UNA CITA CASI A CIEGAS

Autor: AlienaCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 07/04/2012
Fecha Actualización: 23/02/2013
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 105
Visitas: 76760
Capítulos: 29

Bella Swan nunca pensó que por acceder a regañadientes a los ruegos de su amiga, pasaría un día tan maravillosamente increíble junto a un hombre insaciable.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 7: Edward versus Scooby doo y cinco diablos sueltos por Madrid

 

 

DISCLAIMER: Ninguno de los personajes que aparecen en esta histoira me pertenecen, son propiedad exclusiva de S. Meyer

Capítulo 7: Edward versus Scooby doo y cinco diablos sueltos por Madrid

Pov Edward

Rojo, todo lo veía rojo de la ira que me entró nada más llegar y ver la escena que se estaba desarrollando en ese salón. Mi Bella estaba tirada en el suelo  con toda la cara llena de sangre,  las demás delante de ella en actitud defensiva y  mi madre y  Tanya arremetiendo contra ella.

Solo recuerdo haber llegado a casa en el coche de Emmett y ver un auto que claramente era de alquiler aparcado en la puerta. No me había tomado más de dos minutos el asimilar lo que sucedía y sin esperar a que Emmett  terminara de frenar me lancé al interior de la casa. Solo alcancé  a oír como mi Bella le decía a mi madre  que era ella quien se iba a casar conmigo.  No sé porqué ni como llego a decir algo como aquello, pero de lo que si estaba seguro era que este menda de aquí no iba a contradecirla,  no señor. Tenía muy claro que me había enamorado como un loco de Isabella Marie Swan   y, aunque era muy pronto,  la idea de Bella y yo casados se me antojaba una muy buena idea a pesar de no haber pensado aun en esa posibilidad.

Me lancé derecho hacia mi Bella para saber cómo se encontraba,  apartando a mi madre y Tanya. Ésta última  cayó de culo en el suelo. En otro momento y con cualquier otra mujer,  me habría sentido fatal, pero  esta mujer en concreto había agotado ya toda mi capacidad para ser amable y caballeroso, era la única que conseguía que mi  lado oscuro saliese a relucir. No era mi intención tirarla, pero si ella era una zorra que agredía a mi Bella, yo no tenía por qué ser un caballero.

Cuando estuve junto a ella, la tomé en mis brazos y nos miramos un momento a los ojos y solo eso me bastó para saber que a pesar del daño que le habían hecho, seguía conmigo,  determinada y dispuesta a luchar. Pero por otro lado y no sé por qué razón, me pedía perdón con la mirada cuando ella no tenía que pedir perdón de nada, absolutamente de nada. Saqué el pañuelo de mi bolsillo para intentar limpiarle inútilmente  la sangre que salida de su nariz y de sus labios. Alice ya había ido a por algo para curarla y Rose estaba en una esquina intentando calmar a su hija que se había asustado al entrar y ver lo que ocurría.

Con Bella aun sangrando entre mis brazos  y mi mal genio en plena ebullición,  encaré a esas dos  aberraciones humanas. Lo mejor de toda la situación, poder ver la cara de ¿incredulidad?, ¿sorpresa?, ¿rabia?, que tenia Tanya, si señor eso era lo mejor, pero eso no le limpiaba la sangre a mi Bella ni aplacaba mi mal humor.

—¿Cómo os habéis atrevido a ponerle un solo dedo encima?, ¡salid inmediatamente de esta casa si no queréis que llame a la policía y os denuncié por agresión! –les chillé, pero ninguna de las dos se amedrentó.

—¿Es verdad lo que dice esta zorra?, ¿es todo cierto? –me preguntó una Tanya que pretendía dar lastima poniéndose a llorar.

—En primer lugar Tanya,  es cierto que por aquí hay suelta alguna que otra zorra pero no es precisamente mi Bella así que cuidado con lo que dices. Y, en segundo lugar, no se exactamente que habéis hablado, pero sea lo que sea, lo corroboro, es todo cierto, ella es mi novia formal NO TU.

—Ella dice que os vais a casar –volvió  a encararme con unas muy bien llamadas lagrimas de cocodrilo en la cara.

—Si ella lo ha dicho es que será verdad ¿no?

—Por encima de mi cadáver –dijo mi madre

—Pues ya puedes ir eligiendo una caja, porque me temo que vamos a ir de funeral. Y ahora, ¿queréis salir de una vez de aquí o llamo a la policía?

—Ya la llamo yo –dijo Emmett —han hecho daño a mi hermana y  están asustando  a mi niña—, la cual seguía llorando desconsolada en brazos de Rose.

—No hace falta que llames a nadie, ya nos vamos –dijo mi madre cogiendo a Tanya por el brazo, pero esto no se va  quedar así, volveremos.

—Por supuesto que no se va  a quedar así, habéis agredido a mi novia y os vamos a denunciar, no voy a permitir que os volváis a acercar a ella, ya recibiréis noticias de los abogados, no os quiero a menos de un  kilómetro  de donde ella esté —las grité mientras veía como salían por la puerta.

—Perdón, ya sé que no he debido decirlo pero… es que… ellas… me estaban poniendo muy nerviosa  –me dijo mi Bella cuando esas dos por fin desaparecieron de nuestra vista.

—¿Decir que mi amor?  —le pregunté  acariciándola suavemente mientras veía como se le iba yendo el color de la cara y en ese momento recordé  que Alice me había dicho una vez que no resistía la sangre, que con su simple olor se mareaba.

—Que nos íbamos a casar, perdón Edward no quería poneros en ningún compromiso, ni a ti ni a ninguna de vosotras.

—Bella cariño, nos has hecho nada malo, no nos has puesto en ningún compromiso, que piensen y crean lo que les de la gana, tranquila, además, ¿no te seduce la idea de casarnos?

—Es un poco pronto para eso ¿no crees?, pero más adelante… no te diría  que no, cuando estemos más seguros   –me contestó llenando mi corazón de un sentimiento extraño ante su respuesta porqué de una manera u otra me estaba diciendo que sí pero no me dio tiempo a analizar el sentimiento ya que cada minuto que pasaba se  ponía mas blanca aun.

—Vamos, eso no es ninguna excusa, a mi me bastó solo un segundo para saber que estaría enamorada para toda la vida –dijo de repente Esme y todos nos la quedamos mirando.

—Porque sea la tía solterona no quiere decir que no haya tenido mi historia –contestó muy ofendida, pero no dio tiempo para analizar la respuesta ni preguntarla más, Bella se desmayó entre mis brazos.

—Tranquilo no te  asustes, siempre le pasa igual cuando huele la sangre –dijo Rose y Alice, que entraba en ese momento con algodón, agua oxigenada y gasas, se puso  curarla.

