este capítulo contiene sexo y lenguaje fuerte

Voy al baño como siempre en las mañanas, dejando que Edward duerma unas horas más…

Seguía sintiendo ese sutil dolor en mi nalga – Oh no! Por favor no! No puede ser que me haya hecho un tatuaje… ¿puede ser uno lindo al menos?- giro lentamente para que mi culo se refleje en el espejo – esto de hacer ejercicio con Edward da resultado ¡Estoy buena! Río y miro nuevamente al espejo buscando detenidamente, muevo la tanga para ver si hay algo pero nada, solo es un pequeño cardenal- fiuu.

Entro a la ducha y me enjabono lentamente con el jabón líquido, no uso la esponja solo mis manos, acarició mi cuerpo con delicadeza, mis hombros, brazos, pechos, tomo más tiempo ahí, los acaricio suave, los aprieto, juego con mis pezones que están endureciendo; siento el cosquilleo en mi entrepierna que pide atención también, bajo mi mano por mi abdomen y me acaricio, al hacerlo recuerdo a Edward entonces tengo que despertarlo, lo quiero ¡ya! Dentro de mí, acariciándome y besándome.

Salgo de la ducha y apenas me seco, me acerco a donde está Edward y empiezo a acariciar su polla que está semidura y que a mi tacto se va poniendo más y más dura, la respiración de Edward es irregular y susurra algo entre sueños aún; su polla presiona duramente contra la tela de algodón de sus boxers, la cabeza empieza a salir por el bolsillo que hay en su ropa interior como buscando su camino a la libertad, lo acarició y palpita, cambio mis manos con mi lengua y mis labios, sabe tan bien…

Los ojos de Edward se empiezan a abrir y lleva su mano a su erección, frunce el ceño y suelto la risa que contenía entonces sonríe.

-buenos días- su sonrisa torcida y picara me hacen desearlo más. Simplemente lo beso y él responde magníficamente. Sus labios son tan suaves y cálidos, se mueven con los míos lentamente, succiona un poco y con su lengua separa la mía… en segundos estoy sobre él frotando mi clítoris contra su enorme erección que pareciera sigue creciendo, gimo… gimo pidiéndole más. Él se deshace de su escasa ropa pero no entra. Sus dedos juegan con mi coño chorreante, acaricio mis pechos que piden atención también.

-hueles a ángel- susurra, muerdo mi labio inferior mirando como él mueve su entrepierna contra mí, sus ojos se hacen más pequeños, suspira y suelta un ligero gemido; su mano izquierda frota mi muslo mientras que la derecha presiona mi cadera. Sus manos se mueven sobre mi cuello y espalda, sujeta mi cabello y lo jala para besarme. Me mira mientras sigue frotando mi entrepierna con su polla haciendo la expectativa más intensa. Sus manos formidables manos cubren mis pechos y los masajean, presionan y pellizcan – oh todo esto se siente tan bien pero quiero más – Edward cógeme, cógeme duro – gimo, él me guiña el ojo. Se separa un poco y entra lentamente, mis gemidos son más fuertes y seguidos. Nuestros pechos colisionan, entra más. Muerdo su cuello tratando de no gemir tan fuerte pero no puedo, agarro su culo con mis manos y clavo mis uñas, luego lo acaricio y subo por su espalda. Está moviéndose más y más rápido; clavo mis uñas en su espalda, tiene marcas por toda la extensión de su espalda y su cuello. Su polla palpita dentro de mí y enredo mis piernas por sobre su nalga aprisionándolo con fuerza, sin embargo sus embestidas  y movimientos son más furiosos, gimo fuerte

- ¡mierda sí! Joder dame duro, más más Edward – la cama se mueve con fuerza chocando con la pared, la habitación es inundada con mis gemidos, los de Edward y la cama moviéndose y chirriando por el salvaje movimiento.

Edward está por correrse; su polla palpita con fuerza, se hace más grande cada vez. Gimo, él mete su pulgar entre nosotros y acaricia mi clítoris, lo pellizca, juega con esa parte tan sensible, grito y gimo descontroladamente; se siente tan jodidamente delicioso. Edward se corre y siento su semen gotear por mis muslos mezclado con mi clímax.

Nos quedamos así, Edward descansa sobre mi hombro, me abraza apretujada a él, acaricio su cabello y beso su cabeza mientras ambos recuperamos el aliento.

-Me alegra ver que no te hiciste el tatuaje – ambos reímos, nos besamos y el día de hoy nos quedaríamos en la cama todo el día.