CHICAS! TENGO QUE MANDAR A ARREGLAR MI COMPU, NO SE CUANTO TIEMPO ESTARÉ FUERA DE LA PAGINA, PERO LES DEJARÉ DOS CAPITULOS... ESPERO QUE LES GUSTEN Y TAMBIEN ESPERO ESTAR PRONTO AQUI, UN BESO

P.D. PASENSE TAMBIEN POR VINCULOS: LAS JOYAS COLLINGWOOD. FIC DE MI AMIGA ANNARIS, LO PUBLICO PUES ELLA ESTÁ ALGO OCUPADA, CUANDO TERMINE CON ESE SEGUIRÉ CON: VINCULOS: PROSTITUTAS DE SANGRE

AHORA SI, UN BESO ENORME

#LEONA

*******************************************

POV JACOB

Estuve en mi oficina jugando al solitario, no había nada interesante en el pueblo, solo un pequeño accidente al que Seth había acudido.

El teléfono comenzó a timbrar, así que respondí

-estación de policía-

-con el coronel Black, por favor- dijo la voz de una mujer

-a sus ordenes-

-Jacob, tienes que venir a la escuela, Renesmee no está y ya ves que estaba un poco extraña-

-¿Quién habla?-

-soy Tessa, date prisa Jacob- cortó la llamada y me puse de pie, Embry entro a la oficina

-Renesmee no aparece- dijo fuerte y claro

-ya me avisó Tessa, ¿me acompañas?-

Además de los profesores, Tessa y Claire, nadie más parecía percatarse de la desaparición de Renesmee, intente llamarla, pero ella no respondía, la hora de salida estaba por llegar y si Edward y Bella se enteraban de la desaparición se iban a volver locos.

Embry, Claire, Tessa y yo estábamos en la dirección cuando tocó el timbre

-iré por mis cosas- anunció Claire, Tessa la acompaño sin decir nada.

Unos minutos después, el celular de Embry rompió el silencio

-si… si, ya vamos- me miró sonriendo –la encontraron, están en los casilleros-

Corrí para verla, recordaba a la perfección donde estaban los casilleros.

Se encontraba mojada de pies a cabeza, sus mejillas estaban rojas, pero no sabía si por la pena o el frio.

-mi muñeca, ¿Dónde estabas?-  pregunté abrazándola, besé sus mejillas, quería asegurarme de que estaba bien

-en la terraza-

-¡por Dios Renesmee! No vuelvas a hacerlo nunca, casi mando traer a todo el ejército para que te buscaran- sonrió y volvió a acurrucarse contra mi pecho

-estoy bien-

-no, no lo estás, desde ayer estás extraña… vamos a casa, te resfriaras-

Todo el camino a casa, Renesmee estuvo callada, miraba de nuevo el agua del parabrisas e ignoraba a Tessa.

-Renesmee, ¿me estás poniendo atención?-

-disculpa Tessa, ¿Qué pasa?-

-te preguntaba que dijeron tus papás acerca de Blink-

-lo lamento, olvidé preguntarles-

-¿lo lamentas? ¡Por Dios, Renesmee… olvidaste a Blink! Es tu banda favorita y tengo boletos, Claire ya me aseguró que va-

-¿Cuándo es?-

-este fin de semana-

-no puedo, ya quedé con Jared- mi sangre comenzó a hervir de celos

-yo me encargo de que tus papás den permiso- dije sin mirarla, no quería que se viera con ese tipo

-no quiero cancelar a Jared-

-pues lo haces, no te quiero cerca de él- me estacioné para dejar a Tessa, se despidió y entro corriendo a casa

-me dijiste que podía besar a quien se me antojara siempre y cuando no te molestara a ti-

-si, y tu tomas las indicaciones al pie de la letra. Yo iré contigo a ver a Blink, será un fin de semana fantástico- la miré sonreír un poco

-no es necesario, supongo que preferirías ir con tus amigos al club o algo, conocer chicas- suspiré –mis compañeras de clase, están encantadas con el nuevo jefe de policía, supongo que fuiste la sensación ahorita-

-creo que el impacto que cause yo en tus compañeras no fue tan grande como el que causaste tu en tus compañeros… tu blusa mojada se trasluce, por cierto, me encanta tu brasiere rojo- se cubrió con los brazos y yo reí ¿Qué pasaba? Primero se la pasaba provocándome y calentándome ¿y ahora se apena porque me gusta su brasiere?

