Esperando por tí / El tiempo y tu recuerdo

Autor: Honbatz
Género: General
Fecha Creación: 05/05/2015
Fecha Actualización: 19/06/2016
Finalizado: NO
Votos: 3
Comentarios: 15
Visitas: 28167
Capítulos: 23

¿Qué pasa si por complacer a los demás, lastimas a la persona que amas?

Pero sobre todo ¿Qué pasa si no  puedes disculparte a tiempo?

Esta es la historia de Edward Cullen (príncipe de Masen) y Bella Swan…. Después de comprometerse ambos viajan a Masen con el objetivo de preparar la boda real, pero a pocos días de casarse,  Edward desiste creyendo que era lo mejor para el reino de Masen y se compromete con otra…….. ¿Cómo tomará Bella este cambio de planes?...

 

 No se pierdan esta historia y recuerden “cuidado con lo que se desea…….. Porque puede volverse realidad…… y el resultado podría no ser el esperado”

 

Disclaimer: los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, algunos de ellos yo los invente. La historia es de mi autoría.

 

Di no al plagio ;)

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Este es mi primer fic, al fin lo publico despues de jugar con los petalos de una flor a "subo el fic o no lo subo" (jejejeje) finalmente me decidi,  ojala lo disfruten.

 

 

PD. agradecimientos a...... Sasha_amane camarera chocoaventurera, sus fics y consejos / tips  me han ayudado e inspirado , (especialmente "la camarera", pero las otras historias no tienen nada que envidiarle a la camarera pues tambien  son interesantes y antes de salirme por la tangente jajaja les invito a que se pasen por alguna de las historias de esta autora, no se arrepentiran)  

 

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Capítulo 20: Fastidiando a Isabella

POV EDWARD:

En cuanto Isabella firmo el contrato me sentí feliz, ahora la tendría cerca y no desaprovecharía ningún instante.

― Muy bien Isabella, oficialmente eres parte del personal de la constructora, como tal tienes un horario por cumplir iniciando en este momento, puesto que nos hemos atrasado por un par de horas será necesario que esperes un par de horas después del horario convenido.

― ¿Horas extras?

― No, simplemente cubrirás el tiempo perdido.

― Pero acordamos…

― Las horas extras se toman en cuenta siempre y cuando se cumpla antes con el horario normal de labores, en este caso has perdido al menos 3 horas, no quiero ser injusto descontándolo de tu salario, por otra parte dudo que tengas problemas con quedarte un par de horas más, te recuerdo que el horario del club era aún más exigente ― sorpresivamente Isabella no refutó, lo cual indicaba que al fin obtenía mi primer victoria dejándola callada, pensaba decirle que yo le haría compañía pero era arriesgado.

Después de finalizar el horario de trabajo, René pasó por la oficina buscando a Bella, pero la convencí de dejarla un par de horas más, yo personalmente la llevaría de regreso a casa, sin dudarlo René acepto.

― Isabella, ¿están listas esas fotocopias? ― grite desde la oficina

― Un momento por favor

― Recuerda que las necesito para hoy ― dije comenzando a fastidiarla, no respondió, lo cual indicaba que mordió el anzuelo, instantes después entro con las fotocopias

― ¿Algo más señor?

― Si, necesito que realices un resumen de este informe ― conteste entregándole un pack de 30 hojas

― ¿Para cuándo lo quiere?

― Que graciosa eres, lo necesito hoy mismo Isabella ― sin decir palabra salió molesta azotando la puerta, ese temperamento era un incentivo, quería explorarlo un poco más, tome un par de hojas y las coloque en un cajón ― Isabella, no fotocopiaste todos los documentos ― grité en tono molesto, ella entro a la oficina aun molesta

― Eso no es posible, revise tres veces ― dijo arrebatándome las hojas de las manos ― ¿Cuáles hacen falta supuestamente?

― Las paginas 20, 38, 42, 45 y 46

― Estoy segura que están aquí ― decía mientras buscaba entre las hojas las paginas faltantes

― Pues no las veo… ¿sabes qué?, llévate las hojas y vuelve a fotocopiar las faltantes, de paso lleva este informe, es para la junta de mañana necesito 15 fotocopias de cada página, ordénalas en carpetas, por favor.

