Era la mañana de lunes, estaba muy enojada y de mal humor. La cena del sábado había sido muy buena, excepto por la parte en la cual, mi perfecta hermana Isabella se había quedado toda la noche con Edward. Lo peor fue cuando nos despedimos… ¡Él le dio un beso en la mejilla! Estaba completamente indignada esa noche.

Y nada había mejorado el día de ayer. Mi perfecto plan no había funcionado. Había dejado una de mis pulseras en el baño de la casa Cullen con la esperanza de que Edward me la trajera a casa. Para mi mala suerte lo hizo, pero se la entregó a mi hermana. ¡Hoy sí que estaba molesta! Había quedado como una imbécil en frente de Ángela Weber.

Mi hermana se había sumado en la competencia y me iba ganando por mucho. Era la primera vez que me sentía invisible, derrotada, como un insignificante insecto. Con mi madre nada había mejorado, se llevaba mejor con Bella que conmigo. Era lo que más me dolía.

Me terminé de vestir y bajé a desayunar para ir al instituto. Tomé el café lo más rápido que pude para no tener que sentarme con Bella en la misma mesa. Mi hermana bajó las escaleras y desayunó a velocidad record.

_ Vamos, o llegaremos tarde_ me dijo

_ Bueno_ contesté

Levanté mi mochila del sofá y salí al frente de mi casa. Isabella sacó el auto del garaje y me subí en él. Estaba decidida a sacar hoy mismo mi licencia, no soportaba que ella me llevara a todos lados. Llegamos al instituto y estacionó el vehículo. Nos bajamos a toda prisa y salimos disparadas hacia la puerta del establecimiento. Estábamos entrando y una de mis amigas me llamó.

Sin decirle nada a mi hermana me fui con ella y la dejé sola. La primera clase era algebra. Me senté con mi amiga Lara. Estuve con ella hasta que sonó el timbre del receso y ella se fue a buscar a su novio. Me senté con mis otras dos amigas, Maia y Estefanía en el almuerzo. Desde mi mesa observaba a Bella. Ella estaba riéndose con Ángela. La envidiaba, ella sabía que podía contar con su mejor amiga. Yo no sabía si alguna de estas “chicas” saltaría a defenderme o me atacaría de la nada. Me sentí sola y miserable al pensar en eso.

De repente los vi entrar, los Cullen se sentaron en su usual mesa. Edward estaba tan lindo como siempre. Le vi hacer un gesto a sus hermanos. Y se levantó. No entendía nada, Emmett se reía por lo bajo. Volví la mirada a mi próximo novio y me di cuenta de que se acercaba a la mesa de mi hermana. Me puse roja del odio.

_ ¿Qué sucede?_ dijo Maia

_ ¿Es Cullen de nuevo?_ dijo Estefanía

_ Si_ me limite a responder

Las dos miraron en la misma dirección que yo.

_ Ah, ya comprendo. Estas celosa porque se fue a saludar a tu hermana. ¿Es eso?_ preguntó Maia

_ ¿Y qué más puede ser?_ le dije burlándome

_ Bueno, solo quería cerciorarme

En ese momento vi algo que no esperaba, y que me sorprendió rotundamente. Bella y Ángela se levantaron con sus bandejas y siguieron a Ed hasta la mesa de los Cullen. Saludaron a cada uno de los hermanos de Edward y se sentaron juntos. Me salía humo de las orejas y las fosas nasales.

Pasó así un largo rato, hasta que sonó el timbre de vuelta a clases. Ahora tocaba lengua, y debía sentarme con ella. Para mi suerte, una de mis amigas había faltado y pude sentarme nuevamente con Lara. Todo empeoró cuando el profesor asigno tareas de a dos y sentó a mi hermana con Edward y Jasper Cullen para hacer el trabajo. La hora de clases paso lenta y odie la materia como nunca antes lo había hecho. Aunque hubiera preferido seguir en lengua antes de tener que soportar mi mal humor y celos en historia. Cuando la clase terminó nos dirigimos a la sala del lado. Me había olvidado por completo que Edward y Bella se sentaban juntos en esa clase. Observar cómo se miraban y se reían juntos me destrozo por completo. Tenía ganas de salir huyendo de ahí. Para empeorar todo, el profesor se retiró temprano. Tuvimos veinte minutos de hora libre, en los cuales se la pasaron hablando.