Embry y Seth me habían dicho que era muy coqueta, y tenían razón, pero también sabía que lo traía en las venas. Edward me había contado que la mamá de Renesmee se había fugado con un fulano cuando ella tenía eso de 4 años.

Al llegar a casa escuchamos una discusión, cuando Edward y Bella se percataron de nuestra presencia guardaron silencio y fuimos a comedor.

-Jacob, ¿Qué casa crees que voy a vender?- preguntó Bella muy emocionada. Antes de casarse con Edward, mi hermana trabajó en una inmobiliaria, después fue secretaria de Ed y se casaron.

-¿Cuál?-

-la de Tracy Fox en Virginia, ¿no es genial? Me darán una gran comisión-

-no vas a ir a Virginia- le dijo Edward con voz dura

-es mi deber-

-no, tu deber es quedarte en casa, no irte lejos de tu familia-

-Edward, solo iré a venderla, estaré solo dos días ahí-

-en esos días puedes conocer a alguien-

-¡no te voy a dejar! Te amo, ¿Cómo puedes pensar eso?-

-¡Anabelle decía amarme y mira como acabó todo, me dejó solo con una niña!- gritó poniéndose de pie

-pero yo no soy Anabelle, soy Isabella ¿recuerdas?- Renesmee se puso de pie, unas lágrimas surcaban sus mejillas. Salió del comedor y yo me puse de pie

-¡ya basta los dos! ¿No se dan cuenta de que Renesmee está sufriendo? A ella no le gusta verlos así y sinceramente a mí tampoco. Me la llevo a comer fuera, ustedes sigan con su adorable charla- me puse de pie dispuesto a irme

-Jacob, lo siento- se disculpó Edward

-y de una vez te aviso que el fin de semana Renesmee y yo nos vamos a Seattle, viene su banda favorita y Tessa consiguió boletos- subí a la habitación de mi muñeca y la encontré llorando en el armario –venga, vamos por una hamburguesa-

-soy un estorbo para mi padre. Bella tampoco me quiere, ella quiere tener sus propios hijos, cuidarlos a ellos en vez de cuidar de mi- parecía hablar sola, la abracé junto a mi pecho, ella ni siquiera había notado que yo estaba ahí

-mi amor, tranquila-

-preferiría estar muerta- la estruje un poco

-no vuelvas a repetir eso- ella me miró fijamente, ya había vuelto en sí –escúchame. Edward y Bella te aman, también yo lo hago, es por eso que estoy aquí amor, nunca vuelvas a pensar que estarías mejor muerta porque no es así- asintió y luego enterró su cabeza en mi pecho

-lo lamento Jake-

-no te preocupes hermosa, se cómo te sientes. ¿Quieres ir conmigo a la estación? Podemos pedir algo para comer ahí-

-me cambio y ya bajo- dijo limpiando sus lagrimas. Asentí y salí de la habitación, Edward y Bella estaban en el pasillo

-vamos a ir a la estación, comeremos ahí- anuncié

-quédense a comer con nosotros- pidió Edward

-¿para qué? ¿Para que la hieras con tus comentarios? Ella prefiere estar muerta a ser un estorbo para ti, Edward, y créeme que si a ella le sucede algo, lo más mínimo, lo más insignificante, no me voy a tentar el corazón para destrozarte- me miró frunciendo el ceño

-¿quieres a mi hija?- sabía a qué se refería, no solo a querer en el sentido en que se quiere a la familia, sino como a algo más

-la quiero- admití.  Nos miramos fijamente hasta que ella salió, tomé su mano y luego la llevé conmigo a la estación.