Pasión Insaciable (+18)

Autor: Day_Swan
Género: Romance
Fecha Creación: 24/10/2012
Fecha Actualización: 13/01/2013
Finalizado: SI
Votos: 4
Comentarios: 9
Visitas: 24953
Capítulos: 9

Una historia en donde tres libros la llevarán a las más oscuras y excitantes fantasías…

Cuando Bella cumple los diecinueve años de edad, un extraño regalo "aparece" en su puerta; se trata de la trilogía erótica del momento: "Fifty Shades Of Grey" de E. L. James. ¿Qué ocurriría si Bella llegara a obsesionarse con Grey? ¿Cómo reaccionaría Edward al darse cuenta de que Isabella tiene planes demasiado atrevidos para él?

Prólogo.

"La pasión siempre ha estado allí, entre nosotros. Sólo que no lo quisimos ver porque el deseo, aunque no lo creas es palpable. Para mí lo es. El deseo nos traslada por un tiempo a un mundo distinto, a sentimientos distintos, nos sucumbimos en una danza sin límites, la música se trata de nuestros gemidos y jadeos entrecortados, que sin saberlo los habíamos necesitado desde hace mucho. Pero no nos habíamos enterado, nuestros cuerpos se entienden a la perfección, y finalmente sienten la necesitad de ser uno solo, de rozarnos el uno al otro, de besarnos sin cansancio, porque para nosotros únicamente existe una atracción que jamás podrá desaparecer, jamás."


(Short Fic)

Algunos de los personajes pertenecen a S.M tambien juego un poco con la trilogía "cincuenta sombras" será un fic corto, con siete u ocho capítulos y un largo Epílogo...

Está historia tambien está publicada en FF bajo mi nombre "Day-Vulturi Cullen" 

Toda la historia será beteada por:  Isabella With'a HeavyHeart Crippa (Betas FFAD)

www facebook /groups/betasffaddiction

 

 

ADVERTENCIA: LA HISTORIA ESTA CALIFICADA CON RATED M, POR LO CUAL, SI NO LES AGRADA EL LEMMON, NO LEAN.

 

CALIFICADA PARA MAYORES DE 18, QUEDA BAJO SU RESPONSABILIDAD LEER, TODO EL FIC TIENE LENGUAJE FUERTE Y SEXO EXPLICITO.

 

Es mi primer Fic rated M (+18), soy nueva en esto (lemmon), espero les guste...

 

Mis demás fic's:

Mi destino: Amarte por toda la eternidad (En proceso)

Melody Of Love (OS)

Mi Sentido para vivir (Últimos capitulos) Escrito con Melrivers.

Apasionado Amor (Pausado) Escrito con Melrivers.

El Angel de Alec Vulturi (Terminado)

Amar Después de Morir (En proceso)


¡Las invito a leer! Cualquier duda me contactan por mi ==>Facebook<==

La portada está diseñada por mí, si quieren ayuda con alguna portada no duden en decirme. :)

 

La pasíon es la llama que complementa al amor...

-Day Swan.

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Capítulo 9: Outtake 2: Pov's Edward.

Outtake: "Las más oscuras fantasías de Edward Cullen"

Parte 2

Pov's Edward.


En la cena de aniversario de mis padres, todo empeoró.

La ardiente presencia de Bella me dejaba sin palabras, su corto vestido dejaba ver sus hermosas y largas piernas, sus labios rojos resaltaban su rostro y sus penetrantes ojos chocolate se encontraban maquillados dándole un aspecto salvaje, al igual que su achocolatado cabello.

Isabella Swan estaba tremendamente sexy.

Si las miradas violaran, ella ya estuviese completamente violada en todos los ángulos por mí.

Ella platicaba con Alice –la cual comenzaba a darse cuenta del comportamiento de mi persona hacia Isabella–, y Bella, por su lado, tampoco dejaba de mirarme, pero yo estaba completamente apenado.

Isabella me estaba volviendo loco.

