Hermoso Desastre (+18)

Autor: sabriicullen
Género: Romance
Fecha Creación: 17/10/2013
Fecha Actualización: 24/01/2014
Finalizado: SI
Votos: 23
Comentarios: 108
Visitas: 69425
Capítulos: 23

 

La nueva Bella Swan es una buena chica. No bebe, ni maldice, y tiene un porcentaje adecuado de cardigans en su armario. Bella cree que tiene suficiente distancia entre su oscuro pasado y ella, pero cuando llega a la universidad con su mejor amiga Rosalie, su camino a un nuevo comienzo es rápidamente desafiado por el Chico de Una Sola Noche de la Universidad de Eastern.

Edward Cullen, delgado y cubierto de tatuajes, es exactamente lo que Bella necesita-y quiere-evitar. Él pasa sus noches ganando dinero en el cuadrilátero, y sus días enamorando a sus compañeras. Intrigado por la resistencia de Bella hacia sus encantos, Edward la engaña con un sencillo truco, una simple apuesta.

Si él pierde, él debe mantenerse en abstinencia durante un mes. Si Bella pierde, debe vivir en el apartamento de Edward por la misma cantidad de tiempo. De cualquier manera, Edward no tiene idea de que él ha encontrado a su igual.


Hola volvi con nueva historia...

El relato no es mio ni los personajes, pertenecen a Jamie McGuire y Stephenie Meyer...

espero que les guste y dejen comentario o votito si me lo meresco... si quieren pueden pasar por mi otra historia

"El Chico Malo" se los agradeceria un monton.

Las quiero a todas SabriiCullen...

 

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Capítulo 20: Humo

La historia y los personajes no me pertenecen. Pertenecen a Jamie McGuire y Stephenie Meyer...


 

Las semanas pasaron, y era una sorpresa para mí cuán rápido llego el receso de primavera, los chismes y las miradas se habían desvanecido y la visa había vuelto a la normalidad. Los sótanos de la Universidad Eastern no habían tenido una pelea en semanas. Riley mantuvo un bajo perfil después del arresto que había llevado a preguntas de que era lo que exactamente que paso esa noche, y Edward se volvía más irritable esperando la llamada que lo llevaría a su última pelea.

La pelea que pagaba casi todas sus cuentas del verano y entrando el otoño. La nieve aun estaba espesa en el suelo, y el viernes antes de vacaciones una última bola de nieve estallo en el césped cristalino. Edward y yo caminamos a través del hielo que caía hacia la cafetería, y yo me sostuve fuerte en sus brazos, tratando de evitar ambos, las bolas de nieve y caer al suelo.

—Ellos no van a darte Pigeon, ellos los saben—Edward dijo, ocultando su nariz roja y fría en mi mejilla.

—Su objetivo no es sinónimo del miedo a tu temperamento ED.—

Él me sostuvo a su lado, frotando la manga de mi abrigo con su mano mientras me guiaba a través del caos. Llegamos a un final abrupto cuando un montón de chicas gritaban mientras eran atacadas sin piedad por el equipo de beisbol. Una vez el camino se despego Edward me guio a salvo a la puerta.

— ¿Ves? Te dije que lo lograríamos—dijo con una sonrisa.

Su diversión desapareció, cuando una bola de nieve golpeo la puerta, justo entre nuestros rostros, la mirada de Edward escaneo el césped, pero la cantidad de estudiantes lanzándolas en cualquier dirección desvaneció la necesidad de tomar represarías. Él abrió la puerta mirando a la nieve derritiéndose desde el metal pintado hacia el suelo.

—Entremos.

—Buena idea— asentí.

Él me llevo de la mano hacia la fila del buffet, apilando diferentes platos al vapor de una bandeja, La cajera había abandonado su expresión de desconcierto hace semanas, acostumbrada a nuestra rutina.

—Bella— Jasper me dio un asentimiento de cabeza y guiño su ojo a Edward —. ¿Tienes planes para la próxima semana?

—Nos quedaremos aquí, mis hermanos vendrán—Edward dijo distraído mientras organizaba nuestros almuerzos, dividiendo los pequeños platos de polietileno frente a nosotros en la mesa.

—Voy a matar a Davis Lapinski— Rosalie anuncio sacudiendo la nieve de su cabello mientras se acercaba.

— ¡Golpe directo!— Emmet se rio.Rosalie le lanzo una mirada de advertencia y su risa se volvió una risa nerviosa —quiero decir…que idiota. Nos burlamos de su lamentable expresión mientras él la observaba ir se de la línea del buffet para seguirla rápidamente.

—Él es tan llorón— dijo Jasper con una expresión de disgusto.

—Rosalie está un poco tensa —Edward explico —ella conocerá a sus padres esta semana. Jasper asintió y sus cejas se alzaron

—Entonces ellos van…

—Si— dije asintiendo con él

—Es permanente.

