POV RENESMEE
-¿no esperaremos a papá?- estoy ya dentro del auto de mi madre, Anabelle Cullen, ella tiene prisa por ir a algún lado.
-no, y papá no debe enterarse de esto Renesmee- me responde ella
-¿Por qué?
-eres muy niña, no lo entenderías-
-ya soy grande mami- ella sonríe maliciosamente a través del espejo retrovisor
-los hombres cariño, solo sirven para estorbar, a ellos hay que tenerlos aquí- alza sus manos y hace un circulo en la palma de su mano –en la palma de tu mano, ellos tienen la obligación de comprarte todo lo que quieras, tienen que darte placer y nada más, no importa a que costo-
-¿placer?- frunzo el ceño, ¿a qué se refería mami con eso?
-el placer se consigue de muchas maneras mi amor, el placer de deslumbrar lo que conseguirás solo con una sonrisa, el placer de ordenar y que te den lo que quieres y el placer carnal, lo que conseguirás cuando un hombre toque en medio de tus piernas- me exalto
…
-es hora de que despiertes Renesmee, 3, 2, 1- el psicólogo chasco sus dedos y mis ojos se abrieron. ¿Qué había sido eso? ¿De dónde saco mi mente aquella imagen? Yo ni siquiera me acordaba de la imagen de mi madre, me dejó cuando tenía 4 años. Unas lagrimas corrieron por mis mejillas, ¿mi madre me había dicho eso? Estaba consciente de que mis dotes de seducción los traía en la sangre porque papá me lo decía desde pequeña, pero de ahí a que mamá me dijera lo que yo tenía que conseguir de los hombres… bueno.
-¿recordabas esa escena?- me preguntó el psicólogo, era una hombre ya mayor, se veía respetable
-no. ¿Cómo sabe…?-
-me diste cada detalla, el color del auto, lo que traías en tus manos, tus reacciones
-ella me lo dijo, ¿Por qué?-
-tu respóndete esa pregunta, ¿Por qué crees que tu madre te dijo que tenías que conseguir de los hombres y cómo hacerlo?- me quedé pensando un momento, recordando a mamá. Habían llegado escenas a mi mente, además de esa, escenas en las que veía a mamá besando a otros hombres, en donde jugaba con el cuelo de sus camisas o con el botón de sus pantalones, veía esos ojos llenos de algo que entonces no puede identificar y que ahora lo describía como lujuria. La veía haciendo esa seña con sus manos, la misma que yo había hecho con mis manos ese día. Jadee y mordí mi labio.
-quizás…-
-¿quizás?- preguntó el psicólogo, tenía que responderle completamente segura
-ella quería que fuera igual a ella, no sé si a ella se lo hayan explicado así-
-¿tienes idea de por qué no recordabas eso?- bueno, tenía muchísimas lagunas mentales, parecía que había tenido uso de mi memoria a partir de los cinco años, cuando Bella llegó a mi vida.
-no recuerdo nada anterior a los cinco años- el doctor se puso de pie y me pidió que los siguiera a su escritorio, tomé asiento frente a él y me dio un vaso de agua.
-mira. Cuando somos pequeños nuestro cerebro solo se ocupa de protegernos, así pues, si él ve cierta imagen mala, simplemente la volquea, aunque no puede evitar que tu subconsciente la tenga-
-yo hum… he hecho cosas que mi madre me enseñó- sabía que podía confiar en él, era mi doctor
-¿Qué cosas?- sonreí
-la seña con a mano, para explicar que los tengo aquí- hice la seña para él y asintió –también sonrió a los hombres, provocándolos y si llego a besarlos, dejo un chasquido en sus labios- anotó algo en la computadora, donde mi nuevo expediente estaba abierto
-¿eres virgen?- fruncí el ceño
-¿Qué?-
-¿has tenido relaciones íntimas?-
-oh, no- aclaré –no, aún no estoy lista-
-¿sabes por qué es eso?- negué con la cabeza y luego reaccioné
-¿cree que es porque nunca vi a mi madre tener sexo? Digo, ella era como mi modelo a seguir, ella me enseño todo eso-
-quizás…-
-¿quizás?- fue mi turno de preguntar
-sí, quizás tengas razón, pero ¿recuerdas lo que te dije hace un momento acerca del cerebro?-
-que bloquea las imágenes malas-
-exacto, quizás la razón por la que no hayas tenido intimidad aún es por que viste a tu madre, viste sus gestos y eso te traumó, por eso tu mente lo bloqueó. Las jovencitas de hoy no se detienen a pensar si están listas o no, ellas solo le dan duro donde pueden y con quien pueden- lo escuche reírse y también yo lo hice –tu madre debió ser grande en edad, por eso tú te sientes pequeña para hacer ese tipo de cosas- explicó más calmado
-mamá tenía 25 cuando me dejó-
-¿Cuántos tienes pequeña?
-17- asintió –doctor, si estoy aquí por el tema de las muñecas y su odio hacia mi, ¿Por qué hablamos de mamá?- pregunté confundida
-cuando te dormí y te pedí que me llevaras a la base del problema, creí que me llevarías a la escena de una película de terror en la que las muñecas cobraban vida, pero tu comenzaste a hablar de tu mamá, algo que me intrigo ya que eso significa que es la causante del trauma. Ahora Renesmee, no podemos viajar hasta las muñecas sin antes saber que tiene que ver tu mamá, así que te pido que te vayas preparando mentalmente para las siguientes imágenes, pueden ser fuertes. También… compra una muñeca y siéntala a tu lado, comienza a hablarle y verás que no te hará daño, eso nos ayudará bastante- trague grueso, sería difícil hablar con una de ellas.
-si doctor-
-ya que nos estaremos viendo cada semana, ¿Por qué no me llamas Walter?-
-si, Walter-
-bien, nos vemos el lunes de la próxima semana Renesmee- salí del consultorio con la cabeza hecha un caos, me encontré con papá en el corredor y luego nos fuimos a casa.
¿Por qué? ¿Por qué mi madre me enseñó a ser así? ¿y que tenía ella que ver con el odio de las muñecas hacia mí?
Placer…
Siempre había creído que había nacido así, no que mi madre me había enseñado a conseguir el placer.
Como Renesmee, había tenido el placer de deslumbrar con un guiño o una sonrisa, el placer de pedir, y que nada se me negara.
Como la reina roja también había tenido ambos, cambiando los guiños y sonrisas por deliciosos besos chasqueadores y palabras sensuales.
De ninguna de las dos formas había obtenido el placer carnal, me daba miedo y no sabía por qué.
Tessa y Claire me habían dicho que la primera vez dolía y eso aumento mi miedo… ¡¿Cómo se le ocurría a mi madre decirme donde tenían que tocarme para conseguir placer carnal?! ¡Solo tenía cuatro años!
-hija, has estado muy callada, ¿todo bien?- preguntó papá una vez que llegamos a casa. No papá, me acabo de enterar de que mi madre pervirtió mi mente cuando estaba pequeña
-si papá- subí a mi habitación dispuesta a hablar con “Renesmee”
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DISCULPEN, NO HABÍA TENIDO TIEMPO PARA ACTUALIZAR, GRACIAS A AQUELLAS QUE ME HAN DEJADO SU VOTO/COMENTARIO, TAMBIEN A AQUELLAS LECTORAS SILENCIOSAS :D LES DEJO DOS CAPITULOS ESTA VEZ
#LEONA
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