—… Queremos agradecerles por compartir esta noche con nosotros —terminó mi madre, todos brindamos y mis padres se besaron tiernamente; y yo, como idiota, miraba a Isabella como si fuese una de las siete maravillas del mundo.

Y para mi suerte, Isabella estaba a mi lado.

Y esa pequeña electricidad nos envolvía, y sabía que ella podía sentirla.

—Salud. Edward —chocó su copa con la mía, mordiendo su labio inferior mientras que su pierna ascendía entre las mías, de nuevo, mi erección se hizo presente, y yo me tensé.

¡Ouch, bella!

¡Golpe bajo!

Me atoré con el champagne. ¡Imbécil!

Isabella Marie Swan, se estaba aprovechando de mí.

Estaba excitado, las bolas comenzaban a dolerme.

—Amor. ¿Estás bien? —asentí a la pregunta de Irina, me levanté para ir directo al baño.

Cerré la puerta de una patada y me deshice de mis pantalones y bóxers rápidamente.

Isabella estaba jugando con fuego.

Y a ella le encanta jugar con fuego, estaba seguro.

Me sentí frustrado, pero antes de ello estaba la lujuria que ella había despertado en mí.

¿Cómo es posible que su roce en menos de un segundo provoqué una enorme erección simultánea así como así?

Bombeé mi erección resignado, era obvio que la única forma de que se calmara era satisfaciéndome.

Ahí comenzó –de nuevo– "las manuelas de Edward, parte tres"

Estaba sudando, pensando en ella mientras me masturbaba como un maldito pervertido, imaginándola con ese vestido, arrodillada ante mí con mi pene en su boca, mientras que gemía de placer y yo me movía en sus labios, luego, le decía que se levantase y me besase en la boca, mientras que yo comenzaba a subir su vestido, dejar a un lado su ropa interior e introducir dos de mis dedos en su caliente y húmeda intimidad. Y su pequeña mano bajaba a mi erección y la acariciaba, mientras yo, por mi parte, la hacía llegar al orgasmo y luego la acostaba en el suelo frio, boca abajo y me introducía sin piedad en su cavidad y la follaba con todas mis fuerzas hasta dejar mi semilla en ella para después, darle un par de nalgadas en ese gran trasero suyo.

Otra fantasía pervertida.

Y con Bella.

Pero estaba comenzando a pensar que no era solo sexo. Yo quería hacerle el amor y no de aquella forma tan bestial.

Quince –o más– minutos después, regresé, me había aseado y lavado mi cara, pero las dudas seguían en mí, ¿Qué demonios me ocurría?, Isabella me guiñó un ojo y yo carraspeé con incomodidad.

Si supiera lo que estaba haciendo y lo que quería hacerle esa risita estúpida se borraría de sus labios.

Cuando todos se iban, ella prosiguió en su absurda provocación.

—Eres muy débil… Edward. —me dijo ella en un susurro, cerca de mi oído, la apreté contra mí—. Y me encanta que seas así.

¡Oh, mierda!

¡Quería hacerla mía!

Me miró a los ojos.

— ¿Qué pretendes, Isabella? —aún respondiendo su mirada, la tomé por el codo bruscamente, estaba cabreado y frustrado, necesitaba una explicación inmediatamente.

—No pretendo nada —dijo con una falsa inocencia.

—No juegues conmigo.

—No lo hago, Edward. —se soltó de mi agarre.

—Claro, eres tan testaruda, que no vas a aceptar que te gusto —alcé una ceja, ella me miró como si fuese dicho una barbaridad.

Resopló.

— ¡No seas imbécil! no me gustas —exclamó, supe que mentía, pero era tan terca que no me lo diría.

— ¿Ah, no? —reí.

—No.

— ¿Entonces por qué me haces esto? —pregunté solemne, ella pensó mucho antes de hablar, pero igual no respondió lo que esperaba.

— ¿Hacer qué?

Estaba nerviosa.

¡Al diablo!

Seré sincero.

—Bella. Me excitas —mascullé mirándola a los ojos, mirando su cuerpo, sintiendo su calor, recordando mis fantasías, todas mis fantasías, las fantasías con ella.

