Bella Newton???

Autor: Huellas
Género: Drama
Fecha Creación: 25/08/2010
Fecha Actualización: 02/01/2011
Finalizado: SI
Votos: 32
Comentarios: 151
Visitas: 136967
Capítulos: 33

-No me dejes, Bella. No, no, no. Bella, no me dejes. ¡Isabela Cullen no me puedes dejar! -grité desaforadamente. Todo comienza cuando Edward pierde a Bella en manos de un lobo... pero y si encontraran a Bella siglos después? Y si ella no fuera Bella... y si los lobos y los vampiros no son las unicas figuras mitologicas?? 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 18: Mamá e hija.

Hola chicas! 

primero q todo respondo jajaja: dijo Jake porq estaba en un lugar q le recordaba demasiado a Jacob, la playa de La Push, en el tronco en el que estaba con Jake en una de las partes de los libros, creo q en Luna Nueva o Eclipse, una de dos. Y por eso recordaba a Jacob más q a Nessie o Edward en esa  parte. 

Por otro lado, decidi decirle Swan en la mente de Bella Newton, porq si le dice Cullen estaria pensando como si fuera Edward, en cambio ella siempre ha escuchaod hablado de la Bella real como bella swan, no como bella cullen, aunq tienes razon jaja ella es Cullen :D pero lo dejare asi para evitar confusiones. 

Del resto: aqui otro capitulo bonito jajaja :D Todavia nos sabemos como lo tomara edward, cierto? :O 

**** 

Edward POV.

Un mes y medio. Había pasado un mes y medio desde que Bella dejó de hablarme. Dejo de hablarnos.

Nuevamente.

Estaba cansado de esto, de verla alejarse de nosotros, de verla huirnos como si fuéramos sus enemigos. Tal vez era momento de dejarla irse, después de todo no era mi Bella. No debía pensarla como tal.

Pero qué difícil era verla todos los días en el instituto y no acercarme a oler su cabello de cerca, a hablarle hasta hacerla sonrojar y morder su labio inferior, a estrecharla entre mis brazos y besarle los labios. Era muy difícil.

Después del funeral de Charlie, la había visto casi que sin vida. Pero un mes después, inexplicablemente su tonalidad cambió, y parecía tener batallas internas diarias. Se detenía en los pasillos, frunciendo el ceño a nadie más que al vacío, como si discutiera consigo misma.

Me dedicaba miradas furtivas, a mí y a mi familia, pero sin dirigirnos directamente la mirada, sin hablarnos realmente. Había evitado cualquier contacto físico con nosotros.

¿Qué era lo que le pasaba que se comportaba de esa manera?

Buscaba, trataba de encontrar en alguna mente cercana la respuesta. Pero siempre me encontraba con nada más que la cotidianidad de la vida de Bella. El trabajo donde los Stanley, la vida en el instituto, su vida en la casa Newton. Nada relevante. Pero ella parecía con una chispa de vida.

-Bella está rara, ¿verdad? –me dijo Emmett. Asentí mientras la miraba sentada junto a Pamela y Peter.

-Es algo extraño, la siento tenuemente hace unas dos semanas –expresó Jasper. Todos  lo volteamos a mirar.

-¿Por qué no lo habías dicho? –casi le recriminó Nessie.

-Porque no me pareció sustancial. Es solo un flash, por pedazos. Aquí o allá, unas veces más que otras, como si no quisiera pero no pudiera evitarlo. Siempre que la siento más fuerte, es cuando está confundida o irritada. A veces solo está triste. Cuando está nerviosa es cuando menos la siento. Pero está allí… tenuemente –repitió desviando la mirada hacia el plato de comida que no tocaría.

-Pues yo no he podido verla desde hace muchísimo tiempo –replicó Alice.

-Es algo extraño. Ella está diferente –Jacob miró otra vez a Bella.

-Tal vez está superando lo de Charlie –sugirió Rosalie. Negué.

-Parece otra cosa.

En ese momento Bella miró hacia nosotros con algo de confusión, me miró a mí y luego pasó  la mirada por la mesa. Deteniéndose en cada uno de nosotros. Luego volvió a ver a Peter.

-Eso es lo que pienso yo –le respondió.

-Debería ser ilegal la manera en la que Edward Cullen te mira –le dijo Pamela al oído. Todos nos tensamos un poco. Bella no me miró cuando respondió.

-Sí, debería ser ilegal. Y me gustaría darle su sentencia.

-sé que yo se la daría de ser Pamela –alardeó Peter tomando la mano de su novia.

-Sí, sí. Te patearía –le contestó sonriente.

-Yo quiero patearlo –replicó Bella.

-¿No te gusta ni un poquito? –preguntó Pamela entrecerrando los ojos.

-Nerviosa –dijo Jasper en un susurro. Bella se tardó en responder.

