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		 Han pasado algunos días desde que tomé el café con Edward, él me hace bien, me hace feliz. 
Hoy nos íbamos a ver otra vez en un parque que era central para los dos; pues resulta que Edward no vive tan lejos. 
  
-          ¿Qué hay nena? -  Edward saludó 
-          Estem… sigo con cáncer – bromeé 
-          Hey mira que coincidencia yo igual- reímos 
  
Estuvimos por horas bromeando y hablando sobre diferentes temas uno de ellos fue qué tenía él con el “bien” 
-          ¿Edward? –lo llamé 
-          Dime… 
-          ¿qué tienes con el bien? – me miró un poco confundido hasta que entendió 
-          Oh, veras, el asunto es que como ves mi vida no es perfecta y desde que me dijeron que quedaría ciego menos, entonces trato de autosugestionar mi mente con que en verdad las cosas van bien comprendes? Así sean cosas mínimas 
-          Wow! Eso es profundo. ¿en verdad? 
-          No, la verdad es que es costumbre – lo miré con ojos asesinos 
-          Por un momento creí que eras cool – reí y le di un suave golpe que me dolió en verdad 
-          Nena… lo soy! Soy muy cool!  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
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