y que ella pensaba declararse esa misma noche.

Sonrío, no me imagino a Esme declarándosele a un Carlisle lento.

—No te burles, solo quería lo mejor para ella, yo no tenia nada, quería que tuviera la opción de elegir.

—¿Pero pudiste perderla?

—Si, pero no fue así. Hay un viejo dicho que dice… Déjalo ir, si es para ti volverá, si no vuelve, es porque jamás lo fue. La amaba y hoy la amo mucho más. Nos casamos e iniciamos desde cero. Pero ella siempre estuvo a mi lado en las buenas y en las malas, en la pobreza y hoy en la riqueza. En la salud y en la enfermedad. Cuando supimos que ella no podía tener hijos fue muy mala conmigo, ella quería alejarme, hacer que yo la olvidara. Pensaba que yo estaría con ella por compasión y no por amor. Se equivocó, siempre lo hizo, yo la amaba con locura y no concebía una vida sin ella. — me mira a los ojos y puedo ver porque me lo dice.

—Bella me mintió, no es ella quien no puede tener hijos. —mi padre endereza la espalda y me mira con una ceja levantada. — Soy yo.

Bajo mi vista pues las lagrimas se acumulan en mis ojos.

—No es el fin del mundo. Cuando tú llegaste fuiste su luz. Ella cambio demasiado, eras su adoración, para ella es muy difícil tu situación y comportamiento. Tus fracasos son sus fracasos.

—Entiendo.

—Dale un tiempo.

……..

Llego a nuestro hogar y de nuevo la tristeza me absorbe como un monstruo, me siento en el rincón que hasta hoy se ha convertido en mi lugar favorito, desde ahí puedo ver todo el departamento. Puedo verla a ella cocinando, bailando mientras sirve la mesa. Mirando la tele mientras ella acaricia mi cabello y mi rostro que se encuentra entre sus muslos. Y si cierro los ojos puedo escucharla decirme "Te amo Edward". La recuerdo e imagino que ella esta conmigo… me levanto de mi lugar y busco una hoja de papel y bolígrafo, cuando los encuentro me siento de nuevo ahí en mi lugar.

No se cuanto tiempo ha pasado, mi teléfono vibra a través del bolsillo de mi pantalón, tomo la llamada es Eleazar, me dice que hay problemas, Jacob nuestro testigo en el caso de Sam Uley ha aparecido muerto en una habitación de hotel. Debo ir a la oficina, miro mi reloj son las nueve de la mañana, no he dormido nada.

…..

—Todo indica que fue un ajuste de cuentas —dice Eleazar.

—Prometimos protegerlo, puta madre ¿es que no puedo hacer nada bien? —digo y tapo mi rostro con mis manos desesperado.

—Edward debemos guardar la calma. —Eleazar intenta tranquilizarme.

—Esto me preocupa, ¿y si ellos intentan algo mas en nuestra contra? —Mike se nota nervioso, él fue quien trabajo directamente en el caso. —sabíamos que Sam Uley era peligroso no debimos tomar el caso.

—Si nosotros no lo hacíamos ¿quien? —Pregunta Eleazar —mato a una mujer y violo a otra.

—Han estado marcando a casa y nadie responde, cuando Jess vio en el periódico la muerte de Jacob se puso muy mal. Tiene miedo. —Mike también lo tiene, y se lo que siente al siquiera pensar en perder a su familia.

—No debemos dejarnos llevar por el miedo. Si recibimos algún tipo de amenaza tomaremos cartas en el asunto. —Mike no esta convencido ante las palabras de Eleazar.

—Si se siente mas segura podemos contratarle guardaespaldas. —le ofrezco entendiendo su posición.

—Si, hablare con ella. Gracias.

Salgo de la oficina a las 9:48 de la mañana, hoy los médicos la dan de alta a las 10 AM. El trafico no me deja avanzar, desesperado a las 10:05 AM estaciono el coche ya estoy cerca del hospital pero si pretendo llegar en el auto tardare media hora mas. Salgo corriendo, tengo que verla antes de que parta a la clínica o no la vería en varios meses.

…..

Isabella

A las ocho de la mañana la enfermera entra para limpiar la herida de la cirugía, cambia las gasas y las vendas de mi cabeza la cual aun me duele. Durante la noche no pude dormir más de dos horas, Edward se empeñaba a no dejarme ni en sueños ni en pensamientos.