—Whoa— Jasper dijo, la sorpresa no dejo su rostro mientras servía su comida, y pude ver la confusión arremolinarse a su alrededor. Todos éramos jóvenes, y Jasper no podía seguir la idea del compromiso al Emmet.

—Cuando lo tengas Jasper…lo entenderás— Edward dijo, sonriéndome.

La sala estaba llena de emoción, de ambos: el espectáculo de afuera, y lo rápido que pasaban las horas antes del receso. A medida que los asientos se llenaban, el flujo constante de charla creció, el volumen aumento mientras todo el mundo comenzó habar sobre el ruido. Para el momento en que Emmet y Rosalie volvieron con sus bandejas ya se habían reconciliado. Ella felizmente se sentó en el asiento vacío a mi lado.Platicando sobre el momento en que conocería a los padres.

Ellos se irían esa tarde para lo de su padre, la excusa perfecta para uno de los infames colapsos de Rosalie. La vi coger el pan mientras ella se preocupaba en hacer las maletas y la cantidad de equipaje que debería llevar sin parecer pretenciosa, pero ella parecía llevarlo bien.

—Te lo digo, bebe. Ellos te amaran, te amaran. Como yo te amo, te amo— Emmet dijo.

Acomodando su cabello detrás de su oreja. Rosalie tomo un respiro y las comisuras de subieron de la forma en que siempre lo hacían cuando él la hacía sentir más tranquila. El teléfono de Edward vibro, provocando que se deslizara unos centímetros de la mesa. Él lo ignoro, contándole a Jasper nuestro primer juego de póquer con sus hermanos, eche un vistazo a la pantalla, tocando el nombre de Edward cuando leí el nombre.

— ¿Bebé?

Sin una disculpa, él se alejó de Jasper y me dio toda su atención

— ¿Si Pigeon?

—Tal vez quieras contestar eso. Él miro a su celular y suspiro

—O no.

—Podría ser importante. Frunció sus labios antes de colocar el auricular en su oído

— ¿Qué pasa Riley?— Sus ojos recorrieron el salón mientras hablaba, asintiendo ocasionalmente —Esta es mi última pelea Riley. Aun no estoy seguro. No iré sin ella y Emm saldrá de la ciudad. Lo sé…te escuche. Hmm…en realidad esa no es una mala idea

Mis cejas se juntan, viendo a sus ojos brillar con cualquier idea con la cualquier Riley lo haya iluminado. Cuando Edward cuelga el teléfono, lo veo expectante.

—Es suficiente para pagar la renta por los próximos seis meses. Riley consiguió a John Savage, él trata de llegar a las profesionales

—Yo no lo he visto luchar, ¿tu lo has hecho?— Emmet pregunto, acercándose. Edward asintió.

—Solo una vez en Springfield. Él es bueno.

—No lo suficiente. — digo y Edward se acercó a mí y beso mi frente suavemente con apreció—. Puedo quedarme en casa ED.

—No. — dijo él negando con la cabeza.

— No quiero que te golpeen como la ultima vez porque estas preocupado por mi.

—No Pigeon.

—Esperare por ti. —Tratando de parecer más feliz con la idea de lo que me sentía.

—Le pediré a Trent que venga. Él es el único en el que confió para poder concentrarme en la pelea.

—Muchas gracias, idiota— murmuro Emmet.

—Oye, tuviste tu oportunidad— dijo Edward medio bromeando.

La boca de Emmet fue hacia un lado con disgusto. Aun se sentía culpable por la noche Hellerton. Él se disculpo conmigo diariamente por semanas. Pero su culpa se volvió lo suficientemente manejable para que sufriera en silencio. Rosalie y yo tratamos de convencerlos de que no era su culpa. Pero Edward siempre lo haría responsable.

—Emmet no fue tu culpa. Tu lo alejaste de mi ¿recuerdas?— dije rodeando a Rosalie para tocar su brazo. Me volví a Edward. — ¿Cuándo es la pelea?

—En algún momento la próxima semana —él se encogió de hombros— te quiero allá, te necesito allá.

Sonreí. Descansando mi barbilla en sus hombros

—Entonces, estaré allí. Edward me acompaño a clases, su agarre tensándose algunas veces cuando me deslizaba en el hielo

—Deberías ser más cuidadosa. —él bromeo.

—Lo hago a propósito, eres tan tonto.

—Si quieres mis brazos alrededor tuyo, solo necesitas preguntar— dijo él acercándome a su pecho.

Éramos ajenos a los alumnos y las bolas de nieve que volaban mientras el presionaba sus labios contra los míos. Mis pies dejaron el suelo y él continuo besándome. Cargándome fácilmente a través del campus. Cuando él finalmente me dejo en sobre mis pies frente al salón de clases, él negó con la cabeza.