-No es mi tipo de… hombre –concluyó antes que el timbre sonara. El suspiro de alivio fue inolvidable.

El tiempo pasaba cada vez más lento, cuando Bella caminaba hacia su carro, en ese momento el tiempo parecía alargarse y alargarse solamente para extender mi infierno. Verla contonearse sin ser consciente de lo que yo quería acercarme, jugar con su cabello de esa forma sin prestar atención a mi mirada, era desesperante y fatigante. Simplemente una tortura.

-Vas a tener una combustión espontanea –afirmó Alice. Le alcé una ceja y me monté al volvo junto a ella.

-¿de verdad es posible? –le pregunté escéptico.

-¿Qué crees que la tiene así? -cambió el tema.

-No lo sé, tal vez es lo que dijo Rosalie.

-No lo creo –intervino Jasper desde la parte trasera del auto.

-¿Qué crees tú que sea? –le pregunté, casi desafiante.

-Parece más alerta que hace dos semanas, como si algo la hubiera despertado. Algo le ha pasado –dijo Alice.

-¿Algo cómo qué?

-No lo sé –confesó.

-¿Tendrá que ver con sus poderes mágicos? –inquirió Emmett cuando bajamos del auto enfrente de la casa. Esme apareció en la puerta, repetimos la conversación con ella.

-Creo que tiene que ver con lo de ser una bruja –dijo Nessie.

-Alguien tiene que hablar con ella –casi anunció Jasper. Todos me miraron a mí. Me levanté del sillón.

-¡Oh, no! Claro que no. ¿Otra vez yo? Hablen ustedes –dije. Pude ver las caras de confusión de todos, por eso me volví a sentar –He intentado hablar con Bella hasta el cansancio, pero ella no quiere saber nada de mí. No soporto más su rechazo, por eso no lo haré esta vez –expliqué. El silencio fue interrumpido por mi hija.

-Yo iré.

Desapareció por la puerta cuando quise detenerla.

 

 

Bella POV.

Viajaba en mi auto hacia mi casa, tranquilamente. Swan no había hecho aparición desde la conversación en la cafetería, normalmente se aburría con mis días, solo me fatigaba en las noches. Aunque extrañamente, no discutíamos mucho últimamente. Basándonos en que nuestras peleas, eran producidas por los Cullen… y yo mantenía una distancia prudente con ellos.

Había mantenido una cierta comunicación con la vocecita dentro de mi cabeza, que ciertamente a veces era placentera. No estaba sola todo el tiempo. Aunque a veces se ponía insoportable con los Cullen, quería ir hacia ellos y abrazarlos a todos. Especialmente a Nessie, decía que necesitaba abrazar a su niña, pero eso era imposible.

No habíamos hablado bastante, ya que mayormente, como dije, se aburría con mis días. Me hablaba en las noches, antes de dormir, cosas superfluas, ya que cada vez que pedía una información algo seria, botaba todo a la borda porque decía que no quería hablarlo.

Oh, por Dios sabía a qué se refería Swan con eso.

Nessie Cullen estaba sentada en el porche de la casa. Me bajé sin mirarla  a los ojos. Ella se puso en pie al sentirme acercarme, claro que ella sí me estaba viendo.

-Hola, Bella –me saludó casi tímida.

-Hola, Nessie.

Ah, mi bebé. Mi niña, como quiero abrazarte me pensaba.

Cálmate, Swan.

-Vine porque quería hablar contigo –era algo extraño. Pero no tenía fuerzas para echarla de mi casa. Asentí pasando a su lado y abriendo la puerta para dejarla pasar dentro.

-¿Quiere tomar algo? –le ofrecí pasando directamente a la cocina, yo necesitaba algo para calmarme. Sentía que quería saltar a sus brazos, apoyarla, sobarle el cabello y decirle que todo estaría bien. Su expresión era desoladora.

-Sí, gracias –le indiqué que se sentara a la mesa, así lo hizo. Me senté enfrente de ella con mi propia taza de chocolate caliente, después de entregarle el suyo.

-¿Qué te trae por aquí? –quise mantener la conversación casual, no quería alterarla, ni a mí. Sentía la tensión de Swan en mi mente.

-Quería hablar contigo… supuse que sería más fácil. Pero no sé por dónde empezar –explicó confundida.

-Nessie yo no tengo nada en contra tuyo, de verdad. Me pareces una muchacha… bueno, una vampira –sonreí un poco –excelente, eres buena, de buenas costumbres y educada. Eres hermosa –vaya que lo era –y me caes muy bien.

-¿Pero? –enarcó una ceja.

-Yo no soy alguien que debas tener en tu mundo –expliqué sin mirarla a los ojos.

Por favor, Newton. Es mi hija me pidió Swan.

Estoy haciéndolo lo mejor que puedo, recuérdalo.