Con mucho cuidado la levanté del suelo y la llevé a nuestra habitación.  Me senté en la cama y la puse sobre mi regazo, no quería separarme ni un milímetro de ella, después de lo que la habían hecho sentía la necesidad de tenerla cerca de mí, de protegerla, de cuidarla. Ella las había encarado como una autentica fiera defendiendo su territorio y yo sentía la necesidad de que entendiera que había hecho bien que yo era su territorio y que ella era el mío.

—¿No habría que llevarla al médico? –pregunté con preocupación.

—No —dijo Emmett entrando con un frasco y poniéndoselo en la nariz para que lo oliera, ya la ha pasado otras veces y este es el remedio, tardara un poco en reaccionar, Esme ¿quieres hacer que huela de esta solución de vez en cuando? –le pidió a mi tía que era la que estaba mas cerca.

—¿Cómo es posible que nos hayan encontrado tan pronto –preguntó Esme cogiendo el frasco.

—No tengo ni idea –contesté –supongo que la han investigado ya que tenían su número de móvil, mi madre llamo a Bella el otro día.

—Espero que no haya sido capaz de algo así, pero mucho me temo que lo han conseguido de mí. El otro día llegué a casa más pronto para hacer las maletas y la pillé en mi habitación. Su número está en mi móvil y la dirección también. Argg si han estado hurgando en mis cosas juro que…— dijo Alice muy enfadada

—Yo creo que aparte de hurgar en tus cosas  la han estado investigando –dictamino Irina. Llamará a Laurent a ver si consigue averiguar algo, probablemente hayan contratado a uno de los detectives de la firma.

—Gracias Irina

—O puede que al final nos hayan visto y nos siguieran –dijo Kate.

—A ver, ¿qué es eso de que os siguieran? –pregunté un tanto mosqueado.

—Esto… verás… Bella nos pidió que no te lo dijéramos para no preocuparte pero las vimos en el centro comercial –y acto seguido me relataron su “aventura” y la verdad es que no sabía si enfadarme con ellas o reírme abiertamente como Emmett.  Al final opté por lo segundo, total enfadarme no me iba a servir de nada. Y, de todos modos, la manera en que consiguieron su número de móvil y de cómo encontraron tan pronto la casa, solo ellas lo sabían, nosotros solo podíamos especular.

 —Edward esto… ¿podrías dejar a Bella un segundo en la cama?, quiero hablar contigo, las chicas la cuidarán y te avisarán cuando despierte.

Puse a Bella suavemente sobre la cama y me levanté temeroso de lo que Emmett me pudiera decir.  Estaba serio, muy serio., y no era para menos. Tenía miedo de que todo esto hubiera sido demasiado para él y me fuera a pedir que me marchará. Mi corazón se encogió solo de pensarlo y mi estómago me dolía.

—Edward verás, tras, lo que ha pasado…

—Emmett yo… lo siento yo...

—Déjame terminar. Lo que quiero decirte es que no podemos consentir que esas dos se atrevan siquiera a volver a acercarse a Bella ni a nadie de mi familia… entiéndelo tío mi propia hija está ahora en su habitación con mi mujer, recuperándose  del susto que se ha llevado y a Bella la han agredido…

—Emmett lo sé… yo… te prometo que…

—Espera, déjame terminar—me repitió levantando la mano para callarme de nuevo –no te voy a pedir que te marches, eso nunca lo haría, veo que mi hermana está sintiendo algo muy fuerte por ti, la conozco Edward, ella se siente feliz y a gusto a tu lado, sonríe como hace mucho que no la había visto hacerlo y eso es suficiente para mí. Yo no le haría ese daño y además estoy seguro que me traería como consecuencia que Bella dejase de hablarme. Por lo que veo, tu estás sintiendo lo mismo así que Rose y yo estamos con vosotros hasta el final, apostando por lo vuestro. Pero… lo que te quiero decir, entre otras cosas, bueno… más bien preguntar, se que se trata de tu madre pero… ¿tienes inconveniente en denunciarlas por agresión y  pedir una orden de alejamiento contra esas dos…?

—Eso no tienes ni que preguntarlo –le contesté respirando aliviado –yo también había pensado lo mismo. ¿Por qué crees que las he amenazado con los abogados?, pero voy a hacer más que eso, llamaré a mi padre para que tome cartas en el asunto. Se han pasado de la ralla Emmett y tienen que responder por lo que han hecho. Ojala hubiera alguna manera de sacarlas del país.

—No sé si eso será posible con las leyes tan perfectas que tenemos en este  país –dijo con sarcasmo— pero se puede intentar, pondré a trabajar a mis abogados en ello.

—Y yo a los míos.

—Bueno pues en esto estamos de acuerdo. Pasemos a otra cosa, veras… como ya sabes yo trabajo en la embajada pero mi trabajo no es…cualquier trabajo… digamos que pertenezco al servicio secreto y como tal tengo derecho a escolta.  Bella y Rose conocen la verdadera naturaleza de lo que hago, no saben todos los detalles aunque si los imprescindibles, pero desconocen  que siempre llevan detrás a alguien vigilándolas,  ¿por qué?,  muy sencillo, si ya conoces a Bella solo un poco sabrás lo independiente y autosuficiente que es y lo celosa que es de su vida privada, no creo que le hiciera gracia saber que alguien le pisa los talones anotando cada movimiento que hace. ¿Cómo crees que reaccionaria si se entera que bueno yo… supe desde el primer instante vuestros encuentros en esa habitación de hotel? Tranquilo –me dijo al ver que me tensaba –no le doy más importancia, ya te dije que ella es una mujer adulta capaz de tomar sus decisiones y como verás yo ya te acepté en la familia. A lo dicho anteriormente me remito. Pero  Samuel me informó, temeroso de que fueras…alguien que se quiso acercar a ella para llegar hasta mi  ¿entiendes?

—Si, Emmett ya lo entiendo.

—Pues si ya nos entendemos, la cuestión es que no debes preocuparte ni empezar a sobreprotegerla  ya que  eso solo te traerá problemas con ella y serios, créeme sería la muerte de vuestra relación. Lo sé porque es mi hermana y la conozco, y  por experiencia ya que mi Rose es igual que ella en ese aspecto. No querrás probar en tus carnes el genio Swan te lo aseguro. A mi hermana le gusta ir por libre, no quiere ni que la agobien ni que la sobreprotejan, por eso se marchó de Forks y se vino conmigo en cuanto tuvo oportunidad.  Mis padres son unas personas encantadoras, pero mi padre como buen jefe de policía quería saber al detalle cada movimiento de su hija, hasta le puso un detective para que la siguiera. Bella se enteró y… en la actualidad no tienen muy buena relación. Por  eso te digo que te relajes, que la dejes a su aire, si necesita ayuda ella misma te la  pedirá pero para tu tranquilidad ten la seguridad de que  está vigilada y protegida las veinticuatro horas del día, ahora mismo mando las fotos de esas dos a Samuel.

