Stripper Love(+18)( Edward's in the Air)

Autor: roxy_cullen
Género: + 18
Fecha Creación: 26/02/2010
Fecha Actualización: 17/05/2010
Finalizado: SI
Votos: 35
Comentarios: 57
Visitas: 116750
Capítulos: 16

Propiedad de  Edward's in the Air

Edward Cullen viaja a la ciudad de Las Vegas por la despedida de soltero de su amigo sin esperar encontrarse con una exótica bailarina que le hará ver la vida de una forma completamente distinta.

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Capítulo 1: Chapter 1

Edward

"¿Has empacado tu protector solar?"

Bufé en silencio, hastiado. "Sí, querida. Ya lo tengo."

"Me voy a dar cuenta si no lo usas, ¿eh? El sol de los Ensenada es muy fuerte y te arruinaría la piel."

El taconeo de Tanya hizo que tomara el bloqueador que había escondido debajo de la cama. Se lo enseñé con cara de inocente.

"¿Lo ves? Te dije que lo tenía."

"Pero no voy a estar segura de que lo estás usando," respondió ella cruzándose de brazos.

"Meloncito, ¿por qué estás tan terca que use el bloqueador?"

Pareció infartarse con mi pregunta. "¡¿Sabes el daño que sufre tu piel todos los días por el sol?! ¡Incluso aquí, en Los Ángeles, que no es muy fuerte! ¿Quieres que te dé cáncer de piel?"

"Tranquila, amor, ya lo llevo," dije poniéndolo en el compartimento secreto de la maleta. "¿Quieres que me lleve algo más?" ¿O ya has terminado de mangonearme?

Tanya pareció pensar por varios minutos y se dirigió a la cocina a toda velocidad. Regresó con una libretita en las manos y comenzó a hojear las páginas frenéticamente. Aquí vamos, pensé rodando los ojos en mi interior.

"Veamos," dijo ella con una pluma en la otra mano. "El protector solar, listo. ¿Tienes tu bañador?"

Le enseñé mis shorts playeros azules.

"¿Tus cremas para el cutis?"

Tomando una gran bocanada de aire, alcé el kit de cremas para mi rostro. Salir con una dermatóloga no es nada divertido.

"¿Cuánta ropa interior estás llevando?" preguntó seriamente.

"¡Tanya! ¿Qué tiene eso que ver?"

"¡Todo! ¿Qué pasaría si se te acaban tus calzoncillos?"

"¡Me compro otros!" exclamé desesperado.

"¡Recuerda que cuando se trata de ropa interior, tengo que comprarla contigo! ¡Necesitas verificar si es cien por ciento algodón!"

Oprimí los puños discretamente.

"Bien, llevaré seis, ¿te parece?"

"Perfecto," dijo ella feliz. "Veamos… ¿tu cargador? Recuerda que la otra vez que te fuiste te estuve tratando de localizar y no pude porque tu celular estaba descargado."

"Aquí está," dije enseñándole el cable. "¿Algo más?"

"¿Tus vitaminas?"

"Sí, ya las he –"

"¡Doctor marica!" gritó alguien desde afuera de la casa. "¡¿Ya has empacado?!"

Tanya bufó con desagrado mientras corría la cortina. Mi amigo Jacob Black estaba apoyado en su automóvil, con las gafas puestas y claramente exasperado. Sonreí en mis adentros: Jacob era un ocurrente. Mi posición médica siempre le había resultado cosa de gracia.

"Me tengo que ir, amor," dije inclinándome para darle un beso. Ella giró su cabeza para evitarlo. "¿Qué sucede?"

Me miró unos segundos, como si quisiera examinarme de hito a hito. Se paseó un momento por la habitación hasta que se sentó en la cama, tomándome de la mano para que la imitara. Lo hice, no muy seguro de querer escuchar lo que venía a continuación.

"Edward, sé que no debería decirte esto pero por el bien de nuestro noviazgo – que afortunadamente ya ha durado más de tres años – lo hago…" asentí, impaciente. Odiaba que le diera vueltas al asunto, pero ésa era Tanya. "Que sea la última – y escúchame bien: la última vez que sales con esos amigos tuyos."

Parpadeé repetidamente, confundido.

"¿Disculpa?" dije incrédulo.

