OKEY, ESTO ES TODO LO QUE PUDE RESISTIR. LES TRAIGO EN NUEVO CAPÍTULO, EN EL QUE ESME LE DEMOSTRARÁ A BELLA QUE TRAS DE LAS NUBES, EL CIELO ES SIEMPRE AZUL. ESPERO QUE LES GUSTE ESTE CAPITULO. Y POR FAVOR NO LE HAGAN CASO AL COMENTARIO DE MI QUERIDA MEJOR AMIGA (NÓTESE EL SARCASMO EN ESTE MOMENTO). 

EL PRÓXIMO CAPÍTULO ES TODO PARA MI AMADO EDWARD, PARA LAS QUE SE PREGUNTAN CUANDO VOLVERÁ A PRESENTARSE NUESTRO GALÁN. 

BUENO, BESOS. GRACIAS POR SU APOYO! 

Capítulo 8: La historia de Esme.

-Cariño, sé que esto es difícil para ti pero, debemos contárselo a Carlisle.-La miré sorprendida y enojada al mismo tiempo, creí que podía confiar en ellas, no quería contárselo a nadie más, sería nuestro secreto, quise separarme de ella, pero me agarró de los brazos y me detuvo.-No es lo que piensas mi niña, no es que yo quiera contárselo, pero él es doctor y, debes ser examinada.-Hizo una pausa para ver si yo entendía y con la mirada le pedí que continuara.-Lamento decirlo así pero, fuiste violada Bella, y no sabemos si eso haya traído consecuencias en tu cuerpo.-Los ojos de Esme se empañaron y tocó su vientre.-En mi caso, no me permitió tener hijos.-

Me asombre de sus palabras y ahora era ella la que lloraba.-Mira que tonta, ya estoy llorando.-Dijo limpiándose las mejillas, pero la detuve y le sonreí.

-No está mal llorar Esme.-Murmuré agarrando sus manos, dándole apoyo.