—Bueno pues… verás Emmett mándale las fotos, pero avísale de cualquiera que se intente acercar a ella yo… me temo que al obtener la orden de alejamiento mi madre o Tanya contraten a alguien para que le haga daño. Tienen el dinero y los medios y son…muy capaces.

—Tranquilo Edward es su trabajo y Sam lo hace muy bien ¿cómo piensas que Bella se libra muchas veces de este… el tío ese del zoo,  el del Complejo de Capitán América?

—Sí, Scooby doo,   ese con pretensiones de escritor –dije yo apretando los dientes causando la carcajada de Emmett ante el apodo.

—Y… una última cosa. Bella les has dicho una mentira, realmente se ha tenido que ver muy presionada para hacer algo así porque mi hermana nunca miente, odia la mentira por encima de todo.  Y por si fuera poco,  les ha enseñado la sortija de mi abuela Marie para corroborar lo que decía. Bella de pequeña estaba enamorada de esa sortija e inconscientemente siempre la tocaba y la acariciaba, mi abuelo se la regaló a mi abuela  cuando le pidió que se casase con él. En su lecho de muerte  mi abuela se la dio  a su nieta  y desde entonces Bella nunca se la ha quitado siempre ha estado en ese dedo y nunca salió de ahí, esta es la primera vez que lo hace, aunque solo haya sido para cambiarla de mano, por eso digo que debía de estar mu presionada así que mi pregunta es Edward,  ¿cómo te sientes ante eso?

—Si te digo la verdad, con ganas y deseos de que fuera verdad, ya sé que es temprano y que tenemos que conocernos, pero la idea cada vez me fascina más así que… me siento cómoda con ella, el problema van a ser esas dos pero que piensen y crean lo que les dé la gana francamente me da igual.

—Pues te va a tocar lidiar con una muy acongojada Bella cuando despierte.

—Creo que ya lo aclaramos antes de que se desmayara.

—No se acordará, en esos momentos mi hermana suele no recordar lo último que ha dicho o ha pasado.

—No hay problema, lo hablaremos otra vez.

—Pues eso es todo lo que quería decir Edward solo añadir que mi hermanita esta vez hizo una muy buena elección.

—Gracias Emmett –le dije  y con esto volvimos a la habitación donde aun Bella no se había despertado pero pude observar que mi tía estaba muy callada, pensando y me preocupé,  no se me iba de la mente lo que había dicho y… no sabía yo que mi tía estaba enamorada tan profundamente de alguien, pensé que mi padre y ella… pero en fin…

 Al ver que mi Bella aun no se despertaba, decidí salir un momento afuera para hablar con Carlisle,  por mucha escolta que Bella tuviera no iba a consentir que esas dos hicieran lo que les diera  la gana, era hora de que mi padre controlara a su propia esposa. Pero antes de que hubiera siquiera podido marcar el numero Alice, Kate e Irina me interceptaron y me contaron con pelos y señales todo lo que había ocurrido antes de que yo llegara incluido el enfrentamiento entre Esme y mi madre. Esa información me dejo muy pensativo, ¿qué nos ocultas tía?, pensé para mi, ¿qué es eso tan grave que ocultas y que temes que nos enteremos pero que ya no puedes soportar más el no decirlo?, ¿por qué según mi madre callas por nosotros?, ¿por qué  te destrozaron la vida?, eran un montón de preguntas sin respuesta,  aunque a estas alturas de la historia y tras esos nuevos datos estaba empezando a crecer dentro de mí una teoría, era muy novelesca pero… definitivamente tendría que enfrentar a Esme y a Carlisle y sería mejor hacerlo por separado. Pero lo primero era llamar a mi padre cosa que hice bajo la atenta mirada de mis primas y Alice…

—Papá –le dije nada más que contestó al teléfono.

—Buenos tardes para ti también –uff como odiaba esa frase ¿por qué siempre me tenía que salir con la misma parrafadita? –tu madre me ha llamado hace un rato,  estaba muy enfadada y dolida, me ha contado una historia para no dormir que prefiero mejor oír de tus labios y de los de Alice antes de sacar conclusiones, pero si es verdad que le has pedido a Bella que se case contigo, enhorabuena hijo, me alegro por ti, personalmente pienso que es un poco pronto pero si es tu deseo que sepas que cuentas con mi apoyo… y con el de tu tío Aro también.

—No, no habrá boda de momento pero desde ya aviso que en un futuro que espero no sea muy lejano puede que sea una realidad. Papá Bella lo dijo porque ellas la pusieron al límite, entraron en su casa, la agredieron, hirieron e insultaron —le dije y procedí a explicarle todo lo que había pasado.

—Sabes hijo, tu madre ha conseguido hartarme,  ha sobrepasado con creces el límite de mi paciencia, no creo que pueda aguantarla por mucho más tiempo. Si lo he hecho hasta ahora ha sido por vosotros, pero ya no aguanto más han sido muchos años y  ya sois adultos para comprender. Os voy avisando a ti y a tu hermana, un día de estos…., pero en fin sigue siendo mi esposa me guste o no, hablaré con ella Edward y si eso no es bastante viajaré en este fin de semana que viene a España para llevármela de ahí aunque sea a rastras. Mientras tanto tú toma todas las medidas legales que sean precisas, cuentas con mi apoyo y con el de Aro. Y otra cosa, tu madre ha hablado uno por uno con todos los miembros del consejo solicitando el regreso inmediato de tu prima y  tu tía ya que, según alega no es justificable que estén allí. Pero tranquilo, Aro y yo hemos logrado convencerlos de que la experiencia de Esme buscando locales es inestimable y que Irina tiene que estar ahí para que los contratos sean legales. Así que le puedes decir a esas dos que se pongan las pilas y justifiquen con pelos y señales su estancia allí, sino me veré obligado a hacerlas volver. Alice y Kate son otra cosa, no trabajan aquí y la empresa de modas es suya pero si Irina y Esme no demuestran que están trabajando tendrán que volver. Irina no es tanto problema porque no trabaja directamente para nosotros pero Esme sí lo es.

—No te preocupes padre, Emmett, el hermano de Bella me ha estado hablando de un local en venta que hay enfrente de nuestra embajada y  mañana iremos a verlo. Aunque… Emmett dice que por la zona en la que está será un poco caro…

—Eso ya lo dejo a vuestra elección, si son caros pero veis que el sitio merece la pena, adelante, solo tenéis que justificar vuestro trabajo allí

—Te agradezco tu apoyo padre esto… verás…  ¿tú sabes si mamá ha investigado a Bella?

