Escapa (+18)

Autor: OvejaSwanCullenBlack
Género: + 18
Fecha Creación: 24/01/2014
Fecha Actualización: 27/04/2014
Finalizado: NO
Votos: 5
Comentarios: 29
Visitas: 12692
Capítulos: 15

Escapar, correr sin mirar atrás, huir de todos mis males. Es la única respuesta a todo lo que he vivido. No me importan las ramas lastimando mis brazos, no me importan las raíces haciéndome tropezar en la oscuridad, solo me importa llega al otro lado del bosque y encontrar mi salvación. 

Y si esos ojos color esmeralda lo son...

¡Bienvenido seas a mi vida!

 

Los personajes pertenecen a S. Meyer. La historia es de mi autoria. 

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Capítulo 3: Historias de Vida

-¿Te gusta?-Me preguntó Rosalie mirándome a través del espejo con la duda en su cara. Asentí y me giré para abrazarla, miré a Alice y la uní al abrazo. Estábamos en eso, cuando tocaron la puerta.

-Adelante.-Gritó Allie. Una mujer de pelo marrón, corto hasta los hombros, y ojos color miel, entró con precaución a la habitación, seguida de un hombre alto de pelo rubio y ojos verdes.

 

.- Mamá, papá, ¿Ya les contó Eddie?-Les preguntó con cuidado, luego de soltarse, algo le daba miedo. ¿Será que ellos son malos? No podía ser, todos se veían felices aquí. Y los padres de Alice parecían ser muy buenos y amables.

-Si Allie, nos contó que se encontró a esta hermosa muchacha en la ruta. Pero ahora necesitamos hablar con ella a solas, ¿Nos permiten?- Dijo la mujer mirándonos tiernamente, maternalmente. Las chicas me dieron un beso en la mejilla y salieron sonriendo. Me senté rápidamente en una silla, tenía miedo de volver a caerme. Ellos se sentaron junto a mí y me sonrieron. El hombre comenzó a hablar.

-Bueno, Isabella…-Lo frené rápidamente, antes de que continuara y me miró extrañado.

-Solo Bella, por favor, Isabella es muy formal, y la verdad, no me gusta mucho. Espero no sea un problema señores. -Expliqué sonrojada. Solo Irina, Phil y Tanya me llamaban así, ni siquiera mis padres cuando estaban enojados. Desde que nací era Bella.

-No hay problema, Bella, pero tú llámanos Carlisle, y Esmeralda o preferiblemente Esme. Como más te guste.-Les sonreí como respuesta a lo que Esmeralda me decía. Me daba pena decirle Esme, no era como con los chicos, ellos demandaban más respeto, por lo menos por la edad, aunque no aparentaban más de treinta y cinco años.

-Bueno, Bella, lo que queríamos saber nosotros es por qué Edward te encontró tan desarreglada en la carretera. Yo tenía entendido que tus tíos te habíanmandado a un internado en Europa para que tengas la mejor educación y pudieras, de más grande, administrar las empresas de tus abuelos maternos.-Me quedé sorprendida al escuchar lo que Carlisle me contaba. ¿Qué me habían mandado a un internado? Yo siempre estuve encerrada en la casa, ni siquiera podía salir al patio.

-Eso es una gran mentira.-Grité. La pareja me miró con los ojos abiertos y me sonrojé.- Perdón, pero es que me enoja que ellos hayan dicho eso. Jamás se preocuparon por mí. Jamás pude salir de la casa que era de mis padres. Y la única forma de estudio que tenía era una maestra particular que ellos traían para mí, ya que debía aprender lo básico para que a mis dieciocho años pudiera hacerme cargo de la empresa el tiempo suficiente para que la gente no creyera que ellos me trataban como me trataban. A los dos meses de estar en la empresa, ellos me harían firmar unos papeles que le delegaban todo el poder sobre mi fortuna a Tanya, su hija. Ella sí va a un internado en Europa.- Les expliqué vergonzosamente, aunque también enojada. Ellos se miraron tristemente y luego me miraron.

-¿Tus tíos te trataban mal?-Preguntó Esme agarrando mis manos entre las suyas. La miré a los ojos y vi en aquellos ojos  miel tristeza, lástima y también una pisca de enojo, pero lo que me animó a confesarle parte de lo que había pasado allí, fue ver la ternura que había en ellos.

