Todo por amor (+18)

Autor: Rakelluvre
Género: Romance
Fecha Creación: 20/04/2012
Fecha Actualización: 18/06/2012
Finalizado: NO
Votos: 4
Comentarios: 46
Visitas: 30034
Capítulos: 15

 

¿Que secreto guardarías para proteger al ser que amas?. Porque yo soy la esposa que lo ama incondicionalmente. ¿Cómo hacerle entender que ya todo a terminado? Yo elegí la mujer equivocada para que sea mi esposa. ¿Cómo resistir al amor prohibido? Yo he llegado al final de su historia para comenzar una nueva.

Los personajes no me pertenecen son de Meyer, la trama si es mía. Gracias a mis Betas. Sarobari Yumel 22 y Lillian. 

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Capítulo 13: Remordimientos

Capitulo 10

Remordimientos

Viajaban en ese auto sin mediar palabra ella miraba las calles alumbradas por la luz artificial de los locales ya cerrados.

Cuando por fin aparcaron frente a su modesto edificio, ella se soltó del cinturón de seguridad tomo su bolso e intento abrir la puerta del auto, mas fue detenida por él.

—Espera Rosalie. —le pidió él.

—No me despidas Edward, para mi lo sucedido nunca ocurrió. —dijo ella mirando su regazo. No podía mirarle a los ojos, pues entonces le revelaría cuanto lo amaba.

—No voy a hacerlo. Tu trabajo no se ve mezclado con nuestras cosas personales. Escúchame un momento. Por favor.

—Dime. —ella realmente no quería hacerlo se sentía muy culpable y el sentimiento no le agradaba en absoluto.

—No sientas remordimiento Rose. Sé que no debería estar aquí, que mi lugar es en otro lado…

—¿Por qué la engañas? ¿Por qué lo hicimos? —ella no encontraba una verdadera justificación a sus actos.

—No puede tener hijos, y yo no puedo vivir con eso.

—¿Por qué no terminar esa relación? —dijo sorprendida.

—No voy a mentirte de alguna forma yo la amo y la necesito en mi vida. —a ella le dolieron sus palabras aunque no deberían.

—No entiendo como puedes amarla y engañarla con otra mujer. —ella a pesar de su imposibilidad era una buena mujer.

—No lo sé. Pero lo que si sé es que voy a estar con ella para toda la vida.

—Bueno creo que será mejor que entre, será como si jamás hubiera sucedido. —no quería ser mas dañada con una proposición de la que no se sentía capaz de realizar.

—Gracias Rose, por comprender.

Ella solo bajo la mirada y salió del auto sin mirar atrás ya que lagrimas corrían por su rostro.

Cuando entro al departamento vio a Bree que salía a su encuentro.

—Por Dios Rose estaba preocupada, pensé que algo te había sucedido. ¿Qué paso?

—Mañana abra auditoria y estuvimos revisando algunos archivos.

—¿Por qué no me avisaste?

—Lo siento no volverá a ocurrir. Ahora hay que ir a dormir.

—Hasta mañana.

Rose estando en su habitación recordó la manera en que había sido amada. Aunque entre sus brazos había sido muy feliz no podía dejar de sentirse una sucia traidora, no podía dejar de pensar que ella lo sabría tarde o temprano. Pero también deseaba con todo su corazón tener la fuerza para enfrentarlo a él día con día en esa oficina. Las cosas jamás serian como antes, porque ahora sabia lo que significaba ser besada acariciada abrazada y amada por ese hombre prohibido.

A la mañana siguiente ella se encontraba en la oficina tan puntual como siempre. Preparo el café, como a él le gustaba. Cuando su pecado llego, ella lo saludo con una sonrisa al igual que él. De esa forma fingiendo que nada ocurrió transcurrieron tres semanas, cada día era una tortura para ella quien sentía cada centímetro de su piel arder ante el recuerdo de los besos y caricias que él le regalo esa noche, sufría en silencio ese amor prohibido, luchaba por no caer rendida a sus pies y suplicar las migajas que solo podía ofrecerle si acaso el quisiera hacerlo.

No podía dejas de sentirse una cualquiera, pero lo peor venia cuando ella le llamaba y la invitaba a comer o a salir a tomar un café. La rechazo en varias ocasiones hasta que se quedo sin excusas. ¿Cómo decirle a tu amiga que no puede serlo más porque se acostó con su pareja? Definitivamente no había frases o palabras para dañar a esa persona tan querida.