—No lo sé hijo pero puedo intentar averiguarlo, me pongo a ello y te llamo.

—Gracias papá, te lo agradezco Irina también va a pedirle a Laurent que lo averigüe a ver si entre los dos conseguís enteraros. Esto otra cosa que quería comentarte… yo…  lo siento padre pero…no puedo evitar preguntarte algo que me ha rondado por la cabeza desde hace tiempo y después delo que ha pasado hoy... tu y la tía os miráis de un modo especial cuando pensáis que el otro no se da cuenta y mi pregunta es, ¿por qué no te casaste con ella en vez de con su hermana?, tu no sientes nada por mi madre papá, nunca lo has sentido siempre lo he sabido y ahora me lo confirmas entonces ¿porqué? –por el rabillo del ojo vi como mis  primas y Alice me miraba expectantes ¿conseguiríamos por fin desentrañar parte del misterio? –verás te lo pregunto no solo por lo que me acabas de decir sino porque…y procedí  a relatarle el enfrentamiento con Esme y su posterior comentario.

—Esme, Esme, Esme –decía mi padre con voz apesadumbrada –es una larga historia hijo no me parece bien contarla por teléfono lo siento… pero no puedo.

—Mira padre, voy a tardar en volver y verdaderamente es algo que me intriga, me da igual que sea por teléfono  –le dije poniendo el aparato en manos libres para que las tres cotillas que tenia al lado pudieran oír y dejaran de colgarse en mi hombro, de dar saltos  intentando pillar algo de la conversación y sujetarse a mi cuello con el consiguiente ahogamiento y además, era algo que nos incumbía a todos.

—Hijo por favor… no me hagas esto…

—Mira papá Esme para mi es como la madre que debería haber sido Elizabeth y nunca fue, la quiero mucho ¿entiendes? y si tiene algún problema, algo que oculta o algo que la dañe, quiero saberlo para ayudarla, es mi tía, no, no es solo mi tía es… mucho más –le dije al tiempo que veía como Alice y mis primas me daban la razón con la mirada, ellas también querían saber, también querían ayudarla.

—Hijo… por favor…

—No te lo estoy pidiendo padre… te lo exijo.

—Lo siento es una historia triste, complicada y dura que no puedo deciros por teléfono. No merecéis enteraros de ciertas cosas así de este modo ya que… me temo que os afecta directamente. Pero… en fin supongo que llegados a este punto… ya sois mayores y creo que tenéis derecho a saber… solo podré contaros mi versión  pero…  ya está decidido el fin de semana que viene viajaré a Madrid para hablar con vosotros, ¿de acuerdo? Y así aprovecho para intentar sacar a tu madre y a Tanya de ahí, eso si no lo habéis arreglado vosotros ya.

—Está bien –contestamos resignados y cada vez más preocupados e intrigados

—Pues hasta el sábado hijo, ya os diré el vuelo y la hora a la que llego  y si me entero de algo te llamo. Y con esas palabras colgó.

—Ahora sí que el asunto me preocupa de verdad ¿tan grave es que no lo puede decir por teléfono? –dijo Irina

—Eso parece –contesté preocupado al tiempo que me adentraban en la casa para subir a ver como seguía Bella.

—Esto… Irina –le dije por el camino –sería posible que te pusieras a trabajar en una denuncia por agresión y en una orden de alejamiento para esas dos y valoraras la posibilidad de echarlas del país.

—Lo de la orden de alejamiento es un hecho pero lo otro… en fin ahora mismo me pongo al habla con Laurent él conoce mejor que yo estas historias y de paso le comento lo de la investigación.

—Gracias –le dije —y agradécele a Laurent también ya sé que es su trabajo como abogado de la empresa pero… este asunto es particular y no tiene nada que ver con Cullen and Vulturi.

—Primito, sabes que Laurent lo hará con mucho gusto, además Bella pronto formará parte de nuestra empresa ¿no?  —me reí internamente ante la cara de inocencia que me puso ¿qué estaría tramando ya este diablo?, pero no me dio tiempo a mas ya que habíamos llegado a la habitación y Bella que ya había despertado,  estaba hablando con Esme y se la veía bastante apesadumbrada.

—Cielo,  ¿cómo te encuentras? –le pregunté acercándome deprisa hacia ella y pude notar de nuevo que a Esme se le humedecían los ojos, definitivamente estas actitudes de mi tía, confirmaban mi teoría… si tan solo pudiera acercarme a ella. Quizás mañana cuando fuéramos a ver esos locales que había en venta cerca de la Embajada de los cuales nos había hablado Emmett… o ¿quizás cuando hubiera escuchado la parte de Carlisle?, no sabía cómo enfrentar la situación pero una cosa tenía clara y  es que Esme hablaría cuando estuviera preparada para hablar.

—Ya estoy bien Edward lamento haberte preocupado  —me contestó muy compungida –Edward yo…perdona por lo que dije pero es que…

—Shhh, no le des más vueltas, ya te he dicho que no tengo ningún problema con eso mi niña, es más me seduce la idea y tu antes me has dicho que a ti también –le dije levantando una ceja de modo sugerente. Me di cuenta en ese momento que nos habíamos quedado solos en  el cuarto.

—Bueno esto yo… —contestó mordiéndose el labio –verás… digamos que si pasado un tiempo me lo pidieras yo… bueno… digamos que…. a lo mejor… te diría que sí.

—Eres encantadora Bella Swan –le dice acercando mi boca a la suya para encontrarme con sus suaves, tiernos, dulces y delicados labios, los cuales aceptaron los míos con ternura y seriedad, estábamos sellando un pacto, un pacto de amor.  Nuestras bocas danzaban al unisonó  y nuestras lenguas bailaban al compás de la música más vieja del mundo. Las manos de Bella subieron hasta mi cuello y empezó a jugar con mi pelo mientras que yo empecé a explorar cada centímetro de piel que estaba al alcance de mis manos.  Y como siempre pasa entre nosotros la ropa de pronto desapareció sin previo aviso. Bella estaba expuesta delante de mí solo vistiendo un original y sensual conjunto de lencería que nada más ver me había vuelto loco y ocasionado que mi erección le diera la bienvenida.  Por mi parte, los bóxers eran mi única prenda encima de mi cuerpo.  Separé sus labios de los míos para comenzar a explorar su cuello, su clavícula hasta llegar a esos montículos lujuriosos que me llamaban a todas horas. Me quité del medio el molesto sujetador y me sacié a gusto del dulce néctar que emanaba de esa parte de su cuerpo, los lamí, los chupé con ganas y hasta les di pequeños mordisquitos que arrancaban de Bella una sinfonía de gemidos que  me ponían todavía más duro de lo que ya estaba. Dejé sus pechos y me dediqué a besar su vientre hasta llegar a su santuario y mi lengua se abrió paso en él, conquistándolo, degustando, succionando. Mientras que dos de mis dedos se adentraban en ese paraíso que me pertenecía solo a mí, mi lengua comenzó a hacer círculos sobre su clítoris. Los gemidos eran tan altos que temía que nos escucharan pero a estas alturas yo no estaba muy cuerdo como para acallarlos y ella tampoco.

