Después de largas horas de viaje, llegamos a Las Vegas al hotel Stratosphere, una torre de 113 pisos aproximadamente, una réplica de la torre de Seattle, era muy bonita; a pesar de que aún era temprano las luces del hotel de dentro y fuera se notaban ya que era invierno y estaba oscureciendo a eso de las 17 horas.

Edward tomó mi mano y me dio un rápido beso, entramos al casino del hotel para luego registrarnos. Edward se adelantó con las 2 maletas hasta la recepción mientras yo lo esperaba en una sala de estar al costado del casino, donde grandes sillones de cuero un poco gastado se encontraban en dos filas opuestas, cada una con su respectivo cenicero, habían pocas personas en ese espacio, el aire acondicionado hacía que el frío clima fuese más fuerte, aunque para ser invierno y en Nevada no estaba tan frío como yo lo esperaba. Me concentré en ver la poca nieve caer por la puerta de entrada cuando sentí unas manos por la cintura, me giré y vi a mi amado.

-Cómo sabes si soy yo - le pregunté

-No sé cómo lo sé, simplemente lo sé- me besó

-Babosito mío- lo besé de vuelta

-No quieres ir a la habitación mejor- sonrió entregándome la tarjeta que abriría la puerta de nuestra habitación- Ya sabes se podrían hacer muchas cosas –reí

-Intentas abusar de mi Cullen

-Es posible Swan

Subimos a la habitación por el elevador que conservaba el calor de los dos, seguíamos subiendo varios pisos hasta llegar al piso de suites, la miré sorprendida ya que esperaba una habitación normal según él me había dicho.

En la inscripción al lado de la puerta leí: The Oasis Suite. Al entrar solté un suspiro, era bastante grande aproximadamente 700 pies cuadrados. La entrada como gran parte de la habitación era de mármol. Tenía una pequeña sala de estar con un jarrón enorme de flores en el centro, hermosas flores, seguí recorriendo y encontré 2 televisores LCD y lo mejor fue el baño, tenía una bañera muy grande, con una regadera de igual tamaño, la cama era del mismo tamaño que la que Edward tenía en su habitación, la recamara estaba decorada con flores y cuadros. Vi a Edward sonriendo al igual que yo, pero de pronto me sentí mal pues él no veía nada. Lo besé y lo tiré de un empujón a la cama, me puse sobre él sin separar sus labios de los míos. Lo amaba tanto.

-Qué bueno que te haya gustado preciosa mía- sonrió.

-Me encantó Edward, gracias- lo abracé

-Mi recompensa es tu felicidad mi amada.

Después de tomar un baño y besuquearme un buen rato con mi novio, decidimos salir a caminar y buscar un restaurant que Edward conocía. Fuimos en taxi hasta el Bellagio del cual Edward dijo que se conectaba con varios hoteles y de esa manera nos protegeríamos del frío y sería más fácil.

Al entrar me sorprendí de la decoración del hotel, el jardín al interior casi parecía mágico y las fuentes de agua fuera y su show de movimiento eran espectaculares, nunca había visto nada así.

Pasamos también por el hotel París, el cuál era una réplica exacta de lo que yo me imaginaba a París, el cielo y las luces en el casino hacían algo digno de ver, y la torre Eiffel era genial, subimos a la torre y desde allí quitaba el aliento, era de lo más bello que eh visto.

Mi favorito de los que recorrimos fue el Venetian, una réplica de Venecia, hermoso e impresionante, había un canal por todo el hotel desde fuera, exceptuando las habitaciones y las tiendas, los cantantes de ópera iban en las góndolas alrededor del hotel. Subimos a una, mientras el cantante cantaba “Volare”, saqué mi iPhone para tomar fotos al igual que lo hice en los otros hoteles, me tomé fotos con mi amado – lo besé, me hacía tan feliz estar con él y a la vez me ponía mal que él no pudiera ver todo lo que yo. Bajamos de la góndola y Edward me tuvo que cargar hasta llegar al restaurant, estaba bastante cansada pero feliz como nunca, comimos deliciosa comida Italiana y después un café en the coffee bean and tea leaf.

-Nos vamos a quedar mañana en una suite de aquí si te parece - me dijo sonriendo y tomando mi mano

-Edward donde sea mientras este contigo estará bien, sin embargo, me encantaría – le sonreí de vuelta y lo besé

-Una noche en cada hotel – acarició mi mano mientras me alimentaba con un muffin delicioso.

-Wow vamos a quedarnos tanto tiempo aquí – me emocioné – Yep, que creías – sonrió

-No sabía que era tanto tiempo pero me encanta.

Regresamos al Stratosphere  solo para descansar,  Edward se quedó un rato más en el casino y en el bar; no podía estar muy tranquila temía que alguna zorra de Las Vegas se aproveche de mi ciego, lo peor de todo es que no podía pasar a buscarlo al bar o al casino por ser menor de edad y el muy bastardo acababa de cumplir edad suficiente hace 6 meses para hacer de las suyas. Pensando, acabé dormida.

-Bells ¿estás dormida? – su voz me despertó

-Lo estaba, apestas a cigarro y alcohol – lo regañe tapando mi nariz aunque la verdad me gustaba el olor a cigarrillo

-Me declaro inocente te juró que no hice ninguna de las dos, bueno quizá me tomé un vaso y ya pero nada más – se tiró en la cama en boxers y besó mi cuello. No podía enojarme con él por más de dos minutos, aun así fingí

-Duerme mi Bella, mañana va a ser cansado y te tengo algunas sorpresas – lo besé y el me besó y en sus brazos me dormí.