Escapa (+18)

Autor: OvejaSwanCullenBlack
Género: + 18
Fecha Creación: 24/01/2014
Fecha Actualización: 27/04/2014
Finalizado: NO
Votos: 5
Comentarios: 29
Visitas: 12680
Capítulos: 15

Escapar, correr sin mirar atrás, huir de todos mis males. Es la única respuesta a todo lo que he vivido. No me importan las ramas lastimando mis brazos, no me importan las raíces haciéndome tropezar en la oscuridad, solo me importa llega al otro lado del bosque y encontrar mi salvación. 

Y si esos ojos color esmeralda lo son...

¡Bienvenido seas a mi vida!

 

Los personajes pertenecen a S. Meyer. La historia es de mi autoria. 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 13: Lazos Únicos.

 ES ALGO RARO COMO LLEGA LA INSPIRACIÓN CUANDO UNO SE DA POR VENCIDO. HACE UNA SEMANA QUE DEJO LA COMPU PRENDIDA CON EL WORD ABIERTO PARA CONTINUAR POR DONDE ME HABÍA QUEDADO, Y HOY, CUANDO ME DECIDÍ POR FIN A SUBIR LO QUE YA HABÍA TERMINADO, DICIENDO QUE NO PODÍA DEJAR PASAR TANTO TIEMPO SIN ACTUALIZAR, ME LLEGÓ LA INSPIRACIÓN (A LAS DOCE DE LA NOCHE) Y CONCLUÍ ESTE CAPÍTULO. 

PREFERÍ SUBIRLO PARA DEJARLES UN POCO MÁS PARA LEER MIENTRAS CONTINÚO. ASÍ ME DISCULPO POR LA TARDANZA. 

 

ESPERO NO ME ESTEN ODIANDO POR EMBARAZAR A BELLA PERO ES ALGO QUE DEBÍA PASAR. TODO TIENE UN POR QUÉ EN ESTA VIDA. 

OJALÁ LES GUSTE. BESOS. 

Capítulo 13: Lazos únicos.  

               

Flotar, libre, liviana como una pluma. Burbujas y líneas de colores que aparecen y desaparecen. Sin preocupaciones, sin nada en lo que pensar.

Bella, Bella despierta. Por favor Bella.

¿Bella? ¿Quién era Bella? ¿Yo soy Bella? Ah sí, yo soy Bella. ¿Por qué quieren que despierte? Yo estoy bien así. Aquí nada me preocupa, todo es tranquilidad. Pero… ¿estoy dormida? Traté de recuperar algunos de mis pensamientos, pero al hacerlo, todo aquello de lo que me había querido alejar volvió a mi mente, dando de lleno en mi memoria.

                Phil, los Cullen, Jacob. Yo embarazada. Un bebé.

                Desperté de repente, levantándome con fuerza de la cama. Tenía a toda la familia a mi lado, mirándome preocupados. Miré a cada uno, aún aturdida. Edward se acercó y pasó su brazo por mi hombro. Mis músculos se relajaron.

                -¿Estas bien?-Me preguntó cautelosamente. Asentí, sintiendo un nudo en mi garganta que no me dejaba hablar.- ¿Segura?-Repreguntó, lo miré a los ojos y había pánico en ellos. De verdad lo había asustado. Me aclaré la garganta, tratando de deshacerme del nudo y hablé.

                -No se preocupen, estoy bien.-Mi voz salía ronca, y tragué fuerte.-La impresión que me causó la noticia fue lo que hizo que me desmayara.-Ninguno relajó su mirada ni sus músculos.-Enserio gente, estoy bien.-Exclamé hartándome de su actitud, me preocupaba más eso que el hecho de que estuviera esperando un hijo del hermano de mi padre, mi tío, el hombre que me violó. Algo en mi expresión les dio a entender que me incomodaba su actitud, porque se levantaron y me dejaron completamente sola. Y les agradecí por eso. Sobre la mesa de luz, el reloj marcaba las cuatro de la mañana. Habían pasado nueve horas desde que me había desmayado, ahora comprendía su preocupación.    

Dentro de un rato debíamos volver al colegio. Sería bueno ver a Jake, él no me preguntaría si me encuentro bien, ni estaría pendiente de todos mis movimientos. Me recosté mirando al techo, pensando.