—Cuando hagamos nuestros horarios el próximo semestre. Sería más conveniente si tuviéramos más clases juntos.

—Trabajare en eso— dije, dándole un último beso, haciendo mi camino a mi silla.

Mire hacia arriba, y Edward me dio una última sonrisa antes de hacer su camino para su siguiente clase en el otro edificio. Los estudiantes a mi lado estaban acostumbrados a nuestras descaradas formas de afecto justo como sus clases lo estaban a que el llegara unos minutos tarde. Estaba sorprendido de que el tiempo pasara tan rápido. Termine mi última prueba, y me dirigí al pasillo Morgan. Jassica estaba sentada en su usual lugar en la cama, leyendo mientras revisaba mis cajones por los objetos necesarios.

— ¿Vas a salir de la ciudad?— pregunto Jessica

—No, solo necesito unas cuantas cosas, voy hacia el edificio de ciencias a recoger a ED. Y luego pasare la semana en su apartamento.

—Lo supuse— dijo ella. Sin quitarle la vista a las hojas de su libro.

—Ten un buen descanso Jessica.

—Mmmhmmm.

El campus estaba prácticamente vacío, con solo unos cuantos estudiantes. Cuando voltee en la esquina, vi a Edward parado afuera terminando su cigarrillo, llevaba un gorro de lana sobre su cabeza rapada, y una de sus manos se metió en su bolcillo en su chaqueta desgastada de cuero marrón. El humo salía de su nariz, mientras miraba hacia el suelo sumido en un profundo pensamiento. No fue sino hasta que estuve a unos metros de él que note cuan distraído estaba.

— ¿En qué piensas bebé?— Pregunte. Él no miro hacia arriba

— ¿Edward?

Sus pestañas revolotearon al registrar mi voz y la expresión de preocupación fue remplazada por una sonrisa falsa.

—Hola Pigeon.

— ¿Todo está bien?

—Lo está ahora— dijo él. Jalándome contra él.

—De acuerdo. ¿Qué está pasando?— Dije levantando una ceja y frunciendo el seño, mostrando mi escepticismo.

—Solo tengo bastante en mi mente. —él suspiro. Cuando espere expectante él continuo — Esta semana, a pelea, tú estando allí…

—Te dije que me quedaría en casa.

—Te necesito allí Pigeon. —dijo él. Tirando su cigarrillo en la tierra. Él lo vio desaparecer en una gran huella de nieve, luego tomo mi mano, llevándome hacia el estacionamiento.

— ¿Has hablado con Trent?— Pregunte. El negó con la cabeza

—Estoy esperando que él me llame de vuelta. Rosalie bajo la ventana y saco su cabeza del Charger de Emmet.

— ¡Apúrate está haciendo demasiado frio!

Edward sonrió y acelero el ritmo, abriéndome la puerta para que yo entrase. Emmet y Rosalie repitieron la misma conversación que han tenido desde que ella se entero que conocería a sus padres mientras yo miraba a Edward observar la ventana. Justo cuando estábamos estacionándonos el teléfono de Edward sonó.

— ¿Qué diablos Trent?— él respondió. —te llame hace horas, no es como si fueras productivo en el trabajo o algo así. Como sea. Escucha, necesito un favor, tengo una pelea la próxima semana. Necesito que vayas, no sé cuando es, pero cuando te llame necesito que este a allí en menos de una hora ¿Puedes hacer eso por mí? ¿Puedes hacer eso, idiota? Porque necesito que mantengas un ojo en Pigeon. Un idiota puso sus manos en ella la ultima vez…si— su voz bajo a un tono amenazante —Si me encargue de eso. ¿Entonces si llamo…? Gracias Trent.

Edward cerró su teléfono y se recostó contra el respaldo del asiento.

— ¿Aliviado?— Emmet pregunto, mirando a Edward por el espejo del retrovisor

—Si no estaba seguro de que haría sin él allí.

—Te dije…— comencé

—Pigeon, cuantas veces tengo que decírtelo— él frunció el seño. Negué con la cabeza ante su tono impaciente.

—No entiendo. No me necesitabas antes. Sus dedos rozaron mi mejilla suavemente.

—No te conocía antes, cuando no estás allí no puedo concentrarme. Me pregunto donde estas, que estás haciendo…si estas allí y puedo verte, puedo concentrarme. Sé que suena loco pero se como es.

—Y loco es exactamente como me gusta— sonrió, acercándome a besar sus labios.

—Obviamente— Rosalie mascullo bajo su aliento.

En las sombras de Keaton Hall, Edward me sostuvo fuertemente a su lado, mi aliento se mesclaba con el de él en el aire frio. Y podía escuchar las conversaciones esas filtrándose por la puerta que estaba a unos pocos metros, ignorantes a nuestra presencia. Keaton era el edificio más viejo de Eastern y aunque aquí se ha celebrado antes El Circulo, yo estaba inquieta sobre el lugar. Riley esperaba una casa llena, y Keaton no era el sótano más amplio del campus, la vigas forman un red a lo largo de los ladrillos envejecidos, solo había una señal de remodelaciones en este lugar.

—Esta es una de las peores ideas que Riley ha tenido hasta ahora— Edward murmuro.

—Es muy tarde para cambiarlo ahora— dije, mirando hacia las plataformas.

El teléfono de Edward sonó y él contesto. Su rostro se tiñe de azul contra la luz de la pantalla y finalmente podía ver las líneas de preocupación entre sus cejas que ya sabía dónde estaban. Hizo clic en unos botones y luego cerro el celular, agarrándome más fuerte.

—Pareces nervioso esta noche. —susurre

—Me sentiré mejor cuando Trent traiga su trasero punk aquí.

—Estoy aquí, niña quejumbrosa. —Trent dijo en voz baja. Apenas si podía ver su silueta en la oscuridad, pero su sonrisa brillaba con la luna llena.

— ¿Cómo has estado hermana?— dijo él. Abrazándome con un brazo, y empujo juguetonamente a Edward con él otro.

—Estoy bien Trent. Edward inmediatamente se relajo, y luego él me llevo a la parte de atrás del edifico de la mano.

—Si los policías aparecen y nos separamos, veámonos en la residencia Morgan ¿de acuerdo?— Edward le dijo a su hermano. Nos detuvimos en una ventana abierta al nivel del suelo, la señal de que Riley estaba adentro y esperando.

— ¿Estás jugando conmigo?— dijo Trent, mirando a la ventana —Bella apenas va acabar por allí.

—Pasará— Edward le aseguro, gateando en la oscuridad hacia el interior. Como muchas otras veces, me agache y me empuje hacia allí, sabiendo que Edward me atraparía. Esperamos un momento, Trent se empujo de la cornisa y cayó al suelo, casi perdiendo el equilibrio mientras sus pies tocaban el concreto.

—Tienes suerte de que te ame Bella. Yo no haría esta mierda por nadie más— Trent se quejo sacudiéndose la camisa. Edward salto, cerrando la ventana en un rápido movimiento.

—Por aquí —dijo él guiándonos por la oscuridad.

Pasillo tras pasillo, tome la mano de Edward sintiendo a Trent apretar la tela de mi camisa. Podía escuchar pequeños fragmentos de grava raspar el hormigón, y yo me arrastraba por el suelo. Abrí mucho mis ojos tratando de adaptarlos a la oscuridad del sótano, pero no había ninguna luz para ayudarlos. Trent suspiro después de la tercera vuelta

—Nunca encontraremos una forma de salir de aquí.

—Solo sígueme al salir, estarás bien— dijo Edward irritado antes las quejas de Trent, a medida de que el pasillo iba iluminándose yo sabía que estaba cerca cuando el rugido de la multitud llego con un tono febril de número y nombre, sabía que habíamos llegado.

El salón donde Edward esperaba ser llamado, normalmente solo tenía una linterna y una silla, pero con las renovaciones, estaba lleno de sillas, escritorios y equipo al azar cubiertos con sabanas blancas. Edward y Trent discutieron estrategias para la pelea mientras yo me asome afuera. Era tan llena y caótica como en la última lucha, pero sin menos espacio. Muebles cubiertos con sabanas polvorientas alineadas al final de la pared, empujadas a un lado para hacer espacio a los espectadores. La habitación estaba más oscura de lo normal, supuse que Riley no quería llamar la atención sobre nuestro paradero. Linternas colgadas del techo, creando un resplandor oscuro, mientras las apuestas en efectivo aun se celebraban.

— ¿Pigeon, me escuchaste?— Edward dijo, tocando mi brazo.

— ¿Qué?— dije parpadeando.

—Quiero que te pares cerca de esta puerta, ¿de acuerdo? Mantente agarrada del brazo de Trent todo el tiempo.

—No me moveré, lo prometo. Edward sonrió, su hoyuelo perfecto hundiéndose.

—Ahora tú pareces nerviosa. Di un vistazo de la puerta a él

—No tengo un buen presentimiento sobre esto, ED. No sobre las peleas pero…algo. Este lugar me asusta.

—No estaremos mucho tiempo— Edward me aseguro, la voz de Riley vino por un alta voz, y luego un par de manos cálidas y familiares a cada lado de mi rostro.

—Te amo— dijo él. Mientras me levantaba del suelo, apretándome hacia él mientras me besaba. Él me bajo al suelo y engancho mi brazo alrededor de Trent

—No quites tus ojos de ella. —le dijo él a su hermano. —Incluso por un segundo, este lugar se vuelve loco una vez la pelea comienza.

