Bella Newton???

Autor: Huellas
Género: Drama
Fecha Creación: 25/08/2010
Fecha Actualización: 02/01/2011
Finalizado: SI
Votos: 32
Comentarios: 151
Visitas: 136979
Capítulos: 33

-No me dejes, Bella. No, no, no. Bella, no me dejes. ¡Isabela Cullen no me puedes dejar! -grité desaforadamente. Todo comienza cuando Edward pierde a Bella en manos de un lobo... pero y si encontraran a Bella siglos después? Y si ella no fuera Bella... y si los lobos y los vampiros no son las unicas figuras mitologicas?? 

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Capítulo 16: Jake.

Busqué la mirada de Alice, pero mientras me evadía cerraba su mente para mí. Estaba planeando algo y no quería que yo supiera que era. Jasper estaba tanteando el terreno, solo encontraba tenacidad, decisión irrevocable.

-¿A qué te refieres con eso? –casi le retó Bella.

-A que no te dejaré alejarte de nosotros. No puedes hacerlo –le dijo tranquilamente Alice. Era una de las pocas veces que mi hermana estaba seria.

-Tú no puedes hacerlo, si yo quiero alejarme, lo haré.

-Bella, por favor, calmémonos todos, ¿sí? –pidió Esme.

Reinó el silencio por un tiempo, tan solo unos segundos. Bella suspiró, respirando fuertemente, tratando de calmarse.

-Miren, lo siento, ¿sí? Sé que para ustedes esto no es nada fácil, han perdido una parte de su corazón, una parte que es importante. Una hija, una esposa, una amiga… -miro a Nessie –una madre. Pero esto tampoco es fácil para mí –no le quitaba la vista a mi hija –yo también he perdido a mi padre, y entiendo lo que se siente. El sentimiento de estar perdido, completamente a la deriva –los ojos de Nessie se llenaron de lágrimas –, sin saber porqué. Y por otro lado este nuevo mundo que estoy descubriendo… -me miró a los ojos pero rápidamente desvió la mirada.

-Sé que no es fácil, Bella. Pero nosotros estamos contigo, no te queremos dejar sola. Pase lo que pase, puedes confiar en nosotros –intervino Jasper. Bella lo miró de reojo y le sonrió.

-Si quieres, podemos encargarnos de Charlie. O… si quieres puedes… -Carlisle vaciló mirándome, pero no lo miré de vuelta. Yo seguía mirando a Alice –venir a vivir aquí, si es que te sientes sola en tu casa.

-No es necesario, Carlisle. Yo tengo mi casa, y no quiero incomodarlos aquí –dijo pero ese no era el motivo, ella no quería venirse a vivir aquí. Era más que lógico.

-Está bien –respondió él.

-¿Quieres esperar a Charlie aquí? –preguntó Esme, quien se había mantenido a raya hasta el momento.

-Si no es mucha molestia. Y una vez les pido perdón por mi comportamiento, pero no les puedo prometer ni ofrecer nada más. Este ahora es mi cuerpo… ahora me pertenece –el silencio fue interrumpido por un sollozo en la planta alta. Seguido del de nessie, quien se ocultó entre los brazos de Jacob para no derramar lágrimas. Alice volteó a mirar a Jasper, suplicante.

-Bella, nosotros nos retiraremos. Debemos ir a cazar –dijo Jasper. Bella asintió un poco triste.

-Nosotros los acompañamos –gritó Emmett desde el piso de arriba.

-Yo también quiero ir –susurró Nessie. Jacob sonrió y la miró a los ojos.

-Sabes que no me gusta ir a… eso –se rió para si mismo. Nessie sonrió y asintió, depositándole un beso casto en los labios. Jacob volteó a ver a Esme.

-No importa, lobo. Voy con mis tíos. Estaré bien –le aseguró.

-Esme –rogó Jacob.

-Está bien, sobreprotector. Iré con ellos –lo último lo dijo a Carlisle.

-Pero… no necesito niñeras Jacob Black. Pero está bien, mi abuela será perfecta niñera –dijo mi hija  antes de pasar por mi lado, y regalarme un beso en la mejilla –Nos vemos mañana, papi.