—Hola Rose. Me alegra que en esta ocasión hayas podido acompañarnos — dijo una alegre Bella, quien aguardaba su llegada en compañía de Bree.

—Si, a mi también me da gusto.

Ese día compartieron como cualquier otro.

Cuando regreso a la oficina lo hizo con la convicción de jamás volver a mirar ni pensar en él como algo más que su patrón y esposo de su única mejor amiga, pero todo eso se derrumbo cuando entro a la oficina donde él estaba un poco ebrio sentado en la pequeña sala de su habitación de trabajo.

—Señor, he regresado. Se le ofrece algo. —él la miro de pies a cabeza mientras bebía su whisky, se relamió los labios saboreando los restos de la bebida. Ella hipnotizada ante la imagen de poder y lujuria que el emitía sintió las piernas temblar ante el deseo que se posaba en su vientre y su centro.

De pronto le entraron ganas de salir corriendo de ahí antes de cometer de nuevo una locura. Se dio media vuelta dispuesta a salir pero el la detuvo.

—Rose. — acaricio su nombre y ella quedo congelada tomando la manija de la puerta que la liberaría de otra traición o la condenaría en el infierno.

—No lo hagas. —le dijo ella con voz poco convincente.

—¿No hacer que? —le respondió él que sin ella darse cuenta ya estaba detrás suyo aspirando el aroma de su cabello y hablándole en el oído con voz ronca de deseo.

Su cuerpo temblaba.

—Necesito… tu cuerpo. —la giro y estando ambos de frente mirándose a los ojos no resistieron la lujuria de su mente y su carne.

De nuevo cayó en la tentación de lo prohibido, pero ya no podía hacer mas, estaba perdida y enamorada como una tonta.

Su relación clandestina permaneció oculta durante dos meses hasta que Bree los descubrió.

Eran las tres de la mañana cuando el auto color plata se estaciono frente al edificio, Bree temía que su hermana Rose anduviera en malos pasos pues llegaba casi siempre muy tarde, la notaba ausente en ocasiones ya no platicaban acerca de sus secretos íntimos, ella parecía rehuir de su mirada y evadía sus preguntas. Quería saber quien era el hombre con el que ella estaba saliendo. Estaba en la entrada del edificio cuando vio estacionarse el auto de Edward. Eso no la sorprendió lo que lo hizo fue que él se bajo del auto para abrir la puerta del lado de su hermana, cuando esta salió lo abrazo. Su boca se abrió en una o, lo peor vino cuando él se soltó de su agarre solo para recargarla en el auto y besarla como si quisiera tragársela. ¿Cuántas veces ambas vieron llorar a Bella cuando decía que sospechaba de una amante? Rosalie la había consolado abrazado y llorado en una ocasión con ella. ¿Por qué lo hizo? ¿Por remordimiento?, o ¿Por qué era una muy buena mentirosa? Sin poder contenerse llena de rabia pero sobre todo de decepción ya que Rose representaba su heroína, su puerto seguro y era duro saber que no era quien ella había creído.

Salió de entre las sombras…

—Buenas noches señor Cullen.

Edward se irguió soltando a Rose al mismo tiempo, se giro para mirar a Bree.

—Bree ¿Qué haces aquí afuera?—pregunto Rose.

—Me deje las llaves adentro, te llame pero tu teléfono estuvo apagado todo este tiempo, así que mientras le quitas el marido a tu mejor amiga yo estoy aquí a las tres de la mañana muerta de frío y hambre esperándote.

Edward no sabía que decir, pero le molestaba que lo juzgaran a él y a ella.

—Bree este no es el lugar apropiado para hablar, ¿por qué no lo hacemos adentro?—hablo él en tono de orden, lo que le enfureció a Bree.

—Disculpe señor Cullen pero no tengo nada que hablar con usted. Rose las llaves. —Rose le paso las llaves, estaba apenada con su hermana.

Bree entro al departamento esa fue la ultima vez que le dirigió la palabra a él.

Rosalie entro cinco minutos después. Entro a la recamara de su hermana sin tocar.

—¿Por qué entras sin avisar?

—Bree déjame explicarte.

—No hay nada que explicarme a mí, hazlo a ella. Solo te pediré un favor no quiero que jamás ponga un pie en esta casa.

—No puedes prohibirme mocosa insolente. Es mi novio te guste o no.

