ADVERTENCIA DE CONTENIDO:

Sí eres menor de edad o de mente sensible, lo lees bajo tu criterio

NOCHE DE BODAS

Edward me cargó por todo el pasillo hasta la suite, yo le dirigía y con suerte no chocamos.

Al entrar la habitación estaba cubierta de luces de Navidad lo que me recordó al restaurante donde Edward me propuso matrimonio. En el techo colgaban pequeñas cajas con orquídeas,  en la esquina de la cama una botella de vino burdeux como si no estuviera ya tomada.

Edward me abrazo por la espalda y beso el escote del vestido, comenzaron suaves como el roce de una rosa y se tornaron más hambrientos,  voraces y apasionados, tenía tantas ganas de él, pasé mis manos por detrás de su espalda bajándolas hasta su nalga, las apreté suave ganándome un gruñido desde lo hondo de su pecho, me estremecí y estiré mi cuello para dejarle más acceso a mi piel. Sus manos hábiles empezaron a zafar los botones del vestido mientras sus labios seguían trabajando la piel de mi cuello y el escote de la espalda.  Conforme me libraba del vestido Edward se agachaba lentamente besando y dando ligeras lamidas las vértebras de mi espalda hasta llegar a la espalda baja, continuo su recorrido hasta llegar a mis glúteos mordiendo suave cada lado en donde la braga no cubría, subió sus manos por mis piernas acariciando la carne de mis muslos internos,  cada caricia, cada beso era completamente erótico y lleno de placer y amor,  adoraba cada parte de mi cuerpo.

Me agarro de la nalga y me giro de modo que mi vientre quedaba delante de su boca, me acercó más a él pegando su boca a mi piel y al llegar al ombligo deslizó su lengua siguiendo la forma de este y la adentro un poco, posé mis manos en su cabello jalándolo como si me fuera a sostener, solté un sollozo cuando sus manos se movieron al centro de mi cuerpo rozando ligeramente el interior, me levanto de esa manera hasta la cama deslizándose sobre mí y la vez rozando mi piel, me acarició de manera suave provocándome más, estaba tan concentrada en mi placer que me olvide de dárselo a Edward,  moví mis manos torpemente a su camisa para quitársela

-nena esta noche es para ti, para tu placer absoluto - ronroneo Edward con voz ronca y recalcando lo último

- libérate de tu ropa - le pedí casi en una orden - él sonrió y se sacó rápidamente la camisa y solo con pantalón quedó más que deseable

Me jaló hasta que el fin de mi trasero quedara en el filo de la cama, abrió mis piernas y se colocó de rodillas entre ellas, gemí, beso desde la punta de mis pies hasta donde el ligero agarraba las medias, las zafó con la boca en un acto rebosante de erotismo, procedió igual con la otra, a la par que sus manos me quitaban las medias y acariciaban el vértice en el que se unían mis piernas, agarré la colcha con las uñas. Edward subió con besos por mi cuerpo, yo llevaba una especie de corsé descubierto en la espalda por el vestido que se amarraba por los lados, los zafó lentamente hasta que me liberó

-a este lo conservaremos para otra ocasión - su voz estaba cada vez más ronca

Sus manos taparon mis pechos y comenzó a acariciar,  retorcer y aplastar, rasguñé su espalda dejando marcas rosadas y en forma de media luna Edward gruñía y ronroneaba, lleve mis manos a su pantalón y desabroche los botones,  estaba duro, él se deshizo del pantalón y quedó en sus boxers apretados dejando a la vista sus increíbles atributos,  lo atraje hacia mí aprovechando que estaba de pie, le cojo de los glúteos como él lo hizo y deslizó mis manos hasta el frente acariciando su longitud, beso su cuello mientras él hace lo mismo en mi oreja y resbala su mano por toda mi espalda dándome escalofríos placenteros, vuelve a tumbarme en la cama pero al fin se libera de sus boxers, mueve sus manos Hasta mi cadera y rompe cada lado de mi braga dejándola en un pedazo de tela inservible, flexiona mis piernas y las separa; el momento esperado. Comprueba que esté lista y entra, el placer me abruma. Se mueve lento rápido lento rápido y quiero más así que me muevo haciendo el contraste perfecto, Edward es un dios del sexo que sabe justo en donde tocarme.

Llegamos casi a la par después de unos minutos,  yo estalle y mi amor me siguió.  La noche es larga, seguimos hasta que amanece y tengo que descansar un poco.

La mejor noche y madruga de mi vida

Edward duerme en mi pecho desnudo con la boca abierta roncando tan suavemente que es un arrullo, su mano cubre mi otro pecho y el otro es cubierto un poco por su boca, paso mi mano por su mejilla y se mueve un poco pero seguimos encajando perfectamente como piezas de rompecabezas, me recuerda a las pinturas antiguas de amantes de la edad media, Edward parecía el retrato más hermoso de un ángel y yo me sentía hermosa como Beatriz Portinari o Venus, aunque claro sin parecido... en fin todo se sentía bien, justo y como debía de estar.

_________________________________________________________________________

Espero que haya sido de su agrado [ joder esta nota arruina el capítulo pero bueno]

No me maten? creo...