POV JACOB
Llegue para la hora de la cena, toda la casa estaba silenciosa. Caminé hacia la cocina y lo primero que vi fue a mi hermana sentada en un banquillo, con Edward entre sus piernas y moviendo sus caderas… si, momento traumante en mi vida
-¡Jacob!- gritó Bella al verme, me giré rápidamente y caminé hacia mi habitación. NOTA MENTAL: NO ENTRAR MAS A ESA COCINA
En la habitación de mi muñeca se escuchaba un murmullo, supuse que hablaba por teléfono, de pronto escuche un sollozo, no lo pensé dos veces para entrar.
Se encontraba recostada en la cama, la muñeca de porcelana estaba en la mesita de noche, la giré a manera de que nos diera la espalda y luego abracé a Renesmee, ella seguía sollozando despacito.
-ya mi amor, todo está bien, aquí estoy, nadie va a hacerte daño- estaba temblando, tenía sus ojos hinchados como si hubiera llorado mucho.
-estoy bien Jacob- limpio sus lagrimas y se apartó de mi –solo hacía mi tarea- sonreí, no había ninguna libreta, ella se dio cuenta- el psicólogo me ha dejado de tarea hablar con Romina, solo que nuestra amistad no va bien, ella no me responde, solo me observa-
-¿Romina?-
-la muñeca. Me sentía estúpida llamándola Renesmee, así que le puse Romina, creo que le gusta-
-es un nombre lindo. Quizás cuando vea que no quieres hacerle daño te hable- esperaba que no, porque de ser así mi muñeca necesitaría una camisa de fuerza y un cuarto de esponja
-vamos al comedor- se puso de pie y la tomé de la mano
-no creo que la cena esté lista aún, la hice sentarse a horcadas sobre mi y luego hablé en su oído –tus papás estaban teniendo sexo en la cocina, dudo que pudieran preparar algo… ¿quieres que pida una pizza?-
-si, como sea… voy a darme un baño- salió de la recamara y me dejó confundido.
Si, ya sabía que le había pedido que dejara de provocarme, pero no era para que de pronto evitara cualquier contacto conmigo.
-¿Qué le ocurre Romina? ¿Te dijo por qué está así?- pregunté tomando a la muñeca, miré sus ojos inmóviles -¿no me lo dirás? ¿Tampoco conmigo quieres hablar?- me sentía un idiota
-Jacob…-
-¡santa mierda!- grité soltando a la muñeca en la cama, escuche la risa de Renesmee en la puerta
-solo quería saber si te ibas a bañar también tú o si tenía permiso de acabarme el agua caliente-
-si quieres podemos bañarnos juntos mi amor- dije tanteando el terreno. ¿Qué tenía de malo? No iba a violarla
-preferiría que no- entró al baño y yo me fui a mi recamara.
Una hora después Renesmee me avisó que la cena ya estaba lista. Llevaba un pijama largo con dibujo de murciélagos pequeños… pensé que usaría la camisa que le di.
Apenas llegue al comedor y vi a mi hermana ponerse roja, Edward solo sonreía.
Les pregunté por qué, teniendo habitación propia, tenían sexo en la cocina, a lo que Edward me respondió que ningún lugar estaba libre de ellos.
-¿hija, estás bien?- preguntó Edward al notar que ella no comía
-si papá, yo solo… no tengo hambre-
-¿te duele algo?- quiso saber Bella, le puso una mano sobre la frente
-no, estoy bien… ¿puedo retirarme?-
-claro-
-buenas noches- salió del comedor yo apure mi cena para seguirla
-Hey, ¿A dónde vas?- preguntó Edward cuando me puse de pie
-no voy a violarla, Edward- sonreí
-¿la convencerás de que lo haga voluntario?- preguntó en broma
-si se deja, si-
-Jacob…-
-si eso pasara, Edward, no deberías preocuparte, yo cuidaría de mi muñeca mas que nadie en el mundo-
-ya lo sé- se quejó
-¿me das permiso?-
-¿de tocar a mi hija?
-de dormir hoy con ella, se ve mal- suspiró
-sí, claro-
-¿y de lo otro?- Bella sonrió
-no, ni hablar-
-oh, vamos Edward, no es como si planeara hacerte abuelo-
-ve a dormir con ella y procura que lo demás no pase-
-¿y si pasa?- pregunté sonriendo
-solo cuídense y cuídala- asentí y corrí hacia la habitación de mi muñeca.
Tenía la puerta cerrada con el pestillo, así que le llamé
-mi muñeca, soy yo, vengo a dormir contigo- y si se podía a algo mas, pero eso no se lo diría
-estoy bien Jake, vete a dormir-
-bien. Te amo-
-y yo a ti- a pesar de no quererlo, me fui a mi habitación.
Hoy había amanecido lloviendo, hacía frio y el termostato estaba alto. Caminé hacia la cocina, intentando olvidar la imagen de mi hermana con Edward.
-… si, me gustan los hot cakes, también el pan tostado… supongo que ser una muñeca no es divertido- mi muñeca se quedó callada, pensé que se había dado cuenta de que la observaba –¿sabes por que hablo contigo? Por que el psicólogo me dijo que tengo que hacerlo para avanzar en mis terapias, van a ser algunos meses así que tengo que acostumbrarme, supongo que algún día llevará a tu familia a la terapia- me acerque a ella y la abracé por atrás, me incliné a dejar un beso en su cuello, ella respingo
-buen día mi muñeca, ¿Qué tal dormiste?-
-bien- fruncí el ceño
-hola Romina, ¿tu como estás?-
-estás volviéndote loco Jacob- me dijo Edward entrando a la cocina –y quita tus manos de alrededor de mi hija, tuviste tu oportunidad anoche, si no la aprovechaste no es mi problema-
-ni siquiera me dejó entrar a su habitación- me quejé, Renesmee parecía no poner atención
-no es mi problema- repitió.
Tessa no dejó de hablar en todo el camino a la escuela, Renesmee no le ponía atención y yo fingía hacerlo. Al llegar, Tessa bajó y abrió su paraguas, Renesmee veía el agua correr por el parabrisas
-llegamos mi amor- anuncié
-oh. Gracias-
-mi niña- dije deteniéndola antes de que bajara, me miró -¿todo bien? Si te sientes mal puedes venir conmigo a la estación, o te llevo a casa-
-no, estoy bien-
-paso por ti en la tarde- asintió y luego me dio un pequeño beso en la mejilla.
La vi bajar y conduje hacia la estación, no me sentía a gusto, era como si la sesión con el psicólogo la hubiera dejado mal, y si era así entonces yo tendría la culpa. Tenía que hablar con Edward al respecto.
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