"El rostro perfecto"

Autor: Magu_Moon
Género: Sobrenatural
Fecha Creación: 30/10/2015
Fecha Actualización: 02/12/2015
Finalizado: NO
Votos: 2
Comentarios: 4
Visitas: 8580
Capítulos: 12

Esta historia esta narrada por Leo, un chico poco común que se enamora de Rohee, una chica que forma parte de la familia Cullen hace muy poco, y también forma parte de la tutela de los Black y los Ulley. Esto es por ser de ambas razas y por llevar sobre sus hombros la responsabilidad de poder controlar sus impulsos; Leo, tiene mas proezas que cualquier ser creado en la tierra. Fue escogido y creado por el "Original". Según Leo -el relata luego-, Drácula como le llaman las personas contemporáneas, no es mas que un señuelo para distraer al verdadero fundador de los chupa sangre. Ya que su creador, provino desde un virus experimental militar que atacaba a la persona y la volvía un "Zombie", que literalmente en lugar de querer comer su cerebro, deseaba la sangre y contaminaba a aquel que deseaba. Pronto fue extinguiéndose a causa de que los experimentos que se hicieron, fueron prohibidos. Lo que no sabia Leo, es que los Vulturis ya existían antes que el "Original" y saber que esa verdad era mas cierta que la suya, simplemente le molestaba. El "Original", nunca es mas que un recuerdo lejano hasta que el secreto de su existencia es revelado; Leo forma parte -luego de años-, de la guardia privada de los Vulturis, en donde Jane es la principal que corrobora a que Leo se libere de las garras de Aro y pueda ser feliz y libre como los Cullen. ¿Porque hizo eso Jane? Dicen que el amor es mas fuerte que cualquier ley, y ya veo que así es. 




Buenos dias, buenas tardes, buenas noches, te deseo desde cualquier parte del mundo en donde estes. Escribir esto es una gran azaña porque esta historia estuvo y esta en mi mente desde hace ya mucho, y ahora que he visto la oportunidad, me he dado el tiempo de compartirla con ustedes. No cuesta nada dar una votacion, o un comentario, es lo unico que te pido para saber que lo que estoy haciendo, va por buen camino, o que al menos te gusta. De ante mano muchas gracias, y espero que disfrutes mucho de esta hsitoria. 

*Magu*

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Capítulo 2: "Revelaciones"

Caminando ya dentro de una enorme edificación, comencé a sentir la presión de las presencias cada vez más cerca a medida que caminábamos. En un momento, nos detuvimos de improviso, en donde una humana de cabello largo y recogido en una cola me dio la bienvenida.

-Benvenuto… Presto riceverete. –No sabía italiano, pero ese tono era indudablemente. Me quede de pie observándole, ni siquiera se me pasaba por la mente tener que beber su sangre, pero si me intrigaba saber que ella estaba allí, completamente con vida, y nadie le arrebataba el sueño. Era complicado de asimilar, simplemente un poco desconcertador viendo cómo eran aquellos 4 chicos con capa.

-Flor te ha dado la bienvenida en italiano. Jane ha ido a hablar con Aro, pronto podrás conocerle. –Alec el hermano de Jane se me acerco, yo aún estaba sumergido en la mirada de la chica trigueña y ojos color cielo.

-Gracias. –Incontinentemente deslice palabras que no deseaba.

-¿Por qué? –Felix se acercó aún más luego de volver por una gran puerta adornada.

-No lo sé, supongo que este es un nuevo comienzo. Dependiendo de lo que quieren hacer conmigo. –No tenía miedo, pero sabía que algo malo iba a pasarme allí.

-Una nueva vida. –Demetri hablo cuando se aproximó a la orilla del escritorio de la humana.

-Yo le diría existencia. No seré así de déspota con lo que sí tienen latido. –Observe a la chica nuevamente, ella estaba alterada. Tenía miedo de que pudiera atacarle.