                Debía tomar una decisión. Dentro de mí algo estaba creciendo, algo que yo no había deseado. Algo que Phil me había dejado en contra de mi voluntad. Toqué mi panza y la observé. Yo no podría ser madre. Apenas tengo dieciséis años, mi vida acaba de volver a comenzar, no ha pasado ni un mes desde que me liberé.  No sé cuidarme a mí misma, ¿cómo cuidaría a un bebé?

                Giré sobre mi misma, quedando de costado, tapándome con la sábana. Cerré los ojos y borré todos los pensamientos de mi cabeza.  Lo mejor sería pensar en esto más tarde, cuando tenga mis ideas ordenadas.

                Sentí a Edward metiéndose en la cama, acariciando mi cabello, pero no fui capaz de abrir los ojos, no podía ver su semblante preocupado nuevamente. No por ahora.

               

                Desperté con el olor a comida. Esme estaba a mi lado con una bandeja repleta de distintos tipos de frutas y hotcakes. Me sonrió al levantarse y observé el reloj, que indicaba que eras las ocho. Abrí los ojos horrorizada ¿Por qué nadie me había despertado? Estaba faltando al colegio en mí segundo día en él.

-Creímos que lo mejor sería que te quedaras aquí, tranquila. Necesitas estar relajada, y el ambiente escolar puede no ser el mejor.-Murmuró como leyéndome el pensamiento. ¿Creyeron que lo mejor sería que me quedara en casa? ¿Para qué, para recordar constantemente que estaba embarazada? ¿Para no olvidar que un maldito, que resulta ser mi tío, me violó y me dejó embarazada, teniendo yo tan solo dieciséis años? Enojada me levanté y caminé hacia el baño, encerrándome en él. Abrí la ducha, me desvestí y me metí, dejando que el agua caliente relajara mis músculos.

               

Siempre serás mía Isabella.

 

Su voz resonó en mi cabeza, haciendo eco en ella. Definitivamente me había marcado. Salí del baño envuelta en una bata, y entré a cambiarme. Me puse lo primero que encontré, que fue un jean suelto azul, una remera  blanca, manga corta, de una banda que no conocía y unas zapatillas también blancas. Mientras  bajaba las escaleras, seguida por Esme que me preguntaba, preocupada, qué era lo que me pasaba, até mi pelo mojado en un moño desprolijo. Tomé las llaves del auto de Jasper, que estaban en una fuente junto a la puerta, con el resto de las llaves, y salí de la casa, subiéndome al auto y arrancando a gran velocidad. Llegué a escuchar a mi madre llamando a Carlisle.

No sabía a dónde me dirigía, pero al llegar a la autopista, mi velocidad se redujo a una normal, para evitar accidentes. Un cartel me indicó que si seguía unos kilómetros más llegaría a la Playa La Push, y la idea me gustó. Ver las olas podría calmar un poco los sentimientos que surgían en mi interior.

Me bajé del auto, caminando con cuidado de no caerme en la arena. El viento pegando contra mi cara parecía que me quitaba las preocupaciones. La marea estaba alta y las olas golpeaban fuertemente contra la orilla. Me senté sobre una piedra, recargándome en mis brazos. Clavé la vista en el horizonte, pensando en todo y no pensando en nada. No sé cuánto tiempo estuve ahí, hasta que el sonido de una moto me trajo a la realidad, giré para ver quién perturbaba mi tranquilidad, y cuál fue mi sorpresa al ver a Jacob en su moto, dejándola apenas cuando la apagó y corriendo hacia mí. Me levanté entre sorprendida y preocupada y él me abrazó con fuerza cuando llegó a mi lado.

-Any, estábamos muy preocupados por ti. Tu mamá llamó a tus hermanos diciéndoles que te habías ido, yo estaba con ellos, y no sabíamos qué hacer.-Comenzó a relatar mientras hacía que me sentara nuevamente.- No sabían dónde podrías haberte ido, y yo menos que menos, hasta que Edward dijo algo sobre que el auto de Jasper tenía GPS y  se lo dijo tu papá. En diez minutos ya sabían que te habías venido a la Push, pero todos querían venir y, por primera vez desde que nos conocemos, Edward y yo estuvimos de acuerdo en algo, y eso fue que si todos venían al mismo tiempo, te llenarían de preguntas y de cosas de las que tú te habías escapado. –Su voz desprendía la misma sorpresa que sentía yo al escucharlo, pero sonreí feliz de que Ed hubiera tomado en cuenta nuestra charla.- Me pidió perdón por todo y me dijo que lo más acertado sería que yo viniera a buscarte. Alice casi lo mata, ella quería venir por ti, pero les explicó que tu necesitabas a alguien fuera de la familia, alguien que no supiera toda tu vida, alguien que fuera un amigo sin ser tu hermano, y que tú me considerabas de esa manera, algo que te agradezco.-Concluyó besando mi frente con una gran sonrisa.