"Sabes a lo que me refiero. Esos cuatro amigos que tienes no van a traerte nada bueno, querido."

"Tanya, Emmett es mi primo, por todos los cielos. ¡Y está comprometido! ¿A qué te refieres con que no son nada bueno?"

"Todos sabemos que Jacob es un poco…" hizo un gesto de disgusto. "Raro."

"Le gusta divertirse, no le veo problema a eso –"

"¡Doctor Marica! ¡Apúrate!" gritó Jake desde afuera. Tanya le lanzó una mirada desaprobatoria, aunque claro, Jacob estaba muy lejos de su alcance como para poder verla.

"Pero quién sabe a dónde te pueda llevar…" continuó Tanya haciéndole caso omiso a los gritos de Jake. "No quiero que pises esos lugares tan vulgares a donde van los solteros, ya sabes…"

"¿A ver a strippers? Cariño, en Ensenada hay más océano que personas, y dudo que vayamos a uno de esos lugares."

En parte, era verdad. Bueno, al menos yo nunca había ido a uno de esos lugares, aunque Emmett, Jacob y Jasper los frecuentaban en sus épocas de adolescentes. Emmett asentó cabeza cuando conoció a Rosalie, y en lo que se refiere a Jacob y a Jazz… bueno, seguían en las andadas. James era como yo, tranquilo y sereno; siendo un importante y famoso abogado no le convendría que salgan fotos salvajes de él en el periódico.

"De todas formas, Eddie," continuó ella. Mis entrañas se retorcieron al escuchar ese apodo. "cuídate. No hagas salvajismos… recuerda nuestra maravillosa relación cuando te sientas tentado a hacer alguna estupidez."

"Lo haré, no te preocupes. Ahora… ¿ya puedo darle un beso a mi guapísima novia?"

"No," cortó ella levantándose y dejándome con mis labios hechos bemba listo para besarla. "Aún tengo imágenes mentales tuyas en las que me eres infiel, así que hasta que regreses y vayamos al médico, podrás besarme."

"¿Para qué vamos a ir al médico?" dije imitándola y tomando mi maleta.

Ella se giró incrédula. "¡Tengo que cerciorarme de que no hayas tenido sexo insípido y vulgar con alguna prostituta!"

Eso fue el colmo. "¡Tanya! ¡Eso es demasiado!"

"¡Ah!" gritó ella agitando su rojiza melena. "¡¿Entonces planeas engañarme?!"

"No seas estúpida, sabes que no –"

"¡Edward!" gritó Jacob ya enojado. "¿Te quieres apurar?"

Miré a Tanya por unos segundos, pero ésta tenía la mirada clavada en el piso y los brazos cruzados. Alcé el mango de la maleta y me acerqué a ella.

"Me voy," dije acariciándole el cabello.

"Sí, será mejor que lo hagas, 'Dr. Marica.'"

"Nos vemos," y tras dejar caer un mechón rojo de su cabello, me alejé de ahí. Jacob me esperaba bastante enojado, pero al parecer mi expresión lo divirtió.

"¿Qué sucedió ahora, Eddie?" preguntó juguetón mi amigo mientras guardaba las maletas en la parte trasera de la Lobo. "¿Qué te ordenó 'Mamá Tanya' ahora?"

"Uff," bufé cuando estuvimos adentro de la camioneta. "Quiere que me someta a un examen."

"¿Examen de qué?"

"Pues… quiere que el médico me cheque ahí debajo," dije señalándole mis partes íntimas.

Jacob desvió la mirada del camino para mirarme con los ojos muy abiertos. Claramente le hacía mucha gracia que estuviera atado a la 'correa Denali' como a él y a todos mis amigos les gustaba llamarle.

"¿Cree que tienes SIDA, o qué?" preguntó riéndose con ganas.

"Algo así," admití apenado. "Quiere estar segura de que no me acosté con nadie en Ensenada."

"Ah," concluyó Jacob incómodo.

"¿Qué sucede?" pregunté curioso. Jake parecía estar un poco nervioso. "¿Por qué el 'ah'?" Mi amigo se revolvió en su asiento. "Jacob…" lo amenacé. "¿Qué sucede?"

"Mm, nada, nada," dijo él dedicándome una de sus sonrisas radiantes. "Hemos llegado," apuntó estacionando en la casa de Emmett. "¿Vas a buscarlo? ¿O crees que es mejor que vayamos juntos?"

"Ve tú," dije sin más. Jacob gruñó pero se bajó del vehículo, refunfuñando.

Esperé por unos veinte minutos hasta que Jake y Emmett salieron de la casa acompañados por Rosalie, quien estaba prendida de su brazo mientras caminaban. Después de poner las maletas en la parte trasera, Jacob se subió al asiento del conductor mientras Emmett se despedía de Rosalie con un apasionado beso. Tanto Jake como yo carraspeamos, incómodos.

"Cuídate, amor," dijo Rose mientras Emmett se subía en la parte de atrás. "Y asegúrate de estar aquí dentro de dos días."

"Lo haré, cariño. Te amo."

Emmett sacó la mano por la ventanilla mientras Jake aceleraba, despidiéndose de su prometida. Nos comenzamos a reír por la cursilería de nuestro amigo, quien todavía estaba embelesado, con medio torso afuera, mandándole besos volados a Rose.

"¡Por favor, Emmett!" exclamó Jacob asqueado. "La vas a ver dentro de dos días, y te vas a casar con ella, por todos los cielos. ¡Cálmate!"

"Cierra el pico, Black. Que tú no hayas encontrado a la mujer de tu vida, no es mi culpa," dijo Emmett dolido y poniéndose el cinturón de seguridad. "¿Vamos a pasar por James, no?"

"Sí, está en su despacho todavía."

Mientras nos dirigíamos a la oficina de James en Boyle Heights, pusimos un poco de música para amenizar el trayecto. Íbamos a pasar más de cinco horas manejando, así que hice (junto con Jake) una selección de música para viajar en carretera. Era más bien puro rock, pero era lo suficiente como mantenernos activos durante el trayecto.

Aparcamos en frente al edificio en donde trabajaba James. Él era el hermano de Rosalie, quien se comenzó a llevar con Emmett cuando éste empezó a salir con ella. Se hicieron buenos amigos y nos lo presentó, cayéndonos bien desde el inicio. Emmett era mi primo, hijo del hermano de mi padre. A Jacob lo conocí cuando mandé a reparar mi Volvo: él era un prestigiado mecánico de Los Ángeles, y modificaba cualquier tipo de automóviles. Los cinco éramos muy distintos pero nos llevábamos muy bien, y eso era algo que a Tanya, mi novia de tres años y medio, no le agradaba mucho que digamos.

James salió de su despacho aflojándose la corbata y desabotonándose el saco. Aventó su equipaje y su maletín en la parte trasera de la camioneta y se subió junto a Emmett.

"¡Cuñado!" gritó al ver a James subirse. "¿Listo para la aventura?"

"¿Aventura? ¿Qué tiene de emocionante Ensenada? ¿Vamos a pasar por Jasper?"

"Sí, está grabando no se qué canción," apuntó Emmett sonriendo maliciosamente. Ví por el espejo retrovisor que miraba a James divertido.

Cuando llegamos al estudio de grabación, Jasper nos esperaba con su equipaje y su sombrero bien colocado sobre su cabeza. Él fue un compañero mío en la preparatoria, y nuestra amistad continuó después de que nos graduamos. Me llevaba muy bien con él: era un poco alocado, pero como todo músico, tiene que serlo. Nos sonrió cuando la Lobo bramó juguetonamente y después de colocar sus maletas se sentó junto a James.

"¡¿Listos para Las Vegas, amigos?!"

"¿Las Vegas?" exclamamos James y yo al unísono.

"Oh, ¿no les han dicho?" preguntó Jasper dirigiéndose a Emmett y a Jacob. Éstos negaron divertidos con la cabeza. "Bueno… pues sí, vamos a las Vegas."

"¡De ninguna manera!" gritó enojado James. "¡Les ordeno que paren inmediatamente! ¡Sensu stricto!"

"Jamie, no puedo obedecerte si me hablas en griego…" dijo Jacob.

"¡No es griego, es latín!"

"Lo que sea, pero miren…" continuó Jacob. "Fue precisamente por esto que decidimos ocultarles la verdad. Sabíamos que se negarían, así que les dijimos que iríamos a Ensenada para que no le pusieran muchos 'peros' al asunto."

"¿Emmett? ¿Tú igual sabías de esto?" le pregunté a mi primo, quien asintió vigorosamente. "¿Y por qué no me dijiste?"

"Por la misma razón que no te dije que nos hospedaríamos en el Caesar's Palace. Ibas a negarte, y es mi despedida de soltero."

Suspiré, derrotado. Jacob tomó la I15, y supe que al hacer eso, ya no habría vuelta atrás.

"Tanya va a matarme," murmuré encogido.

"Tranquilo," dijo Jasper dándome unas palmaditas en el hombro. "No se tiene porqué enterar."

Traté de calmar mis nervios subiéndole el volumen a Kings Of Leon, tarareando la canción y aporreando mis manos en el salpicadero. No querría enojar a Tanya.

Nadie entendía porqué estaba con ella. Era mandona, celosa, irritable y sobre todo, conservadora. Sólo podíamos tener sexo una vez al mes. Era el sexo más pulcro y robotizado que había tenido en mi vida, pero la amaba y era una buena persona. De pronto, recordé que tenía algo que informarles a mis amigos.

"Ey, chicos, ¿qué creen?" pregunté emocionado. Saqué una cajita negra de la maleta que llevaba conmigo, en donde guardaba el agua ('¡mantente hidratado!' me ordenó Tanya) y algunas golosinas. "Le voy a pedir a Tanya que se case conmigo."

Jasper y Jacob bufaron incrédulos.

"¡¿Con esa perra loca?!" gritó Jacob sobresaltándome. Lo fulminé con la mirada. "Lo siento, Edward, pero no creo que estés haciendo lo correcto."

"Jacob, Edward ya es mayorcito," dijo James dándole un golpe en la cabeza. "Creo que ya sabe qué le conviene y qué no. Felicidades, creo que hacen una muy buena pareja."

"Gracias, te lo agradez –"

"¡Lo engañó, James! ¡Con el instructor de buceo! ¡En su segundo aniversario!"

"No tienes porqué recordármelo, Jacob. Y fue solo una vez," dije enojado.

"Aún así, Jake," cortó Emmett. "Eso es un problema que los dos ya han hablado, y si Edward está muy seguro, entonces adelante. ¿Cuándo planeas hacerlo, primo?"

"Después de la ceremonia," dije contento e ignorando a Jacob quien meneaba la cabeza en desaprobación. "¿Qué les parece el anillo?"

Consistía en una piedra color ámbar que estaba incrustada en la estructura áurea de diecisiete kilates. Todos aprobaron la joya menos Jacob y Jasper.

"Yo digo que no se lo merece," escupió Jasper mirando hacia la carretera y cruzándose de brazos.

"Jazz…" lo amenazó Emmett. Jasper sólo se alzó de hombros y no hizo más comentarios respecto al tema.

Jacob manejó unas horas más hasta que el letrero de 'Bienvenidos a Nevada' apareció en la carretera. Jasper empezó a aullar como loco, al igual que Emmett. James y yo sólo gruñimos, pero no dijimos nada. Jake estaba muy callado y supuse que estaba agotado de tanto manejar.

"¿Por qué no manejo yo?" le sugerí. Él asintió, y cambiamos de lugares cuando llegamos a la gasolinera. Aproveché mientras Jacob llenaba el tanque para comprar unos cigarros: siempre que me escapaba con mis amigos me daba gusto fumando unos buenos Marlboro. Rojos, de preferencia. Tanya no sabía que fumaba, y prefería dejarlo así: no quería que me prohibiera otra cosa.

Jacob se durmió unos momentos mientras Emmett me guiaba por la ciudad de Las Vegas. Ya estaba oscureciendo y los negocios encendían las primeras de muchas luces fosforescentes, lo que hizo que Jasper se mostrara aún más desesperado.

"Sigue todo derecho, Edward," me indicó mi primo mientras avanzaba por el bulevar.

Sin querer comencé a desesperarme. Nunca había estado en 'La Ciudad del Pecado', y estar ahí, a escondidas de Tanya, era algo que alteraba mi adrenalina. Muy a mi pesar, comenzó a gustarme la idea de estar alejado de ella.

Jasper y Emmett comenzaron a aullar por las ventanillas despertando a un muy sobresaltado Jacob, quien los imitó una vez que se dio cuenta en dónde estaban. Los transeúntes los saludaban entusiasmados al verlos agitar las manos histéricamente.

"Tranquilícense," les dije riéndome. "O nos va a parar la policía."

Cuando nos adentramos al hotel, el valet parking se llevó la Lobo al estacionamiento. Jacob se la encargó muchísimo, y lo tomamos del brazo para que se apurara. El lobby estaba iluminado por un gigantesco candelabro que se alzaba en el centro de una cúpula. Los pisos de mármol relucían bajo nuestros pies.

"Hola," saludó Emmett cuando llegamos a la recepción. "Tenemos reservada una de esas villas que tienen muchas habitaciones."

"¿A nombre de quién?" dijo la muchacha.

"Jacob Black," se entrometió Jake mirándola seductoramente. Ella se ruborizó.

"Ah, b-bien, Sr. Black, su habitación está en el piso doce. ¿Alguna pregunta?"

"Sí, ¿cómo te llamas?" preguntó Jacob.

La muchacha lo miró con malicia. "Para ti, soy 'recepcionista' nada más. ¿Alguna otra pregunta?"

"No," dije cortando el diálogo sexual. "Muchas gracias."

Jalé a Jacob (quien seguía mirando a la muchacha) por el brazo y nos alejamos de ahí. Seguimos al botones, subiéndonos al elevador y tratando de calmar nuestra ansiedad por salir a explorar la grandiosa ciudad de Las Vegas, yo aún incrédulo de que realmente quisiera ir a un club de Strip Tease, pero no quería parecer muy emocionado, así que no hice comentarios acerca de eso.

Una vez alojados, cada quien se dirigió a sus habitaciones respectivas para cambiarse. Me estaba colocando mis pantalones cuando mi celular sonó. Tanya.

"Hola, meloncito," dije cariñosamente.

"¿Se te olvidó llamarme?" preguntó ella sospechosamente.

"No, ¿por qué?"

"Mm, no me llamaste como habíamos acordado."

"Querida," dije resoplando discretamente. "Acabo de llegar. Ensenada no queda muy cerca que digamos."

"No me vengas con cuentos, Anthony. Lo revisé en la computadora y no tardas más de seis horas en llegar, así que dime la verdad."

"Tanya, no te alteres, ¿quieres? Tengo dolor de cabeza," me quejé mientras me colocaba el saco.

"Bueno, dime. ¿Qué van a hacer?"

Mis cuatro amigos tocaron la puerta para que me apresurara.

"Pues… creo que vamos a ir a uno de esos restaurantes que están a la orilla de la playa, ya sabes. Nada del otro mundo." Algo en mi interior se liberó y comencé a sentirme un poco más… salvaje. Las mentiras fluían de mi boca y no lo impedí.

"Bien, cuando llegues, llámame. No se te olvide, ¿queda claro?"

"Está bien, nena. Lo haré. Me tengo que ir, nos vemos," y colgué.

Cuando salí de mi cuarto, ya me estaban esperando. Todos vestían de traje sin corbata, cada quien de distinto color: Jasper azul, James gris, Jacob marrón oscuro, Emmett negro y yo verde.

"¿Listos para soltar a los perros?" preguntó Jacob. Lo miramos sin comprender.

"¿Perros?" pregunté mientras salíamos de la suite.

"Ya saben… como la canción… ¿'uh, let the dogs out, hu, hu, hu'?"

Soltamos la carcajada, bajando por el elevador. Al parecer, Jasper había pedido una limosina para cinco hombres, así que el chofer nos estaba esperando en la puerta principal. Una enorme y larguísima Hummer negra estaba estacionada con un muchacho (como de veinticinco años) recargado en ella. Al vernos, se tocó el sombrero y nos abrió la puerta. Emmett estaba estupefacto.

"¿Te gusta, Em?" preguntó Jasper melosamente al ver su quijada abierta. "Pensé en ti cuando la ví."

"Me fascina, pero aleja tus manos largas de mí," dijo juguetonamente. Todos nos reímos.

"Bien, jugadores," dijo Jacob relamiéndose y frotando las manos mientras la limosina avanzaba por la ciudad. "Que comience el juego."


Hola regreso con un nuevo Fic , Que no es mio, solo me encargos e subir los capitulos. Espero que les guste.

 

Capítulo 2: Chapter 2

 
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