—Yo… no…

¡Vamos, nena, dilo!

—Edward, mis padres llamaron, debes llevarme a casa.

Irina nos interrumpió.

Y tuve que llevarla a su casa, cuando regresé, Isabella ya se había ido.

Y por unos días, no supe nada de ella.

Y la verdad, las cosas estaban cambiando entre Irina y yo.

Los últimos días Irina había estado mal de salud, no era nada grave, se estaba recuperando, y yo había pensado en terminar mi relación con ella, pero me gustaba Irina, y no sabía que me ocurría con Isabella.

Quizá solo era una momentánea calentura.

Una que después se iría.

Tuve que ir a la farmacia del centro comercial con Irina, comprábamos algunos de sus medicamentos, y luego decidimos sentarnos y comer algo, para luego regresar a su casa.

Isabella, la cual estaba más hermosa que nunca, se sentó en una de las mesas cercanas, con otro hombre que no reconocí, me tensé.

—Ah, mira, Bellita, ¿gemirás su nombre de nuevo? —preguntó Irina incrédula.

—No seas ridícula.

Los miré reír y hablar entre ellos, estaba enojado.

¡Maldita sea Edward! ¿Qué mierda tienes? ¿Necesitas un polvo con ella? ¿No quieres compartirla? No, no es solo un follón, es algo más.

Es algo más.

Algo más.

¿Más?

¿Con Bella?

¡No!

Me levanté abruptamente de la mesa, y me encaminé hacia la ubicación de los dos tortolos.

— ¡Edward! —chilló Irina, sabía que estaba mal lo que yo hacía, pero estaba dejándome guiar por mis instintos.

Isabella me miró perpleja, mis puños estaban apretados con rabia.

Estaba celoso.

—Buenas tardes, Bella y…

—Demetri, soy Demetri — ¿Le pregunté cómo se llamaba?

Ambos nos odiamos a primera vista.

—Hola, Edward —saludó su musical voz—. ¿Todo bien? —asentí.

Si claro, todo bien, genial. Vine a saludarlos y saber cuándo es la boda, o saber si ya lo besaste y él te tocó con sus asquerosas manos, saber si son algo y, tal vez… ya lo deseas y lo excitas, y el te excita a ti, a lo mejor ya hacen el amor, y les va de maravilla.

¡Idiota Edward!

Ha de ser su novio. Y tú masturbándote pensando en ella y estando con otra.

—Vine a preguntarte si deseas que te lleve a casa —le dije petulante, sin mirar al idiota.

—Yo la llevaré —contestó el desgraciado, utilizando el mismo tono que yo, Isabella le sonrió y se miraron entre ellos.

¡Está bien, está bien, me voy!

—Bien… entonces que tengan una linda cita.

Y regresé con Irina.

— ¡Maldita sea, Edward! ¿Me puedes explicar que demonismo fue eso? —Preguntó Irina a punto de un ataque de histeria—. Estoy comenzando a odiarla, tú eres mi novio, ¡por el amor de Dios!

—No quiero hablar de eso.

— ¿No quieres hablar de eso? —Preguntó incrédula y enojada a la vez—. ¿No quieres hablar de eso? —Repitió—, para que te vayas enterando, yo tengo dignidad, y no voy a permitir que juegues conmigo, te he perdonado varias, Edward, y ya me estoy cansando.

—Irina… no pasa nada…

— ¡No, Edward! ¡Cállate! ¡No soy estúpida! Y grábate muy bien esto: no voy a permitir que esto siga así, vas a tener que aclarar tus pensamientos, o Isabella, o yo. Búscame cuando lo tengas claro —se cruzó de brazos y miró hacia otro lugar, vi cuando Isabella y el idiota se iban, Irina no me dirigió la palabra, pero la llevé a su casa.

Ella tenía razón.

No podía seguir así.

Caminando por la calle como un vago, me di cuenta que, involuntariamente, había llegado a la casa de Bells.

Bells.

¿Qué me pasa contigo?

Toqué el timbre y ella, después de un largo rato, me abrió y vestía un cortito pijama que dejaba mucho que desear.