—…así que démosle la bienvenida al contrincante de hoy…JOHN SAVAGE.

—La guardare con mi vida, hermanito. —dijo Trent tirando de mi brazo— Ahora patéale el trasero a este tipo, y vámonos de aquí.

—EDWARD EL LOCO PERRO CULLEN— Riley grito por el alta voz.

El volumen era ensordecedor mientras él hacia su camino a través de la multitud. Mire a Trent quien tenía la más pequeña sonrisa en su rostro. Cualquier otra persona no lo hubiese notado, pero yo podía ver el orgullo en sus ojos. Cuando Edward llego al centro del Círculo, trague. John no era mucho más grande, pero él se veía más diferente con la que cualquier otra había luchado, incluyendo al sujeto con el que lucho en las Vegas. Él no estaba intentando intimidar con una mirada a Edward como los demás: él estaba estudiando, preparando la pelea en su mente. Tan analíticos como eran sus ojos, también estaban vacíos de razón, yo sabía que antes de que la pelea comenzara que Edward tendría que tener mucho cuidado, él estaba sentado frente a un demonio. Edward también parecía haberlo notado también. Su habitual sonrisa había sido remplazada, por una mirada intensa, cuando el cuerno sonó, John ataco.

—Jesús— dije tomando el brazo de Trent.

Trent se movió como Edward lo hizo, como si fueran uno. Me tense con cada movimiento que John hacia, luchando con la urgencia de cerrar mis ojos. No había movimientos perdidos; John era astuto y preciso. Todas las otras peleas de Edward parecían descuidadas en comparación. La fuerza bruta detrás de los golpes era impresionante, como si toda la cosa fuera coreografiada y preparada a la perfección. El aire en la habitación era pesado y estancado. El polvo en las sabanas había sido alborotado y atrapado en mi garganta cada vez que me quedaba sin aliento.

Cuanto más larga era la pelea peor era esa sensación, no podía quitármelo y aun así me forcé aquedarme en el lugar para que Edward pudiera concentrarse. Por un momento estuve hipnotizada por el espectáculo en el centro del sótano, lo siguiente es que me empujan desde atrás. Mi cabeza se echo hacia atrás por el golpe, pero apreté mi agarre, negándome a retirarme de mi puesto prometido. Trent se dio vuelta y agarro la camiseta de los dos hombres detrás nuestros y los tiro al suelo como muñecas.

— ¡Aléjense o los matare!— gritó a los hombres que nos miraban en el piso.Agarre su brazo con fuerza y le dio unas palmadas

—Te tengo, Bella solo mira la pelea.

Edward lo estaba haciendo bien, y suspire cuando lanzo el primer golpe. La multitud se hacía más ruidosa, pero la advertencia de Trent dejo a esos detrás nuestro a una distancia segura. Edward lanzo un golpe seguro y luego me miro, rápidamente retomando su atención a John. Sus movimientos eran agiles, casi calculadores. Parecía predecir los ataques de John antes de que él los hiciera. Notablemente impaciente, John envolvió sus brazos alrededor de Edward, jalándolo al piso. Como unidos, la multitud que rodea el anillo improvisado se aprietan contra este, acercándose cuando la acción es en el suelo.

— ¡No puedo verlo Trent!— grite mientras me paraba en las puntas de los pies.

Trent miro alrededor, encontrando la silla de madera de Riley, en un movimiento como de baile. Él me paso de un brazo a otro, ayudándome a subir por encima de la multitud.

— ¿Puedes verlo?

—Si— dije sosteniéndome de los brazos de Trent para equilibrio —Él está encima pero las piernas de John están en su cuello. Trent se acercó sobre los dedos de sus pies y puso su mano libre alrededor de su boca

— ¡GOLPEA SU TRASERO EDWARD!

Mire hacia abajo de Trent y se acercó para echarle una mejor mirada al hombre en el suelo. De repente Edward estaba en el suelo, John sosteniéndose fuertemente del cuello de Edward con sus piernas. Edward cayó de rodillas golpeando la espalda y cabeza de John contra el concreto en un devastador golpe. Las piernas de John quedaron inertes liberando el cuello de Edward. Y Edward llevo hacia atrás su codo. Golpeándolo una y otra vez con su puño cerrado hasta que Riley lo detuvo. Lanzando el cuadrado rojo al cuerpo flácido de John.

La sala estallo, animando cuando Riley levanto la mano de Edward al aire. Trent abrazo mis piernas. Gritando la victoria de su hermano. Edward me miro con una sonrisa amplia y sangrienta; su ojo derecho comenzaba a inflamarse. A medida que el dinero pasaba por las manos de la gente, la multitud comenzaba a serpentear, preparada para irse. Mis ojos se dirigieron a una linterna que parpadeaba salvajemente balanceándose de un lado a otro detrás de Edward. Liquido cayendo de la base, mojando la sabana de abajo, mi estomago se hundió.