-¿Te refieres a Flor? No le tengas lastima por estar entre nosotros, pronto será la cena o el postre si es que no conseguimos convertirla en una de nosotros. –La chica se alteró aún más cuando Demetri se acercó a ella y beso su mejilla. Parecía tener un tipo de relación con ella, una muy molesta para los demás. La chica sonrió, era extraño ver a alguien tan macabro con alguien tan angelical.

-¿La condenarían? –Ella se volvió seria, Demetri tomo de mi hombro y me llevo por el pasillo hasta llegar a una enorme puerta de mármol tallado.

-La recompensaríamos. –Suspire aire como si me hubiera estado resistiendo, el olor a la humana se había desvanecido.

-¿Ha habido más como ella aquí? –Las puertas se abrieron.

-Gianna, pero no lo resistió. –Alec avanzo a mi lado alentándome, mientras Jane se acercaba a mí. Ella estaba sonriente.

-Más bien, no pudimos resistirlo. –Jane me pasó y puso sus manos en mi espalda, estaba siendo muy cercana, y no me molestaba. Al avanzar, tres enormes estrados con sillas de oro y hermosas incrustaciones me dieron la bienvenida. Nadie se encontraba en el lugar hasta que Jane intento quitarme la capucha. Mi mano azoto la suya.

-No hagas eso. –Su mano sonó como si estuviera siendo quebrada por la mía. Alec se iba a acercar a atacar, pero algo lo detuvo.

-No vamos a hacerte daño Leo… -Una voz particularmente refinada se escuchó desde mi espalda. Estaba seguro de que era Aro.

-¿Quiénes son y que quieren de mí? Ya vine hasta aquí desde donde estaba, no necesito más viajes de los que ya tiene mi cuerpo. ¿Qué es lo que quieren? –El hombre con ojos rojos y enormes me observo sonriente. Su cabello era negro y le llegaba al hombro de una forma particular. Detrás de él y acercándose, 2 hombres de apariencias mortíferas se acercaban a sus tronos. Uno de ellos más pálido que la nieve y con cabello rubio al extremo de parecer algo falso sobre su cabeza, me observo serio, casi molesto. El otro hombre era más amable, parecía estar sufriendo constantemente con una capa enorme de tono café dorado oscuro.

-Seré sincero, aquel que le llamas el “original” se ha contactado con nosotros y nos ha hecho saber de ti. Se y sabemos que eres un ser especial aun cuando no tienes nada en particular. Nada que yo quisiera. –Sus ojos recorrieron mi cuerpo, sabía que no podía verme el rostro, ni las manos, ni absolutamente ningún extremo del cuerpo.

-¿Qué te dijo el sobre mí? –Aro comenzó a girar a mí alrededor. Jane sonreía desde un costado al lado de su grupo.

-Que no sabías de nuestra existencia y que por ello el quería que siguieras nuestros pasos, que fueras uno de nosotros. –Aro se detuvo frente a mí, esperaba con ansias poder verme.

-¿Qué tan seguido salen ustedes de aquí? –Observe sus ropas, muy anticuadas y sus pieles a falta de un poco de aire fresco.

-Casi nunca… Solo para ocasiones especiales. –Aro parecía muy amable, aun cuando no le tenía confianza. El quería tocarme, quería verme por razones que no entendía.

-¿A que le llamas especial? –Me acerque rompiendo las barreras del protocolo. Aro detuvo a los que se acercaban a atacar desde mis espaldas. El no dijo nada, solo me observo.

-No te acerques. –Feliz susurro desde atrás a mi hombro.

-Yo me acerco cuando y cuanto quiero… ¿Estamos? –Empuje a Felix estrellándolo en contra de unas barras de cemento enormes. Se levantó a atacar, pero yo le superaba en altura, no ganaría.

-Tranquilo, supongo que lo especial que menciono el “original” está saliendo a relucir. –Aro me detuvo nuevamente el hombro. Quite su mano de mi cuerpo y retrocedí nuevamente.

-No lo menciones más, lo prefiero extinto. –Quite mi bolso de los hombros y él lo observo con recelo.

-¿A si? Mira que coincidencia… ¿Pero realmente lo deseas? –Sus ojos nuevamente me buscaron. -A menos de que no renuncies a él, no podemos acogerte. –Expandió sus manos innecesariamente.

-Yo no vine por acogida… Vine por la promesa de saber. –Aro observo a sus hermanos y ellos asintieron con sus cabezas, fue extraño. Parecían estar conectados.

-Para eso debes estar con nosotros, esa es la única forma de darte a conocer lo que quieres saber. –Aro ofreció su mano, yo se la estreche con mucha gana. La sensación que comencé a experimentar fue extraña, debilitadora. Pude ver cosas que había olvidado, fue como si él hubiera recorrido mis recuerdos y experiencias en menos de un segundo. Quite mi mano de la suya, él sonreía.

-¿Qué me hiciste? –Volví a la normalidad rápidamente, pero estaba alterado.

-Definitivamente eres especial. Un libro con hojas en blanco. –Todo se volvió negro en ese instante. Fue como si hubiera desaparecido por un momento. Cuando recobre mi conciencia, estaba encerrado en una lujosa habitación, en donde Jane se encontraba sentada en un sillón a la orilla de la puerta mientras yo estaba de recostado encima de la cama.

-¿Qué paso? –Se levantó para sentarse a mi lado. Retrocedí disgustado.

-Alec intervino con su habilidad para poder traerte aquí, de lo contrario te abrías resistido ¿O me equivoco? –Ofreció una copa repleta de sangre y lo dejo en la orilla de una pequeña mesa.

-Habilidad… ¿Acaso son todos fenómenos aparte de monstruos aquí? –Me levante de la cama sintiéndome vulnerable. Me acerque a uno de los espejos que enmarcaban la pared y me vi.

-Si… Por algo estamos aquí, tenemos un objetivo en la vida. Proteger lo que somos es lo más importante luego de mantener el orden. –Demetri entro en la habitación dejando una gran pila de libros gruesos y antiguos.

-¿El orden para quién? –Me acerque para tocarlos, no eran los únicos. Felix venía con más.

-Existen más como nosotros allá afuera, con otros métodos de tortura. –Abrí uno de los libros con contenidos impresionantes. Vi y leí cosas que no creí posibles nunca. Definitivamente los Vulturis sabían más que el “original”.

-¿Métodos de tortura? –Ya nadie estaba dentro de la habitación. Sabía que estaría siendo vigilado, asique me limite a la más obvia de las cuestiones, tenía que leer y todos esos libros. No me desagradaba, pero de verdad quería salir de allí. Las respuestas que quería, no existían ni allí, ni en ningún lugar. Leí los libros con calma y aunque lo hice así, no sabía si el tiempo que pase dentro de la habitación fue necesariamente el correcto o no. La noción del tiempo entre el día y la noche, eran estúpidamente corrompidos por el encierro. Si permanecí encerrado en la burbuja del “original” tanto tiempo ¿Acaso no era libre cuando podía caminar y caminar sin límites? Que estúpido fui. Estaba ejerciendo mi propia libertad y ahora estaba siendo esclavo de mis propias decisiones; Las horas transcurrieron al igual que las semanas –supongo-, no me había alimentado durante días y la verdad, no me molestaba. Tenía la cualidad de poder resistir la sed más que cualquiera, y lo sabía convenidamente.

Una mañana -que supuse que lo era-, alguien toco a la puerta. Era un hombre de mediana estatura que buscaba llamar mi atención con más libros. Su tono moreno me llamo la atención. Parecía ser un enfermo a punto de morir pero aun así era más fuerte que cualquiera. Se acercó a mí saludándome amistosamente, me dijo que había sido enviado por Aro para comenzar trabajos de entrenamiento. Me rehusé, pero no era opción. Me obligaron a acudir a una sala enorme y oscura, en donde muchas personas como yo se encontraban para luchar. Fui golpeado más que nunca en toda mi existencia, nunca había sufrido tanto por seres iguales a mí. ¿Cómo es posible que el “original” haya querido eso para mí? Él era un hombre bondadoso, carismático y protector aunque a veces un poco molesto. Era como un padre para mí aun cuando me había abandonado y parecía querer apoderarse de lo que pudiera hacer. Sabía que el “original” antes que a mí, había acogido a 3 forasteros que se convirtieron en polvo cuando una familia como nosotros los destruyo a través del tiempo para defender sus propios intereses. James, Victoria y Laurent, seres que conocí solo de miradas porque no permitía que nadie se acercara a mí. El autismo últimamente era más deseado ahora que estaba repleto de gente indeseable que cuando realmente estaba solo. Ya no lo soportaba, los meses pasaban y apenas dos veces al mes recibía algún tipo de alimento, era doloroso cada vez que llegaba el momento. Leer era un consuelo, un escape de la realidad que detestaba. Extrañaba las duchas prolongadas e infinitas en aquellos lugares que me permitían ver las estrellas y mi ansiada luna. Oh, mi luna…

Como mencione anteriormente, los meses siguieron pasando y ya me había rendido. Tenía que hacerlo para prevalecer. Hacia lo que me pedían y cumplía al pie de la letra las órdenes aun cuando no me las ejercía Aro. Me convertí en un ejemplo a seguir solo para encontrar mi libertad, les hice creer que estaba siendo controlado por ellos, que simplemente ya no existía dentro de mi cuerpo más que idealismos puros por la nobleza Vulturi, aun cuando la detestaba. Leer sobre esos acontecimientos de guerras y muertes innecesarias en la historia de la humanidad ya era catastrófico, pero ahora tener que hacerlo en mi raza era molesto. Ya no era un aprendiz luego del paso de los años, ya me había convertido oficialmente en parte de la guardia personal de Aro, Cayo y Marcus, eso quería decir que un solo error era enorme para ellos. Asesine a humanos solo por placer de sentirles sufrir, era algo que no veía nunca y que mucho menos sentía, pero cuando pasaba lo disfrutaba tanto. Sabía que me estaba convirtiendo en el villano que tenía dentro de mi cuerpo, mientras que el héroe que salvaba vidas estaba siendo encerrado en una jaula para animales.

-Leo, necesitamos que nos hagas un favor. –Heidi, la recolectora de “humanos comida” se me acerco al lado. Yo no hablaba nunca. Ya conocían mi angustiosa y mental conexión con el “original” así que hablar con ellos o dejar que me tocaran tampoco era una opción aunque quisiera, porque de verdad los detestaba aun cuando no lo supieran. Aro se me acerco junto a Jane, ellos sabían que no podían tocarme, era una regla que todos habían aprendido cuando aniquile a la mitad de la escuadra real de Aro solo por diversión. Ellos querían un monstruo y lo tenían.

-Sabemos que deseas con ansias poder salir, ver lo que hace tanto tiempo perdiste… Y hoy será esa oportunidad. Si cumples con esto te recompensare. –Aro me observaba con inquietud, tenía las ansias de verme la mente, de saber si yo huiría o no. No lo iba a hacer, no hasta que me ganara su confianza, la de todos ellos.

-Ganar nuestra confianza y sernos fiel Leo. –Levante una de mis cejas y asentí con la mirada, Jane ya lo sabía, estaba dispuesto a hacer lo que pidieran. Heidi se me acerco más de lo normal, algo que de verdad me molestaba y a Jane también.

-No puedes lucir así. A las humanas les gustan los hombres seductores y nosotros queremos desayunar cuerpos jóvenes y sanos, de estirpe pura. Te necesito seductor. –Heidi arrojo un pantalón de tono rojo con una camisa a cuadros de colores celestes que me estrangulaba el cuerpo y una camiseta de color blanco. Ella lucia muy sexy, un vestido de color rojo intenso y unos zapatos altos con tacón. Era de día cuando se abrieron las puertas del castillo. Camine un par de pasos a punto de salir volando del lugar pero no podía irme, sabía que no era el momento.

-Iremos a buscar turistas, mientras más mujeres y niños mejor… Trata de sonreír, tienes una sonrisa coqueta y malévola. Además, con esos enormes dientes blancos que tienes, ese cuerpo escultural y esos ojos de color rojizo marrón, seducirás a todo el mundo. –Era molesto su comentario, podría ser el hombre más atractivo en el mundo pero eso no me importaba, prefería ser horrible para no llamar la atención; Salimos para que el sol no nos tocara, estaba en la cima del lugar pero Heidi traía un pañuelo enorme sobre su cabeza y brazos, lo que no hacía que su belleza se ocultara. Yo traía una gorra ajustada a mi cabeza que cubría mi rostro, así que no corría peligro de revelar nada. Encontramos a un grupo de canadienses que se conformaban principalmente de niños y familias jóvenes, con muchas mujeres. Ya sabía que ellos eran los próximos. Olían asombrosos y aunque sonara extraño, todos vestían iguales. Traían batas de color rojo intenso, como si estuvieran celebrando algo religiosamente importante. Heidi me dijo que eso era de todos los años y era en donde más alimento se podía tener. Al terminar de convencerlos, Heidi golpeo mi abdomen con alegoría, observe en la entrada del castillo a un hombre que quitaba su camisa en señal de revelar lo que era. Eso significaba que rompería una de las leyes, tenía que impedirlo. Cuando iba camino a hacerlo retroceder, Heidi me detuvo y ambos observamos a una chica humana correr en su dirección, era muy dulce su aroma, casi enceguecedor. El la abrazo y beso cuando ella le decía estar viva tratando de convencerle.

-¿Quiénes son? –Heidi se impresiono, hace mucho que no me oía hablar.

-Él es Edward Cullen, venia donde Aro a solicitarle la extinción. Supongo que la chica “postre” lo ha hecho cambiar de opinión. –Heidi continúo reclutando gente, reuniéndola y convenciéndola.

-¿Aro va a dejar que se vaya? –Me acerque tomando de su brazo. También se impresiono por ello, por mi interés en el tema y la forma en como podía tocarle.

-Siempre se doblega con los Cullen. Yo no sé mucho de ellos, pero si quieres saber más, deberías pregúntales a ellos. –Heidi apunto a una de las entradas alternativas en donde se encontraban algunos guardias de la realeza Vulturi. Me impresionaba que una humana pudiera desearle la existencia a uno de los nuestros, era simplemente complicado de entender porque lo había leído, pero hace ya mucho que no se presentaba un caso como este. Al finalizar, Heidi luego de largas horas de plática se ganó la confianza de un gran grupo de humanos que comenzaron a ingresar al castillo. Camine con ellos cuando sentí el golpe de su aroma, la chica humana venia caminando de la mano con Edward mientras una chica de cabello corto les acompañaba. Le observe de reojo, Demetri les guiaba a la salida. A penas los humanos entraron en la habitación ya estaban siendo devorados. Los latidos de la humana aumentaron cuando oyó los gritos de los niños y mujeres dentro de la habitación, esa fue mi oportunidad de comer, pero la evite. No quería sentir ese ardor y ese dolor una vez que tocara la sangre. Me dirigí a mi habitación y analice la situación, a la humana con ese tal Edward y pensé en las historias. Busque historias de los Cullen, pero no habían demasiados registros más que el de Carlisle que había pertenecido a la estirpe de Aro un par de siglos. Ya no me quedaba nada más por hacer más que pensar en nada, ya no quería nada con el mundo en sí. Si Aro dejo ir con vida a la humana y al vampiro con existencia, ¿Por qué no me dejaría ir a mí?

Capítulo 1: "Antes de la revelación" Capítulo 3: "En desarrollo"

 
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