—No, no lo es, es tu amante, y como tal merece ser tratado. Si el entra yo salgo Rose. No le diré nada a Bella porque eres mi hermana por muy… que seas pero no lo voy a tolerar cerca de mi.

—¿Me estas llamando Puta?

—No te comportes como tal. Sal de mi habitación. —Bree no podía estar a favor de lo que hacia su hermana, no cuando ellas fueron testigos de la infidelidad de su madre, quien le había hecho un daño profundo a su padre. Bree recordaba lo triste que era ver a su padre suplicando a su madre con lagrimas en los ojos. Por eso no podía entender como es que ella podía hacer ese daño a otros.

Rose salió de ahí dando un portazo.

Entre ambas hermanas se abrió un enorme precipicio, su comunicación se había vuelto solo necesaria para las cosas superficiales de la casa, su camarería desapareció. Aun cuando Rose intentaba acercarse a su hermana esta ponía una barrera impenetrable llena de reproches que era mejor evadir.

Pasaron los meses siendo ella la sombra de su señor amante, el secreto de Edward Cullen siempre oculta en la oscuridad de la ignorancia de Isabella Swan. Fingiendo ser lo que no sentía, reclamando en secreto al hombre prohibido.

Pero como todo lo que empieza mal acaba mal su relación termino. La humillación que el le causo haciéndola hacer las reservaciones para su cena especial, las flores y toda esa estupidez que no fue capaz de realizar la lleno de odio puro. Dejándose llevar por el sentimiento mal consejero, lo cito para aclarar puntos, quería convencerlo de la única forma en la que su relación se basaba el sexo. Con lo que no contó, pero que le cayo como bendición fue la presencia de ella. Ahí estaba sentada en una mesa lo bastante retirada como para no ver el verdadero ambiente que se vivía en ellos. Creyendo que él la engaño, esperando que ella lo abandonara y así poder ser feliz al lado que ama.

….

Llego al departamento pasada la media noche, no sabía que demonios se había apoderado de ella para actuar como lo hizo, pero tenía que reconocer que su lado egoísta deseaba ser feliz y había ganado su batalla. Ya era demasiado tarde para arrepentirse ella ya sabia quien era su rival. La mujer con la que no podía competir por el simple hecho de que ella podía darle a Edward lo que tanto deseaba en esta vida, si ella se hacia un lado o simplemente desaparecía de su camino.

Bree no se veía por ningún lado cosa que no le importaba, estaba de cierta forma liberada. Ya no tendría que plantarse frente a ella y fingir una amistad que termino cuando ella cruzo la línea de lo prohibido. Ella realmente deseaba que Bella pudiera encontrar la felicidad con otra persona, Edward no era para ella, ellos eran tan distintos que no concebía la idea de cómo fue posible que él se fijara en ella.

Después de tanto pensar se fue a la cama y durmió como hacia tanto que su conciencia no se lo permitía. Ella estaba preparada para hacerle frente a la esposa de su amante.

A la mañana siguiente ella se levanto para llegar mas temprano a la oficina y tener el tiempo suficiente para prepararse para lo que le venia, en el trayecto de su casa a la oficina pensó en varios supuestos escenarios.

Primero: Edward llega y le dice que todo acabo entre él y su mujer, pudiera que al principio estuviera renuente a ella pero con el tiempo se daría cuenta de que fue lo mejor y regresara a sus brazos.

Segundo: Una esposa celosa y molesta por su traición le pide a Edward que la despida. Pensó que hacer en ese caso. La victima. Si, eso seria lo mejor. Ella se iría de aquel lugar no sin antes dejar la puerta abierta para Edward, cuando el quisiera regresar a ella, cuando las cosas y esa estúpida supuesta reconciliación no funcionaran. Porque algo era seguro, Bella no lo satisfacía en la cama como ella.

Tercer escenario: Bella molesta llega a la oficina a armar un escándalo. Ella tendría que actuar con madurez intentando detenerla para que hablen de una forma civilizada. Dejando por debajo a Bella y siendo ella toda una dama. Mostrándole a Edward que estaba a la altura de la situación.

Las horas pasaron y el jamás llego. Eleazar estuvo ocupando el puesto de Edward tomando las decisiones que había que hacer. Ella no tuvo el valor para preguntar por su jefe ex amante. No sabía los motivos de Edward para no asistir a trabajar. ¿Es que acaso estaba suplicándole aun el perdón a su mujer? Patético.

A la hora de la salida se topó con Jessica la secretaria de Eleazar.

—Rose, ¿sabes como sigue la señora Cullen?

—¿Perdón?, no sé de que hablas.

—Ay pues de que mas voy a hablar, del accidente la esposa de tu jefe.

—¿Cuál accidente?

—¿Es que no has hablado con tu jefe?

—No.

—Ayer que fue su aniversario se quedaron de ver en un restaurante pero ella nunca llego porque se accidento antes de llegar. Lo que escuche decir a mi jefecito fue que estaba en coma y que se estaba muriendo, no sabes la señora Carmen y él estuvieron toda la noche apoyando a la familia……

Rosalie dejo de escucharla, sintió que el corazón le golpeaba fuertemente, y que las piernas se le doblaban, tuvo que sujetarse del respaldo de las bancas de la parada de autobús. No podía creerlo ¿Bella accidentada?, ¿muriéndose? No podía ser, cierto que quería que desapareciera de la vida de Edward pero no de esa forma. No le deseaba la muerte, ella había dado el apoyo a Bree y seguía haciéndolo pues sabia que con su distanciamiento Bree había tomado a Bella para ubicarla en su lugar hasta que según Bree ella recapacitara y dejara a Edward. Bella era tonta pero buena. No merecía la muerte, de pronto pensó en él. En lo terrible que debería sentirse lleno de culpa.

—….. Entonces ¿que dices?

—¿Qué? Disculpa la noticia me impacto, ¿que decías?

—Pues que todas las secretarias queremos darle el apoyo al señor Cullen, pero no sabemos si es conveniente que vayamos a verle al hospital. Ya sabes, que el sienta que su gente le apoya.

—No lo sé.

—Pero si tú lo conoces más que nosotros.

—No lo creo conveniente, además es algo muy íntimo. Pero en cuanto hable con él le hare saber de su apoyo.

—De acuerdo.

…….

Llego en taxi al hospital, Edward debía sentirse culpable por lo sucedido y ella también pero demonios esa mujer si que es tonta y mártir.

Camino a hasta la recepción, pero no llego a ella pues fue interceptada por Tanya, quien le sujeto del brazo enterrándole las uñas largas y afiladas.

—¿A dónde vas?

—¿Qué te sucede? Suéltame.

—Vamos a fuera, o ¿quieres que todos se enteren la clase de mujerzuela que eres?— escucho la voz amenazadora de Alice a sus espaldas. Ellas lo sabían.

Sin decir nada caminaron hacia el estacionamiento y se metieron entre dos autos estacionados.

—¡Maldita zorra! ¡Todavía tienes el cinismo de presentarte aquí! —le dijo Alice.

—Mide tus palabras no sé de que me hablas.

—Ya no finjas lo sabemos todo.

—No pienses que ella esta sola, nos tiene a nosotras estúpida.

—Me da gusto que las tenga a ustedes porque va a llorar cuando él la deje por mi. —Alice la abofeteo. Rosalie la miro con una sonrisa burlona.

—¿Ya terminaste o quieres la otra mejilla? —le preguntó Rosalie a Alice quien la miraba con ganas de asesinarla.

—¡Alice! —la llamo Esme quien había visto todo a distancia. Se acercó con paso decidido. —Hasta una prostituta tiene mas clase al saber cual es la posición que ocupa en la vida de un hombre adultero. Es obvio que usted al presentarse de esta manera tan sin vergüenza no la tiene. Salga de aquí y no vuelva. Si tiene algo que hablar con mi hijo, hágalo donde siempre lo hacen, entre la porquería de sus bajas pasiones.

—No le permito…

—Usted no me permite nada "señora" que no es mas que el objeto de lujuria de un hombre vil como es mi hijo. ¡Largo!

Rosalie salió de ahí con lágrimas en los ojos por la humillación de tal dama. Alice miraba a su madre como si fuera su más grande heroína, con la boca abierta.

—Woouu Esme eres grande. —dijo Tanya.

—Niñas no necesitan llegar a los golpes para poner en su lugar a la gente y pegándoles donde mas les duele. Su orgullo.

Rosalie llego a su departamento con los ojos rojos, nada había salido como lo había planeado. Todos sabían ya de su relación prohibida. ¿Qué sabían ellos de amar?

Se fue a la cama ignorando la mirada interrogativa de Bree.