Estoy muy lastimada y me costara mucho trabajo volver a confiar en la gente a mi alrededor. ¿Como confiar en una amiga si dos de ellas me traicionaron?, ¿como confiar en él, si durante mas de tres años nuestro matrimonio se ha basado en una mentira, por mi parte y por la de él?. Cuantas veces me negó serme infiel y cuantas veces me engaño. Y luego su relación duradera con ella. Me pregunto si ella le confiaba a él todo lo que estúpidamente hacia para complacerlo. Maldita sea la hora en que le hable a ella mi peor enemiga de mis desesperados intentos por llamar su atención. ¿Cuánto se abran reído de mí? Puedo imaginármela diciéndole a él que yo tomaba clases de baile erótico para seducirlo. ¡Por Dios! cuando los cinco comíamos en la misma mesa, teniéndonos ahí a las dos sentadas una al lado de la otra ¿nos comparaba? Ella tan hermosa y yo tan insignificante. No puedo evitar sentir rabia y odio hacia aquella mala mujer. Siento que los trozos de mi roto corazón se hacen polvo.

Sé que este estado de ánimo no me hace bien, pero no puedo evitarlo. Ayer cuando lo tuve frente a mí pude darme cuenta de que de alguna manera jamás dejare de amarlo. Es irónico la manera en que la rueda de la fortuna ahora me mantiene arriba y a él abajo. No me regocijo porque seria ser como él cuando en tiempo pasado yo le suplique de rodillas que no me dejara. Si en verdad no siente lastima o remordimiento por mis acciones y si tan solo tiene una pizca de amor por mí, entonces puedo decir que soy yo quien le compadece pues me ha perdido. No importa cuanto mi cuerpo arda en deseo por sentir sus caricias, no interesa cuanto el polvo de mi corazón necesite del abrazo de esas migajas de amor de él. Que más da si mi alma muere por él. Yo no volveré a ser humillada, mancillada y traicionada por Edward. No, mi lugar esta lejos de su persona, de su sombra dañina.

Ángela llega con la maleta que contiene un cambio de ropa.

Cuando salgo del hospital voy en una silla de ruedas, el calor del sol hace un intento por darme calor cosa que no funciona, tengo frío, un frío que va más allá de lo físico. Viene de donde alguna vez se alojó mi corazón. Al ver a todos aquí afuera esperándome me doy cuenta de que tontamente esperaba verlo ahí, esperaba saber que significo algo para él, que esa pizca de amor por mi existió. Y al no verlo el poco orgullo que me quedaba de saberme por lo menos tan importante para él como para sentir lastima o un compromiso para estar aquí el día de hoy, se ha derrumbado. Yo no significo nada en su vida ni en él. Tal vez está con su amante tomándome la palabra, decidiendo ser un padre para el hijo de ella.

Ellos su familia intentan acercase a mi pero yo no puedo estar cerca de ellos, pues es estar de alguna forma conectada a él. Ya no puedo, ya no quiero, mis fuerzas se han acabado, estoy derrotada. Les hago una señal con mi mano y niego con la cabeza. Le pido con la mirada a Ángela que me ayude a poner en pie, el Dr. Peter esta ahí, el me saluda y yo apenas puedo responderle, también me ayuda a ingresar al auto que me llevara al lugar donde intentare rescatar ese polvo de corazón y guardarlo en un recipiente al que pretendo resguardar bajo miles de candados.

Estoy junto a la ventanilla y no quiero mirarlos a ellos, sé que están sufriendo mi desprecio, solo espero que comprendan que su presencia en estos momentos me hace sentir miserable, desdichada y aun mas destrozada.

Es hora de partir, mirando mis manos escucho que tocan en la ventanilla, miro a Ángela que esta a mi lado.

—Es Edward.

Cierro los ojos y respiro por mi boca, me duele mi pecho, es el dolor que su presencia me causa. Giro mi rostro y leo sus labios "Por favor", abro la ventanilla pero me niego a mirarlo. Y como si el mundo no existiera solo estamos él y yo, mi mente se cierra y solo escucho la canción que suena en la radio del auto…

Porque siempre estuve equivocada,

y no lo quise ver.

Porque yo por ti la vida daba,

porque todo lo que empieza acaba.

Por que nunca tuve mas razones,

para estar sin él.

Porque cuesta tomar decisiones,

porque se que va a doler.

Y hoy pude entender,

que a esta mujer,

siempre la hiciste,

inmensamente triste.

Y las lágrimas que se negaban a salir desde que desperte, lo hacen.

—No llores, por favor. Perdóname. —me dice con dolor.

Lo miro y él también llora. Pero no hay mentira en sus ojos verdes ni en su rostro

Hoy que no puedo mas,

sigo decidida a dejarte atrás…

Niego con mi cabeza a estas alturas el nudo en mi garganta no me deja articular palabra alguna.

Por tu desamor, lastimada estoy…

—Toma, léela cuando estés preparada para saber su contenido. Quiero que sepas que siempre estaré en el mismo lugar esperando por ti.

El me ofrece un sobre, es una carta que lleva mi nombre con su hermosa caligrafía.

Y hoy pude entender,

que a esta mujer,

siempre la hiciste,

inmensamente triste.

Tomo la carta y un sollozo sale de mi boca sin poder contenerlo. Él toma mis manos

—Bella yo…—ambos nos miramos, teniendo tanto dolor dentro.

Guardamos un largo silencio escuchando el inicio de otra canción. Una sonrisa triste se asoma en sus labios, son las putas canciones que trasmiten en la radio. Maldita coincidencia, maldito destino que me hará odiar a Thalía y a Enrique. Su mirada me dice que también los odiara es increíble que yo le sonría de vuelta, cuando lo único que quiero hacer es llorar y hundirme en mi miseria.

Solo quedan,

las ganas de llorar,

al ver que nuestro amor se aleja…

Frente a frente bajamos la mirada,

pues ya no queda nada de que hablar, nada…

—Yo… ya no puedo darte nada, todo te lo di. Mi vida, mi corazón todo. No volveré. Lo siento tanto. Quisiera poder amarte de nuevo pero ya no tengo corazón para ti. —le digo interrumpiendo nuestro silencio.

Queda poca ternura,

y alguna vez haciendo una locura …

Un beso y a la fuerza, queda.

Queda un gesto amable,

para no hacer la vida insoportable…

Edward toma mi rostro y mis labios en un beso casto. Tan suave como una brisa.

Solo quedan las ganas de llorar,

al ver que nuestro amor se aleja.

Frente a frente bajamos la mirada,

pues ya no queda nada de que hablar, nada…

Él me suelta cierra sus ojos mientras gruesas lagrimas resbalan por sus mejillas. Su voz es irreconocible.

—No te pido nada, solo que me dejes amarte. No quiero causarte daño. Olvídame hoy, recuérdame mañana cuando estés recuperada. Solo prométeme que lucharas por tu vida, hazlo solo por ti porque tienes mucho que dar a otros, pero también tienes mucho que recibir.

—Si —es lo único que puedo decirle.

Él se aleja de la ventanilla con la mirada al suelo como si le costara trabajo mirarme partir, yo cierro la ventanilla y miro al frente. El auto comienza a avanzar a su destino hacia una nueva vida sin dolor.

…..

Edward

La miro partir, Alice toma mi mano.

—Ella volverá. —me dice, yo no quiero hacerme ilusiones.

—Has hecho lo más fácil, lo difícil será esperar hijo. —mi padre palmea mi espalda. Sin poder resistir más los dejo y me dirijo a cualquier lugar lejos de ahí, de ese momento…

Llego a mi auto, abro la puerta y es detenida por alguien.

—¿Edward Cullen? —escucho una voz ronca a mis espaldas. Me giro y me topo con tres hombres.

—Si, soy yo.

El hombre del medio tiene su mano dentro del bolsillo de su chaqueta me hace una seña, lleva un arma, los otros dos dejan al descubierto la suya.

—Vas a acompañarnos…

…..

 

Cuatro años después …..

El avión aterrizó a las 12:00 del día, cuando bajó de este una hermosa mujer rubia esperaba su llegada. Impaciente miraba a cada pasajero recién llegado minuciosamente. Hasta que le diviso.

—Hasta que llegas, tengo horas esperándote.

—Lo siento el vuelo se retrasó.

—Con tu suerte pensé que habías ocasionado la caída del avión.

—Que gracia me das Jane.

Jean soltó una carcajada llamando la atención de la gente a su alrededor.

—Eres la única persona en este mundo que me causa gracia, ¿sabes?

—Lo sé pareces una vieja amargada….

La pareja siguió hablando y bromeando mientras se dirigían al departamento que compartirían, dejaron el equipaje y se dirigieron al lugar donde se encontraba aquella persona que necesitaba su ayuda.

—Espera aquí, hablare con ella para decirle de que va el asunto. —dijo Jane.

Jane se dirigió a la habitación donde se encontraba aquella mujer brutalmente golpeada, la había encontrado en su departamento un día después de haber sido atacada por el hombre con el que vivía. Él había sido encontrando con su amante, en las afueras de la ciudad en un hotel.

—Buenos tardes —dijo Jane entrando a la habitación.

—Buenas tardes. —contesto la mujer.

—Bueno, tengo buenas noticias, el abogado que se encargara de tu caso ha llegado de viaje, esta afuera esperando. Hay algo que quieras saber antes. —La mujer que tenía un collarín en el cuello negó con la mano.

Jane se acercó de nuevo a la puerta abriéndola y haciendo señas a la persona que aguardaba fuera.

La mujer acostada en esa cama cerró el único ojo que podía abrir, el otro esta demasiado hinchado. Escucho atentamente el sonido del andar de su abogado, eran pasos seguros. Dejo de escucharlos cuando estos pararon a su lado. Abrió el ojo sano y le vio.

La mujer abrió la boca al tener frente a ella, a la única persona que no creyó volver a ver en su vida….

 

..........

Hola les dejo el ultimo capitulo pendiente que tenia, bueno como he comentado pueden encontrarme en Facebook como Obscuro Corazón la siguiente actualización será en quince días. Gracias por leer y por la espera.

Capítulo 14: Esperándote Parte I

 
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