Cuando el timbre sonó en la acompaño hasta la puerta principal, se despidieron con un beso en la mejilla y se separaron para buscar cada uno su respectivo auto. Seguí sigilosamente a mi hermana y me subí al auto.

_ Quiero que me dejes en la central de policía_ le dije

_ ¿Para?

_ No te incumbe

_ Ok

Me dejó donde le pedí y se fue a casa. Hice mi examen y todos los trámites necesarios para conseguir mi licencia. Gracias a Dios me la entregaron en el acto. Sabía que era buena conduciendo pero me quedé sorprendida cuando me dijeron “Manejas perfecto querida, tendrás hoy mismo tu permiso”.

Era una muy buena noticia, en un día tan horrible como lo era hoy. Llegué a mi casa muy feliz y se lo conté a mi madre. Ella me felicitó y cenamos hablando de mi logro. Por primera vez desde mi llegada a Forks fui el centro del mundo.

Estaba en mi habitación y el teléfono sonó. Atendí yo, cada una de nosotras tenía un teléfono en su cuarto.

_ ¿Hola? _dije

_ Hola_ me respondió una voz muy familiar_ Soy Edward Cullen… ¿Se encuentra Isabella?

No podía creer lo que oía

_ Hola Edward, habla Mary_ sabía que mi hermana estaba estudiando y le mentí_ No, se está duchando

_ Ah, bueno no importa. Gracias Mary. Y… felicitaciones, un amigo de mi padre es oficial de tránsito y le conto lo de tu licencia.

_ Ah, gracias_ le dije feliz

_ Adiós, dile a Bella que me llame luego

_ Claro, nos vemos_ obviamente no le diría nada

Cortó el teléfono y escuche un sonido inusual viniendo de él. Alguien más cortó. Me preocupé, mi madre podía haber escuchado la charla y no le caería bien mi mentira. De repente empezaron a golpear mi puerta. Apenas la abrí vi a Bella frente a mí.

_ Eres una…_ dudó_... egoísta, desagradecida. Él quería que le pasara unas cosas de lengua. ¡La próxima vez que le mientas que yo no estoy….!

_ ¿Qué harás?, ¿Acusarme?_ me reí

El odio brillo en sus ojos…

_ A mamá le encantará saber esto

_ ¿Saber qué?_ dijo mi madre_ ¿Por qué gritan?

_ Díselo hermanita…

_ Le mentí a Edward Cullen que Bella no estaba disponible_ confesé

Isabella me dedicó una feroz mirada

_ Ah, bueno. Eso resuélvanlo entre ustedes, pero sin gritar

Mi madre se fue. Y le dediqué a mi hermana una mirada victoriosa,

_ Eres una…_ no se atrevía a pronunciar ningún insulto. Era muy cobarde

_ ¿Qué? ¿Desde cuándo te importa tanto? ¿Ahora te gusta?_ quería que lo admitiera

_ ¿Sabes qué?, ¿Tú quieres ser odiosa?, Yo también lo seré. Edward Cullen no me gusta, LO AMO y… ¿Sabes porque haces esto? Porque me envidias, y sabes que tú NUNCA lo tendrás, que será mío y no podrás hacer nada al respecto.

Me quedé muda y le cerré la puerta en la cara. Me senté en la cama y me puse a llorar de la impotencia. No podía creer que mi hermana me hubiera gritado y hablado de esa forma.

Pasaron diez minutos y el teléfono volvió a sonar, seguro era Edward de nuevo. Dejé que ella atendiera y luego lo levanté para escuchar.

_ ¿Hola, Bella? _ dijo

_ Hola Edward, ya te paso lo de lengua…

_ No, ya me lo pasó Jasper…

_ Ah cierto, me había olvidado que él lo copió_ se rió mi hermana

_ Sí, me enteré de que Mary consiguió su carnet de manejo….

_ Si, lo saco hoy…

_ Me preguntaba si querías que te lleve mañana a la escuela…

_ Claro, ¿Por qué no?_ se apresuró a responder

En ese momento colgué, no quería seguir escuchando eso. Me di la vuelta y cerré mis adoloridos ojos.  Me dormí  llorando en silencio. Había sido el peor día de mi vida.