-Solo quería decirte que todos estamos algo… confundidos. Pero gracias por lo que me dices –se sonrojó tenuemente, y tomó un sorbo. Arrugó el rostro.

-¿Qué?

-El chocolate caliente no es de mi agrado –confesó.

-¿Prefieres la sangre? –Mi pregunta saltó de mi boca sin que yo pudiera detenerla –No, olvida eso. No tienes porque responder –Nessie rió.

-Tranquila, y sí, la prefiero.

Díselo, por favor el sollozo de Swan no me agradaba.

No puedo.

¿Por qué no?

Porque es una niña, no quiero…

Por favor.

Swan, no me va a creer le advertí.

Por favor, Newton. Te lo ruego.

-Nessie, hay algo que debo decirte –me arrepentiría, me arrepentiría toda mi vida –es complicado de explicar, pero es cierto.

-¿Qué? –la expresión confundida de Nessie me echó hacia atrás por un segundo.

Newton, por favor.

-Tu mamá… -empecé. Ella abrió los ojos desmesuradamente, dejando la taza en la mesa.

-No he venido a hablar sobre ella…

-Nessie, escúchame. Tu mamá está aquí –cerré los ojos. El silencio.

-¿De qué rayos estás hablando? –casi me gritó.

-Tu mamá está aquí –Nessie miró hacia todos los lados, como buscándola. Negué lentamente. Me señalé la cabeza –Aquí.

-¿Quieres explicarte, por favor? No estoy para juegos.

-La escucho dentro de mi mente, puedo hablarle y ella a mí –intenté mantener la calma.

-No te creo, mentirosa –se puso en pie. Yo también.

-Créeme, es cierto. La he sentido desde hace dos semanas –pareció pensarlo por unos segundos, pero luego negó rotundamente.

-No, no te creo.

Dile que la amo.

­-Dice que te ama –estaba a punto de echar atrás, de decirle que era mentira. No quería ver esa expresión en su rostro de total confusión, incluso dolor. Se detuvo.

-Cualquiera podría decirlo. ¿Por qué he de creerte?

-Es verdad.

-No –se echó hacia atrás, dando media vuelta para irse.

­Le regalé un relicario, lo tiene debajo de la ropa.

-¡Te regaló un relicario! –le grité antes que tocara la puerta. La seguí, viendo que se detenía –Lo tienes debajo de la ropa.

Solo se lo quita para bañarse, porque la plata se daña con el agua ella lo sabe Bella me hablaba con desesperación.

-Solo te lo quitas para bañarte porque sabes que el agua daña la plata –le murmuré. Se volteó con lágrimas en los ojos.

-¿De verdad es ella? –preguntó trémulamente. Asentí silenciosa. Pareció debatir, negando –Papá conoce esas cosas también, él pudo haberte dicho todo.

No nos va a creer le repetí.

Repite lo que digo, dilo exactamente como lo digo me pidió.

-Voy  a decir exactamente lo que ella dice, Nessie –le hablé mirándola directamente a los ojos, con cautela. Ella me devolvió la mirada todavía vacilante.

No sé si te acuerdas…

 

Nessie POV.

-No sé si recuerdas… -empezó Bella.

Era una locura lo que me estaba diciendo, no tenía ni pies ni cabeza. ¿Qué mi mamá seguía en el cuerpo de Bella? ¿De verdad podía ser cierto?

Con papá habíamos pensado en esa posibilidad, pero la confirmación de mi sospecha me confundía. En el fondo, muy en el fondo quería creerlo, pero la desconfiaba ganaba, podía más que mi corazón. Y es que me dolería que de verdad fuera mentira, y romper mi corazón una vez más por la partida de mi madre.

-Pero un día antes  de la batalla con los Vulturi, eras una niña… una bebé, tenías un mes de nacida –Bella hablaba lento, como si estuviera repitiendo frases que alguien más le decía. No le dije nada, solo la observé… recordando el momento. Tenía la mente fresca, como la de un vampiro, aunque creciera –te regalé el relicario que llevas en el cuello, una imagen de Edward, tú y yo –Abrí los ojos asombrada ¿ella habría visto alguna vez el relicario? ¿Cómo sabia lo de la foto? Nunca lo había abierto delante de nadie que no fuera mi madre –Me dijiste que me querías yo también lo dije –Bella no me miraba a mí, sino el suelo –te dije que te quería más que a nada en el mundo, y me dijiste que estaríamos juntos por siempre. Repliqué, porque mi plan era enviarte con Jacob si algo salía mal –me confesó. Jadeé, dando un paso no calculado hacia delante. Ella me miró repentinamente, con lágrimas en los ojos –Te dije que no pensaras en eso, y no lo hiciste –terminó.

Me abalancé sobre ella, llorando.