Cuando noté que iba a culminar, me separe de ella quitándome los bóxers  y volví a ascender por su cuerpo adorando todas y cada una de las partes por las que mi boca pasaba hasta llegar a su propia boca la cual devoré con hambre mientras que poco a poco y lentamente la iba penetrando. Ella al notar mi intrusión lanzo un grito que estaba seguro habían oído todos en la casa y que yo procuré acallar con un beso. Mañana me enfrentaría a las consecuencias, ahora tenía algo más importante en que pensar, o mejor dicho no pensar. Sus manos lujuriosas acariciaban todo lo que había a su alcance y cada caricia suya quemaba de tal forma que mi cuerpo se estremecía de simple y puro placer. Empecé a moverme lentamente al principio, torturándola, excitándola, mirándola a los ojos en donde podía ver todos los sentimientos que yo mismo tenía hacia ella.  Bella no estaba conforme con mi ritmo aquí que empezó a moverse para provocar que fuera más rápido al tiempo que enredaba sus piernas en mis caderas para que el ángulo fuera más amplio, más profundo.  Las embestidas se fueron haciendo cada vez más placenteras, mas rápidas, los dos estábamos  llegando al límite de nuestras fuerzas, pero no quería que esto terminara aun. Me salí un momento de ella, le di la vuelta pegando su espalda a mi pecho y la volví a embestir con fuerza por detrás, duro, profundo. Estuvimos un buen rato en esa posición, gimiendo, jadeando, sintiendo como el placer recorría todas y cada una de nuestras terminaciones nerviosas. Yo la decía al oído palabras  que nunca pensé que pudieran salir de mis labios, unas eran sucias, otras seductoras, otras de…amor.  Cuando noté que ella se arqueaba y su centro comenzaba a aprisionarme llevé uno de mis dedos a su clítoris lo que provocó un nuevo grito de ella…

—Así es preciosa, dámelo, dámelo todo, le dije ronroneando en el oído al tiempo que se lo mordía y solo eso bastó para que los dos explotáramos en un orgasmo tan intenso y sorprendente que nos dejo totalmente exhaustos y tumbados uno encima del otro tratando de recuperar el ritmo normal de nuestras respiraciones. Cuando mi cuerpo empezó a responder  más o menos normal salí de ella y nos giré para dejarla sobre mi pecho. Al irle a dar un nuevo beso pude observar que la herida de su labio volvía a sangrar, me levanté de la cama y cogí de nuevo los ingredientes para curar otra vez ese labio partido. Mi cuerpo empezó a hervir de ira otra vez, al acordarme de esas dos y lo que le habían hecho a esta chiquilla que poco a poco se me iba metiendo tan dentro de mis entrañas que ya empezaba  a formar parte de mí, y  estaba dispuesto a luchar como una fiera por esto que habíamos empezado.

Al día siguiente y como era de esperar, las bromas no tardaron en aparecer.

—Bueno y como dormisteis anoche –pregunto Alice de modo inocente.

—Vosotras no se pero alguno que otro por aquí… —dejo Kate la frase inconclusa  —digamos que eché mucho de menos a Garret.

—Si yo me fui al baño con el portátil para intentar ponerme en contacto con Laurent y tener con él uno de esos encuentros en la tercera fase, que queréis que os diga, tanto ruido como que a una se le ponen…—dejo el chiste inconcluso mi querida y sarcástica prima.

—Yo tuve que salir de la habitación un momento para tener unas  palabritas con Jasper.

—Yo  tuve  un  intercambio de opiniones con mi Rose verdad ¿amor?

—Verdad, verdad contesto Rose y por el rabillo del ojo vi que Bella estaba cada vez más y más colorada.

—Esto… lo siento… la próxima vez procuraremos… —empecé a excusarme.

—No, no tranquilo hijo si ya nos hacemos cargo –arremetió Esme que era la única que faltaba para hacer el chiste.

—Se puede saber de que habláis, cada vez os entiendo menos –dijo de pronto una muy curiosa Rossie e inmediatamente  todas las bromas terminaron, como si un hechizo mágico hubiera sellado nuestras bocas.

Al terminar de desayunar, Esme, Irina, Rose, Emmet y yo nos fuimos en el Jeep de este para ver esos locales de los que me había hablado. Bella, Alice y Kate se encontrarían con nosotros en la puerta de la Embajada ya que tenían que pasar a dejar en el colegio a Rosi.

Por fuera los locales estaban bastante bien, ahora había que verlos por dentro así que llamamos a un numero de teléfono que había puesto en el cartel de Se Vende. En menos de media hora uno de los vendedores de la agencia se personó allí para enseñárnoslos. Por dentro estaban genial, el sito era amplio y sobre todo muy luminoso cosa a la que yo le daba mucha importancia. La reforma que había que hacerle era relativamente poca y el precio, aunque algo elevado,  nos lo podíamos permitir. De todos modos no podíamos lanzarnos  en picado y comprar el primer sitio que viéramos,  había que ver más locales y valorar. El mismo vendedor de la agencia nos dio varias direcciones de otros locales que ellos mismos gestionaban y quedamos en vernos esa misma tarde en uno  que el vendedor nos recomendó.

Después de despedirnos de él fuimos al encuentro de Alice, Kate y Bella. Cuando llegamos tenían una  discusión con uno de los policías que custodiaban la embajada.  ¿Qué las pasaría a estas mujeres con la autoridad competente que nunca la respetaban?  

—¿Y se puede saber qué ley dice que yo no pueda hacerme fotografías en la  calle?, ¿porque que yo sepa esto es la calle no? –le increpaba Kate al pobre agente.

—Señorita –contestaba el policia sujetándose el puente de la nariz para calmarse, costumbre que yo también tenia, verdaderamente mi prima  le debía de estar poniendo a prueba su cordura y paciencia –efectivamente está usted en la calle pero parada en una zona que pertenece a la Embajada de los Estados Unidos de América y la ley antiterrorista prohíbe fotografiar la zona o el edificio.

