| 
		 -          Bella, Edward está aquí – gritó mi madre desde la cocina despertándome – ¡Bella! Segundo llamado 
-          Dile que suba – le respondí gritando aún dormida 
-          No! Baja 
-          ¿Por qué? 
-          Ya estás despierta, ahora baja y de paso desayunas 
-          Madre, no dejas descansar mi cuerpo en paz 
-          Muy graciosa Ha, Ha, os dejé waffles – dijo mi madre señalando el microondas 
-          Sabes que en cuanto te vayas iremos a tener sexo arriba ¿no?   
-          Isabella, abusas de mi paciencia y buena voluntad de dejar a dos jóvenes de 17 años seguramente muy hormonales, en casa solos.- respondió con una sonrisa 
-          Por eso la quiero señora- le dijo Edward abrazando a mi madre, y recién ahí noté su presencia, se veía tan sexy, con su cabello más revuelto que nunca y en pijamas. 
-          Cuidado Edward, que me pongo celosa y acabo matando a mi madre 
-          Tranquila nena, no veo a tu madre de esa manera 
Mamá rio -  ya me voy, cuídense 
-          Nooooooo, me olvidé los condones- dijo Edward 
-          No abuses de ser ciego muchacho 
-          Vale, vaya en paz 
  
  
Una vez que mi madre se fue, subimos a mi habitación, nos metimos en la cama a comer waffles y a oír un poco de Bruno Mars 
-          ¡Este tipo tiene la voz estupenda! Me encanta- dije 
-          Es que no me has oído cantar 
-          ¿Oh sí? 
-          Ujum- dijo Edward mientras aclaraba su garganta y apagaba la música para ponerse a cantar 
-          Por favor no rompas las ventanas 
-          Chist- cubrió mi boca y empezó a cantar Treasure de Bruno Mars, al terminar hizo como una reverencia. La verdad cantaba bien 
-          Uhm, Edward Cullen, ¿intentas acostarte conmigo? 
-          Sí - reí 
-          Pues tendrás que esperar 
-          Por ti, esperaría mi vida entera 
		 |