De verdad estaba allí, mi mamá seguía viva de alguna manera.

Bella me recibió en brazos, pasándolos por mi espalda y enredando mi cabello en ella. Como solía hacer mamá.

-mamá –sollocé. Entonces ambas empezamos a llorar.

­-Ya, Reneesme, todo está bien –me aseguró Bella. Me abracé más a ella, sentí cómo nos movíamos hacia los sillones. Se sentó, abrazándome.

-¿De verdad está aquí? –la miré a los ojos, ella asintió. Limpié mis lágrimas y acomodé mi voz -¿Cómo? ¿Desde cuándo?

-Hace dos semanas me di cuenta, y ninguna de las dos sabemos cómo –me explicó pasando las manos por mi cabello.

-Sí sabíamos que te había pasado algo, pareces diferente. Por eso he venido a averiguarlo, nadie quería venir –Bella frunció el ceño, y pareció tener una discusión interna, como decía papá -¿Qué dice? –me brillaron los ojos de emoción. Bella pareció debatir un segundo más.

-No le agrada la idea, dice que no es posible que le tengan miedo –casi se rió.

-Oh, mamá, por favor. No te tienen miedo a ti, es Bella la que no nos quiere cerca –la frase no debió haber salido de mis labios. Bella me miró un poco dolida, volteando la mirada.

-Lo sé, Nessie. Perdóname por eso, pero de verdad no puedo estar en mi mundo… yo no soy una vampira, yo soy una bruja.

Asentí sin darle muchas vueltas al asunto.

-¿Puedo hablar con ella? –pedí.

-¿cómo?

-Que si puedes decir las frase que ella me dice, sin decir las tuyas. Sé que es –me sonrojé y no la miré –cruel pero quiero hablar con ella, por favor.

-Está bien –cerró los ojos y se acostó en el sofá, a mi lado. Tomé su mano y recargué la cabeza en su hombro, pegándome a ella.

-¿Mamá? –mi voz se atoró. Sentí a Bella suspirar.

-Sí.

-Te extraño –sí, mi voz estaba totalmente atorada en mi garganta.

-Yo también, pequeña –la voz de Bella aunque carente de emoción, me obligaba a imaginar a mi madre diciéndolo.

-¿Dónde has estado todo este tiempo?

-No lo sé, hija. Tuve consciencia de estar aquí dentro cuando Newton abrió el libro de magia por primera vez –escuché cómo el timbre de voz de Bella cambiaba ante el descubrimiento.

-¿Por qué no te habías comunicado conmigo? Yo soy tu hija –las lágrimas empezaban a acumularse.

-Bella quería mantener la distancia, pero yo te amo, y lo sabes. Quería estar cerca de ti, todo lo que pudiera.

-Mami…

-Dime, preciosa.

-¿Vas a volver algún día? –hubo un momento de silencio, que se prolongó. Sentí a Newton tensarse y soltar mi mano, mirándome nuevamente. La miré a los ojos, ambos pares de ojos encharcados. No me dijo nada, pero sus ojos llenos de agonía me respondieron.

No lo soporté, me levanté y salí corriendo de la casa.

 

Edward POV.

Escuché a Nessie atravesar el bosque, venía a toda velocidad. Pero no me gustaba el sonido de su respiración, venía llorando.

-¡Papá! –gritó a diez metros de la casa. Todos aparecimos a tiempo de verla tirarse sobre mis brazos, llorando. Jacob me flanqueó, al igual que Rosalie y Alice. Delante de mí estaba Carlisle y Esme. Emmett y Jasper al lado de sus esposas.

-¿Qué pasó, pequeña? ¿Nessie, mi vida, qué ocurrió? –le preguntaba sobando su cabello mientras ella se escondía dentro de mi pecho. Sus pensamientos eran desordenados, solo una palabra se repetía, Mamá, mamá, mamá.

-¿Mi amor, estás bien? ¿Te han hecho daño? –Jacob tenía su mano en el hombro de mi hija.

Cargué a Nessie entrando a la casa, sentándome y poniéndola sobre mi regazo. Ella no paraba de llorar, aferrada a mi camiseta. Me dolía verla así, ¿Qué había pasado ahora? ¿Qué le había hecho Bella Newton ahora?

Me dediqué a tranquilizarla, Jasper ayudándome.

-¿Ness? –intenté otra vez, toda mi familia estaba allí.

-Papá… está viva, ella está viva –las respiraciones inútiles se detuvieron. Alcé su rostro para mirarla a los ojos, esos ojos rojos de llorar, mirándome desde una agonía que me partió el corazón muerto.

-¿Quién, hija?

-Mamá –su voz se rompió sin que sus ojos me dejaran de mirar.

Sentí que el mundo se me venía encima.

Capítulo 17: Swan. Capítulo 19: Y el día se estira.

 
14444848 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios