PROMESAS CUMPLIDAS-TERMINADA

Autor: rake
Género: Romance
Fecha Creación: 12/12/2010
Fecha Actualización: 31/05/2011
Finalizado: SI
Votos: 26
Comentarios: 86
Visitas: 143403
Capítulos: 56

TERMINADA

ES UNA ESPECIE DE 2ª PARTE DE:DESEOS PROHIBIDOS

FIC RECOMENDADO POR LNM CON 5 VOTOS!!!

Un pecaminosamente futuro caballero ha llegado a Londres?y Bella casi se desmaya cuando se da cuenta de que se trata de Edward Cullen,transformado en un hombre magnífico.Ha regresado para reclamar su título?y para cumplir la promesa que una vez se hicieron dos jóvenes amantes bajo la luna,una escandalosa promesa que ninguna dama decente osaría cumplir.

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Capítulo 6: Reencuentro

Diez años después,allí estaba,dispuesto a darle las gracias al responsable,Quileaute,por darle una oportunidad cuando vivía en Tejas.El destino había querido que no fuera el alguacil a quien la madre de Bella lo entregaba cada vez,sino al hermano gemelo de aquel hombre,que estaba allí de visita y que,al marcharse de Tejas,se llevó consigo a la madre de Bella,a Bella y a sus hermanas.

No sabía bien si por algún ruido o simplemente porque había detectado su presencia,Bella se levantó con mucha elegancia,lo miró y se quedó paralizada,como quien se topa con un peligro desconocido.

¡Cielo santo!Estaba aún más hermosa de lo que él recordaba.Y la había recordado muchas veces durante todos aquellos años.Entonces supo con una seguridad tan poderosa que casi lo asfixiaba que no había ido allí a darle las gracias a Quileaute,sino a algo completamente distinto.Su orgullo le impedía suplicar,admitir el daño que le había hecho su silencio,pero no tenía tanto orgullo como para no cobrarse lo que le debían.

Bella había oído un levísimo ruido y había supuesto que por fin uno de los criados les traía el té que habían pedido antes.Pero al levantarse y mirar hacia la puerta,se quedó sin aliento.Apenas se percató de los aspavientos de las otras damas,ni del chillido de una de ellas.

No era el té.Era un vaquero.

Y lo habría reconocido fuera donde fuese.

Alto,fuerte pero esbelto,con un caminar suelto que no transmitía prisa alguna,se acercó a ella con audacia,irradiando confianza a cada paso,con la decisión del que sabe lo que quiere.El estruendo de los tacones de sus botas sobre el pulido suelo de madera resonaba por toda la estancia.Se quitó el sombrero negro,manteniéndola presa de sus oscuros ojos pardos.

Su pelo negro como la noche,más dócil de lo que se lo había visto nunca,le rozaba el cuello de la camisa blanca,casi oculta bajo la sencilla chaqueta negra.Llevaba un corbatín de seda negra atado en un lazo flojo.El bigote era una novedad,tan espeso como su pelo,enmarcándole el arco superior de la boca y las comisuras de los labios,extendidos por completo para ofrecerle una de sus sonrisas lentas y sensuales.

Bella no creía que el entrecerrar los ojos ante el sol y el viento implacables de Tejas hubiera marcado aquellas líneas en su rostro,en los rabillos de los ojos,en la trente.Eran fruto de una vida dura y probablemente de una dura apuesta por salir adelante.Edward no era de los que hacían las cosas a medias.A pesar de lo mucho que había cambiado,lo que permanecía intacto le permitía identificarlo fácilmente.

La miraba como si ella le perteneciera.Y tal vez le pertenecía.

Era la última persona a la que esperaba volver a ver,la única a la que se había resignado a perder de vista para siempre.Quizá fuera un espejismo,un producto de su imaginación,una débil esperanza a la que se había aferrado al creerse derrotada.

Pero cuando se detuvo justo delante de ella,su aroma revivió en ella recuerdos olvidados de las noches que habían pasado juntos bajo las estrellas.Era real.Y estaba allí.Por fin.Casi no podía creerlo.

El corazón le palpitaba con tanta fuerza que estaba convencida de que todos lo oían,de que todos lo veían golpearle el pecho a cada enérgico latido.

—¿Edward?—susurró por fin.

—Hola,Bella.—Su voz,grave,áspera,sensual,la atravesó llegando a todos los áridos y solitarios rincones de su corazón.

—¿Qué estás haciendo aquí?—preguntó ella.

—He venido a cobrar una deuda.

¿Una deuda?¿De qué hablaba?

—Cielo santo,Edward,¿quién te debe...?

—Tú,querida.

 

Capítulo 5: Recuerdos Capítulo 7: Deuda

 


 


 
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