-Muy pocas personas lo saben, pero hace unos veinte años, conocí a un hombre maravilloso, o que yo creía era maravilloso. Yo apenas tenía diecisiete años, estaba por terminar la secundaria y empezar la carrera de abogacía y él era un amigo de mi padre. Se llamaba Eleazar Denali. Era un hombre de mundo, con mucho dinero, al igual que mi padre, y era absolutamente hermoso. Por eso comprenderás que me asombré cuando él fijó sus ojos en mí, una niñata sin experiencia en la vida y con apenas atractivo físico. Comenzamos a salir, a escondidas por supuesto. Él era veinte años mayor que yo y no sería bien visto.-Lanzó una pequeña risita y continuó negando con la cabeza.-Al pensarlo, no sé cómo me creí sus mentiras. Estuvimos saliendo todo un año, y él me encandiló con sus palabras cursis y su belleza sobrenatural y cuando menos me di cuenta, él estaba sobre mí en el asiento delantero de su auto.-Una sombra cruzó por su mirada y su voz se volvió extraña.-Obviamente yo no quería que mi primera vez fuera en un auto, por lo que comencé a tratar de quitármelo de encima, pero él no despegaba ni sus labios ni sus manos de mi cuerpo.-Hizo una pausa y suspiró, para luego continuar.-Le pedí que me dejara, que no podía entregarme a él en un coche y el sólo respondió: “Mira niña, vamos a hacerlo aquí y ahora. Estuve aguantando todo un año para llegar a este momento y no voy a retrasarlo ni un segundo más.” Obviamente luego de esas palabras me resistí aún más a sus manoseos, pero él era muy fuerte y no podía evitarlo.-Una sonrisa apareció en su cara y la miré confundida.-Le di un buen golpe en sus partes antes de escaparme.-Sonreí al imaginármela, pero ella dejó de sonreír y supe que aún continuaba su historia.-Creo que debí golpearlo más fuerte, porque salió del coche y me alcanzó, me agarró de los brazos y me tapó la boca antes de que pudiera hacer o decir algo y me temió en la parte trasera del auto tirándose arriba mío para no dejarme escapatoria y así, sin preámbulos me penetró y me usó a su antojo. Cinco veces lo hizo antes de que yo cayera desmayada.-Estaba horrorizada, eso era horrible. Obviamente mucho peor que lo mío, no había comparación.-Cuando desperté estaba tirada desnuda adentrada en el bosque. Tenía todo el cuerpo golpeado y sangre por todas partes. Caminé hacia la carretera y, tratando de cubrirme con algo, espere a  que pasara algún coche. Tuve suerte de que el primer coche que pasó haya sido una pareja de ancianos y que el hombre fuera lo suficientemente grande como para que su saco me quedara de vestido.-Volvió a reír y la admiré por eso, a pesar de estar contando el peor momento de su vida, ella aún sonreía.-Me llevaron al hospital y se quedaron junto a mi hasta que salí, a pesar de que mis padres hubieran llegado a la media hora de haberlos llamado y les agradecí infinitamente por eso. Más aún cuando mi padre se enteró que el hombre que me había violado era su íntimo amigo y que yo había estado saliendo con él durante un año sin contárselo. Aparentemente para él, era más importante que hubiera salido con su amigo a escondidas a que éste me hubiera ultrajado. Me repudió y mi madre, siempre fiel a su “amado” esposo, se fue con él y me abandonaron. Y lo peor llegó con los resultados de los análisis. Eleazar había sido tan bruto conmigo que me había dañado el útero, sin darme posibilidades de concebir un hijo.- Unas cuantas lágrimas cayeron involuntariamente de mis ojos y los limpié rápidamente, antes de que me viera. – Anne y Matthew Platt, los viejitos que me encontraron, se hicieron cargo de mí hasta que cumplí la mayoría de edad y comencé a trabajar para poder ayudar en la casa. Hasta el día en que Matt entró en el hospital.  Fue cuatro años después de conocernos, él tuvo un ACV y estuvo un mes internado. Allí conocí a Carlisle, haciéndonos amigos al comienzo, al igual que me hice muy amiga de Lizzie. Yo soy la madrina de Edward.- Sonrió con ternura y me asombré de ese detalle.- Mi amiga amaba a su esposo y al bebé que crecía dentro de ella y la verdad es que sufrí mucho con su muerte. Carlisle y yo nos distanciamos y me quedé con mi viejita, ya que Matthew murió unos meses antes que Elizabeth. Dos años después me encontré a Carlisle nuevamente en el hospital, donde yo hacía mi residencia, ya que si no lo sabías, tengo un título en obstetricia y ginecología. Comenzamos a salir, al principio nuevamente como amigos, pero poco a poco, con las salidas recurrentes, las idas a su casa para cuidar al pequeño Eddie, y tantas cosas entre medio, terminamos casándonos tres meses después de comenzar a salir oficialmente.- Su sonrisa reapareció sincera, y se quedó así, iluminando su rostro.-Fue algo así como amor a segunda vista.- Bromeó y me sacó una sonrisa a mi.- Él sabía que yo no podía tener hijos y no le importo, dijo que conseguiríamos la manera de ser una familia, además lo teníamos al pequeño Edward, que era una ternura. Luego llegó Allie y me enamoré de su figura de duende. Era la niña más hermosa y ni bien la vi en el orfanato le rogué a Carlisle que la adoptáramos  y le encantó la idea. Eddie amó a la pequeña desde el primer día. Decía que era su princesita y que nadie tocaría a su pequeña hermana. Lo mismo pasó con Rose, aunque al principio ella se resistía a llamarnos padres y hermanos, hasta que Alice la vio llorando una noche y la abrazó y la consoló, la trató como si ella fuera su verdadera hermana y Rosalie se ablandó de inmediato ante esa imagen. A la mañana siguiente éramos su familia en todas las palabras. Y cuando Emmett y Jasper llegaron.-Comenzó a reír, seguramente ante el recuerdo.- Las chicas estaban emocionadas con la idea de nuevos hermanos  y mi ahijado había saltado en una pata cuando le contamos que llevaríamos a dos chicas a la casa, feliz de al fin no ser el único chico de la casa. Pero cuando Emm y Jazz llegaron, estaban muy deprimidos y no hablaban con ninguno, a veces incluso, los trataban mal.-Quedé confundida con la imagen del cómico e imparable de Emmett callado y amargado.- Rose era la más ofendida, odiaba que no le prestaran atención.-Reímos ambas ante esa información.- Ella intentaba por todos los medios hacer que le hablaran, o por lo menos que no trataran mal a Allie, ya que ella se ponía mal y Rosalie no podía aceptarlo. Recuerdo que estábamos todos en la pileta ese día, Rosie estaba parada en el borde de afuera, sacando fotos de Eddie y Al, que hacían boberías en el agua, cuando Emmett pasó por atrás y la tiró dentro del agua. Lo único que atinó a hacer fue revolear la cámara para la silla que estaba cerca y cayó de lleno en la pileta.-Abrí los ojos sorprendida,  conocedora de que la reacción que podría haber tenido la rubia.- Salió enojadísima de la pileta y así empapada como estaba, se dirigió a Emmett, lo agarró del brazo y ¡le pegó una cachetada!-Exclamó riendo.- Él la miró enfurecido y se pusieron a gritarse enfrente de todos, que los mirábamos pensando en cómo podríamos separarlos sin salir nosotros lastimados. Hasta que Emmett la agarró de las mejillas y le plantó un beso.-Concluyó como quien cuenta un detalle insignificante.