Nos quedamos en silencio mirando el horizonte durante un buen rato, mientras él acariciaba mi espalda con cariño. Era como estar con Emmett o con Jasper, a los que sentía como mis hermanos, pero tenía ese algo distinto que sentía cuando estaba con Edward. Era una sensación rara, pero reconfortante.

-Me gusta mucho este lugar.-Susurré las primeras palabras del día.

-¿Viniste alguna vez antes?-Preguntó mirándome curiosamente, mientras yo rodeaba mis piernas con mis brazos, haciéndome una bolita. La verdad, no sabía si había venido antes, no recordaba muchas cosas de mi vida con mis padres, aunque no era tan pequeña cuando murieron, simplemente no podía recordar, aunque me sentía muy a gusto allí.

-No lo sé.-Respondí apoyando mi cabeza de costado sobre mis rodillas, mirándolo. Parecía confundido.- Hay cosas de cuando era chica que no recuerdo.-Dije simplemente, devolviendo mi vista al horizonte, aunque lo vi asentir antes de girarme.

-¿Quieres ir a alguna parte?-Su pregunta me tomo por sorpresa, y se lo demostré al girarme rápidamente, a lo que él se apresuró a continuar.-Tal vez caminar te distraiga un poco de tus preocupaciones. Te veo demasiado preocupada.-Asentí mientras me levantaba. Caminamos juntos hasta mi coche, junto al que él había dejado su moto.-¿Me sigues hasta mi casa, así dejo mi moto?-

-Claro, no hay problema.-Me subí al auto y lo seguí, en menos de cinco minutos estábamos frente a una pequeña casa roja con techo de chapa. Jake acomodó su moto junto a la entrada y corrió hacia mí, abriendo mi puerta, obligándome a bajar.

-Si seguimos por esta calle encontraremos un camino de tierra que nos adentrará en el bosque hasta la sima de ese monte, allí tendremos una magnífica vista y es una excelente caminata.-Indicó empezando a caminar, yo lo seguí sonriendo por el entusiasmo que mostraba. Caminamos por un buen rato, mientras hablábamos. Me contó que ese camino lo hacían todos los fines de semana con su familia durante su niñez, que el siempre anhelaba que llegara el fin de semana para hacer esa excursión, porque era su momento favorito.-Ten cuidado con las raíces y con las piedras, no quiero que te lastimes.-Dijo ayudándome a pasar una gran raíz que había formado una especie de escalón alto. Caminaba con cuidado mientras lo escuchaba hablar, mientras le agradecía internamente todo lo que estaba haciendo por mi.

                Luego de lo que pareció ser más de una hora, llegamos a lo más alto. Verdaderamente esta era la mejor vista del mundo. Me arrepentí de no haber tenido ni mi cámara ni mi celular encima, era una buena postal. Las distintas especies de árboles se mezclaban formando el espeso bosque, se veía una especie de lago y algunos arroyos que serpenteaban en el paisaje. Era únicamente maravilloso.

                Nos sentamos en un tronco que parecía estar especialmente para sentarse, lo que no me parecía raro teniendo en cuanta las excursiones de la familia Black. Se escuchaban los pájaros cantar una melodía alegre y llena de vida, el sonido del viento contra los árboles, las hojas bailar. Me apoyé en el hombro de Jacob, que me abrazó, mientras unas lágrimas comenzaban a caer por mis mejillas.

                -Estoy mal Jacob, muy mal.-Murmuré sin poder retener las lágrimas.

                -¿Qué es lo que tienes Ana? ¿Por qué te fuiste así de tu casa?-Cuestionó girándome para tenerme de frente, secando mi rostro. Bajé la mirada, sin poder verlo de frente, sintiendo la más profunda vergüenza.-No importa lo que sea, estoy aquí para ti.-Sonreí con pesar, aún sin verlo.-No puede ser tan grave Any.-Bromeó agarrando mi cara con sus dos manos para que lo mirara, pero al verme a los ojos, algo en ellos debió mostrarle que si era tan grave.