-Cuesta creer que mis padres me hayan dejado con personas tan malas. Desde antes de casarse, mamá sabía que ellos no eran buenas personas. Desde el momento en que ellos vinieron a vivir a mi casa, ya que su casa no era de la magnitud ni la elegancia de la nuestra, me despojaron de toda mi ropa y me vistieron con ropas masculinas, además, me obligaron a ser su mucama. Despidieron a todos los empleados que me conocían y contrataron a gente de otro país, para que nadie supiera que yo era la hija de los verdaderos dueños de casa. Cuando se dieron cuenta que me necesitarían para manejar las empresas cuando yo cumpliera los dieciocho, ya que por ahora las manejarían los vicepresidentes, trajeron una profesora particular que me enseñara lo necesario para eso. Al principio, ella me trataba igual de mal que mis tíos, pero con el paso del tiempo, ambas nos tomamos cariño y ella me cuidaba y trataba de arreglarme cada vez que teníamos clase, siempre y cuando mis tíos no lo notaran. También me traía libros de lectura y pinturas para que practicara, ya que siempre me gustó la pintura. Fue por ella que decidí escaparme. Cuando se enteró de lo que pasaba cuando mi tía y ella no estaban, desesperadamente me pidió que me fuera de allí. Mi tío la escuchó y la echó de la casa. Esa misma noche…-Me callé y comencé a llorar. Sentí unos tibios brazos alrededor mío y, otra vez, me sentí protegida. Esta familia me hacía sentir como si estuviera en mi casa, con mis padres.

-No es necesario que nos cuentes más Bella, con lo que nos dijiste es suficiente.-Me contuvo Esme mientras yo me abrazaba a ella. Lloré por largo rato, mi maquillaje ya era historia y, por lo poco que conozco a Allie, sé que esto no le va a gustar nada.

-Perdónanos Bella.- Levanté la mirada confundida al escuchar el ruego de Carlisle.-Conocí a tu padre, pequeña. Unas semanas antes de su muerte, nos conocimos en una cena que organizó el cuerpo de policías del pueblo. Charlie venía en representación de la empresa de seguridad Jensen, de tus abuelos maternos, y yo iba como Doctor general de Hospital de Forks, que es donde trabajo. Nos presentaron y congeniamos rápidamente. Él me contó que se había estado sintiendo todo el tiempo bajo amenaza y que debía encontrar a alguien confiable para dejarle tu tutela, ya que sentía que su hermano era el que lo tenía de ese modo. Yo le comenté que sabía lo que se sentía al tener que encontrar alguien a quien confiarle a tus hijos, ya que yo había adoptado ya a cuatro niños.-Abrí los ojos totalmente sorprendida. Sí noté que ninguno de los chicos se parecía y, que Em y Rose mantenían una relación, al igual que Allie y Jasper, quien es el  único al que no conozco, pero nunca creí que todos fueran adoptados. ¡Espera! ¿Dijo cinco o cuatros niños? Uno de ellos no era adoptado. Al parecer el notó esa duda en mi cara, ya que contestaron a esa pregunta interna que yo me hacía.-Edward es hijo mío. Aunque no de Esme. Mi primera esposa, Elizabeth, murió días después de dar a luz a Eddie, hace ya dieciocho años. Tres años después me casé con mi adorada Esme y dos años después adoptamos a Alice, quien tenía cuatro año. Después, seis años después, en el hospital, encontré a Rosalie, ella tenía diez años y tenía varios problemas pulmonares, ya que su drogadicta madre, la abandonó en la calle. Además, la maltrataba y eso se le notaba en el cuerpo.-Rápidamente, me abracé los brazos, recordando mis cicatrices, ese acto no pasó desapercibido para ninguno de los dos, pero lo dejaron pasar.- Un año después, llegaron Emmett y Jasper, los mellizos, ellos tenían trece años y habían presenciado el asesinato de sus padres, su única familia. Los adoptamos también, pero esta vez, bajo el apellido Hale, que es el apellido de Esme, tener a todos bajo el mismo apellido era difícil, ya que desde el comienzo se notaba que Jazz y Allie tenían una mágica conexión. Aunque debo admitir que a mí y a Eddie nos costó mucho ver a nuestra pequeña duende ponerse de novia con Jasper a los quince años. Ya van dos años de novios y todavía me cuesta.-Yo ya no lloraba, ahora reía junto a Esme, aunque la historia de los chicos era muy triste, escuchar a Carlisle celoso de que sus hijos adoptivos estuvieran en pareja me deba risa.- Cuando le conté todo esto a tu padre, él me preguntó si yo me haría cargo de ti si a él le llegara a pasar algo. Me sorprendió mucho que, sin conocerme, tuviera la confianza necesaria para preguntarme eso. Por lo que supe que estaba muy desesperado. Asique acepté. Al otro día nos juntamos en la escribanía y firmé los documentos que decían que si algo les pasaba, yo me haría cargo de ti.-Lo frené inmediatamente, totalmente confundida.

