Como si no pudiera respirar, mi corazón en silencio, vi su rostro que me ofreció una sonrisa que deslumbraba todo a su alrededor, le respondí con una sonrisa tímida sin palabras y escuché su voz varonil, con sutileza me ofrece llevarme a mi casa, sorprendida le dije que no se molestara, que tomaría un taxi, él insistió y se bajó del auto presentándose cordialmente, tenía una voz sutil, como un tono extranjero, me quedé paralizada sin decir nada, solo mirándole como si con solo escuchar el sonido de su voz me hubiera hipnotizado.

-Mi nombre es Edward Cullen y no quiero incomodarla solo quiero ser cortes y retribuir su sonrisa dentro en el mesón, no conozco mucha gente en esta ciudad, llegué hace poco tiempo, vengo de Inglaterra, estoy haciendo una investigación en los bosques de la ciudad, soy Arqueólogo y Geólogo, trabajo para universidad de Harvard, espero quedarme por lo menos un año por estos lados. En realidad me llamó la atención en el día de hoy cuando caminaba por la avenida, ahí fue la primera vez que la vi y me pregunté si iba a tener la oportunidad de verla de nuevo y el destino está siendo muy bueno…no pensé que sería tan pronto.

No decía ni una palabra, solo sé que mis mejillas ardían, las sentía cada vez mas calientes como un fuego. Él seguía hablando cuando me di cuenta que me había visto en la mañana y ahí rompí el silencio y le dije con una voz muy baja, ya que no me salía la voz.

- ¿Así que me viste?, yo lo tuteé inmediatamente, en cambió el no, quizás porque era inglés, no sé, no me di ni cuenta como le dije así, él cambio de tema.

-¿Leyó la nota? me preguntó.

-Con sorpresa y timidez le respondí que no, pero que la traía en mi cartera, entonces me sugirió que la leyera, yo aun más roja de la impresión y de todo lo que estaba pasando en ese momento, saque el papel y le abrí, y solo con mis ojos leí lo que decía…

"Esta mañana, su mirada alumbró mi vida… con ternura e inocencia…"

¿Espero que acepte mi presente?

E.C.

En ese momento trague saliva y levanté mi cabeza y mis ojos se juntaron con los suyos, él me brinda una sonrisa de forma tímida pero sincera, vi sus ojos brillar y fue como dos rayos se juntasen y formasen chispas de fuego, no sé que era, pero mi ser estaba sin reaccionar, mi mente estaba sin ejercer, nunca había sentido eso por nadie, ni nunca me imaginé que me pasaría, ya era una mujer hecha y derecha y hace mucho tiempo que la adolescencia había sido parte de mi, pero sentía como una de ellas.

Este chico, bueno este hombre aunque parecía de lejos un joven, al verle de cerca me di cuenta que no lo era tanto, se veía que tenía sus años, más siendo lo que era se notaba que tenía experiencia. De repente reaccioné.

-Le dije, creo que esto no está bien. Puse una barrera enseguida, ¡no sea tonta Bella! me dije.

Era algo que no me había pasado nunca y que solo en las películas se veía, pero no en la vida real, él era como un hombre sacado de la televisión, y ya al estar bien despierta le di las gracias por la bebida y por querer llevarme a mi casa, en eso justo pasó un taxi y lo llamé y le tomé, sin importar dejarlo parado ahí como si nada hubiera ocurrido, le mire por la ventana y él solo me dio una sonrisa y cada vez se alejaba más, al no verle le indiqué al taxista donde llevarme, me arrepentí de haberle dejado ahí, pero no supe como reaccioné, era algo tan nuevo en mi vida, algo tan inusual, tan repentino, tan… no sé…

Llegue a mi casa, bueno a mi departamento y al entrar y encender la luz, le vi tan solo, tan vacío, tomé el control del televisor y le prendí, coloqué uno de mis canales preferidos "Discovery civilizacion", y justo estaban con arqueología egipcia, en eso vino a mi mente este joven que con solo su mirada me hipnotizó, fue un termino del día sin nombre, bueno un comienzo de una noche sin sueño, incertidumbre de todo lo que había pasado y a la vez preguntándome si le vería de nuevo.