-¿Le dio un beso así nomás? ¿En plena pelea?-Pregunté asombrada, parecía una niña pequeña a la que le contaban una historia de princesas antes de dormir.- ¿Qué hizo la Barbie?-

-Le pegué una cachetada.-Escuché la voz de la nombrada y ambas nos giramos para verla apoyada en la puerta junto con la Pixie y Edward. Los tres sonreían.

-¿Desde hace cuánto que están ahí?-Cuestionó Esme cruzándose de brazos y los tres levantaron los hombros.

-Más o menos desde que le contaste como conociste a papá.-Respondió Edward acercándose a nosotras y abrazando a su madre. – La verdad es que aún no sabemos cómo no se dieron cuenta que si mandaban a estas chicas a buscar algo, no tendrían tanto tiempo para hablar.-Señaló mientras se separaba de Esme y se sentaba junto a mí para agarrar mi mano y sonreírme.

-Tienen suerte de que viniéramos con Eddie y no viniéramos gritando y haciendo escándalo como siempre, sino hubieran dejado la charla hace como media hora.-Nos dijo Alice colocando los medicamentos para la gripe en la mesa de luz, junto a las fotos.

-Bueno, no importa, quiero seguir escuchando la historia.-Declaré cruzándome ahora yo de brazos y frunciendo el ceño enojada, los cuatro rieron y las chicas se sentaron en el otro lado de la cama.

-Bien, ¿Qué quieres saber?-Cuestionó Rosalie acomodándose.

-Quiero saber qué pasó luego de que él te besara y tú le pegaras.-Inquirí  curiosa. Me estaba sintiendo como una niña pequeña y consentida.

-Después de que él me besara, ahí en el patio, junto a la pileta y enfrente de toda la familia, yo le pegué. Una buena cachetada, justo en el mismo lugar en el que le había pegado minutos antes. Él me miró, yo lo miré y lo agarré del cuello y lo besé.-Concretó sonriendo y yo reí.-Cuando nos reparamos sentimos las miradas de nuestra familia viéndonos con la sorpresa y la confusión plasmada en el rostro. Nos reímos y les pedimos unos minutos. Nos fuimos a hablar a la cocina y entre explicaciones, historias y confesiones, nos hicimos novios.-Yo aplaudí entusiasmada y el resto rio.

-Creo que a alguien la gripe la está haciendo comportarse como una niña pequeña.-Bromeó Edward haciéndome cosquillas. Cuando sucumbió a mis ruegos y me dejó, noté en sus ojos un brillo de alegría que me hizo sonreírle son ternura, él me devolvió la misma sonrisa.

-Bueno chicos, yo me iré a dormir ¿Quién se quedará a cuidar a nuestra niña?-Preguntó Esme levantándose y alisando su ropa. Las chicas se miraron y luego lo miraron a Edward, quien las miraba a ellas y luego a mí. Fue un cruce de miradas extraño.

-Creo que se quedará Edward mamá. Nosotras también tenemos sueño.-Ed me sonrió y miré a Esme asintiendo. Las chicas se fueron, no sin antes darme un beso de las buenas noches en la frente y desearme que me mejore. Mamá me preguntó al oído si podía contarle a Carlisle y asentí levemente. Mañana seguiría con ese tema, ahora solo quería estar con mi amigo y relajarme. Había sido un día muy complicado y estar así abrazada con Edward me hacía sentir bien.