Y me dejé llevar por el salvaje que llevo dentro.

—Edward… ¿Qué haces aquí?

—Si me dices que deje a Irina… lo hago —las palabras salieron involuntariamente.

Ella aparentó sorprenderse.

— ¿Por qué piensas que te diré algo así?

—Bella… ¡Me estás volviendo loco! —tiré de mi cabello con frustración.

¡Ella lo sabia!

¡Ella comenzó todo!

Jadeó.

—Ed-Edward… no sé… a q-ué… te re-refieres… —me acercaba conforme ella tartamudeaba. Y le susurré antes de tomarla:

—Me vuelves loco…

Y salvajemente la atraje hacia mí tomándola por la cintura y besándola por primera vez de la forma que más deseaba, introduciendo mi lengua en su boca y enloqueciéndome de su exquisito sabor, conociéndola y probándola mientras que mis manos la acercaban y su cuerpo comenzaba a responder a mis besos.

Ella posó sus brazos en mi cuello y yo, por mi parte, no tardé en acariciar su espalda y su cintura, de modo que ella sintió mi erección cuando la pegué aún más a mi cuerpo ya incendiado por su cercanía, y pronto, Bella enrolló sus piernas alrededor de mí y así entramos a la casa, entretanto Isabella tiraba fuertemente de mi cabello y mordía mi lengua y mi labio inferir sin piedad alguna.

La deposité él en sillón más cercano.

Besé su vientre y ella respondió mi gesto tirando de mi cabello, su cuerpo se erizaba bajo mis caricias, y mientras mis besos subían, ella abría sus piernas para mí, la tenia para mí.

Por fin.

Como lo había fantaseado.

Cuando quité su camisa de seda, sus senos le liberaron y se removieron ante mí, aquello me excitó, y no dudé en adueñarme de ellos y acariciarlos hasta que se pusieran erectos sus rosados pezones.

—Quiero tenerte… ya… Bella… quiero que seas mía.

Mi lengua acarició su vientre y cada vez subía más y más hasta llegar a uno de sus pezones, el cual humedecí y mordí lujuriosamente hasta que Isabella gritó de placer.

Su espalda se arqueó.

Lamí su pezón, y ella se entregaba a cada una de mis caricias haciéndome sentir su propio placer, besé y lamí su cuello acariciando una vez más sus senos con esmero, pasión, eran tan perfectos y hermosos, del tamaño apropiado, sensibles ya apetecibles.

El cuerpo de Isabella era la escultura más preciada y hermosa que había admirado.

—No juegues conmigo… Bella.

Besó mi boca con pasión y acarició y tiró de mi cabello, apretó mi miembro por encima de mi vaquero, todo lo hacía tan rápido y con tanta tenacidad que llegué a pensar que estaba más excitada que yo mismo, apretaba mi espalda mientras yo seguía enfocado en su boca.

Se deshizo de mis pantalones y bóxer rápidamente y miró con veneración y deseo mi pene cuando salió a la luz, y ella hizo algo que me sorprendió.

Quiso el sexo oral.

—Bee-Bella —gemí cuando sentí su boca en mi pene, era muchísimo mejor de lo que había imaginado.

Su gloriosa boca acariciaba cada centímetro de mí, lo hacía tan lentamente que llegó a sentir frustración, su lengua me acariciaba en círculos, los cuales me estremecían, esto me encantaba.

Ella mordió un poco, allí.

¡Dios santo!

Su caliente boca me estaba entregando algo que jamás había sentido, su lengua y sus caricias me estaban haciendo perder la razón. La poca que me quedaba.

—Ahh… Edward…

Quería más.

Isabella tenía que darme más.

O enloquecería.

El sonido de alguien comenzando a abrir la puerta nos sobresaltó.

¡Genial!

Ahí, se acabó lo que estábamos comenzando.

Me sentía terriblemente mal, Irina era parte de mi vida y aquella noche me había comportado como un completo idiota.

¡Tenía novia!

Era sábado por la noche, Irina –mi novia– había insistido mucho en salir. La verdad, yo no estaba tan animado como debería, pero estaba seguro que lo mejor era decirle la verdad a Irina sobre mis sentimientos y tenía que hacerlo en un lugar que no fuera su casa.

—Amor, estás muy distraído. —Me dijo Irina mientras yo comenzaba a aparcar el auto.

—Sí, es que he intentado hablar contigo pero… —la miré a los ojos y noté que me miraba intrigada, era muy hermosa, pero debía admitir que Isabella era la que se encontraba tatuada en mi mente desde hace mucho tiempo—, estabas muy animada con esta cena que… no pude decirte algo muy importante.

— ¿Y qué es lo que quieres decirme?

Suspiré.

—Esto… yo… —balbuceé.

— ¡Demonios Edward, habla ya! —exclamó histérica.

—Bien. —Me llené de valor y la miré a los ojos—. Creo que lo nuestro no puede continuar. Mira, no sé qué me pasa, tú me gustas, pero…

Irina alzó una ceja con incredulidad.

— ¿Me estás dejando?

—Uh… no… no lo sé.

— ¡Dilo maldita sea! ¿Me estás dejando por otra? ¿Por Bellita?—gritó masajeando sus sienes.

—Solo quiero pensar, no quiero hacerte daño.

—Eres un idiota.

—Lo sé.

—Llévame a casa.

Fruncí el ceño e hice lo que me pidió.

Domingo.

*Ya sé que estás con ese maldito. ¿Por qué juegas conmigo?*

Lo sé. Solo un idiota envía ese mensaje sabiendo que el que juega es él mismo. ¿Por qué soy tan idiota? ¿Por qué Isabella se comporta de esa forma tan sensual conmigo? Y debo decir que, a aparte de su sensualidad, su inocencia y su mirada me había enamorado. Sí, enamorado, pero en esos momentos de mi vida yo no podía saberlo con claridad. Tenía 19, era inmaduro e Isabella me confundía.

¿Qué podía hacer?

*¡Idiota! Tú eres quien juega conmigo. ¿O me vas a negar que sigues con tu puta novia?*

Touché.

No estaba con Irina.

Me levanté de la cama como si tuviese un par de resortes en mi trasero. Le diría todo a Isabella; claro, si escogía las palabras adecuadas y no me saliesen balbuceos estúpidos.

Había pasado todo el día en la casa de mi tía Elizabeth; yo no quería llevar mis problemas a casa, Alice me preguntaría, mi padre me preguntaría y mi madre también me preguntaría; supongo que es fácil contestarles, pero cuando sabes la respuesta, y yo no la sabía. Bien, estaba enamorado de Isabella pero me gustaba Irina, ¿qué hacer luego? Isabella solo quería seducirme, quizá porque le parecía sexy o porque quería vengarse de mí por lo de los libros.

Mi ego insiste en que es la primera opción.

—Hola, Edward… que bueno verte, anda pasa.

Reneé me recibió con una sonrisa, pero supe que estaba sorprendida por mi llegada, incluso noté que había llegado en un mal momento.

—Gracias… ¿Está Bella?

—Oh, sí… claro. Mira, aquí está con un amigo.

Demetri e Isabella besándose en vivo y en directo. En HD. ¡Pero qué mierda! Nunca imaginé ver a aquella chica inocente besarse con otro tipo, ni siquiera había visto cuando James y ella se besaban. ¡¿Por qué tuve que llegar en ese preciso momento y ver aquello!? De acuerdo, creo que lo que voy a decir sonará cursi: cuando vi los labios de Isabella devorar los del idiota ese, pude hasta escuchar como mi corazón se partía, no se partió en dos, ni en tres, se partió en miles de pedazos.

Patético.

Y estúpido.

Pero sí, estaba enamorado de ella.

La suegra de mis sueños –es decir, Reneé– soltó una risita y los dos chicos se separaron al instante.

—Oh… cariño… no quería interrumpir. —La señora Swan se disculpó con nerviosismo.

¡Yo sí que estoy alegre de haber interrumpido!