                -Estoy embarazada.-Susurré cerrando los ojos, dejando que las lágrimas corrieran por mis mejillas. Una cosa era saber que estaba embarazada, otra cosa era decirlo en voz alta, y aceptarlo. Jacob me soltó bruscamente y se quedó duro, sin mirarme. Me separé un poco de él, abrazando mis piernas, sollozando fuertemente, sin poder detenerme.

Pasé un buen rato así, hasta que lo sentí acercarse a mí y envolverme en sus grandes brazos.

                -Estoy aquí Ana, soy tu amigo. Estoy aquí.-Repitió frotando sus manos contra mi espalda fuertemente.-Sea como sea que haya pasado, no te juzgaré. No haré preguntas innecesarias y te apoyaré.-Me abracé a su cuello y me acuné en su pecho, sollozando aún más fuerte, sacando la pena que quedaba dentro mío.  Al lograr calmarme, media hora después, volví a hablar.

                -No sé qué hacer Jake. Este bebé no algo que yo quería, no lo deseé. Pedí todas las noches no haber quedado embarazada y mírame, aquí dentro…-Señalé mi vientre.-…hay algo creciendo. No sé qué hacer.- Mi amigo me miraba atentamente, como tratando de entender por qué mi renuencia a tener al niño. Obviamente, al no saber la historia, jamás entendería por qué no era un embarazado deseado.-Necesito tu ayuda Jacob. Necesito que me ayudes a decidir qué hacer.-

                -Anabella, no sé si puedo ayudarte a decidir. No conozco tu historia, no sé nada sobre su padre, como para ayudarte.-Chilló levantándose rápidamente, dando vueltas enfrente mío.-Any, quisiera ayudarte, en verdad me encantaría ayudarte, pero simplemente en esto no puedo.-Entendí sus palabras, pero en verdad necesitaba ayuda de alguien externo a la familia.

                -Está bien.- Me resigné, dándome cuenta que él no me podría ser de ayuda. Me quedé allí pensando, mirando el paisaje, mientras Jacob seguía caminando. Muchas cosas pasaron por mi cabeza, pero un pensamiento se concentró con más fuerza en mi mente.

Esme jamás podría ser madre. Ella había perdido toda oportunidad de ser madre al ser violada por el amigo de su padre. Y aunque había adoptado a mis hermanos, ella jamás pudo sentir la sensación de un niño creciendo dentro tuyo, sentir su primera patada, si los cambios en tu cuerpo. Y ella había amado al hombre que le hizo ese daño.

                Era muy injusto, mi situación era totalmente opuesta a la de ella. Mientras Esme, me había ansiado toda su vida ser madre, no podría jamás quedar embarazada por culpa de su violación, yo había quedado embarazada por una violación, cuando jamás había pensado en la oportunidad de ser madre.

                Si interrumpía mi embarazo, probablemente luego me arrepentiría. Ese niño era tan hijo mío como lo era de Phil. Y ese niño era una bendición. Era un destello de luz en una gran tormenta. Ese niño era mi pedacito de cielo.

                Otra imagen se formó en mi mente.

Estaba yo, con un pequeño bebé en mis brazos, sonreía como hacía tiempo no hacía. Era una sonrisa sincera, llena de amor. Mis ojos brillaban al ver al pequeño. Esme estaba junto a mí, con la misma mirada de infinita ternura que resplandecía en mi rostro. Le pasaba el bebé a mi madre, que acariciaba su mejilla delicadamente, como si fuera increíblemente frágil. Mi pequeño agarrando mi dedo con su pequeña manita.

 

Detuve a Jacob de su andar, agarrando de los hombros, mirándolo fijamente.

-Tomé una decisión.-Susurré con una sonrisa, sus ojos se clavaron en los míos, con una expresión confundida, tomé aire y continué.-Voy a seguir con el embarazo. Voy a tener a mi hijo.-Concluí soltándolo y llevando mi mano derecha a mi vientre.-Sé que podré con esto. Pasé muchas cosas como para no poder ser capaz de ser madre.-

Capítulo 12: Momentos incómodos. Capítulo 14: PERDON!

 
14439606 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios