-Edward ¿enserio? – Dije entre jadeos – no, ya. Cánsate. De. Verdad ¿Qué tomaste Cullen? –rio

-Nena, yo no necesito tomar nada – dijo ya casi recuperado del todo

-Eres anormal, llevamos casi la noche entera y sigues como si nada maniaco sexual

-Basta. O te azoto –reí tan fuerte que me dolió el estómago

-Estoy cansada. – suspiró

-ay. Ok duerme mi Bella... Lo necesitarás para mañana – me susurró

-estúpido- lo besé y dormí recordando toda nuestra luna de miel hasta ahora; en Venecia, Italia, Grecia. Oh! Amo Grecia es absolutamente fantástico. Recuerdo cuando fuimos a ese viñedo en Italia, probé tantas uvas, ni siquiera sabía que habían tantas clases de uva y sus vinos respectivos con queso, pan o jamón.

En Venecia recorriendo los canales en las góndolas muy parecido a Las Vegas, pero mucho más grande y deslumbrante

O en Grecia, paseos en burro, la playa, la comida; todo fue sublime. Lo seguía siendo, aún teníamos unos días más para viajar a París y Londres, el ansia me mataba y encantaba

Después a buscar un departamento en Seattle pues queríamos estar cerca de la familia, sin embargo, yo en especial quería largarme de ese lugar tan pequeño y frío y claustrofóbico; después de haber pasado toda mi vida ahí, un cambio sonaba perfecto.

Seattle me parecía perfecto, cerca de la familia, una gran ciudad, increíbles edificios y construcciones… Estaba muy bien.

Edward preparó una ensaladilla y sirvió vino blanco de almuerzo porque nos habíamos pasado el desayuno después de nadar un poco y bailar.

-¿Ya descansaste de lo de ayer?

-ay no, enserio eres un imparable

-Al contrario Isabella – estallé en carcajadas –bastardo, no ya dime Edward ¿cómo es que eres así tan adicto? No me estoy quejando pero tengo curiosidad

-Umm no sé – hizo cara de estar recordando en verdad.

-¿fueron tantas?

-Mmm… una vez me acosté con una monja

-Ugh –arrugué la nariz – aja, por supuesto que lo hiciste – hablé con sarcasmo, aunque siendo Edward era posible -¿fue antes cuando no era religiosa y fue tan malo que se hizo monja o? …

-Ja! Sabes que no es malo y fue siendo monja. Pecadora – puso expresión de fingida indignación.

-Eres un puerco.

-Alguna otra duda –mordí mi labio

-Varias… pero ahora solo algunas. Este siempre, bueno no siempre, pero siempre o como sea te he querido preguntar… -me alentó con su expresión pacífica - ¿No ves nada de nada, o sea ves todo oscuro o cómo?- mordió sus mejillas internas y me arrepentí de habérselo preguntado

-Sí veo pero poco verás se supone que yo debería ver pero mmh por alguna mierda el melanoma se esparció a la pupila entonces es como un mancha negra en la parte superior de mi visión, ¡Oh! Y hablando de esto por eso de que es algo bastante raro que el melanoma se haya movido hasta la pupila y que no vea y que lo tenga en los dos ojos porque la vida es así de mierda entonces no era tan fácil como normalmente son los tratamientos pero Carlisle encontró un doctor que puede que sepa que hacer, o más bien es probable que muy pronto pueda ver cien por ciento – sonreí de oreja a oreja

-¡Edward eso es fantástico!

-Sí, la verdad no tanto, nadie me lo ha dicho pero no soy tan estúpido, ningún doctor me ha convencido de que saben que tengo, me refiero a que todas son suposiciones pero no saben con exactitud que es, me han dicho que son quistes, tumores, melanoma, glaucoma; en fin sería un experimento la operación. – mi expresión cambió

-no sé un carajo de esto pero lo que sea que te ayude hazlo; yo te apoyo mil porciento lo sabes.

-¿Qué haría sin ti?

-Estarías follando monjas.