— ¿Trent?

Atrayendo su atención, señale la esquina. En ese momento, la linterna se cayó de su puesto, cayendo en la sabana de abajo, inmediatamente estallando en llamas.

— ¡Santa mierda!— Trent dijo, agarrando mis piernas.

Unos cuantos hombre al lado del fuego, saltaron. Viendo asombrados como el fuego saltaba a la otra sabana. Humo negro salía desde la esquina, y al tiempo cada persona en la sala entro en pánico, empujando su camino para encontrar la salida. Mis ojos se encontraron con los de Edward, y una mirada de terror distorsiono su rostro.

— ¡Bella!— Él grito empujando el mar de gente entre nosotros.

— ¡Vamos!— Trent grito.

Bajándome de la silla a su lado. La habitación se oscureció, y un ruido fuerte sonó desde el otro lado de la habitación, las otras linternas hacían combustión y se agregaban al fuego en pequeñas explosiones. Trent tomo mi brazo, poniéndome tras de él forzando su camino a través de la multitud.

— ¡No podemos ir por ahí! ¡Tenemos que devolvernos por el camino por el que llegamos!— grite, resistiéndome.

Trent miro alrededor formando un plan para escapar en medio de la confusión. Mire de nuevo a Edward, mirándolo como intentaba hacerse camino a través de la habitación, mientras la multitud aumentaba, Edward fue alejado cada vez mas. Los emocionantes aplausos ahora eran gritos horrorizados de miedo y desesperación mientras todos luchaban por encontrar la salida. Trent me jalo a la salida y me jalo a la salida.

— ¡Edward!— Grite, intentando alcanzarlo. Él estaba tosiendo, alejando el humo.

—Por este lado ED. — Trent le grito.

—Solo sácala de aquí, Trent, saca a Pigeon— dijo él tosiendo. Confitado, Trent me miro a mí. Podía ver el miedo en sus ojos

—No se la forma de salir. Mire a Edward una vez más, su silueta parpadeaba por las llamas que se habían extendido entre nosotros.

— ¡Edward!

— ¡Solo vete!, ¡Los alcanzare más adelante!— Su voz era ahoga por el caos alrededor nuestro, y tome la manga de Trent.

—Por este camino Trent— dije, sintiendo las lágrimas y el humo quemando en mis ojos.

Docenas de gente llena de pánico estaba entre Edward y su única salida. Tire de la mano de Trent, empujando a cualquiera de mi camino. Alcanzamos la entrada y mire de atrás hacia adelante. Dos pasillos oscuros, con poca luz por el fuego detrás de nosotros.

— ¡Por este camino!— dije, jalando su mano de nuevo.

— ¿Estás segura?— Trent pregunto, su voz gruesa con duda y miedo.

— ¡Vamos!— dije, jalándolo de nuevo.

Cuanto más lejos nos encontrábamos más oscuras las habitaciones se volvían. Después de unos instantes, mis respiraciones eran más fáciles a medida de que dejábamos el humo atrás. Pero los gritos no disminuyeron, cada vez eran más fuertes y frenéticos que antes. Los horríficos sonidos de atrás alimentaron mi determinación, manteniendo mis pasos rápido y con propósito. Para la segunda vuelta, estábamos caminando a ciegas a través de la oscuridad. Mantuve mi mano frente a mí, sintiendo la pared con mi mano libre y tomando la mano de Trent con la otra.

— ¿Crees que salió?— Trent pregunto. Su pregunta debilitaba mi concentración, y trate de empujar la respuesta de mi mente

—Sigue moviéndote— dije ahogándome.

Trent se resistió por un momento, pero cuando lo jale de nuevo una luz parpadeo. Él sostuvo en alto un encendedor, dando un vistazo al pequeño espacio para salir. Seguí la luz mientras él la movía alrededor de la habitación. Y quedo sin aliento cuando la puerta se hizo visible. Mientras nos apurábamos para la siguiente habitación, bastante gente se estrello conmigo, tirándome al suelo. Tres mujeres y un hombre, todos con rostros sucios y ojos muy abiertos y asustados me miraron. Uno de los chicos se agacho y me ayudo

— ¡Hay una ventana aquí abajo por la cual podemos salir!— Dijo él.

—Acabamos de llegar de ahí, no hay nada— dije, negando con la cabeza.

—Debes haberla perdido, ¡sé que esta por este camino! —Trent jalo mi mano

—Vamos Bella, ellos conocen la salida. Negué con la cabeza

—Vinimos por este lado con Edward, lo sé. Él apretó su agarre

—Le dije a Edward que no te perdería de mi vista, iremos con ellos. —Trent hemos estado allí abajo…no había ventana.

— ¡Vamos Jasón!— una chica grito

— ¡Nos vamos!— Jasón dijo, mirando a Trent. Trent jalo mi mano de nuevo y yo me aleje

—Trent por favor es por este lado, lo prometo.

—Voy con ellos— dijo él —por favor ven conmigo. Negué con la cabeza, lagrimas cayendo por mis mejillas

—He estado aquí antes, esa no es la salida.

— ¡Tu vienes conmigo!— él grito. Jalando mí brazo.

— ¡Trent detente! ¡Vamos por el camino equivocado!— grite.

Mis pies se deslizaron por el hormigo mientras él me jalaba, y cuando el humo aumento me aleje corriendo hacia la dirección opuesta.

— ¡Bella, Bella!— Trent grito. Seguí corriendo, manteniendo las manos al frente anticipando una pared.

— ¡Vamos! ¡Ella va hacer que te mates!— una chica dijo.

Mi hombro golpeo contra una esquina, me dio la vuelta, cayendo. Me arrastre por el piso, sosteniendo mi temblorosa mano frente a mí. Cuando mis dedos tocaron roca, lo seguí parándome. La esquina de una puerta se materializo bajo mi mano y la seguí a la siguiente habitación. La oscuridad era interminable, pero aleje el pánico, manteniendo cuidadosamente mis pasos, buscando la siguiente pared. Sentí el temor dentro de mí mientras los lamentos sonaban en mis oídos.

—Por favor. —Susurré en la oscuridad— Deja que esta sea la salida.

Sentí otra esquina de una puerta, y cuando la travesé un hilo de luz brillo ante mí. La luz de luna se filtraba a través del vidrio de la ventana y un sollozo formo su camino a través de mi garganta

— ¡T-Trent, está aquí! —Grite detrás de mí— ¡TRENT! Entrecerré mis ojos, viendo un pequeño movimiento en la distancia

— ¿Trent?— llame mi corazón latía violentamente en mi pecho. Con el paso del tiempo las sombras parpadeaban en las paredes. Y mis ojos se abrieron con horror cuando me di cuenta que lo que pensaba que eran personas eran en realidad llamas.

—Oh dios mío— dije mirando a la ventana.

Edward la había cerrado des

pués de entrar, y estaba muy alta para que yo la alcanzara. Mire a mi alrededor buscando algo en que pararme, la habitación estaba llena de madera cubierta con sabanas. Las mismas sabanas que alimentarían el fuego hasta que toda la habitación se convirtiera en un infierno. Agarre un pedazo de tela blanca, quitándola de un escritorio. El polvo se alboroto a mí alrededor, mientras tiraba la sabana al suelo y arrastraba la enorme madera hacia el espacio vacío bajo la ventana. La empuje contra la pared y la escale, tosiendo con el humo que se abría paso a la habitación. La ventana aun estaba a unos metros debajo de mí. Gruñí tratando de empujarla para abrirla, torpemente girando la cerradura de un lado a otro con cada empujada. No se movía.

— ¡Vamos, maldición!— grite.

Apoyándome en mis brazos, me eche hacia atrás, usando el peso de mi cuerpo con el ímpetu de que podría forzarla a abrirse. Cuando eso no funciono, deslice mis uñas debajo de esta, empujándola hasta que pensé que mis uñas se habían separado de mi piel. La luz brillo en la esquina de mi ojo. Y grite cuando vi como el fuego se acercaba por las sabanas blancas que cubrían el pasillo por el cual había pasado un momento antes. Mire hacia la ventana, una vez más metiendo mis uñas por las esquinas. Sangre saliendo de mis dedos, el metal se enterró en mis dedos.

El instinto se sobrepuso sobre las demás emociones y mis manos se volvieron puños, golpeando el vidrio. Una pequeña grieta astillo en vidrio junto con manchas y salpicaduras de mi sangre por cada golpe. Golpee el vidrio una vez más con mi puño, y luego me saque un zapato. Las sirenas sonaban en la distancia y solloce, golpeando mis palmas contra el vidrio. El resto de mi vida solo estaba a unos centímetros, al otro lado del vidrio. Arañe los bordes una vez más, y luego comencé a golpear el vidrio con ambas palmas.

— ¡AYUDA!— Grite, viendo las llamas acercarse — ¡ALGUIEN AYÚDEME! Una tos suave sonó tras de mí

— ¿Pigeon? Me volví ante la voz familiar. Edward apareció en la puerta detrás de mí. Su rostro y ropa estaba cubierto en hollín.

— ¡Edward!— grite, me baje del escritorio y corrí hacia donde él estaba parado, cansado y sucio. Me choque contra él, y él envolvió sus brazos alrededor mío. Tosiendo mientras jadeaba por aire. Sus manos tomaron mis mejillas.