—¿Tengo yo pinta de terrorista? –volvía a decir Kate.

—Señorita –dijo otro policía que llegaba en ese momento –si supiéramos la pinta que tienen los terroristas créame que el problema sería menor.

—Pues que pinta quiere usted que tengan los terroristas, pues de terroristas  –intervino Alice en ese momento –mire usted yo soy ciudadana Americana y por tanto tengo mis…

—Perdone agente –le dije interviniendo. Tenía que intentar sacar a esas dos de ahí antes de que se convirtieran en cuatro pues Esme e Irina ya estaba preparadas para meter baza mientras Bella observaba divertida la escena y, definitivamente, yo que no tenía ganas de un tour por las cárceles españolas.  Después de conseguir que Kate borrara, con cara de pocos amigos y bufando,  las fotos que había hecho, nos fuimos con la música a otra parte.

Resolvimos bajar andando y paseando un rato para admirar y conocer esa parte de la ciudad. El cuarteto y Bella iban por toda la calle pegando saltos, chillado y parándose a hacer fotos en cada sitio que Bella les decía o les gustaba. Y  yo… yo no daba a basto… necesitaba refuerzos y, los necesitaba ya… no abarcaba… mientras impedía que dos de ellas se cayeran despanzurradas  dentro de una fuente dándose un buen baño, la tercera se paraba en medio de la carretera provocando un atasco y los pitidos de los coches en un intento de sacar mejor la foto a las que estaban en la fuente;  mientras que la cuarta, se tragaba   a los pobres transeúntes que osaban interponerse en su objetivo de intentar conseguir un mejor ángulo para fotografiar no se qué estatua o pirindolo extraño; y la quinta en su afán de dirigir a la cuarta, se pegaba un golpe contra un árbol que, según ella, no debería estar allí. Lo más curioso del caso es que aquí el fotógrafo profesional era yo y a ninguna se le había ocurrido pedirme consejo o ayuda, no, total para que… Además tenía un trabajo extra,  observar como un sabueso para ver si se podía hacer fotos o no ya que no tenia ganas de repetir el incidente en la embajada y por allí parecía haber muchos edificios oficiales.

Cuando ya iba llegando la hora de comer, Bella propuso coger el metro e ir a la Plaza Mayor a uno de esos restaurantes que había allí.

—Esme, Irina, no paguéis que tengo aquí un abono que hemos comprado antes, con él te sale el billete un poco más barato —dijo Bella parándose junto  a la maquina que picaba dichos billetes y obstaculizando el paso de los demás viajeros –vamos a ver si hay bastantes viajes o tenemos que sacar el otro  –y se puso a contar los viajes que le quedaban con mis cuatro diablos rodeándola de modo que el paso era ya prácticamente imposible. Eché un vistazo esperanzado a las otras dos maquinas que había pero mi esperanza decayó nada más verlas , fuera de servicio, no funciona, rezaba un cartel en cada una de ellas,  de modo que solo estaba operativa la que bloqueaban  mis cinco diablos. Eché un vistazo rápido a la entrada y vi que un montón de gente caminaba rauda y veloz en ese momento justo hacia la susodicha maquina. Cuando las iba avisar, ellas se pusieron en movimiento ordenándome que picara el billete y pasara primero. Por lo visto su idea era que una picaba el billete, pasaba, lo retiraba de la ranura por donde salía  y se lo entregaba a la siguiente, ocasionando si cabe más tapón. Yo tome el billetito en cuestión e hice la maniobra lo más rápido posible, pero mi prima Kate no sabía por dónde se introducía el billete…

—Vamos guapas que es para hoy ¿no habéis montado nunca en metro?

—Pues temo decirle que no, lo cierto es que la limusina me lleva y me trae a todos lados precioso pero hoy la tengo en el taller –se le encaró Irina al pobre muchacho que se había atrevido a cuestionarlas causando un montón de protestas y un par de comentarios tipo que juventud mas descarada proveniente del sector de mayor edad del tapón ocasionado.

—¿Algún problema? –preguntó uno de los empleados del metro interrumpiendo así lo que fuera que el  muchacho  iba a contestar.

—No precisamente –contesto Kate –solo estoy buscando el agujero por dónde meter el chisme  –y por la cara que puso creo que se dio cuenta al instante de lo que había dicho.

—La ranura para introducir el billete es esta –contesto el empleado bastante ofuscado y violento, pero Kate no era de las que se amedrentaban.

—Gracias mi amor –le contestó y el pobre señor se quedó sin palabras.

—Después de unos momentos más de tapón para que Irina, Esme y Alice   pasasen, vi como Bella le devolvía el billete a Alice poniendo un gesto que denotaba que había recordado algo y ni corta ni perezosa empezó a rebuscar en su bolso  poniendo a prueba la paciencia del operario del metro y del tapón. Yo me apoyé en la máquina de al lado, la que estaba fuera de servicio,  armándome de más paciencia aun… al mirar hacia el frente pude descubrir a un hombre muy corpulento en medio de la cola que miraba hacia Bella aguantándose la risa y rodando los ojos como si situaciones como estas fueran de lo más normal, ¿sería ese tal Samuel del que había hablado Emmett?

—A ver bonita que nos van a dar las uvas –increpó otro señor

–si quieres que las tomemos juntos dime sitio y hora capullo pero cállate ¿que no ves que la pones nerviosa? –intervino Esme,  pero Bella seguía impasible y a lo suyo rebuscando lo que fuera hasta que por fin  sacó una especie de tarjeta que ya la había visto antes con su foto  y con un billete de un color distinto al que el cuarteto tenia y  que introdujo en la ranura. Entonces, POR FIN,  conseguimos seguir el camino hasta el andén organizando un  nuevo tapón en la escalera mecánica ya que  Alice empezó a decirle a Bella que tuviera cuidado con no se qué separación ente el andén y el vagón para que no metiera el pie, se tropezara y acabara estrellandose en el suelo. Parece ser que mi querida novia hacía caso omiso a la advertencia de precaución al salir del vagón porque este estaba demasiado separado del andén y siempre se  tropezaba y algunas veces había terminado besando el santísimo suelo. ¿Porque no me extrañaba?

 El problema es que en vez de ir todas en fila india para favorecer el paso por la escalera a los que tenían más prisa, se habían agrupado de modo amorfo impidiendo el susodicho paso y formando el consiguiente tapón. El caso es que cuando alguien les pedía permiso para pasar, yo las apartaba con la mano y ellas se quitaban sin prestar más atención que la estrictamente necesaria, o sea, ninguna, y después volvían a su posición inicial, pero…no era suficiente.

