El amor siempre vence a pesar de todo (+18)

Autor: isakristen
Género: Romance
Fecha Creación: 17/01/2013
Fecha Actualización: 25/08/2022
Finalizado: NO
Votos: 188
Comentarios: 473
Visitas: 362166
Capítulos: 40

Summary: Dos poderosas familias de la mafia enfrentadas desde hace generaciones por dominar la ciudad. Pero serán las hijas Charlie Swan: Rosalie, Alice e Isabella y los hijos de Carlisle Cullen: Emmett, Jasper y Edward quienes decidan que ya era hora de acabar con ese absurdo enfrentamiento Sin ser consciente del horror que se desataría al final, al enfurecer al que creían su mayor aliado.

 

Prologo:

Bella una adolescentes de 14 años, hija menor de Charlie Swan uno de los mafiosos más peligrosos de Chicago. Novia de Edward Cullen un adolescentes de 16 años hijo del mafioso Carlisle Cullen.

Su amor puro e inmenso era amenazado por sus familias, quienes desde hace años tenían una rivalidad por el dominio del poder. Ellos al enterarse de la relación amorosa de los jóvenes deciden separarlos y enviarlos lejos. Sin saber que su amor ya había dado frutos, unas pequeñas personitas que iban protegidas en el vientre de su madre, la cual los unirían para siempre. Dos niños con la marca del sol naciente en el brazo izquierdo de los Swan como la media luna en el brazo derecho de los Cullen.

Diez años después su amor seguía intacto, más grande que antes y ellos estarán listos e dispuestos a luchar por él y por su felicidad, uniendo así ambas familias. Quienes tendrían que unirse y luchar por la misma causa. Dos niños intocables por ambos bando, siendo su talón de Aquiles. Y sus enemigos no dudaran en utilizarlos, matando así dos pájaros de un tiro; rompiendo en el camino el acuerdo llegado desde hace generaciones de no incluir en la rivalidad a las mujeres y a los niños.

  


 "Los personajes más importante de esta historia son propiedad de Stephanie Meyer pero la trama es mía y no esta permitido publicarla en otro sitio sin mi autorización"

 


 

 Historia registrada por SafeCreative bajo el código 1307055383584. Cualquier distribución, copia o plagio del mismo acarrearía las consecuencias penales y administrativas pertinentes.

 


 

 Traíler de esta historia ya esta en youtube y en mi grupo  en facebook "Entre mafiosos y F.B.I"


Link del grupo de Facebook

https://www.facebook.com/groups/1487438251522534/

 Este es el Link del trailer: 

http://www.youtube.com/watch?v=BdakVtev1eI&feature=youtu.be

 

 


Hola las invito a leer mi Os se llama: Si nos quedara poco tiempo.

http://lunanuevameyer.com/salacullen?id_relato=4201

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Capítulo 16: El embarazo de Rosalie:

CAPITULO 21: Pov Bella:

El embarazo de Rosalie

 

Estábamos a principio del mes de febrero, ya había pasado tres meses del ataque que sufrió Rose, fue un golpe muy duro para todos. Mi Bubú se mudo indefinidamente junto a nosotras y Charlie incremento nuestra seguridad. Cada uno de mis hijos tiene cinco hombres encargados de su seguridad. Mis hermanas, mi Bubú y yo cada una tienen seis hombres pendientes de cada movimiento que realizamos. Charlie nos prohibió manejar nuestros coches, de eso se encargar uno de los escoltas, mientras otro viaja de copiloto, los demás nos escoltan siguiéndonos en las Hummer completamente armados.

 

Charlie le prometió a Rose que no descansaría hasta no dar con esos desgraciados. Por lo que no deje que la policía se incluyera en la investigación. Rose suministro muy poca información, ella no había logrado ver casi nada a sus atacantes, solo estaba completamente segura de que fueron tres hombres. Dos tenían el cabello largo, un se lo amarra en una coleta, aseguro que ya al parecer ella se la había quitado cuando forcejeaba con él, él otro lo lleva trenzado, el tercero le parecía que lo llevaba corto. Solo escucho un nombre Riley, pero no sabría decir cual de los tres era. Lo que Rose no le ha dicho a papá, solo a nosotras es que antes de ellos irse, le dijeron “Dile a los hermanos Cullen que ninguna de sus mujercitas estará a salvo. Ellos deben pagar, por lo que me hicieron.” Ninguna de las tres teníamos idea de lo que ese hombre hablaba. Íbamos para cinco años desde que los vimos por última vez.

 

Rosalie ya no tiene ninguna marca de los golpes en su cara… solo le quedo un pequeña cicatriz en su ceja derecha. Pero aun no lo había superado psicológicamente. Se había negado volver a la Universidad, por lo que los profesores aceptaron gracias a una buena cantidad de dinero que les dio mi padre. Qué ella culminara el semestre desde la casa, por lo que envía los trabajos con Alice o conmigo. Por lo que nos ha dicho solo se siente segura con Alice, mis bebés y conmigo. No soporta estar sola en una habitación o donde sea con un hombre, no importa que sea el mismo Charlie. Según la Doctora De La Garza, la psicóloga de Rose… es totalmente normal después de lo que ella vivió, que le va a costar volver a confiar en los hombres. Que la mejor terapia era que solo conviviera por los momentos, solo con el hombre con el cual ella se sintiera segura, que él se encargue de ir infundiéndole seguridad con el resto de los hombres. Alice y yo sabíamos quien podría ayudar a Rose… pero él esta muy lejos junto a sus hermanos. Emmett Anthony Cullen.