— ¿Dónde está Trent?— su voz áspera y débil.

—Él los siguió— grite con lagrimas en mi rostro. — ¡Intente que viniese conmigo, pero él no venia!— Edward miro hacia el fuego que se aproximaba y sus cejas se juntaron. Contuve el aliento, tosiendo cuando el humo lleno mis pulmones, él me miro, sus ojos llenos de lagrimas.

—Voy a sacarnos de aquí Pigeon— sus labios se presionaron con los míos en un firme y rápido movimiento.

Y entonces él subió encima de mi improvisada escalera. Él empujo la ventana, y luego la cerradura, sus músculos temblaban cuando usaba toda su fuerza contra el vidrio.

— ¡Aléjate Bella, Voy a romper el vidrio!

Con miedo de moverme solo logre alejarme un paso de nuestra única salida. El codo de Edward se doblo mientras él echaba su puño hacia atrás, gritando mientras golpeaba el vidrio. Me volví escudando mi rostro con mis sangrientas manos mientras el vidrio se destrozaba encima de mí.

— ¡Vamos!— él grito sosteniendo una mano para mí.

El calor del fuego tomo toda la habitación, me eleve en el aire mientras él me levantaba del piso y me empujaba fuera. Espere sobre mis rodillas mientras Edward escalaba, y luego lo ayude a ponerse de pie. Las sirenas a todo volumen estaban al otro lado de la habitación, y luces rojas y azules de los bomberos y las patrullas de los policías bailaban por el ladrillo del edificio adyacente.

Corrimos a la multitud de gente parada frente al edificio, buscando en los rostros sucios a Trent. Edward grito el nombre de su hermano, su voz se volvía mas desesperanzada con cada llamado. Él saco su celular para ver alguna llamada perdida y luego lo cerró fuertemente. Cubriendo su mano con su mano negra.

— ¡TRENT!— Edward grito, estirando su cuello mientras buscaba en la multitud.

Esos que habían escapado estaban abrazados y lloriqueaban detrás de los vehículos de emergencia, observando el horro mientras el camión de bomberos disparaba a través de las ventanas y bomberos corrían hacia dentro, tirando mangueras detrás de ellos. Edward pasó una mano por los rastros de cabello en su cabeza, negando la cabeza.

—Él no salió. —él susurro. —Él no salió, Pigeon.

Mi aliento se corto, cuando vi el hollín desliarse por sus mejillas por las lágrimas, el cayo en sus rodillas y yo caí con él.

—Trent es inteligente, ED. Él salió, él debió haber encontrado otra forma— dije, tratando también de convencerme a mí misma.

Edward colapso en mis piernas, tomando mi camisa con ambos puños. Lo sostuve, no sabía que mas hacer. Una hora paso, observamos con esperanza que disminuía mientras observábamos como sacaban a dos personas y luego continuaban saliendo con las manos vacías. A medida que los paramédicos atendían y la ambulancia arrancaba en la noche, con victimas de quemaduras, esperamos. Media hora después, los cuerpos que sacaban estaban más allá de la salvación, el suelo estaba lleno de bajas, mucho más numerosas de los que habían escapado. Los ojos de Edward no dejaron la puerta, esperando que sacaran a su hermano de la salida.

— ¿Edward?— Volteamos a la misma vez para ver a Riley parado al lado nuestro. Edward se puso de pie, jalándome con él.

—Estoy feliz de que ustedes chicos lo lograran— Dijo Riley. Luciendo atónito y desconcertado. — ¿Dónde estabas?— Edward no respondió.

Nuestros ojos volvieron a los restos carbonizados de los dormitorios Keaton. El humo negro y espeso salía de las ventanas. Enterré mi rostro en el pecho de Edward, cerrando mis ojos, esperando que en cualquier momento despertara.

—Tengo que…tengo que llamar a mi papá— Edward dijo, sus cejas juntándose mientras abría su celular.Respire profundamente, esperando que mi voz sonara más fuerte de lo que me sentía.

—Tal vez deberías esperar. Edward no sabemos nada aun. Sus ojos no dejaron el teclado y sus labios temblaron.

—Esto no está bien, nunca deberíamos haber estado allí.

—Esto fue un accidente, tú nunca hubiese podido saber que esto pasaría— dije tocando su mejilla.

Su rostro se comprimió, cerrando fuertemente los ojos, él respiro profundamente y comenzó a marcar el número de su padre.


AAAhhhh.. un buen susto Ehh!!! dios pensaron que no salian :( pobre del hermano de Edward.. 

Creen que salio o no? Lo veran en el otro capitulo! lo se soy mala :)

Espero sus comentarios :) Besitos SabriiCullen<3

 

 

Capítulo 19: Ultimo baile Capítulo 21: Jet

 
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