—Corred que está llegando un coche –dijo Alice. Ella, Kate y Esme salieron corriendo hacia el andén. Pero Bella e Irina se quedaron tan tranquilas conversando sobre el libro de Bella. Bella iba de espaldas por lo que al llegar al final de la escalera se tropezó con el tope y  calló de culo al suelo llevándose consigo a Irina que intentó evitar el despanzurramiento.  Las escena era delo mas cómica, Bella estaba sentada en el suelo, sujetándose con los brazos que tenia doblados por los codos,  las palmas de las manos apoyadas en el suelo y con  las piernas abiertas.  Irina estaba sentada a horcajadas encima de ella. Aguantándome las carcajadas todo lo que podía las intente ayudar a subir, pero ellas también estaban dobladas de la risa y la fuerza, como siempre, se nos iba por la boca. Al final lograron levantarse y seguimos nuestro camino. Cuando por fin arribamos al andén vi a Alice y Kate sujetando la puerta con el culo para impedir que se cerrara, a Esme llamándolas para que se dieran prisa  y al pobre conductor del vagón fuera de este, con los brazos en jarras y  mirando desesperado al lugar por donde veníamos nosotros…tan tranquilos

—Vamos señores que es para hoy –nos dijo el pobre hombre –no sé si serán conscientes de que existen los semáforos y otros coches vienen detrás de mí con lo que tengo que cumplir un horario.

—No será para tanto, que mal genio –contestó Irina y las dos se metieron por fin dentro del vagón. Bella, después del consiguiente tropiezo bajo la mirada taladradora de Alice,  instintivamente se agarró a uno de los asideros que había, pero la pobre no llegaba bien así que la tomé entre mis brazos y la pegué a la pared aprisionándola con mi cuerpo el cual se preparó para lo que vendría a continuación, mi pobre erección ya empezaba a dar la señal de alarma avisándome del problema que se nos venía encima.

Mis primas, Alice y Esme decidieron que ellas eran unas chicarronas y no hacía falta sujetarse y claro…el metro arrancó… Alice perdió el equilibrio y se sujetó a Esme que a su vez, se sujeto a Kate, esta a Irina y esa a su vez a mí empujándome un poco lo que me hizo trastabillar y llevarme a Bella conmigo, la fricción de nuestras partes intimas una contra la otra fue bestial y mi pequeño amigo empezó a crecer de manera considerable y alarmante. A ver Cullen céntrate que estamos en un sitio público, me avisó mi fría mente y lo intentaba, juro que lo intentaba… sin éxito ninguno.

Lo peor de todo es que estuvimos con este pequeño baile un buen rato ya que ninguna de las cuatro parecía conocer el significado de la palabra asideros y  habían decidido que yo era un chico fuerte y podría con todas. Mi pobre y caliente erección le declaró la guerra a mi fría mente y a mi pobre autocontrol los cuales iban perdiendo por goleada. Por fin  quedaron libres unos asientos. Bella y las demás se lanzaron hacia ellos como si en vez de un simple asiento fuera un tío bueno y ellas acabaran de salir de una interminable sequía, quitando de su camino a todo bicho viviente que se interponía entre los asientos y ellas. Como no había sitio suficiente para todas se sentaron unas encima de otras y esto, junto con los gritos que pegaban fue más que suficiente para que todo el vagón estuviera pendiente de ellas. Ni que decir tiene que cierta parte de mi anatomía se puso en huelga  debido a la lejanía de Bella. Yo permanecía de pie,  apoyado contra la pared  pero mi autocontrol me lo agradeció y mis pantalones también,  ya que estaba claro que para mí era misión imposible llevar a Bella en un medio de transporte de pie y sujetándola con mi cuerpo sin que este sufriera una combustión espontanea.  

Desde mi posición me dediqué a mirarlas, charlaban animadamente y Bella les iba contando sobre su libro,  que poco sabía ella que el interés de Irina y Esme en su libro era… muy particular. Me resultaba  sencillamente maravilloso como Bella había congeniado con todas, parecía como si se conociesen de toda la vida y a mí me encantaba, quería mucho a esos cuatro tormentos y me hubiera hecho desdichado el que  no se llevara bien con ellas, pero el simple hecho de ver la complicidad que tenían y el cómo se había introducido en el grupo y adaptado a él, me confirmaba una vez más que ella era mi mujer perfecta. Debería empezar a pensar en ampliar el número de cuatro a cinco, no mejor a seis que se me olvidaba Rose, sí a partir de ahora serían el sexteto diabólico, Bella seria diablo número cinco y Rose el número seis, aunque mi Bella tendría un lugar especial en mi móvil con su nombre solo para ella y música particular  la cual ya tenía en mente pues a pesar de que yo no me consideraba una bestia, esa canción era hermosa y ella al fin y al cabo era mi Bella.

Sin más incidentes conseguimos llegar al famoso restaurante donde estuvimos comiendo y compartiendo un buen rato entre risas y chistes. Después nos fuimos otra vez en metro, para  desdicha de mi mente  y el regocijo de mi erección, al lugar donde habíamos quedado con el vendedor.

El resto de la semana pasó sin incidentes, bueno…. sin incidentes dignos de mencionar. Para el viernes ya teníamos contratado un local y todo un equipo de operarios que se ocuparían de las reformas necesarias. Por otro lado  ya habíamos puesto anuncios ofreciendo diversos puestos de trabajo en el nuevo periódico y habíamos habilitado dos pequeños despachos para ir haciendo las entrevistas y preparando los contratos. Irina, después de una pequeña y graciosa pelea,  había hecho firmar a Bella su contrato como redactora pues no habíamos conseguido que aceptara un puesto de mayor responsabilidad, lo cual decía mucho de ella. Lo más destacable en este tema era mi encuentro con Scooby doo…

—¿Qué hay Black? –dije saludando de la forma más educada posible.

—Cullen –dijo a modo de respuesta y pasando olímpicamente del tema educación.

—Te he llamado para comunicarte que vamos a abrir una filial de nuestro periódico en Madrid y que vas a pasar a formar parte de la plantilla como redactor deportivo dejando  el puesto que ahora tienes.

—¿Cómo?, ¿un simple redactor?, claro el señor me tiene que dejar claras unas cuantas cosas ¿no es cierto?, tu eres el jefe, tu mandas,  te quedas con mi chica y encima me degradas, te voy a demandar, a ti y al periódico.,

—Prueba a hacerlo a ver si tienes éxito le dije pero me parece que no lo lograras. No te estamos despidiendo sino cambiando de puesto porque para el que tienes no estás capacitado. Y por el sueldo no te preocupes, será el mismo.

—Me estáis dado un puesto por debajo del que tenia y lo sabes, si todo esto tiene que ver con Bella déjame decirte Cullen que no lo lograrás, ella es mía, solo mía, la vi antes y...