 

Alice se encontraba acostada en el borde de la piscina, según ella tomando sol, aunque específicamente hoy un hubiera sol alguno. Lizzy, Tony y yo estábamos dentro de la piscina. Gracias al temporizador que mantiene el agua caliente, así estuviera nevando. Rosalie se encuentra encerrada en su habitación, Alice y yo desistimos de intentar sacarla, cuando usamos nuestro último recurso los pucheritos de mis bebés, pero ni con eso logramos nada.

 

— Alice no me gusta ver como Rossi se consume en la soledad. —murmure saliendo del agua, me senté a su lado.

 

— Lo sé, a mí tampoco me gusta. —dijo sentándose, recostó su cabeza en la palma de su mano izquierda—. No sé que más hacer.

 

— Mami. —me llamo mi gatita estirando sus bracitos en mi dirección. Los tome y la saque del agua, para luego sentarla en mis piernas. Le quite sus flotadores.

 

— Por más que le doy vueltas en mi cabeza, no entiendo que quiso decir ese hombre. Solo… que pudo haber sido cualquiera de las tres. —dije acariciando los rizos broncíneos de mi nena. Ella recostó su pequeña espalda contra ni pecho, envolví su pequeña cintura con mi brazo derecho. Afinque parte de mi peso en mi brazo izquierdo.

 

— Si, también deduje eso. —murmuro Alice sacando a Tony del agua. Lo sentó entre sus piernas—. Pero…

 

— Mamá Ali. —la llamo Tony interrumpiendo lo que ella iba a decir.

 

— Si Tony. —susurro centrando su atención solo en él.

 

— Me bajasch y chubes. —dijo Tony señalando la piscina. Alice se acerco más a la orilla, lo tomo de sus bracitos y comenzó a sumergirlo hasta la cintura, luego volvía a subir.

 

— Tengo una sospecha, pero no sé, si estoy en lo cierto. —dije acomodando a mi bebé. La coloque de frente a mí, con sus piernitas a cada uno de mis costados, ella recostó su cabecita en mi pecho.

 

— ¿Cuál es Bella? —pregunto Alice bajando a Tony al agua. Iba a responder, pero un grito nos asusto. Alice casi deja caer a Tony en el agua y mi bebé ya se encontraba sin sus flotadores.

 

— Alice, Bella. —ambas volteamos al mismo tiempo hacia la puerta trasera, por ella salió Leah con expresión de terror, que me congelo en mi lugar, sentí como si me inyectaran agua helada en las venas—. Rosalie esta completamente fuera de sí. Está destruyendo toda su habitación. —dijo desde el umbral de la puerta, llevándose una mano al pecho, tratando de regular su agitada respiración. Alice y yo nos miramos confundidas para luego ponernos de pie a velocidad de la luz, llevándonos a mis bebés en nuestros brazos. Salimos corriendo, dejando a Leah parada en la puerta. Comenzamos a subir las escaleras, se podía escuchar los gritos de Rose, las cosas rompiéndose y como mi Bubú trataba de tranquilizarla. Se escuchó como un espejo se quebraba, mi gatita se estremeció y escondió su carita en el hueco de mi cuello. Escuche como Tony le preguntaba a Alice.

 

— ¿Qué le pacha a mama Dose?

 

— No lo sé, pero no te preocupes. —respondió Alice. Le agradecí internamente que tratara de tranquilizar a mi bebé. Por fin llegamos a la puerta de la habitación de Rose, el trayecto se me hizo largo. Mi Bubú se encontraba cerca de la puerta del armario, Rosalie estaba de pie a un lado de la cómoda que tiene encima al Tv Plasma de 42 pulgadas, con un movimiento rápido lo lanzo contra el suelo.

 

— AHHHH. —gritaron Tony y Lizzy por el estruendo que esté causo.

 

— ROSALIE. —grite acercándome a ella. No entendía por que mi hermana se comportaba de está manera.

 

— Bella ten mucho cuidado, no quiso que me acercara a ella. —me dijo mi Bubú angustiada.

 

— Rose somos Lizzy y Bella. —susurre acercándome a pasos vacilantes. Quería abrazar a mi hermana, pero no quería poner en riesgo a mi bebé. Sabía que Rose no le haría daño, pero sentía la adrenalina fluir por mis venas, el instinto de madre salió a flote. Mi bebé está mucho antes que mi hermana—. Mira tienes asustada a tú bebé. —enfocó su vista en nosotras, sollozo más fuerte, cerré la distancia que nos separaba, la apreté contra mi pecho. Mi gatita quedó en medio de las dos. Sus sollozos se hicieron más audibles y su cuerpo fue atacado por los espasmos producidos por el llanto. Me acerque lentamente a la pared más cercana, donde me fui deslizando hasta quedar sentada en el suelo, con las piernitas de mi gatita a cada uno de mis costados y Rose hincada en medio de mis piernas, escondió su rostro en el lado derecho de mi cuello—. Shhh ya paso. —susurre en su oído, comencé a acariciar su espalda—. Ya estoy aquí… no estás sola.

 

— Bella. —me llamo mi Bubú con la voz rota por el llanto.

 

— Estamos bien, Bubú por que no bajas con Leah y te tomas un té de tila. —dije mirándola con la vista borrosa. Hasta ese momento no me había dado cuenta que también estaba llorando—. ¡Te puedes llevar a Ethan por favor!

 

— No mami, yo me quedo. —me contradijo Tony sacando su cabecita del hueco del cuello de Alice.

 

— No bebé, mejor ve con la Bubú. Quien te va a dar un enorme pedazo de pastel de chocolate. —dije sonriéndole o al menos intentando—.. Está es una conversación de chicas, bebé.

 

— Ta mien mami. —susurro un poquito acongojado por excluirlo de la conversación. Le estiro los bracitos a mi Bubú.

 

— Cualquier cosa me llaman. —murmuro mi Bubú antes de salir de la habitación con Tony en sus brazos dejando en el proceso la puerta cerrada. Alice no tardo en arrodillarse a mi lado. No tardo en pasar su mano en la cabellera rubia de Rose.

