Encuentro Con el Verdadero Amor (+18)

Autor: AtalCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 19/07/2012
Fecha Actualización: 27/07/2012
Finalizado: SI
Votos: 6
Comentarios: 11
Visitas: 42947
Capítulos: 16

 

Bella era una mujer tradicional, ejecutiva, con una vida llena de rutinas, ... la esperanza de ser amada ya no existía... solo que con solo una mirada su existencia cambiaría...

Amigas debo advertirles que esta historia tiene mucho sexo explícito.... 

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Capítulo 7: "Sorpresa"

Al llegar a la oficina, sentí todas las miradas de mis colegas pegadas en mí, levanté la cara y me reí delante de ellos, fue una risa de alegría, de felicidad, todos se acercaron y me felicitaron por lo que reflejaba mi rostro, además se percataron de mi anillo de compromiso y así a una sola voz dijeron ¡¡hoy por la noche tenemos fiesta chiquillos¡¡, Kristina y Roberto me abrazaron, ellos eran los mas cercanos, me llamó la atención al ver a Roberto con una cara que no era de felicidad sino más bien de tristeza y de derrota, después tomamos nuestro quehacer en el trabajo, pero aun estaba el rostro de mi colega Roberto- llamé a Kristina para saber si sabía que le pasaba.

-Kristina, ¿sabes que le pasa a Roberto?, percibo que le pasa algo.

–mmm bueno, ¿no te has dado cuenta?, me dijo.

-¿de qué?- le pregunté.

-Roberto ha estado así desde que estas con Edward., -¡amiga¡ ¿nunca te diste cuenta que tu le gustabas a Roberto? Él nunca te lo dijo, ni te lo insinuó porque temía que tú le rechazarías, pero a la vez, él está feliz por ti, porque encontraste un hombre que de verdad te ama y te hace feliz.

-No puedo creer lo que me dices, nunca me percaté de nada, nunca me insinuó nada, sé que él es tímido pero si le interesaba debería haber sido más osado.

Me sonreí tomando la confesión como algo cómico, pero no lo era, después de tanto años, nunca había sentido el interés de nadie hasta que llegó a mi vida mi querido Edward y al saber lo de Roberto, me sentí con el ego por arriba. Volví a mi escritorio y no pude dejar de mirar en dirección de Roberto, él estaba mirándome, yo le sonreí con ternura, ya que en mi ser sentí pena por él, por no retribuir su afecto hacia mí, él era solo mi colega y amigo si se puede decir.

Fui a buscar un café y al llegar a mi escritorio empezó a darse vuelta todo a mi alrededor y me senté rápidamente, lo atribuí a toda la emoción de la mañana. Ya era hora de la colación y tomé el teléfono que sonaba.

-¡contraloría general! Habla Isabella.

-¡amor, soy Edward, te extraño!, me dijo.

-¡amor yo también!, solo falta la tarde para estar juntos, le dije feliz.

-no hallo la hora de irte a buscar y estar contigo, te amo. Edward sonaba con angustia.

Estuvimos toda la hora en el teléfono y al final no comí nada, Kristina al llegar de su colación traía una porción de pizza para que comiera algo y un café. Nos despedimos con Edward anhelando estar juntos más tarde. Le di las gracias a Kristina por su atención, y seguí con mi trabajo del día.

Llegó tan lento el momento de terminar, y al salir del trabajo rumbo a mi departamento, le vi parado junto a su auto, esperándome, corrí y nos abrazamos y nos besamos como si lleváramos días sin vernos.

Nuestro amor era tan grande, tan de adentro, tan profundo, me abrió la puerta del carro y no fuimos a nuestro nido de amor.

Al bajar del auto me vino otro mareo y quedé pálida como papel, Edward se percató y se asustó

-¿amor qué te pasa? ¿te sientes mal?, me tomó del brazo y preguntó asustado.

-no amor, no es nada, solo un simple mareo, pero debe ser que hoy no almorcé bien, no te preocupes amor, estoy bien, le dije.

Edward me tomó del brazo y nos fuimos al departamento. Llegamos y me tiré en el sofá, en ese momento me preocupé con muchas conjeturas en mi mente, descartando totalmente un embarazo ya que hace como dos años sufría de menopausia prematura, habían meses que no me llegaba el período, otro parecía río por la abundancia y otros no me llegaba, solo unas gotas y ya, así que descarté eso. Le dije a Edward que iría al médico para descartar todo.

-¡Amor¡ ven aquí a mi lado, no te tuve en todo el día y quiero abrazarte, quiero sentir tus labios, tus besos en mi cuellito y quiero sentir el tuyo, ¿ven?

Y les estiré mi mano, él sin refunfuñar solo con una de esa linda sonrisa fue donde mí, y prendimos el televisor mientras nos mimábamos después de todo un día sin estar juntos. Cenamos y nos fuimos a bañar y a dormir, fue una noche fría, me quedé dormida entre los brazos de Edward pensando qué algo anda mal en mí, ¿por qué esos mareos? El sueño me rindió y nos quedamos profundamente dormidos hasta el día siguiente.

Fue extraño despertar y sentir que no había dormido nada, me sentí cansada, agotada y eso que ya teníamos una noche que no teníamos acción en la recamara… estaba con mi cabeza en el pecho de Edward, él aun dormía, miré el reloj digital y eran aun las cinco de la madrugada, muy despacio sin despertarlo me levanté y fui a la cocina y me tomé un vaso de leche, la preocupación era grande, mi cuerpo estaba raro, me sentía rara, no sabía como describirlo pero era como si estuviera llena de tanto comer que lo único que deseaba era ir al baño y vomitar.

Moví mi cabeza lado a lado diciéndome que era imposible, alcancé y vomite la leche, parecía un bebé cuando se le corta la leche, me dio mas asco y seguí con mi vomito hasta no tener nada en el estómago, de pronto me di cuenta que Edward estaba parado en la puerta mirándome, y cuando terminé de sacar todo lo había en mi estómago me levantó y me cargó en sus brazos y me llevó a la cama.

Su rostro de preocupación era fatal para mí, ya que nunca le había visto así, le dije que no se preocupara que ya sabríamos que me pasaba.

-Él sonrió diciéndome, - Amor ojalá nazca sanito.

-le di un golpe con mi puño en su brazo y le dije -¡imposible amor!, no puede ser eso, nos miramos.

-me abrazó preguntándome -¿amor a que le temes?- ¡sería maravilloso ser padres¡

Suspiré y le abracé tan fuerte que me llegaron a doler mis músculos tanto apretarlo, vimos la hora y ya era hora de levantarnos para nuestro día de trabajo, él me insistió avisar a la oficina que llegaría más tarde ya que iba al médico, le hice caso y llamé, menos mal el jefe estaba de buen humos y como si nada me autorizó a faltar toda la mañana.

Ese día Edward entraba al medio día en su trabajo así que fuimos los dos al médico, lo primero que hizo el doctor fue hacerme una prueba de embarazo, de esos test al instante. Los resultados fueron instantáneos o sea después de algunos minutos, y fue positivo, me quedé helada, como una estatua, el doctor para asegurarse me mandó hacer otros exámenes para confirmarlo.

Edward al escuchar que estaba en cinta, me miró con una felicidad en sus ojos y me abrazó. – te das cuenta amor, no era imposible.

-le abracé ya que le daría un hijo a mi hombre, a mi futuro esposo, a mi amante, a mi todo. ¡Amor vamos a ser papás¡ él era el más feliz de los dos, yo no sé porqué estaba sin entusiasmo, pero con verlo tan feliz me contagió, y para hacerle aun más feliz, fuimos ese día al registro civil a pedir hora para casarnos. Aprovechamos lo que mas pudimos esa mañana. Pero sin saber el por qué, en mi interior no estaba ese entusiasmo que le veía a Edward con la idea de ser padres. ¡Vasta Bella¡ no seas egoísta¡ pensé en silencio mirando a Edward.

Capítulo 6: "Comenzando a vivir" Capítulo 8: "Mal diagnóstico"

 
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