Pov Edward
Me bajé del avión. Estaba completamente emocionado y ansioso por mi cena con Bella. Tomamos nuestras maletas y nos dirigimos a la puerta principal. Estos habían sido los peores cinco días de mi vida. No soportaba las ganas de verla. Mi prima de Alaska, Samanta había venido con nosotros. Quería estudiar en Forks y estar con Rosalie por un año.
_ ¿A qué hora tienes la cita con tu amiga?_ me preguntó
_ A las ocho_ respondí
_ ¡Son las seis! _ agregó Alice escandalosamente_ ya tendrías que estar cambiado y listo para tu cena
_ Tiene razón _ la apoyó Rosalie
_ No lo presionen, con nuestra ayuda llegará a tiempo_ dijo Jasper
Llegamos a casa y comenzamos a movernos rápidamente. Samanta y Rose me ayudaron con una pequeña sorpresa para Isabella. Alice como siempre, me asesoró con la ropa y todo lo que tenía que ver con mi aspecto. Y mis hermanos acondicionaron mi Volvo. Luego de cambiarme, me peiné y bajé al living.
_ El auto ya está_ dijo Emmett
_ La “sorpresa” está en el asiento trasero_ agregó Rosalie
_ Y tú ya estás listo _ concluyó Alice sonriendo
_ Ahora, debería irte si no quieres llegar tarde_ agregó Samanta
_ Bien, me voy. Gracias a todos_ dije
_ Por nada_ contestaron todos a coro
_ ¡Conquístala!_ me alentó Jasper
Sonreí y me dirigí al garaje. Tomé las llaves de mi auto y salí de mi casa pensando el ella. Esperaba que hubiera entendido mi carta y que correspondiera mis sentimientos.
Pov Bella
Era sábado. Edward llegaría a buscarme en cualquier momento. Ya estaba casi lista. Me había puesto mi vestido favorito color azul y un saquito natural. Estaba feliz por volver a verlo. Lo había extrañado mucho en los días anteriores. Me senté en la mesa del comedor a esperarlo. Mi hermana Mary todavía no sabía que tenía una cita con mi amigo.
Rogaba que no bajara las escaleras. Si me veía me preguntaría, y no tendría más remedio que decirle la verdad. Para mi mala suerte bajó. No sabía que le mentirle. Estaba esperando que ella me hiciera la pregunta más obvia de todas. Lo extraño fue, que me ignoró completamente. Se sirvió agua en la cocina y volvió a subir las escaleras.
Suspiré aliviada. ¿No le interesaba? ¿O ya lo sabía? Era imposible que lo supiera, solo se lo había contado a Ángela por teléfono una vez. Aunque conociéndola, no me parecía nada raro que anduviera escuchando mis charlas mediante el teléfono de su cuarto. Eso me molestó un poco. Yo no escuchaba sus conversaciones personales cuando ella hablaba con sus amigas.
Mi reflexión se acabó cuando el timbre sonó. Me levanté y muy emocionada abrí la puerta. Al verlo lo abrace como nunca había abrazado a nadie. Al darme cuenta, me aleje despacio y muy avergonzada.
_ Hola _dije súper colorada por la vergüenza
_ Hola_ me respondió. Me encantó volver a oír su voz_ ¿Vamos?
_ Claro _ cerré la puerta, tomé su mano y lo seguí.
Subimos y arrancó el auto.
_ ¿Cómo te fue en estos días?_ preguntó
_ La verdad, me fue bien. Pero me aburrí un poco_ le dije
Se rió
_ Yo también me aburrí un poco_ se tocó la nuca
Quise cambiar el tema para no tener silencios incomodos.
_ ¿Y… a dónde vamos?
_ A un lugar al que me gusta ir cuando encuentro la compañía correcta
Lo miré sonriendo. Era muy dulce
_ ¿Qué hiciste en Alaska?
_ La verdad, no mucho. Esquiamos muy poco y nos pasamos casi todo el día dentro de la casa por el frio.
_ Que feo. Al menos viste a tus primos_ sonreí
_ Sí. Mi prima Samanta vino con nosotros. Quería estar con Rosalie.
_ ¿Enserio?, ¿Estudiara aquí?
_ Sí, eso es lo que quiere. Dice que Forks le gusta mucho.
_ Ah
_ Bueno, llegamos.
Paró el Volvo y me abrió la puerta. Bajé y llegué a divisar una hermosa pérgola toda iluminada, en cuyo centro se encontraba una mesa toda preparada para nosotros dos.
_ Edward es… hermoso_ dije asombrada por lo que veía
Él tomó mi mano y me llevó hacia la mesa. Apartó la silla para mí y yo me senté.
_ Me alegra mucho que te guste.
_ Es muy bello
Estuvimos mucho tiempo hablando. Nos sirvieron la cena y luego el postre. Me estaba divirtiendo muchísimo. Era muy agradable estar con él. Cuando terminamos el postre, me miró con sus ojos llenos de dulzura.
_ ¿Quieres bailar?_ dijo
_ Claro
Me levanté y la música comenzó a sonar. Puse la mano en su hombro y puso la suya en mi cintura. De repente comenzamos a bailar. Era muy lindo estar ten cerca de él. Estuvimos así durante unos minutos.
_ ¿Leíste mi carta?
_ Si…
No dejamos de bailar.
_ ¿Y? _ me miró
_ La verdad es…_la preocupación se dibujó en su rostro_... que siento lo mismo que tu_ sonreímos
Nos miramos directo a los ojos. Jugué con su cabello entre mis dedos. De repente se acercó a mi más de lo normal. Algo en mi interior me impulsó hacia él. Y… nos besamos. Fue el beso más dulce y sincero que me dieron en toda mi vida. Bueno, en realidad fue el primero que me dieron en mi vida. Pero fue perfecto en todos los sentidos. Cuando nuestros labios se separaron automáticamente nos abrazamos el uno al otro.
Pasamos un largo rato bailando juntos, cuando llego la hora de irnos. Subimos al auto y me llevó a casa. Al llegar nos bajamos y me dio una caja con un moño.
_ No tienes por qué regalarme algo cada vez que nos despedimos_ le dije sonriendo
_ No, pero me encanta hacerlo
Nos despedimos y besó mi frente. Sabíamos que mi hermana nos estaba mirando desde su cuarto así que no nos besamos. Me di cuenta de que él no quería causarme problemas y le agradecí por ello.
Entré en mi casa y subí a mi cuarto. Al cerrar la puerta suspiré y me deje caer sobre mi cama. Dejé la caja sobre mi escritorio y fui a darme un baño. Cuando salí de la ducha y me puse mi pijama, me dispuse a abrir mi regalo.
Tome delicadamente la cintita celeste y tiré de ella. Al levantar la tapa de mi caja divisé una rosa azul y un pequeño estuche negro. Tomé el estuche en mis manos y en el encontré un anillo muy hermoso y una nota.
Esta rosa te la traje de Alaska, espero que te guste. Al ver que era azul tú viniste a mi mente. El anillo es especialmente para ti.
Te amo…
Edward
Sin darme cuenta besé la nota. Me puse el anillo y dejé la hermosa rosa junto con las que me había regalado la última vez. Me recosté en mi cama y leí nuevamente la nota. Una sola frase ocupaba mi mente “Te Amo”.
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