-¿Cómo es que si tú firmaste esos documentos junto a mi padre, yo terminé viviendo con mis tíos?-Pregunté totalmente confundida, separándome de Esmeralda, estaba enfurecida. ¿Acaso ellos no habían querido tenerme allí? ¿Acaso le dieron falsas esperanzas a mi padre?

-No es lo que tú piensas Bella.-Exclamó alerta él deteniéndome.-Al día siguiente de la muerte de tus padres, los documentos desaparecieron, igual que todas las copias y el escribano que hizo esos documentos fue asesinado. Todo volvió a quedar a nombre de tus tíos, por lo que no pudimos hacer nada, al no tener pruebas, lo único que tenía yo para demostrar que era tu tutor, eran las palabras de Charlie, que de nada me servirían frente a  un juez.- Ahora entendía todo. Mi padre no me había mandado directamente a la cueva de los lobos, él había tratado de salvarme de ese horror, pero mi tío había podido más que él. Porque si de algo estaba segura, era que él se había encargado de desaparecer esos documentos, al igual que estaba segura de que él había cortado los frenos del coche de mis padres el día del accidente. Pero, al igual que Carlisle, no tenía pruebas.

-Ojala algún día ese malnacido cobre por todo lo que hizo.-Murmuró Esme entre dientes. La miré sorprendida, y luego miré a Carlisle que también estaba enojado. -¿Qué es lo que quieres hacer Bella?-Dijo mirándome con ternura, sabía a lo que se refería, me preguntaba si quería denunciarlos o si quería esconderme. Pero, aunque quisiera, me faltaban dos años para ser mayor de edad y si los denunciaba me mandarían a un orfanato y, con el tema de mi herencia, Carlisle y Esme no podrían adoptarme tan fácilmente como lo habían podido hacer con el resto de los chicos. Por lo que decidí esperar a mi mayoría de edad para destruirlos como ellos lo hicieron conmigo. Pero había un detalle.

-¿Hay alguna forma de que ellos no me encuentren?-Cuestioné esperanzada, necesitaba refugiarme, esconderme. Ellos me sonrieron y señalaron algo atrás mío. Me di la vuelta y vi mi reflejo. ¡Claro! Ellos jamás me podrían reconocer, ya no era esa niña sin cuidados, a la que maltrataban, a la que vivían insultando.- ¿Puedo cambiarme el nombre?- Consulté seriamente. Aunque me doliera no portar el apellido de mi padre, era lo único que me quedaba de esa niña indefensa en la que mis tíos me habían convertido.

-¿Estás segura Bella?- Esme me miraba atentamente, segura de que no era lo que yo quería. Y la verdad, yo no lo quería, pero Isabella era el nombre de mi abuela paterna y Marie el de mi abuela materna. Además, seguir portando el apellido Swan era tonto de mi parte.

-Si Esme, si no lo hago, Phil me encontrara y, la verdad, aunque me cueste, debo hacer sacrificios, todo por escaparme de esa basura.- Afirmé mirándome en el espejo, no podía decirles la verdad, no podía decirles mi plan, no era seguro que ellos lo supieran. Ella me abrazó y me brindó su apoyo en lo que yo necesitara, al igual que Carlisle. Él me aseguró que ni bien eligiera como me quisiera llamar, tendría los papeles listos. Me contaron que desde que la madre de Rosalie quiso sacarla de la casa, ya que era la única forma de dinero que ella tenía, ellos habían cambiado su nombre y hogar, al igual que su apariencia, para mantenerse alejados. Además, todavía no habían encontrado al asesino de los padres de Em y Jazz. Les sonreí y salimos de la habitación del cambio para ir a la sala, donde todos nos esperaban.

Capítulo 2: Los Cullen y el cambio Capítulo 4: Familia

 
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