-          Bella te ves preciosa – dijo Zoey, mi testigo de boda alguien a quien recién conocí hace tres días, ella seguía diciéndome que no esté nerviosa; de hecho no lo estaba, solo estaba ansiosa muy ansiosa. Quería ya casarme y aunque antes nunca le encontré sentido a esto del matrimonio ahora conseguí un concepto mejor. Quería que todos sepan que él era mío y yo de él, que nada nos iba a separar que ninguno iba a irse, el hecho de que él me ame tanto para saber que quiere pasar conmigo por lo que nos queda de vida y el hecho de yo amarle tanto para aceptar eso.

 Así que técnicamente estaba a punto de unirme para siempre con la persona que más amo en la vida. No tenía nervios porque sabía que esto no iba a fallar. El me ama. Yo lo amo.

Salimos de la habitación asignada para la preparación y empecé a oír la música, Marry me de Bruno Mars, empecé a sonreír cuando me di cuenta que hace mucho que lo hacía; caminamos hacia el altar, había toda una banda o algo así, básicamente eran imitadores, los Beatles, Frank Sinatra, Katy Perry, Miley Cyrus, Bruno Mars, Stevie Wonder, Jason Mraz. Y yo que creí que iba a ser mínima y tranquila, toda la capilla estaba decorada con cristales a los cuales el reflejo de luz les daba en un punto exacto haciendo arco iris en todo el altar. Todo era magnifico, pero nada comparado con el novio ¡oh Dios! Estaba tan hermoso, más que nunca y tenía este como resplandor, me preguntaba si yo estaría igual. Me acerqué más deprisa, Zoey tuvo que frenarme pero quería llegar con él, como un magneto el me atraía con una fuerza imposible de parar.

Llegué a Edward me sostuvo la sonrisa y la mirada, nos besamos. Todo desapareció éramos solo Edward y yo en el aire. Nunca dudé, pero ahora era como una necesidad pasar con él siempre, toda mi vida.

Adore you sonaba como si la imitadora hubiese leído mi mente y el ministro empezó la ceremonia, no tenía idea de lo que dijo, estaba completamente perdida en Edward.

-          Isabella Swan yo no me consideraba una persona muy feliz, de veras, simplemente estaba bien; pero cuando te conocí sentí que toda mi vida desde que nací estaba esperando ese momento y entonces ahí supe el verdadero significado de la felicidad. Sentir que todo va a estar bien mientras este contigo, a pesar de ser ciego ver la luz, ver un crepúsculo que llene de paz cada una de tus vertebras, la luna nueva cada noche, el eclipse más asombroso de la historia, ver el amanecer. Imagínate eso diario, incluso a cada hora. Yo Edward prometo hacerte a ti la mujer más dichosa del mundo, del universo; amarte cada día con más intensidad que el anterior hasta que cuando seamos muy viejitos me quede sin fuerza en el corazón para amar y muera, entonces te seguiré amando desde cualquier lugar en el que me encuentre. – me colocó el anillo en el dedo, lo veía todo borroso, casi no veía nada por las lágrimas, la emoción.

-          Yo Isabella Swan jamás eh conocido a alguien tan atractivo físicamente y que sea consciente de ello, nunca pensé que era posible llegar a amar a alguien de esta manera, tú Edward has descubierto ante mí un mundo que no existe ni en los libros, por que eh leído algunos y en ninguno han llegado amar tanto, a sentir tanto. Eres único. Tú me dejas sin aire cada vez que te veo, me dejas atónita… sin palabras; cada vez te amo más. Hoy te amo más que ayer pero menos que mañana. Y ya te lo he dicho pero nadie ha amado ni va a amar tanto como yo a ti.

-          Con una excepción – me interrumpió, reí

-          Eso comprueba lo que eh dicho. Tú bobo serías capaz de interrumpir el discurso de tu propio funeral – reímos él, yo y algunos asistentes que conocimos hace poco y sin embargo sabían que lo que acababa de decir era cierto. – creo que hablo por todos los presentes cuando digo que eres la persona más fácil de amar que existe, no hay nadie como tú mi amor, mi Eddy. – le coloqué el aro.

-          Y ahora pueden besarse

-          Llevo esperando eso toda la ceremonia – dijo Edward tan rápido que casi fue inentendible y cuando sus labios tocaron los míos por segunda vez en menos de 3 horas volé, al menos se sentía así, me quedaba sin aire pero no importaba no me quería separar nunca sin embargo mi ahora esposo lo hizo, se separó y tarareó bajito Fly me to the moon [1]  que era tocada por su imitador.

-          Y ahora por el poder que se me confiere blah, blah, blah son Edward y Bella Cullen – pronunció el ministro lanzándonos espuma de Champagne y burbujas al igual que los presentes.

-          Nena te tengo una sorpresa – me susurró mi marido al oído

-          Edward que más podría yo querer

-          Shh, ven – me levantó en sus brazos y me sacó por un pasillo; seguidos de los asistentes de la boda, entramos a otro salón arreglado como para una fiesta.

-          Una fiesta? Creí que quedamos en que no

-          Lo sé, pero tú mereces esto y mucho más.

-          Te amo

-          Yo te amo a ti. Y la manera en que luces esta noche, sí eres adorable con tu cálida sonrisa y tus suaves mejillas, no hay nada más para mí que amarte y la manera en que luces esta noche – Edward me cantó parte de la canción The way you look tonight[2].

-          Así que nuestra noche de bodas eh

-          Oh sí va a ser especial sabes, espero que hayas descansado lo suficiente ayer por que hoy no descansas – besó mi cuello en el punto exacto como afirmando su declaración.

-          Como si eso no fuera así siempre, eres un goloso.

-          Soy un adicto a ti nena

-          Vale Shakiro[3] - él rio con su risa atrancada.

-          Joder, algo más que amo de ti tu boca rápida – rió más – no se te escapa una verdad.

-          Y luego lo arruino diciendo algo estúpido como “te amo”[4]

-          Nunca lo vas a arruinar con eso, siempre me encanta escucharlo Nancy

-          Y me dejas sin palabras.