― Bien ― salió de la oficina y comencé a guardar algunos documentos en el portafolio, continuaría con el trabajo en casa, por el momento disfrutare exasperando a Isabella.

― ¡Isabella! ¡Isabella! ¿Dónde estás? ― llamé fuera de la oficina

― Aquí Cullen, en la oficina de archivos, ¿necesitas algo?

― No, solo quería asegurarme que no te has extraviado, es tu primer día y esas cosas suelen suceder

― No te preocupes Cullen, si llego a extraviarme ten por seguro que encontrare el camino de regreso.

― De acuerdo…. iré por café ¿gustas?

― No, gracias ― camine hasta la cafetera ubicada en la oficina conjunta a la mía y prepare algo de café, al volver a la oficina Isabella esperaba con los documentos fotocopiados y clasificados en carpetas.

― Veo que todo está listo, continua con el resumen entre tanto reviso que todo esté en orden ― asintió saliendo de la oficina, lo cual aproveche para "perder" accidentalmente algunas páginas.

― ¡Bella! quiero decir ¡Isabella!, ven por favor

― ¿Qué sucede ahora? ― dijo al abrir la puerta

― No encuentro algunas hojas

― Eso es imposible, me asegure de fotocopiarlas.

― No estoy diciendo que no lo hayas hecho, lo que sucede es que tropecé con algo y las hojas cayeron al suelo, ahora no encuentro todas ― la escuche bufar

― Deben estar en algún lugar, ¿has echado un vistazo debajo del escritorio?

― ¿En serio? ¿Quieres que yo, busque ahí abajo? ― compuse mi mejor expresión de horror

― Si, es lo que he dicho

― ¿Estás loca?, imagina cuanta alimaña vive ahí

― ¿y? es tu oficina, tu escritorio, tus documentos

― Y tú eres mi empleada, así que adelante, busca las hojas debajo del escritorio.

― No hare tal cosa, yo no tire las hojas ahí

― ¿Miedo Isabella Swan?

― Por supuesto que no, pero no comprendo, te metes con cuanta arpía, zorra y demás bichos humanos con falda, pero temes a unos simples animalitos indefensos que lo único que hacen es subsistir bajo tu escritorio.

― No voy a arriesgarme con esos animalitos "indefensos"

― Oh claro, protejan al ilustrísimo señor Cullen, nada malo puede ocurrirle, ¿Qué haríamos si nos faltara su hermoso rostro? Seguramente las neoyorkinas se volverían locas y todo sería un total caos ― contestó con sarcasmo ― ¿Mientras tanto, yo qué? ¿Qué me coma el perro o yo me lo como a él?

― Así que…. ¿crees que mi rostro es hermoso? ― ataqué

― No quieras cambiar el tema, sin embargo, respondiendo a tu pregunta, es posible que tengas un rostro agraciado y aclaro que es solo una posibilidad, no lo estoy afirmando; lo cierto es y lo sostengo: tú Edward Cullen, eres un idiota.

― Me alegra saber que me tengas tanta estima

― Aclarado eso, me retiro, debo finalizar un resumen ― dio media vuelta dispuesta a irse.

― Un momento Señorita Swan, olvida algo

― ¿Qué será?

― Mis hojas Bella

― No me llames así ― advirtió

― Busca mis hojas bajo el escritorio entonces

― Eres fastidioso ¿sabías? ― dijo molesta

― Lo sé, aunque ciertamente tú tampoco eres un ángel

― De acuerdo, buscaré tus benditas hojas…. Pero tendrás que alejarte, hasta la pared

― ¿Por qué? Estoy en mi oficina y me paro donde me plazca

― No voy a agacharme frente a ti

― ¿Piensas que voy a mirarte el trasero?