Ese maldito es un aprovechado, seguramente la besó a la fuerza y…

¡No seas idiota Edward, ella lo besó! ¡Lo besó!

Mierda…

Otra vez el sonido de mi corazón romperse…

—Lo siento. —Bella dijo mirándome a los ojos mientras que la vergüenza se apoderaba de su rostro.

Y después, silencio…

—Eh… creo que debo irme, ya es tarde —habló el idiota—. La pasé muy bien, Bella.

Puse los ojos en blanco.

¡Claro que la pasó bien!

¡Tenía sus asquerosos labios en la boca de mí Isabella!

Los dos se acercaron y se abrazaron en forma de despedida.

¡Quítale las manos de encima! —quise gritar.

—Feliz noche, Demetri.

El aludido se retiró.

— ¿Qué mierda haces? —pregunté mostrando mi rabia.

—Estoy sentaba en un sillón, platicando contigo. —Me respondió con ironía.

—No seas ridícula —resoplé. Iba a seguir hablando pero Reneé regresó.

— ¿Se les ofrece algo, chicos?

—No. Mamá, Edward ya se va —masculló y yo la fulminé con la mirada.

La madre de Bella se percató de la tensión que había entre ambos y optó por retirarse antes de decir:

—Creo que los dejaré solos.

— ¡Tú eres el ridículo!

—Bella… ¿Qué ocurre?

—Irina…

—Bella yo… estoy confundido.

¡Idiota! ¿Qué mierda haces? —habló mi subconsciente.

¿Qué responderle? No yo mismo sabía lo que decía…

—Estás confundido… ¿Eso te da derecho a jugar conmigo?

—No, Bella, yo no…

— ¡No! ¡Edward, ya basta!

—Bella… conozco a Irina desde hace mucho. Tú y yo nunca encajamos, pero después tú… cambiaste… y me siento… distinto. —Le dije, balbuceando como un estúpido, estaba metiendo la pata hasta le fondo.

¡¿Confundido!?

¡Estaba enamorado de ella!

— ¿Viniste a decirme esto? —negué con la cabeza, tenía que intentar hablar y ser sincero, aunque dudaba que iba a creerme—. No quiero escucharte, y si quieres a la Bella de antes… pues la tendrás… ahora vete.

—No quise decirlo de esa forma Bella.

—Lo dijiste y ya.

No iba a creerme. Estaba claro, yo era un idiota y había metido la pata.

Y el premio para el hombre más estúpido de mundo es…

¡Para Edward Cullen!

Miré la ventana de la habitación de Isabella por media hora. ¿Entraba o no entraba?

Tenía que remediarlo. Pero tenía que hacer que ella me creyera, yo la amaba y le había mentido porque estaba siendo estúpido. No había confusión, solo la amaba a ella.

¡Ella tenía que creerme!

Subí al árbol con lentitud, la ventana estaba abierta, quizá la suerte estaba de mi lado aquella noche, si así era debía aprovecharla.

Vi a Isabella dormida, se veía demasiado hermosa. Hacía muecas con sus labios muy graciosas, ¿qué estaba soñando?, no lo sabía, hasta daría lo que fuese por saber lo que piensa.

¿Me ama?

¿Me odia?

La miré durante unos minutos, estaba hipnotizado, decidí acostarme a su lado, quizá no se daba cuenta y…

Sí, se despertó.

— ¡Edward! ¡Joder! ¿¡Qué haces aquí!

Suspiré frustrado y repasé todas las palabras que había decidido decirle, palabras que saldrían de mi corazón, esperaba que todo saliese bien…

Bueno, aunque ya saben lo que pasó.

¡Está vez Eddie no sufrió!


¿Tomatazos? Esta sí es la parte final del Outtake. Acá ya saben más sobre Edward. ¿Qué les pareció? Solo falta el segundo Epílogo, que será algo cortito, pero es que me falta una cosita que pensé desde el principió de la historia . Espero sus opiniones.

Day.

 

Capítulo 8: Outtake 1: Pov's Edward.

 


 


 
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