Desperté con una sonrisa en mis labios, sin saber por qué, me vino a la mente todo lo que había pasado el día anterior, y me senté en mi cama mirando hacia la ventana, vino su mirada en mi mente, y me pregunté si él estaría pensando en mí y en todo, empecé a reír sola, y no paraba de reír, ¿era a caso ese muchacho, o más bien ese hombre con cara de niño el hombre que había esperado toda mi vida? o ¿era solo una trampa que el destino me estaba dando?,… no sé, salí de la cama y me metí en la bañera para reaccionar, y resultó, al salir ya eran como las 10:00 de la mañana y sonó el teléfono, me sorprendió por la hora, nadie conocido me llamaba a esa hora un día sábado, y al atender, escuché una voz conocida, pero no le identifiqué, solo pregunta por mi diciendo mi nombre:

- ¿Se encuentra la señorita Swan?

- Le respondí, - "con ella", seguía dándome vuelta donde había escuchado esa voz, pregunté:

¿Con quién tengo el gusto?

-Respondió: Edward Cullen

Quedé pasmada, sin habla, y él en el teléfono diciendo: - ¿aló?, ¿aló?

-¡qué sorpresa¡-le dije

-Él con cortesía me dice, perdón que llame tan temprano en un día sábado, pero tenía que preguntarle si querías desayunar conmigo?

Yo quedé otra vez pasmada, helada, como una estatua y sin habla, pero rápidamente reaccioné y le contesté -gracias pero aún no estoy levantada. Le mentí, pero no sabía como reaccionar a aquella situación.

Le pregunte que como había conseguido mi número telefónico y mi nombre, ya que recordaba que no le había dicho en ningún momento, el respondió, qué ayer había entrado al bar nuevamente al irme en taxi y se lo pidió a mi amiga Kriss que estaba conmigo. Quedé más sorprendida aún. ¿Por qué había hecho eso? ¿A caso de verdad le había llamado la atención?

El insistió y de alguna forma me convenció, solo me dio media hora para arreglarme, ya que de alguna manera se dio cuenta que le había mentido y que ya estaba levantada. Pasaron los minutos y el timbre sonó, ya que me pidió mi dirección para irme a buscar y de tanto insistir se la di sin hacerme de rogar, sin pensar que podría ser un psicópata, él me dio confianza inmediatamente, me acerqué a la puerta y vi por el ojo, y era él, andaba con un polar celeste con gorro así como le había visto la primera vez, abrí la puerta y le quedé mirando y fue como un imán, sus ojos se posaron en los míos y una vez más hubieron chispas entre nosotros, me saludo tendiéndome la mano y yo lo más normal, me acerqué y le di un beso en la mejilla, dejándole la mano extendida, me ruboricé al darme cuenta de lo que había hecho, pero fue un impulso que me gustó. Además no estaba acostumbrada a eso. Le pedí disculpa, y me dice "¿vamos?"

Le quedé mirando sus ojos y no se si era su ropa o el día pero sus ojos eran de color celeste casi calipsos, su mirada me penetró en lo más hondo de mi ser, y sin darme cuenta suspiré, él al verme y escucharme, me dio una hermosa sonrisa y vi como sus mejillas se ponían rosadas. Me ofreció su brazo derecho y se lo tomé, bajamos por el ascensor y sin soltarle me miró y no dijo ni una sola palabra, bueno fuimos los dos, no fuimos capaces de decir nada, solo mirarnos, y con solo eso nos dimos cuenta de que a los dos nos pasaba lo mismo.

Nació en mí la curiosidad de conocer más a este hombre cautivador, con una sonrisa que derretía hasta un témpano de hielo y que sin saber el porqué hacía que mi cuerpo reaccionara con solo el roce de sus manos.