― No, por supuesto que no te atreverías, en realidad pretendo protegerte, imagina si uno de esos bichos resulta ser letal, no, no, el jefe es primero, no quiero poner tu vida en peligro Cullen ― dijo con sarcasmo

― Me arriesgaré

― Yo no, así que tienes dos opciones o retrocedes y busco tus hojas o te quedas sin finalizar el trabajo ― definitivamente Isabella tenia neuronas, ¿tan obvias eran mis intenciones de observarla? ¡rayos! Como sea, esta batalla la daba por perdida, ya se presentaran otras oportunidades, retrocedí dándole la espalda. Instantes después ella me entrego las hojas. Salió de la oficina dispuesta a finalizar el resumen, por mi parte permanecí en la oficina dispuesto a idear nuevas formas de hacerle la vida imposible a mi pequeña bruja mentirosa….

― No es necesario llevarme Cullen, pediré un taxi

― Nada de eso Isabella, prometí a tu madre llevarte personalmente, no me hagas quedar mal ante ella.

― Entonces tranquilo, le explicare que tienes demasiado trabajo y no quise ser una carga para ti.

― Isabella, por una vez en tu vida dime que si

― No, además no iré a casa, pasare a saludar a un amigo antes

― ¿Algún novio? ― dije tenso, ¿Por qué me importaba?

― ¿Acaso importa a quien visito? ― contesto con la ceja arqueada

― No, supongo que no, sube al auto, te acerco a donde quieras ir

― Ya te he dicho…

― Se lo que has dicho Isabella, pero de cualquier forma te llevare, si algo te sucede, quiero tener a alguien a quien culpar ¿vale? ― ella se mantuvo indecisa por algunos segundos, pero cedió.

― De acuerdo, vamos a la cafetería Luna Nueva ― ¿cómo no lo supuse antes?, Isabella iba de camino a visitar a su novio, saber aquello mantuvo un mal genio en mí, para no desatarlo contra ella, me mantuve callado, no quería destruir mis avances con Bella, si bien no eran muchos pero al menos ahora me dirigía la palabra.

Después de dejarla en el dichoso club, volví al apartamento, no sé lo que tenía Bella pero no dejaba de rondarme por la cabeza, mi única salida fue centrarme en el trabajo, cuando sentí el peso del cansancio, tome una ducha, posteriormente fui atrapado en el mundo de los sueños pensando en las andanzas de ese demonio.

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Ha transcurrido casi una semana desde que Isabella comenzó a trabajar en la empresa, han sido días divertidos, especialmente cuando se irritaba por mis "descuidos". Aunque sospecho que debo cuidarme la espalda, lo he visto en sus ojos que claman ¡venganza!

― Tierra llamando a Edward ― era René quien me trajo de vuelta a la realidad

― Disculpa René, estaba distraído

― Eso he notado ¿te importaría compartir el motivo? ¿Alguna chica por ahí?

― No lo creo

― Y lo niegas, eso te delata aún más y no hace falta mencionar que la sonrisa que traes desde hace días ha hecho su trabajo, los rumores han iniciado en la empresa

― ¿Qué rumores?

― Definitivamente vives en otro mundo

― Bueno el trabajo me tiene atrapado

― Un trabajo que tiene nombre y apellido ¿cierto? ― no respondí simplemente negué con la cabeza con una sonrisa en los labios ― en fin, solo venía a entregarte las muestras de colores a utilizar, he adjuntado algunas recomendaciones

― ¿Por qué no eliges los colores? Estoy seguro que tu selección me agradará

― Nada de eso, es tu empresa, debes involucrarte un poco más en los detalles finales ¿no crees? Además no he traído la paleta completa de colores, solo los que a mi criterio combinan mejor.

― De acuerdo, ¿te parece si lo revisamos mañana?

― De hecho no estaré en la oficina, mañana es la fiesta de graduación de Bella y he solicitado el día libre ― ¿Por qué diantres no sabía de la fiesta?

― Oh…. claro… puedes retirarte René ― en cuanto René se retiró, tomé el intercomunicador y llame a Jane

― Jane, no me pases llamadas, cancela todas mis reuniones y citas para mañana, Edward Cullen no estará disponible para nadie ¿entendido?

― ¿y si llama tu padre?

― Dile que estoy perdido

― ¿Y arriesgarme a que inicie un operativo en tu búsqueda?

― Entonces inventa cualquier cosa

― ¿Qué te parece si le digo la verdad? Que su hijo abandonó el trabajo sin más y se largó de juerga.

― Eso suena bien, me gusta tu imaginación, ahora necesito que dejes el trabajo e investigues un par de cosas, primero, necesito la ubicación y hora de la fiesta de graduación de Isabella Swan y más importante aún, necesito de una invitación a la fiesta, también llama a la joyería y pide… no mejor no, de eso me encargo yo. Eso es todo Jane, en cuanto tengas lo solicitado llámame, por cierto todo esto hazlo sin que Isabella se entere

― De acuerdo Edward, pero deberás contarme tus andanzas, últimamente no son normales

― Como sea, estaré esperando lo solicitado en mi apartamento, hasta pronto Jane. — colgué sin más, tome mi portafolio y salí disparado de la oficina, tenía algunas cosas por hacer.

Conduje rumbo a una joyería en busca de algo extravagante, al llegar observe los estantes, habían tantas piezas, todas de un exquisito diseño, elegir era complicado. La dependienta al parecer noto mi dilema y se acercó con una amble sonrisa.

― Bienvenido ¿necesita ayuda en la elección?

― En realidad si, busco algo ostentoso y especial.

― Comprendo, acompáñeme, le mostrare nuestras mejores piezas, hechas para complacer al más exigente de los gustos ― asentí, al llegar a los nuevos diseños, no puedo negar, eran excelentes, sin embargo ninguno lograba convencerme totalmente, a pesar de la explicación que ofrecía la dependienta

― ¿Qué opina? ¿Ha elegido una pieza?

― En realidad no, es complicado decidir

― Tal vez si me hablara de la destinataria podría realizar sugerencias ― ofreció

― Ella es…. ¿extraña? ― sonó más a pregunta que afirmación, la mujer me observo asombrada, genial, simplemente genial, quería darme de patadas, ¿en qué mundo la mujer tras la cual vas es extraña? Bueno Isabella era extraña pero no era necesario gritarlo a los cuatro vientos además Isabella tenía razón, en ocasiones resultaba ser un total idiota….― disculpe, no me he explicado bien, quise decir que ella no siempre reacciona como lo espero, es intempestiva y reservada, también es bromista pero responsable, en realidad no es fácil comprenderla o anticiparse a su reacción.

― Comprendo, usted debe buscar algo que se asemeje a su actitud ¿cierto?

― Efectivamente, pero ninguna de estas joyas logra convencerme

― ¿Qué le parece visitar el estante de joyas poco comunes? ― Una vez frente a dichoso estante lo divisé, era la joya perfecta, y tal como explicó la dependienta, el topacio imperial era poco común por su color marron, el cual me recordó a ella.

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Estaba frente al espejo, eligiendo un traje capaz de impresionarla, por primera vez comprendía a las mujeres al momento de arreglarse, esto era difícil, así que me di por vencido y jugué volados para elegir. Lo bueno de todo esto era que por la mañana Jane me entrego la dirección e invitación para la fiesta, la sonrisa tonta no desaparecía de mi rostro por nada.

Un par de horas después estaba en el estacionamiento del instituto Little Red Schoolhouse and Elisabeth Irwin, nunca habría imaginado que Isabella estudiaba en un instituto privado, pero después de ver su casa, lo raro seria que no estudiara en esta escuela. La ceremonia oficial de graduación había iniciado, pero a mí me interesaba el baile, aunque supongo que echar un vistazo a la ceremonia no estaría tan mal, con cautela entré a la sala de usos múltiples, donde se celebraba dicha ceremonia, el lugar estaba lleno de los padres y acompañantes de los alumnos por graduarse, los cuales estaban al centro, portaban orgullosamente la toga, intente localizar a mi delirio personal pero no lo conseguí, solo me quedo esperar a que entregaran el diploma de graduación, la espera fue torturante pero valió la pena….

― Isabella Marie Swan ― anunciaron a través del micrófono, observe como tonto la figura que se erguía y caminaba con paso firme hacia el estrado con una sonrisa, no volví a apartar la vista de su persona, tal vez sea un pervertido, pero a mis ojos era la chica más sexi de la noche aun portando la toga y el birrete, no quiero imaginarme lo que lleva debajo…. Deje de lado esos pensamientos y traté de centrarme en la ceremonia, al finalizar la ceremonia, como es tradición, todos lanzaron los birretes al aire e instantes después se abrazaban, aproveché para acercarme a ella lentamente.

― Felicidades Swan ― Observe como se congelo en su lugar, para después girar lentamente en mi dirección

― ¿Cullen? ¿Pero qué haces aquí? ― tenía el ceño fruncido, las manos me picaban por alisar dicho ceño

― Escuche que una de mis empleadas se graduaba hoy y decidí darme una vuelta ― dije encogiéndome de hombros

― Pero no tienes invitación

― ¿Hablas de… esta invitación?

― ¿Cómo lo conseguiste?

― Eso no importa, ahora ven aquí, debo felicitarte debidamente ― instintivamente dio un paso hacia atrás ― tranquila, solo te daré un abrazo ― dije alzando los brazos

― De acuerdo Cullen, pero no te atrevas a intentar nada mas ― reí entre dientes

― Felicidades Swan, por este nuevo logro ― hablé sinceramente ― por cierto ¿que traes debajo de la toga? ― instantes después sentí sus manos en el pecho empujándome con fuerza

― ¿Tienes que arruinarlo siempre Cullen? ― inquirió molesta

― Pero no hice nada

― Tú sí que eres descarado e insufrible

― Vamos Be… digo Isabella, solo bromeaba, no es para tanto

― Odio tus bromas, lo sabes

― Vale, propongo una tregua

― ¿Enserio? Lo mismo dijiste hace algunas semanas y termine pagándote el lavado de un estúpido traje

― Ok, lo siento por eso, esta vez será distinto, lo prometo

― ¿Lo prometes?

― Con la mano en el corazón – dije en un gesto solemne

― Solo porque te ves ridículo te creo

― ¡Hey! No soy ridículo

― Eso dices tú

― Pero….

― Señor Cullen, ¿Qué sorpresa? ― hablo la madre de Bella a mis espaldas

― Buenas tardes Renata, señor..

― Charlie Swan, de modo que usted es el famoso Edward Cullen ― dijo el padre de Bella estrechándome la mano con firmeza

― A su servicio señor Swan, y si me permite decirlo usted tiene a dos hermosas mujeres a su lado

― Pues curiosamente no le permito decirlo señor Cullen ― dijo tomando de la cintura a su esposa en gesto posesivo y lanzándome dagas con la mirada, por lo visto los ojos asesino se heredan, aunque claro los ojos de Bella son mucho más hermosos

― ¡Charlie, por favor! ― increpo René a su esposo ― discúlpenos un momento Edward… y por cierto espero que disfrute de la fiesta que está por iniciar ― hablo René sobre el hombro mientras se alejaba con su esposo.

― Por lo visto estamos solos nuevamente preciosa

― No te ilusiones Cullen

― ¡aaaaaaahh! ― escuche un grito ensordecedor ― ¡No lo puedo creer, eres Edward Cullen en persona! ― hablo una chica apresuradamente y con la respiración contenida ― ¡Bella! Dime que no estoy alucinando ¡dímelo! ― exigió, a lo cual Isabella solo rodó los ojos ante el comentario de la chica de cabello oscuro

― No Becka, no estas alucinando, lamentablemente ― susurró lo ultimo

― Esto es maravilloso, Edward ¿sabías que estoy suscrita a la revista Forbes, por el único motivo de ver tu hermoso rostro publicado? ― Mientras hablaba, su rostro se iluminaba ― también he leído tus entrevistas, acerca de tus logros, los planes a futuro, incluso los escándalos en los que te has visto envuelto, se podría decir que prácticamente puedo predecir tus próximos pasos ― abrí los ojos desmesuradamente, esta chica era… ¡era una acosadora!