A la mañana siguiente ella se encontraba redactando una carta que Eleazar le había pedido, cuando Edward llego con ropa casual pasando de largo a su oficina. Entro detrás de él.

—Señor Cullen…

—Pasa a recursos humanos por tu finiquito y una indemnización por tu despido injustificado.

—¿es por lo que sucedió con tu madre y tu hermana ayer?

—¿Qué?, ¿de que hablas? — él no lo sabia.

—Ayer fui a buscarte al hospital….

—¡¿Por qué mierda hiciste eso?!

—Porque se como te sientes, yo me siento…

—Tú no tienes ni una puta idea de cómo estoy. No me hagas llamar a seguridad, tienes diez minutos para irte y no volver jamás.

—Solo te diré que te amo y que estaré esperándote. — salió sin esperar respuesta por parte de él. Cuando cerró la puerta detrás de sí escucho un estruendo. Tomo su bolso fue a recursos humanos firmo los documentos indicados y salió de ahí.

……

Edward camino el largo pasillo que conducía hasta el consultorio de su padre. Toco suavemente y cuando el hombre que le dio una familia le dio el pase, entró.

—Buenas tardes. —saludo.

—¿Buenas? —Pregunto Carlisle con molestia — te cite para entregarte estos documentos, aquí encontraras todo lo que quieras saber sobre tus orígenes.

—No quiero saber nada.

—Ese es tu problema, cuando las cosas no te gustan las ignoras o las tratas de ver según tu lógica. Es por eso que ahora tu vida es un desastre, no afrontas los problemas. Ya madura.

—Ella me abandono ¿Por qué querría yo saber de esa mujer?

—Un consejo más, antes de armar conjeturas y de hablar sin saber mejor investiga. En otras palabras guárdate tus pensamientos para ti mismo. Es desgastante ver tanta mierda provocada por ti.

—¿Por qué me hablas asi? Soy tu hijo. Adoptivo o no, lo soy. Se supone que ustedes adoptan por que van a amarnos con y sin defectos. Aun cuando los hijos son de sangre eso no garantiza si serán buenos o malos. Sabes, al final ustedes son como yo. Piensan igual.

—De nuevo más mierda. Escúchame bien Edward, preguntas por que te hablo así. Porque en ocasiones los hijos necesitan mano dura mostrarles la realidad de las cosas. Siempre lo tuviste todo, nunca tuviste carencias de ningún tipo. Dinero, carros, novias todo en esta vida se te dio sin ningún esfuerzo de tu parte haciéndote un egoísta, manipulador caprichoso y patán. Te encerraste en una burbuja de perfección que no existe. Esme esta molesta y dolida, se pregunta que hizo mal para que tú resultaras la clase de hombre indeseable que no necesita el mundo. Yo le respondo nada Esme no has hecho nada mal. Te dimos comprensión apoyo incondicional para todo lo que has decidido emprender, no se en que momento te desviaste del camino, pero lo hiciste y aquí está frente a mi el resultado. Bien entonces quédate solo y aprende a resolver tus problemas, mira tus errores y aprende de ellos madura. La próxima oportunidad que tengamos de charlar espero ver en ti un mejor ser humano, un buen hombre.

—Siento haberlos decepcionado. Voy a intentar ser un buen hombre.

—¿Intentar? Aun no empiezas y ya te estas dando por vencido.

—Voy hacer un buen hombre del que se sientan orgullosos. — dijo Edward mas para si mismo que para su padre.

…………..

 

Se encontraba angustiada, no sabia lo que ocurría en la vida de Edward habían pasado ya algunas semanas en las que se separaron. Todos los días leía los periódicos matutinos en busca de noticias acerca de él, por mucho que no le gustara una parte de ella la egoísta, buscaba el titular de la muerte de la esposa del mejor abogado de Chicago. Sintiéndose cada día mas amarga arrojo el periódico.

—¿Por qué no has asistido a trabajar? —pregunto Bree, sin obtener respuesta de Rosalie quien seguía sumida en sus pensamientos.

—Ayer fui a casa de Bella y no la encontré, de hecho su celular a permanecido apagado o bien no ha querido responderme en días, tú no has ido a trabajar, tu amante no a llamado ni a venido. Ella al fin lo sabe ¿cierto?

—Si. —respondio con voz apagada.

—Supongo que piensa que yo también jugué con ella.

—Tuvo un accidente el día que lo supo.

