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		 Al día siguiente me levanté un tanto temprano para ir a la quimioterapia con mi madre, me senté tras la ventana transparente esperando a la enfermera, viendo los pasillos vacios, normal a estas horas de la mañana y de repente vi a un muchacho alto tan alto que quizá tendría que agacharse para pasar por la puerta que era bastante baja, y sí yo tenía razón, él no bajó la cabeza lo suficiente y chocó su frente con la puerta, no pude evitar reír un poco para arrepentirme terriblemente después, el chico era ciego! 
Entró en la sala de quimio y se sentó en la siguiente silla. Él iba solo, con su bastón de ciego y unas gafas de marca Ray-Ban de estilo wayfarer, el chico era en verdad guapo con su cabello alborotado y de ese color broncíneo, su tez pálida, incluso más que la mía y sus músculos aunque discretos, se marcaban bajo su playera. 
Parecía que me miraba aunque sabía que eso no era posible 
-          Estoy acompañado –preguntó 
Dudé unos momentos y a la final respondí 
-          Hm hola, sí soy Is..soy Bella – el chico se veía amable. 
-          Oh, hola Is-Bella – bromeó- soy Edward Cullen, para lo que necesites 
Le sonreí en respuesta y me golpee mentalmente-estúpida él no te ve- 
-          Sí, igualmente… y puedes decirme Bella nada mas, eso está bien 
-          Bien – sonrió magníficamente, y por primera vez en 1 año y medio, sentí una especie de alegría.  Edward se veía muy feliz para ser alguien que no ve; y entonces me llegó la duda de si es que nació así y tendría otro cáncer o quizá era cáncer ocular lo cuál sería una pena, porque él tenía cara de tener ojos muy bellos. 
-          Así que…- rompió el silencio – ¿tienes cáncer? 
Reí ante su pregunta – Sí, créeme Edward no estoy aquí por gusto- 
-          Bien, espero que no mueras pronto Bella, quiero decir… tu voz suena bien y eres mi única amiga por el momento 
-          No te puedo prometer nada Cullen – sonreí con cierto deje y por fin la enfermera llegó. 
  
-          Lamento la tardanza chicos pero – tomó aire- emergencias bizarras. 
  
-          Bien – dijo Edward y reí suave pensando que conexión tan fuerte tenía él con esa palabra. 
  
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