― Yo… eh

― ¿Estas sorprendido, maravillado, agradecido por encontrarnos al fin? Y ahora me pedirás ser tu esposa, yo te diré no y tú me raptaras a una isla desierta y no descansaras hasta enamorarme con lindos detalles, viviremos felices y con un montón de niños a nuestro alrededor… ― Definitivamente esta niña tenía todo un futuro planeado, además de estar loca, porque no había modo en el infierno en que yo hiciera todo cuanto ella describió, por el rabillo del ojo noté como Isabella hacia esfuerzos por no reírse

― En realidad… no, y si me permite señorita debo aclarar algunos asuntos con Isabella, fue un gusto saludarlas ― sin más tire del brazo de Isabella, alejándome apresuradamente de aquella acosadora y sus secuaces, porque había más de una y quizá no dijeran nada, pero sabrá dios lo que tenían pensado, posiblemente pretendían drogarme para secuestrarme después… ¡No! Cullen, no seas paranoico, esas niñas no podrían cargarte a ninguna parte… mis pensamientos fueron interrumpidos por las risas provenientes de Isabella ― No le veo la gracia Swan

― Debiste ver tu cara Edward ― ¿Edward? Por primera vez me llamo por mi nombre, aquella acción me hizo olvidar el asunto a discusión.

― ¿Tan gracioso fue?

― Sip, ahora estas a salvo y yo me retiro, debo hacer un par de cosas

― Espera, antes dime dónde puedo esconderme de esa acosadora

― Me alegra saber que estas probando un poco de tu mismo platillo.

― No soy un acosador

― Por favor Cullen, no camino siquiera una cuadra antes de toparme contigo

― Exagerada

― ¿Cómo explicas tu presencia aquí?

― Soy un empresario con gran vida social, fui invitado y aquí estoy ― dije encogiéndome de hombros

― ¿Quién te invitó? ― desafío

― Fue…. Fue ¿por qué quieres saberlo?

― Un nombre Cullen ― en ese instante divisé a uh hombre de cabello oscuro a quien conocia muy bien

― Fue Garrett ¿de acuerdo?

― ¿Garrett?

― Si, el novio de tu amiga rubia, el que está a unos 20 metros de nosotros ― ella volteo

― Que bien, vamos a saludarlo

― ¿Cómo?

― ¿Acaso temes ser delatado? ― retó

― Por supuesto que no ― caminamos hasta Garrett quien en cuanto me vio sonrió ampliamente

― Edward, hermano

― Garrett, llevo buscándote un buen tiempo – dije mientras nos abrazábamos, lo cual también aproveché en mi beneficio ― sígueme la corriente o estas despedido ― susurre sin que Isabella escuchara

― Oh… ya veo ― dijo titubeante y con el ceño fruncido

― Lo ves Isabella, aquí está la prueba, fui invitado por mi gran amigo ¿no es así Garrett? ― pregunte mientras aún tenía un brazo sobre el hombro de Garrett

― ¿Si? ― sujete con fuerza su hombro ― quiero decir, por supuesto, yo te invite Edward ― era obvio que Isabella no me creía, sin embargo no tenía pruebas, tuve ganas de reír malévolamente ― por cierto Isabella, Kate te espera en el aula de artes, dijo algo sobre prepararse para el baile

― De acuerdo, nos vemos Garrett, Cullen ― se alejó rápidamente

― ¿Qué fue todo eso? ― preguntó Garrett, una vez perdimos de vista a Isabella

― Solo fastidio a Isabella ― dije encogiéndome de hombros

― ¿Por qué?

― ¿Y por qué no?...

Posteriormente junto a mi amigo nos dirigimos al gimnasio de la escuela, claramente lo habían transformado en una pista de baile. Por los alrededores se podía apreciar gran cantidad de alumnos con los respectivos atuendos, algunos convencionales y otros no tan convencionales.

Cierto tiempo después el gimnasio comenzó a llenarse de personas, lo cual no era bueno, de esta manera seria difícil localizar a Bella, para evitar que ella escapara como siempre hacia, decidí esperar cerca de la entrada, sin embargo no conté con el hecho de ser reconocido por los alumnos mejor dicho por las alumnas y sus padres casamenteros.

― ¡No lo puedo creer, eres el magnate Edward Cullen, el soltero más solicitado de Nueva York! ― comento una joven rubia, que a la vez me recorría con la mirada de pies a cabeza.

― ¿Nos conocemos, señorita?