—¿Qué? ¿Pero como sucedió?

—No lo sé solo que esta en estado de coma o al menos fue de lo que me entere. Pero a este tiempo supongo su estado a cambiado.

—¿Cuándo pensabas decírmelo?

—Solo te preocupas por ella, ¿qué hay de mi? Ni siquiera me preguntas como estoy. Edward termino conmigo y me hecho de la oficina pagando muy caro mi silencio como si fuera una cualquiera, cuando el me pidió que viviéramos juntos.

—Vaya hasta que el patán salio a la luz. Te lo dije, el no era de fiar. No te quejes ni te hagas la victima yo muchas veces te dije que él no te amaba.

—¡No seas cruel! —le dijo Rosalie con una mano en su pecho y la otra la mantenía hacia enfrente intentando protegerse de las palabras de su hermana. Las lagrimas caían de sus ojos dejando un camino en su rostro.

—¿En que hospital esta?…

….

Bree llego al hospital una hora mas tarde llevaba su pequeña mochila en forma de oso. Entro y se dirigió a paso lento a la recepción. Las piernas temblaban y se sentía muy mal. No quería llorar, pero sin saber el estado actual de su adoptada hermana mayor tenia el nudo de sentimientos atorados en su garganta.

—Disulpe quisiera pedir informes del estado de la Señora Isabella Cullen y ¿Cuál es el horario de visitas? —la enfermera la miro de mala gana. Acababa de iniciar su turno. Su compañera anterior había tenido tanta urgencia por salir que solo le dijo que Ángela W. llegaría por el permiso de visitas. Solo ella estaba autorizada por la familia para que pudiera ver a la paciente. Suponiendo que era ella le entrego el permiso.

Bree no dijo nada, camino al elevador y entro. Subió al piso 6to, estaba nerviosa la enfermera no le dio el informe alegando que solo el medico podía hacerlo. Pero no quiso insistir ya que temía no la dejaran pasar a verla, por ser la hermana de la amante de su marido.

Camino por el amplio, silencioso y sombrío pasillo hasta encontrar la habitación 608.

Abrió lentamente la puerta sin saber que encontrarse, todo estaba en silencio entro. Cuando la vio estaba conectado a unos aparatos que marcaban el ritmo de su corazón. Pensando en que se encontraba dormida tomo valor y se acerco. Cayeron lagrimas de sus ojos busco en su mochila algo con que limpiarse y entonces la escucho.

—¿Desde cuando que lo sabes? —Bree se quedo paralizada, lentamente subió la mirada hasta toparse con la de ella. Retrocedió un paso, el semblante de su rostro no era el mismo, siempre amable y lleno de ternura. Sus labios no mostraban esa sonrisa calida con la que siempre recibía a todos. Ella sin poder evitarlo se soltó a llorar como niña pequeña.

—Lo si..ento— decía entre sollozos. —lo siento, nunca quiso escucharme.

—Tal vez ella no, pero yo si. —dijo con dificultad.

—Perdóname, estaba entre la espada y la pared. No podía elegir.

—Entonces yo tomare la decisión por ti. —Bree paro su llanto y la miro a los ojos, no había rencor, ni dolor solo indiferencia. —Sal de aquí, y no vuelvas jamás. Nunca más te atrevas a cruzarte en mi camino.

Bree abrazo su mochila, se sentía tan perdida como cuando murió su padre.

—Yo te quiero y espero algún día puedas perdonarme. Gracias por todo Bella, lo siento tanto.—se giro y salio de ahí.

…..

Bree entro al departamento con el rostro bañado en lagrimas.

—¿Qué paso? ¿Cómo esta? —preguntó Rosalie quien aun continuaba con su camisón de dormir despeinada y el rostro hinchado por el llanto.

—Esta despierta no se su estado ella no quiere verme. —Bree se dirigió a su habitación dejando a una pensativa Rosalie.

"Bueno, entonces esta viva… Bien, Isabella Swan a llegado el momento de hablar de mujer a mujer…"

 

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Nota:

Se que no tengo perdón de Dios, por la larga espera. Mil disculpas en ocasiones no me alcanza el tiempo. Hay quienes me han encontrado en otra pagina donde actualizo con mayor frecuencia. Pueden encontrarme en Facebook como Obscuro Corazón. Gracias por leer esta historia y esperar la actualización.

Capítulo 12: El despertar a la realidad Capítulo 14: Esperándote Parte I

 
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