 

— ¿Qué te ocurrió Rose? —pregunto Alice con voz entrecortada, besando el cabello de Rossi. Se escucho otro sollozo de Rose, Alice me miro preocupada.

 

— Mama Dose. —susurro mi gatita sacando su cabecita de mi cuello, con su manito izquierda acaricio muy suavemente la mejilla de Rose.

 

— Te amo bebé. —susurro Rose apretando un poco el brazo que pasaba sobre el cuerpito de Lizzy.

 

— Yo tanmien. —dijo mi gatita dándole un beso en a mejilla.

 

— ¡Dinos que te altero Rose! —murmure besando el tope de su cabeza.

 

— Hay Bella. —susurro comenzando a llorar de nuevo.

 

— Shhhh, háblanos Rose… así no podemos ayudarte.

 

— ¿Qué te atormenta hermanita? —pregunto Alice limpiándose las lágrimas derramadas.

 

— Estoy embarazada. —susurro sollozando más fuerte, se apretó contra mí. “Estoy embarazada, estoy embarazada, estoy embarazada” se repetía en mi mente. No pude hablar en un par de minutos, no lograba salir de mi asombro. Abrí y cerré la boca un par de veces sin lograr articular palabra, Alice estaba en la misma situación que yo.

 

— Dios… no se que decirte. —susurre cuando encontré mi voz—. Pero lo que decidas tienes mi apoyo.

 

— Al igual que el mío. —murmuro Alice abrazándonos a las tres.

 

— No lo quiero tener. —susurro Rose separándose un poco de mí—. No es igual que Lizzy y Tony, ellos son productos del amor. Sabes perfectamente que Edward es su padre. En cambio esto, es producto de una violación. No se cual de esos desgraciados es el padre. —Rosalie estaba furiosa. Tenía la expresión de querer matar a alguien, se relajo al sentir la caricia de mi gatita en su mejilla, le sonrió a mi bebé, para luego besarle su manita—. No podía llegar a tolerar su presencia. No podía llegar a amarlo, siempre me recordaría esa maldita noche. —susurro derramando varias lágrimas.

 

— ¿Quieres que te acompañemos al ginecólogo ahora? —pregunte un poquito triste. No importaba como había sido concebido, era una parte de Rose, era mi sobrino a quien iba a matar.

 

— Si, me gustaría acabar con esto lo más pronto posible. —respondió firme sin un rastro de vacilación en su decisión.

 

— Nos dejas cambiarnos… en media hora nos vemos en el recibidor. —susurre. Asintió con la cabeza. Se puso de pie, luego nos tendió la mano a las dos—. Gracias. —dije apoyándome en ella y me levante—. De verdad me hubiese costado levantarme con esta enorme gatita encima. —comencé hacerle cosquillas a mi gatita, ella no tardo en comenzar a reír. Solo quería que olvidara lo que acababa de pasar, no quería que estuviera preocupada.

 

— Ba… bas… taaa ma… mi. —murmuro mi gatita entrecortadamente por la risa. Me detuve y le di un beso en la mejilla.

 

— ¿Estarás bien Rose? —pregunte levantando la vista de mi bebé.

 

— Si, estaré bien. —susurro abrazándome—. Lo siento mucho Lizzy, no quise asustarte. —mi gatita le sonrió mostrando todos sus dientitos y marcando sus hoyuelos, se inclino y beso su mejilla.

 

— Te quiedo mama Dose. —susurro con aquella vocecita de soprano.

 

— Yo también te quiero. —susurro Rose besando su frente—. Te quiero mucho.

 

— ¿De verdad estarás bien? —pregunto Alice abrazando a Rose.

 

— Por supuesto. No volveré asustar a mis sobrinos. —se encogió de hombros.

 

— Bueno… ya nos vemos. —murmure desde el umbral de la puerta. Salí de esa habitación con Alice a mi lado, ambas nos miramos, pero ninguna hablo. Caminé hacia el tramo de escaleras y subí al tercer piso, entre a pasos apresurados a mi habitación, dirigiéndome directamente a mi cuarto de daño. Dentro de la ducha, mientras se templaba el agua, le quite el traje de baño a mi gatita, luego me quite el mío, con mi bebé en mis brazos me mete bajo la regadera.

 

— Mami. —susurro mi gatita cuando lavaba su cabellera broncínea con su shampoo.

 

— Si, bebé. —dije colocándola debajo de la regadera.

 

— ¿Qué e una volacion? —pregunto cuando ya había quitado todo el shampoo. Me congele en mi lugar, no sabia que responderle. Al cabo de unos minutos parpadee saliendo de mi asombro, ella me observaba con una de sus cejas levantada. Con esa expresión se parecía tanto a Edward.

 

— ¿Por… porqué preguntas eso, gatita? —murmure arrodillándome para quedar a su altura.

 

— Es que mama Dose dijo… eto e poducto una volacion. —murmuro ruborizándose—. Yo quedo sabe ¿Qué e una volacion? —rodee su cintura con mis brazos, la atraje hacia mi pecho, para luego colocarme de pie, con ella en mis brazos.

 

— Haber como te explico. —susurre buscando las palabras correcta. Como le explico a mi nena de tres años y medio de que tipo de violación hablaba mi hermana—. ¡Sabes que! Mejor te explico cuando seas grande.

 

— Mien. —me dio un beso en la mejilla. Le di gracias a dios que no se empecinara en que le respondiera. Ella es muy testaruda, siempre consigue lo que quiere.