― No personalmente, pero seguramente ha oído hablar de la familia Turner; mi padre dirige una de las empresas navieras más importantes del país

― Y supongo que usted piensa seguir sus pasos

― Pos supuesto que no, no existe necesidad de hacer ese tipo de actividad, yo simplemente debo mantenerme hermosa, joven y causar buena impresión ahora y también cuando tenga a un rico y apuesto esposo ― dijo acercándose y tocándome el brazo en clara invitación.

― Oh, claro, eso es … importante ― dije distraído

― ¿Acompañas a alguien esta noche? ― pregunto interesada

― En realidad … ― pero no continúe, pues una risa fresca y contagiosa llamó mi atención, era ella, hermosa como siempre… no esta noche estaba radiante, portaba un vestido largo de tirantes comunes, corte A/Princesa, Escote en V, finalizando con dobladillo tren, decorado con volantes, Bordado de Lentejuelas formando hojas en el hombro izquierdo y apertura frontal, color azul cielo. Tenía el cabello recogido en un moño bajo, con algunos mechones fuera y lo mejor de todo, la amplia sonrisa iluminaba su rostro; sencillamente hermosa. Desconozco el tiempo por el cual estuve observándola hasta que la señorita "soy la reina del mundo" habló

― Si me aceptas un consejo querido, no te acerques a Isabella Swan, a menos que desees terminar con los bolsillos vacíos ― hablo socarronamente

― No lo creo, de hecho….

― No lo sabes ¿cierto? No importa, me agradas y por tal motivo te contaré, Isabella Swan es hija de Charlie Swan, un hombre que alguna vez fue rico, pero los excesos le llevaron a la quiebra, créeme no tiene en que caerse muerto y si aún no está en la calle es solo por la generosidad de Jared Crowley, pero todo en esta vida tiene un precio, por suerte para los Swan, Isabella es bonita, se ha convertido en el pago a tanta generosidad, aunque claro Charlie espera que Isabella se case con Tyler, el hijo de Jared, pero si te soy sincera, conozco a Tyler y no me sorprendería que la hija de Charlie termine en la cama de Tyler en vez de con un anillo en el dedo, si es que no lo ha hecho ya. Así que Edward, debes cuidarte de ser descubierto, porque puedes ser atrapado y convertirte en la mina de oro que les solucione la vida a los Swan y dudo que desees eso. Por otra parte, existimos chicas procedentes de acaudaladas familias que lejos de complicarte la vida incrementaran tus ingresos…..

Deje de escuchar su perorata, continuaba sin creerlo, ¿tan terrible era la situación de los Swan?, pero sobre todo Charlie Swan, el hombre íntegro y firme que describía René en algunas de nuestras conversaciones ¿sería capaz de utilizar a su propia hija como moneda de cambio?, una furia se apodero de mi al pensar en aquello y deteste a Charlie Swan, apreté los puños con fuerza, prometí en ese momento que impediría aquella atrocidad, ese tal Tyler se quedaría con las manos vacías, no le permitiría acercarse a mi Bella, así tuviera que secuestrarla nuevamente…. pero un momento, Tyler Crowley ¿no será el mismo Tyler que Bella menciono al conocernos en el club… el novio de Fernanda?

― ¿No te parece, cariño? ― volvió a interrumpir aquella voz

― Disculpe señorita, no prestaba atención, tengo la mente en otro lado

― ¿En algo especial?

― Algo así ― dirigí la mirada en dirección a Bella, justo en el momento en que un hombre, alto, robusto y de cabello oscuro se acercaba a ella para abrazarla, Bella no se resistió, de hecho correspondió al abrazo con una enorme sonrisa, mi primer impulso fue separarlos y romperle la nariz ese tipo ― Disculpa…

― Karen, Karen Turner

― Karen, ¿sabes quién es aquel hombre? ― dije señalando al idiota que abrazaba a Bella

― Pero si no es otro que Tyler Crowley ― ¿Tyler? Así que aquel era mi enemigo, no imagine conocerlo tan pronto, el tipo estaba de espaldas por lo que aún no veía su rostro y como si supiera de mis intenciones, en ese preciso momento volteo y era….. ¿el barman del club nocturno? ¿Pero qué rayos sucedía en este mundo? Nada tenía sentido.

Capítulo 19: Búsqueda Capítulo 21: Fiesta de Graduación

 
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