Al salir de la sala, apenas poniéndome levantar, fui hacia Edward y le intente ayudar

-          Oye tranquila B – me dio otra de sus increíbles sonrisas- Tengo todo bajo control – señalo todo el lugar.

-          Bien – le respondí- joder Edward apenas te conozco y ya se me ha pegado tu palabra.

-          De hecho Bells, no es mía, pero me encantaría pasar más contigo y enseñarte más de mi – nueva sonrisa! Esta vez de lado, oh chico [1]

-          Espera… me llamaste Bells? – y recién ahí lo noté, solo mi Jake me llamaba así, y la jodida depresión de nuevo

-          Oh oh, ¿dije algo malo? – alteró sus facciones como esquivando mi mirada-

-          No, tranquilo tu no… nada

-          Oh vamos pequeña, noté un cambio en ti, para compensarlo te invito a un café que dices – volvió a sonreír y yo igual, rayos! Edward tenía que dejar de sonreír así o me iba a matar. Es que… esas sonrisas que te contagian y te hacen sentir que todo va bien…

-          No lo sé, dejé a mi madre afuera y sola, no sé si deba

-          Vamos Is-Bella, si quieres hablo con tu mami a que te de permiso

Le golpeé el pectoral arrepintiéndome, no sé si lo hice muy fuerte o mis huesos cada vez estaban peor. Quizá él era de hierro o algo así

-          Pues está bien vamos a pedir permiso – le dije frotándome la mano-

-          Esa es mi… bueno Bella –rió-

Al salir al estacionamiento mi madre fumaba y eso me enojó tanto

-          Tú hija se está muriendo de cáncer y tu… tu promueves el cáncer! –me exalté-

-          Es que tienes cáncer de pulmón? – contradijo-

-          Pues no, pero otras personas sí y tú lo promueves

-          Sí pero tú no tienes cáncer de pulmón y quizá yo quiera tenerlo

-          Renee, estás loca no sabes lo que dices

-          Hija, te eh visto sufrir tanto y y quiero compartir un poco de ese dolor contigo- entonces sus ojos y los míos se nublaron con lágrimas

-          Mi loca madre – nos abrazamos liberándonos un poco y en eso Edward llegó de cualquier lugar en el que se hubo metido

-          Bella estás aquí? Te puedo oler! – reí ante tal comentario quedito y haciéndole señas a mi madre para que haga lo mismo y ver cuál sería su siguiente reacción

-          IS-BELLA! – tanteó con las manos agarrando mis pechos!

-          EDWARD! – le pegué en las manos-

-          Oh aquí estás! – se puso rojo- disculpa yo… eran tus… tuyos verdad?

-          Sí ya deja de tartamudear que pareces Porky [2]-los tres estallamos en risas-

-          Jo… buenas tardes? Señora soy Edward Cullen y quería pedirle permiso para llevarme a su hija por café

-          Sí buenas tardes Edward, aunque no me gusta que agarren a mi hija en la primera vez que te conozco –rieron por sobre mi- estoy de acuerdo, los llevo?

-          Está Bien… -sonrió y mi madre me miro- lo sé – formulé con los labios