—Esto no tiene nada que ver con Bella gilipollas, tiene que ver con tu capacidad para el puesto que ahora ocupas, la cual déjame decirte es muy limitada y a lo que escribes me remito. Denúncianos si quieres pero nosotros alegaremos la verdad, que no haces tu trabajo en condiciones y presentaremos como prueba uno de tus maravillosos escritos, los cuales hay que corregir enteros antes de publicarlos  –le dije tirándole a la cara su ultimo reportaje, el cual tenia hasta faltas de ortografía –y en cuanto a Bella te diré que  está conmigo porque ella así lo quiere , pero no es mía ni de nadie, ¿entiendes?, ella es una mujer fuerte e independiente que no necesita dueño y para tu desgracia me ha elegido a mí como su novio y desde ya te aviso que la defenderé con uñas y dientes de pulgosos como tú. Y ya que estamos te aviso que estaréis en el mismo edifico trabajando aunque no en el mismo área tu estarás en deportes a ver si ahí demuestras tener mejores actitudes. He procurado alejarla lo más posible de ti, así que si tan solo te atreves a acercarte a ella te juro que entonces te despido y no me importara que me denuncies ¿estamos?

—Valla si la mojigata frígida nos salió zorra al final ¿cuántos polvos te ha regalado  hasta que ha conseguido ese puesto?, vamos la pobrecita que no encontraba trabajo, menuda hija de…

—Suficiente Black, no te coy a consentir que hables así de mi novia –le chillé golpeando  la mesa con mi puños y aguantándome las ganas de golpearle a él —la verdad es un misterio como una persona con sus actitudes este en el paro y tu estés trabajando –le dije más calmado gracias a mi prima que, alertada por mis gritos,  había acudido  en mi ayuda.  Ya he terminado contigo ve con Irina a su despacho a firmar el nuevo contrato, ya recibirás noticias nuestras cuando terminen las obras de reforma, mientras tanto te damos unas vacaciones.  Ben Cheney  viene hoy a tomar posesión de tu cargo así que será mejor para ti que le pongas las cosas fáciles.

—Esto no quedará así –dijo rojo de la ira y por un momento Irina y yo tuvimos miedo pues apretaba los puños de una manera que parecía que nos iba a saltar al cuello de un momento a otro. Pero a mí los perros rabiosos no me asustan

—¿Que parte de que te largues no has entendido…?

—Y se lo debí decir muy serio ya que salió del despacho seguido de mi prima y de mi ya que no le iba a dejar sola con él no fuera a ser que… Una vez firmado el contrato se marchó por la puerta haciéndonos soltar a los dos un suspiro de alivio.

—Uff que razón tiene Bella con el mote ese que le ha puesto, pero vamos que me quedo con el Capitán América original ese sí que tiene bien puesto  todo lo que tiene que tener y…

—Irina por dios que tienes novio.

—Ya pero ahora no está aquí para oírme –volví a mi despacho rodando los ojos y dejándola por imposible.

En cuanto a la madrasta y Cruella, mi padre me volvió a llamar a principios de semana para confirmarme que entre Laurent y él  habían averiguado que efectivamente mi madre había contratado a uno de los detectives de la firma de abogados que trabajaban con nosotros para que la investigaran.  Mi padre, con la excusa de que era él quien le había mandado a su esposa que realizara  esa investigación, le pidió al detective una copia de ese informe y me lo envió por correo urgente. No había lugar a dudas,  en el documento estaba toda la historia de Bella desde prácticamente  su nacimiento, dirección y número de teléfono, así como su vida académica y  laboral. Alice podía estar tranquila ya sabíamos de donde habían sacado todos los datos.

El abogado de Emmet había presentado ante el juzgado correspondiente  una denuncia por agresión firmada por todos contra esas dos brujas. La denuncia había sido interpuesta solo por J.Jenks el abogado de Emmett ya que la intervención directa de Irina podía  causar un conflicto de intereses pues  ella misma costaba como una de las denunciantes.  Las dos brujas, habían pasado incluso una  enriquecedora nochecita en la cárcel.  Lástima que al día siguiente un abogado de oficio pagó la fianza, ya que el buffete que llevaba nuestros asuntos se negó a representarlas, supongo que a petición de Carlisle y a lo mejor hasta de Aro,  alegando  que era una cuestión privada y podría generar el susodicho   conflicto de intereses debido a que el enfrentamiento había sido también contra nosotros y nuestras firmas costaban en la denuncia.  Las dos  salieron de allí con la amenaza de que si volvían a reincidir se las expulsaría del país. La orden de alejamiento ya era un hecho no podían estar a menos de  dos kilómetros de Bella.

 Mi padre me volvió a llamar para quedar con nosotros el sábado a primera hora de la mañana, yo le pedí a Bella y a mis primas que inventaran algo para despistar a  Esme ya que, naturalmente, ella no podría asistir a la reunión, pero fue Alice la que inventó unas entrevistas con varias personas adecuadas para la sección de modas, reunión a la cual yo debería ir. Kate propuso ir a hacer un poco de turismo por el Madrid  de los Austrias y Esme aceptó encantada, Alice y yo habíamos quedado con ellas después para comer.

Llegamos al aeropuerto justo cuando mi padre estaba saliendo por la puerta acompañado de Jasper, Laurent y Garrett que según me dijeron habían  aprovechado el fin de semana para pasarlo con sus novias y conocer a Bella, detalle que agradecí. Ni que decir tiene que mi hermana  celebró la noticia a su estilo, o sea, saltando hacia su cuello en un efusivo abrazo al tiempo que, pegando un saltito se colgó de él rodeando su cadera con sus piernas, cosa que casi los hace caer a los dos pero se puedo evitar gracias a que tanto Garrett como Laurent y yo nos pusimos detrás de ellos para evitar el desastre inminente.

Cuando sus pies volvieron a tocar el suelo, comenzó a dar saltos, gritos y vueltas a su alrededor mientras gritaba Jasper, Jasper, mi Jasper ha venido a verme. Conclusión, todo el aeropuerto mirándonos  intentado averiguar  quién era el tal Jasper  que  había ido a verla. Cuando Alice se calmó, o mejor dicho, cuando su pobre y sufrido novio consiguió que se calmara,  y  después de los respetivos besos y saludos nos fuimos a una cafetería para que desayunaran y poder hablar.  Los chicos se sentaron en otra mesa para darnos privacidad. Carlisle, muy serio, empezó su relato.

 

Capítulo 6: Bella versus Cruella y la Reina Capítulo 8: Carlisle cuenta su versión

 


 


 
14440021 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10758 usuarios