 

— Es hora de salir. —dije cerrando la llave de la ducha. La seque un poco con una toalla, luego se la coloque en el cabello y le puse su albornoz rosado. Me hice lo mismo y salí de mi cuarto de baño con ella de mi mano. La ayude a subirse a mi cama y me dirigí a mi armario, tome de las percheras un vaquero de color negro, una camiseta sin manga color de color azul cielo, de calzados unos converse negros con blanco, en la cómoda busque un conjunto de ropa interior, busque todo bajo la atenta mirada de mi bebé que no perdía ningunos de mis movimientos. Me vesti y alise mi cabello, lo recogí en una cola de caballo. Tome a mi bebé en mis brazos, me dirigí hacia su habitación, la deje de nueva en la cama, pero esta vez era su habitación, el cual toda la decoración es de las princesas. En su armario busque unos shorts cortos de algodón color rosados, un suéter manga tres cuartas color blanco con el dibujo de Bella en el frente. De su cómoda tome una braguita de color rosado con un estampado de Ariel y unas medias, tipo tobilleras de color blanco. La vestí, cepille su cabello dejando sus rizos sueltos. Baje las escaleras con ellas en mis brazos. Alice y Rose me esperaban en el recibidor junto a mi Bubú con expresión preocupada. Tony se encontraba jugando junto a la chimenea en forma de colmena, con su pista de carros. Me imaginaba que mi Bubú lo había bañado y cambiado, ya que estaba vestido con un monito de algodón de color verde militar y un suéter manga corta de color blanco, con estampado de Cars en la parte delantera. Me acerque a mi Bubú y deje a mi gatita en sus brazos—. Tony amor ven acá. —lo llame abriendo mis brazos. Él se levanto del piso y corrió a mis brazos—. Bebé, voy a salir con mama Rose y mama Alice, no me tardo. Cuida a Lizzy por mí.

 

— Ti mami. —susurro dándome un beso en la mejilla.

 

— Te me portas bien, bueno. —bese sus mejillas. Lo baje al suelo, corrió de nuevo hacia sus coches—. No tardamos. —tome la mano que me extendía Rose, prácticamente ella me arrastro hasta el garaje. Cuando llegamos al garaje, Sam nos miro interrogante.

 

— Sam vamos a salir. Nos vamos en el Mercedes Benz de mi abuela. —le dijo Rose a Sam arrastrándonos a dicho coche. Alice subió primero, Rose le siguió, fui la última en subir. Jared ya se había subido al asiento del piloto, Sam cerró mi puerta y se subió en el asiento de copiloto. Jared arranco el coche, los demás nos seguían en dos de las Hummer, una iba delante y la otra detrás. En veinte minutos llegamos al Mount Auburn Hospital Cambridge Health Alliance, entramos por las puertas de vidrios, caminamos hasta llegar a la recepción.

 

— Buenas tardes ¿En que puedo ayudarlas? —pregunto con una sonrisa la enfermera. Una señora de tez morena, cabello corto de color negro, ojos color café intenso, de unos cuarenta y tantos años.

 

— Buenas, nos gustaría ver a una ginecóloga. —dijo Alice sonriéndole levemente. La señora asintió volviéndose al computador, toco algunas teclas.

 

— La doctora Duquesne esta disponible, cubículo 4. —murmuro volteando a vernos de nuevo—. Por ese pasillo. —nos indico con una media sonrisa.

 

— Gracias. —susurramos las tres al mismo tiempo. Comenzamos a caminar, mi brazo derecho rodeaba la cintura de Rose, Alice iba del otro lado sosteniendo la mano de Rose entre las suyas. Llegamos frente al cubículo con el número 4 escrito con color verde oscuro, la puerta de madera estaba pintada de color blanco. Toque ligeramente.

 

— Adelante. —se escucho decir a una mujer detrás de la puerta. Respire profundo, gire el plomo, entré seguida por Rose y Alice.

 

— Buenas tardes, permiso. Somos Alice, Rosalie. —señale a mis hermanas—. E Isabella Swan.

 

— Tomen asiento, soy la Doctora Duquesne ¿En que les puedo ayudar? —pregunto indicándonos las sillas frente a su escritorio. Rose y yo tómanos asiento, Alice se quedo de pie justo en medio de ambas sillas. Me miraron fijamente. Suspire. Así que me toca hablar a mí.

 

— Este… mmm… como decirlo. Mi hermana Rosalie hace… aproximadamente tres meses fue… atacada sexualmente y… este… bueno… creemos que podría… estar… embarazada. —dije tartamudeando.

 

— Oh… vamos hacerte un análisis de sangre, luego te haremos un ultrasonido. —dijo levantando el teléfono—. Helen podrías traer todo lo necesario para sacar sangre. Necesito enviarlo de inmediato al laboratorio.

 

— El problema es que… —fui interrumpida por Rose.

 

— No lo quiero tener.

 

— Rosalie si estás embarazada puedes darlo en adopción. —murmuro mirando seriamente a Rose. Está negó energéticamente—. ¿Quieres hacerte un aborto?

 

— Si. —respondió Rose con un tono de voz, que dejaba bien en claro que no la haríamos cambiar de opinión.

 

— Es tú decisión. Pero tienes hasta la semana trece para pensarlo bien.

 

— No tengo nada que pensar. —la contradijo Rose—. No. Lo. Quiero. Tener.

 

— Como tú quieras, veré por que Helen se tarda tanto. —se levanto de su asiento y desapareció por la puerta, dejándonos solas. Apoye mi cabeza en el respaldo de la silla y cerré mis ojos.

 

— ¿Qué te preocupa Bella? —me pregunto Alice en un susurro. —

 

Esto… a mí no me parece lo correcto. —respondí sin abrir mis ojos.

 

— Crees que está mal lo que voy hacer. Crees que debería tener al hijo de un extraño que abuso de mí. —dijo Rose con un tono de voz que evidenciaba que estaba furiosa. Abrí mis ojos y la mire.

 

— Si, creo que esta mal. Por qué también ES TÚ HIJO. —dije muy seria, enfatizando mis últimas palabras—. Yo no tuve a Ethan y a Elizabeth por que sean los hijos de Edward. Sino por que son una parte de mí. —Rose me entrecerró los ojos con rabia. Suspiré para calmar mi repentino enojo. Por que no veía que ese bebé no tenía culpa de lo que había hecho su padre—. Pero sabes que tienes mi apoyo en lo que decidas. —murmure en el mismo momento que se abría la puerta y por ella entraba la doctora seguida por una enfermera.

 

— Bueno Rosalie ella es Helen, la encargada de sacarte la sangre para realizar el análisis. —murmuro la doctora mirando solo a Rose. Mi hermana asintió y estiro su brazo.

 

— Cariño solo sentirás un pequeño piquete. —murmuro maternalmente la enfermera con una tierna sonrisa en sus labios. Mire hacia otro lado cuando le sacaban la sangre a Rose, pero nunca llegue a soltar su mano. La doctora sonrió al ver mi mueca de asco y como respiraba por la boca.

 

— No te gusta ver la sangre o me equivoco. —susurro detrás de mí. Negué con la cabeza.

 

— No. —susurre tomando una gran bocanada de aire por la boca.

 

— Las personas no pueden oler la sangre. —murmuro con una sonrisa.

 

— Yo si, es lo que me pone mal, huele como… a oxido y a sal. —dije con una pequeña sonrisa. Me miro como si tuviera dos cabezas. Le sonreí. Siempre obtenía esa reacción en los demás, cuando salía este tipo de tema.

 

— Ya terminamos corazón. En veinte minutos estará listo. —murmuro la enfermera sonriéndole a Rose.

 

— Es urgente Helen. —la doctora se dirigió a la enfermera.

 

— Lo traeré nada más este listo, Valerie. —dijo la enfermera antes de desaparecer por la puerta con una pequeña bandeja de metal en sus manos.

 

— Bueno… mientras esperamos, ¡Cuéntenme de ustedes! —se sentó nuevamente en su silla detrás del escritorio. Las tres la miramos, la doctora había conseguido una silla para Alice.

 

— ¿Qué quiere saber? —pregunto Alice con una media sonrisa.

 

— Haber… ¿Quién de las tres es la mayor?

 

— Yo. —respondió Rose intentando sonreír—. Luego me sigue Alice y por último Bella.

 

— ¿Bella? —susurro interrogante.

 

— Nunca me ha gustado Isabella, es… no sé, como muy formal. —murmure con las mejillas encendidas.

 

— Ya veo. ¿Qué edad tienes Bella? ¿Te puedo llamar así? —pregunto sonriendo levemente.

 

— Claro, tengo 19. —respondí.

 

— ¿Alice? —pregunto mirando a mi hermana.

 

— 21. —respondió Alice.

 

— ¿Rosalie? —miro a Rose.

 

— 23. —respondió Rose.

 

— ¿Son de aquí de Boston? —pregunto alternando la mirada entre las tres.

 

— No. —respondí negando con la cabeza—. Somos de Chicago. Estamos aquí por la Universidad.

 

— ¿A que Universidad van?

 

— Harvard. —respondió Alice—. Estamos por culminar, Rosalie Derecho, Bella Literatura y yo diseño de modas. —en ese momento comenzó a sonar “Señorita de Abraham Mateo” era mi celular. Esa canción le fascina a mi gatita es una de sus canciones favorita, esa y Mi corazón insiste de Jean Carlos Canela. Se sabe la letra completa.

 

— Disculpen. —susurre contestando la llamaba. En la pantalla salía “Casa. Llamando”—. Hola.

 

— Bella ¿En donde están? —pregunto mi Bubú con un deje de angustia en su voz.

 

— Hablamos cuando lleguemos. Estamos bien Bubú no te preocupes. —dije a modo tranquilizador.

 

— ¿Estas con Rose donde la doctora De la Garza? —pregunto un poco más tranquila.

 

— Si y no. —respondí dudosa. La verdad estábamos con una doctora pero no era la psicóloga de Rose.

 

— ¿Cómo es eso? Bella por dios… ¿En donde están? —pregunto preocupada de nuevo, aparte de estar enojada.

 

— No te preocupes. —trate de tranquilizarla de nuevo—. Como en una hora más o menos estaremos en la casa y te contamos que es lo que está pasando, vale.

 

— ¿De verdad todo esta bien? —pregunto de nuevo, un poquito más tranquila. Mi Bubú parecía una montaña rusa. Se preocupa, se tranquiliza y se vuelve a preocupar.

 

— Si, Bubú estamos bien. —respondí medio sonriendo. Por eso nos caracterizamos los Swan, por ser tercos.

 

— ¿Y Rose?

 

— Ella esta bien, está calmada no te preocupes.

 

— Bueno… te paso a Tony. —murmuro con voz sería. Oh si señor, Doña Marie Swan esta muy enojada.

 

— Ola mami. —dijo mi bebé del otro lado de la línea. Me sonrisa se hizo enorme al escuchar su hermosa voz.

 

— Hola amor. ¿Te estas portando bien?

 

— Ti mami.

 

— ¿Y Lizzy? —pregunte asombrada de que no estuvieran discutiendo por ver quien habla primero.

 

— Eta momida mami. —respondió. Pude escuchar como mi Bubú le decía algo, entonces Tony pregunto—. ¿A onde eta mami?

 

— Ethan bebé mami debe colgar. —dije antes de que me insistiera con la pregunta, mi Bubú sabía que si Tony me preguntaba no me iba a negarle responder, ellos son mi debilidad—. Te amo.

 

— Yo tanmien mami.

 

— Lo sé bebé. Pero yo te amo aun más. Pásame a la Bubú. —dije sonriendo.

 

— Ti. —escuche como le pasaba el teléfono ya que lo dejo caer. Volví a sonreír como tonta.

 

— Bella. —era mi Bubú esta vez.

 

— Llegaremos dentro de un rato, chao.

 

— Chao, Bella cuídense por favor. —escuche como decía antes de colgar la llamada. Me voltee hacia mis hermanas. La doctora me miraba con el ceño fruncido.

 

— ¿Tienes hijos Bella? —pregunto intrigada. Me extraño su pregunta.

 

— Si. —respondí confundida—. Ethan y Elizabeth cumplirán cuatro años en Junio.

 

— Entonces… los tuviste muy joven. —murmuro sonriéndome.

 

— Si… casi tres meses antes de mis dieciséis. —dije aún más confundida. La doctora abrió la boca para agregar algo más, pero la enfermera la interrumpió.

 

— Permiso. —entró con los exámenes en las manos—. Aquí tienes.

 

— Gracias Helen.

 

— Con permiso. —murmuro antes de salir de la pequeña habitación. La doctora Duquesne fijo su vista en los papeles. Pude apreciar como una sonrisa triste apareció en su rostro, pero logro borrarla de inmediato.

 

— Rosalie la adopción también es una opción. —murmuro sin levantar la vista. Estaba confirmado, mi hermana llevaba un bebé en su vientre.

 

— No, no lo quiero sentir dentro de mí. —Rose no daba su brazo a torcer.

 

— Esta bien, puedo hacértelo. Pero que no salga de estas cuatro paredes. El aborto no está permitido, para este tipo de casos lo mejor es la adopción. —dijo mirando fijamente a Rose, pero está negaba energéticamente con la cabeza. La doctora suspiro resignada—. Ve detrás de esas cortinas y cámbiate la ropa por la bata. —Rosalie se levantó como si tuviera un resorte, caminando sin mirar atrás, sin un rastro de vacilación. Mire triste a Alice.

 

— Lo sé, a mi tampoco me gusta. —susurro colocando sus manos sobre su vientre, como si allí albergará un bebé. Me sentía muy mal, por eso pequeño que ni llegaría a nacer. De solo imaginar que algo malo le ocurría a mis bebés, se me partía el corazón en mil fragmentos diminutos, por ellos soy capaz hasta de matar a quien sea. Aún recuerdo nítidamente la hermosa sensación que producían al moverse dentro de mí. Cuando los veía a través del ultrasonido. Su primer llanto en aquel quirófano. La primera sonrisa. Sus primeros pasos. La primera palabra, todo absolutamente todo estaba grabado con fuego en mi memoria.

 

— Se que te afecta por que eres madre Bella. —murmuro la doctora mirándome con una media sonrisa—. Mi primer hijo fue producto de una violación y allí esta Allan Daniel, un hermoso adolescente de catorce años.

 

— Estoy lista. —susurro Rose saliendo vestida con la típica bata verde del hospital.

 

— Bueno, Rosalie recuéstate en la camilla. ¿Quieres que tus hermanas salgan o que te acompañen? —pregunto levantándose de su silla.

 

— Que se queden. —respondió sonriéndonos. Nos levantamos y la acompañamos hasta la camilla. Rose se recostó.

 

— Rosalie flexiona las piernas. —murmuro la doctora colocándose unos guantes de látex. Se acerco y encendió un aparato, tomo una cosa que parecía una manguera, pero era mucho más finita, le colocó un poco de gel o eso me parecía a mí. Se ubico en medio de las piernas de Rose, sobre una butaca de madera de color blanco. En la pantalla apareció una manchita con la forma de un bebé diminuto. Ese era mi sobrinito de repente se escucho.

TUM, TUM, TUM, TUM, TUM, TUM.

 

— Ese es mi sobrino. —susurro Alice derramando lágrimas—. Es su corazón.

 

— Lo siento, no debieron ver eso. —susurro la doctora quitando la pantalla de nuestra vista—. No me acorde de voltearla.

 

— No aguarde. —dijo Rose sorprendiéndonos a todas—. Vuelva a colocarla como estaba. —la doctora la miro y asintió regresando el aparato a su lugar y se volvió a escuchar.

TUM, TUM, TUM, TUM, TUM, TUM.

Se escucho un fuerte sollozo. Alice y yo nos miramos sorprendidas, luego bajamos la mirada a Rose, quien estaba llorando y no apartaba la vista de la pantalla, mientras la acariciaba.

 

— ¿Quieres que continúe Rosalie? —pregunto la doctora sonriendo.

 

— NO. —grito Rose asustándonos—. Por favor no lo haga.

 

— Ok… como ves Rosalie este es tú bebé. —señalo la pantalla justo donde se encontraba la manchita—. Tienes aproximadamente once semanas de gestación, el feto mide 6, 8 cm de largo, pesa aproximadamente 7 gr. Como puedes escuchar su corazón ya está formado.

 

— ¿Todo lo demás esta bien? —susurro Rose limpiándose las lágrimas.

 

— Todo está perfectamente. —dijo la doctora con una sonrisa—. ¿Quieres una foto?

 

— Si, por favor. —susurro Rose con una enorme sonrisa.

 

— Es todo. —la doctora paro la imagen—. Bueno Rosalie puedes vestirte y ven a mi escritorio por tú receta. —nos dejo sola detrás de las cortinas.

 

— ¿Quieres hablar? —pregunte en un susurro ayudándola a bajarse de la camilla.

 

— No, ahorita no. —respondió vistiéndose nuevamente con su ropa. Caminamos hasta el escritorio de nuevo, donde nos volvimos a sentar.

 

— Rosalie llenemos tú historia. ¿Nombre completo?

 

— Rosalie Marie Swan. — Fecha de tú última menstruación.

 

— Entre el siete y ocho de noviembre.

 

— Por lo visto… no haz tenido ningún cambio de humor.

 

— Creo que sí. Pero mi psicóloga dijo que era normal después de lo que viví. —susurro Rose muy sería.

 

— No le debemos más vueltas al asunto. Ven vamos a pesarte. —se levanto de su silla, extendiéndole la mano a Rose. Mi hermana dudo un poco, pero se levanto, para subirse al peso. La doctora le tomo la presión, luego anoto todo en la ficha—. Es todo. Nos vemos dentro de unas semanas. En la ficha va la fecha de tú próxima cita. —dijo tendiéndole un sobre—. Allí dentro va la receta y la ecografía. Cuídate Rosalie.

 

— Hasta pronto. —nos despedimos las tres al mismo tiempo. Salió Alice, luego Rose y por último yo.

 

— Ya nos podemos ir Sam. —dijo Alice cuando llegamos a su lado.

 

— Pero debemos pasar por una farmacia primero. —dije yo esta vez.

 

— Nos vamos. —dijo Sam mirando a los hombres. Quienes de inmediato nos rodearon escoltándonos hasta el coche. Rose iba mucho más tranquila, recostó su cabeza en mi hombro, como tantas veces lo hice yo con ella. Alice fue la que se bajo a comprar en la farmacia.

 

— Hiciste lo correcto. —susurre abrazándola fuertemente.

 

— ¿Tú crees? —pregunto en un susurro sin moverse ni un centímetro a pesar de estar en una posición incomoda.

 

— Claro que sí. Verás que cuando lo sientas moverse. Luego lo tengas en tus brazos. Estarás dispuesta a dar tú vida por él o ella. —bese su cabello.

 

— Papá tiene razón Bella. Naciste con treinta y cinco años encima y te vuelves más mayor con el tiempo. —susurro con voz entrecortada, la mire confundida—. Es que tienes razón, ya lo amo con tan solo escuchar su pequeño corazón. Soy una mala madre, iba a matar a mi bebé. —comenzó a llorar.

 

— Shhhh no llores. —susurre acariciando su espalda.

 

— ¿Qué crees que dirá papá? —pregunto levantando su cabeza.

 

— No lo sé, pero es tú decisión. No la de él. —respondí con una sonrisa.

 

— ¿De que hablan? —pregunto Alice subiéndose al coche.

 

— Nada importante. ¿Conseguiste todo? —pregunto halándola para que se sumara a nuestro abrazo.

 

— Si y más. —dijo señalando dos potes grandes de helado, uno de fresa y otro de chocolate—. Para nosotros cinco cuando estemos viendo la película, hoy haremos tarde de chicas con un chico incluido.

 

— Aunque la película sea de niño. —dije con una sonrisa, por que sabía que al final mis bebés elegirían la película.

 

— Aunque sea de niño. —repitieron las dos con una enorme sonrisa.

 

— Como las amo par de locas. —susurre volviéndolas abrazar. Llegamos a la casa, al entrar por la puerta del garaje vi como mi Bubú caminaba por todo el recibidor con una taza de té en las manos. Me imaginaba que había hecho ya una zanja.

 

— Al fin llegaron. ¿Me podrían decir que está pasando? —pregunto mi Bubú muy enojada—. Siento que falle como abuela.

 

— Lo sentimos. —susurramos las tres a coro con los hombros hundidos.

 

— ¿Dónde están los niños? —pregunte mirando por todas partes. Se me hacia extraño que no corrieran a mi encuentro.

 

— Están dormidos. Me costo convencer a Tony, ese niño es todo un Cullen Swan. No quería dormir hasta que ustedes llegaran. —respondió sentándose en el sofá de un cuerpo, dejo la taza en la mesita de vidrio—. Díganme entonces, ¿Qué ocurre? —las tres nos sentamos en el sofá de tres cuerpos frente a ella. Sentí como Rose respiro profundo.

 

— Estoy embarazada. —susurro Rose apretando mi mano.

 

— Oh. —mi Bubú parpadeo varias veces—. ¿Qué piensas hacer? Te apoyare en la decisión que tomes.

 

— Voy a tenerlo. También es mi bebé, abuela. —respondió Rose posando sus manos junto con la mía y la de Alice en su vientre.

 

— Así será. Dios la familia esta creciendo. —dijo levantándose del sofá y abrazando a las tres.

 

— Tony. —se escucho la vocecita de mi gatita por el monitor de bebés—. Tony.

 

— Yo voy. —dije poniéndome de pie, me voltee mirando a Rose—. Rose.

 

— Puedes decirles Bella. —respondió a mi pregunta silenciosa. Subí las escaleras, pude escuchar con mi Bubú le pedía a Rose que le mostrara el ultrasonido. Encontré a mis bebés en la habitación de Tony.

 

— Ya llegue mis amores. —dije entrando a la habitación.

 

— MAMI. —gritaron los dos corriendo a mi encuentro.

 

— Mis bebés. —los alce a los dos y bese sus mejillas. Por fin me sentía completa de nuevo—. Adivinen que les trajimos.

 

— ELAO. —gritaron.

 

— Si, helado de fresa y chocolate. Pero antes debo decirles algo. —me senté con ellos en mis piernas en la cama de Tony—. Haber… mamá Rose está esperando un bebé.

 

— Un emaito. —susurro Tony serio. Lizzy ni me miraba.

 

— Si, un hermanito. ¿Qué pasa, por que esas caras? —bese sus mejillas y los acomode frente a mí.

 

— Os dejadas de quede. —susurro mi gatita con lágrimas en los ojos. Se me partió el corazón al ver a mis bebés con esa enorme tristeza encima.

 

— Claro que no. Ustedes son mis bebés y los amo más que a mi propia vida. —dije atrayéndolos hacia mi pecho, los apreté fuerte contra mí—. Ustedes son mi vida, la razón de mi existencia.

 

— ¿De veda? —pregunto Tony contra mí pecho.

 

— Claro que sí. Pero no les niego que a ese bebé ya lo amo, por que es mi sobrinito, es su primo. Ustedes deben quererlo. Él va a ser así como su hermanito menor. Nadie, escúchenme bien, absolutamente nadie va a dejar de quererlos.

 

— Te quiedo mami. —susurro mi gatita besando mi mejilla.

 

— Yo tanmien mami. —susurro Tony desde mi cuello.

 

— Y yo los quiero aun más. —susurre besando sus mejilla, su frente, todo su rostro. .

.

.

 

Charlie llego varios días después. Al parecer Sam no le dijo absolutamente nada. Al día siguiente de haber llegado Rose le soltó la bomba en pleno desayuno, al principio mi padre parecía haberse ahogado con su comida. Rosalie le dejo bien en claro que no iba q permitir que lastimara a su bebé. Sorprendiéndonos a todos, Charlie ni se quejo, de inmediato la felicito y le dijo que tenía su apoyo que no le iba hacer nada a su nieto. Sentí un poquito de celos, no lo se con exactitud, pero me sentí extraña. Charlie aceptaba al bebé de Rose de una vez y lo llamaba nieto. A los míos aún los mira con recelo, él piensa que no me doy cuenta, pero yo giro entorno a ellos como si ellos fueran la luna y yo su satélite. Se que aún les tiene rencor, por que por sus venas corre la sangre Cullen.

 


 

Gracias a todos aquellos lectores anónimos que leen esta historia y dejan su voto. También gracias a: Sachiko065, MayaMasenCullen, AstridCullen, BrendiTwilithg, Martha, AngelNegro, Baaarbyguffanti, NathalyR, Bechi, Robsesionada2013, Haf276, Reenes_tylor, Aylin, HindyraCullen, Monica2408, MariaGomez2312, Isabella_256, AndreAlice, Val395, NorblackdPattinson, Vale2Cullens, Ayame, BripatCullen, SablanCullen, Jaedbellsnessi, Yalexa, Honey, Priscy_Cullen, Nenamadilinda, Vikingay, Xiomy, Anayely_29, GloriaCullen, Carocruzz, PrincesaVespa, Kristy_87, SabriiCullen, Zuleidy, LoreeFernandez, Ec07, Silmo, NicoleCullenPattinso, Winney_03, Mafe, Samilan, Adrianav15Diaz@Gmail, Jemi910, ChicaEdward, Rebekah_Mikaelson, Bibi_Cullen_Swan_10, WishanDangel, BeaBell, LoreeIsaCullenSwan, SofiRojas280, Mili_Cullen, Viviana, LucyPattinsonCullen, MimaBells, AymeCullen, Crazy_Jacob_Edwuard, Isvi2507Edward, Micaela Fernandez, Karolay28, Lachopilara, Karenttz3lVulturi, Valegis, RosalieWolfVamp, SofiaCulen, Aleariass, Melii, Nicoli, Maca-c, Jesiflexer, Elenita4_Cullen, Annaris, Andrea_black, Mayita, AnarilRamirez, Hello, OswalgoMonasterius, IsabellaKriste1421, Daryanny Cullen, TikaCullen. Por sus comentarios y su voto.

Los capítulos son dedicados a ustedes espero que les gusten.

Besos desde Venezuela.

Capítulo 15: Paseo con Ethan y Elizabeth: Capítulo 17: Altercado con Charlie y El parto de Rosalie:

 


Capítulos

Capitulo 1: El comienzo de esta historia de amor: Capitulo 2: Cumpleaños de Bella: Capitulo 3: La separación: Capitulo 4: Forks: Capitulo 5: Sospecha de embarazo: Capitulo 6: El primer movimiento de los bebés: Capitulo 7: La reacción de Charlie y Angustia por Edward: Capitulo 8: La visita de Don Carlisle Cullen: Capitulo 9: Por fin noticias de Edward: Capitulo 10: Día de las madres: Capitulo 11: El parto de Bella: Capitulo 12: Elizabeth Marie y Ethan Anthony Cullen Swan: Capitulo 13: Bautizo de los bebés y El viaje a Bostón: Capitulo 14: El prrimer cumpleaños de los bebés y La aparición de Jacob: Capitulo 15: Paseo con Ethan y Elizabeth: Capitulo 16: El embarazo de Rosalie: Capitulo 17: Altercado con Charlie y El parto de Rosalie: Capitulo 18: Desde el inicio de la relación hasta el encuentro con Elizabeth: Capitulo 19: Una visita inesperada: Capitulo 20: Búsqueda de Bella: Capitulo 21: Jasslye Anthonela ¿Swan? Capitulo 22: Después de diez años vuelvo a verte: Capitulo 23: Es Bella y ¿Son mis hijos? Capitulo 24: Una maravillosa noche Capitulo 25: La cabaña y La visita de Tanya Capitulo 26: Compromiso Capitulo 27: Estoy embarazada Capitulo 28: El gran día Capitulo 29: Luna de miel y Celos Capitulo 30: Enfrentamientos, Risas y Amenazas Capitulo 31: ¿Que es el sexo? Capitulo 32: James Capitulo 33: El secuestro de Tony, Bella y Lizzy Capitulo 34: Parto de Bella Capitulo 35: Regreso del pasado Capitulo 36: Alianza inesperada Capitulo 37: Vulturi, ¡firmaron su sentencia de muerte! Capitulo 38: ¡No debieron tocar lo que más amo! Capitulo 39: ¡Enfrentame como honmbre Demetri! Voy a matarte con mis propias manos Capitulo 40: No me dejes, Edward

 


 
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