-Chao, princesa –le respondí. Ella se volteó hacia Carlisle y Esme, despidiéndolos con la mano. Luego se encontró con la mirada fija de Bella. Carraspeó y le sonrió tristemente.

-Lo siento por lo de Charlie –se obligó a llamarlo por el nombre –todos te apoyamos ahora. Nos vemos luego –tuvo la intención de depositar un beso sobre la mejilla de Bella, si quiera abrazarla, pero no lo hizo. Y salió corriendo mirando de reojo a Esme.

-No creas que por ser abuela, soy vieja –gritó Esme antes de salir corriendo detrás de mi hija. Carlisle se rió en voz alta. Esme estuvo de regreso en dos segundos –Lo siento, mi vida. Adiós a todos –dijo antes de desaparecer.

Salió de la casa, seguida de Alice, Emmett, Rosalie y Jasper. Quienes habían musitado una despedida entre dientes.

-Vaya que soy capaz de saquear una casa de vampiros, y no por mis poderes –sonrió pero el dolor estaba ocultado detrás de sus palabras.

-No es verdad. Bueno tal vez solo un poco –se retractó Jacob ante la mirada de Bella –. Solo es tu olor, son vampiros y no suelen tener una persona apetitosa –abrió los ojos con una mueca –en su territorio.

-Lo sé –musitó Bella sonriéndole tímidamente.

El celular de Carlisle empezó a sonar y él se levantó para atenderlo. Jacob le sonrió a Bella y ella en respuesta, luego me miró a mí y se sonrojó.

-Me tendré que ausentar. Se supone que es mi día de descanso, pero parece que los accidentes en Forks están en aumento. Hoy se han estrellado dos vehículos, después que una fábrica en las afueras estallara en llamas. Ha sido un verdadero desastre –decía mientras subía por su maletín y la bata. Bella asintió un poco contrariada.

-Parece ser demasiado –musitó.

-No tiene mayor relevancia, a veces las cosas se salen de control –respondió Carlisle.

-¿Quieres que te ayude? –pregunté vacilante.

-No, no es necesario. Solo me necesitan por unas horas, se supone –respondió bajando las escaleras. Se acercó a bella, quien se puso en pie.

-Puedo irme, no es necesario que espere aquí –él le tocó el hombro sin que ella retrocediera.

-Quédate. Si no, no estaré tranquilo, por favor –ella asintió.

-Gracias.

-Nos vemos en unas horas –se despidió y salió.

El silencio hizo de las suyas una vez más.

 

BELLA POV.

Había desocupado una casa de vampiros, y no era por mis poderes.

El silencio se interrumpió por mi estúpido estómago. Que no había encontrado mejor manera para avergonzarme que rugir furiosamente, reclamándome por no alimentarlo lo suficiente. Me ruboricé tan furiosa como él y miré el suelo. Sentí la risa de ambos, de Jacob y Edward.

-¿Quieres algo de comer? –preguntó Edward sin darme tiempo a responder. Poniéndose en pie y desapareciendo de mi vista. Miré a Jacob a los ojos.

-¿Qué desayunaste?

-Creo que… no recuerdo –murmuré recordando esta mañana. Me estremecí al recordar mi rostro frente al espejo, y me pregunté si tendría esa imagen todavía marcada –.

-¿No desayunaste? –la reprobación estaba marcada en sus facciones.

-Esta mañana no era yo misma.

-Supongo que no –la sonrisa de Jacob fue tranquila, como si estuviera hablando con una vieja amiga de toda la vida, tal vez para él era así.

-Edward está cocinando para mí, ¿no es cierto? –la mueca que acompañó mi pregunta hizo que Jacob soltara una gran carcajada.

-Tú no cambias, se nota que te desagrada la idea. Igual no creo que esté cocinando, Esme deja comida hecha para mí y para Nessie, debe estar calentando algo. Edward no cocina –la última frase me lo susurró, haciendo de cuenta que Edward no podía escucharnos.

-Sí, lo sé. Tomando en cuenta que él no come –dije a pesar de ser obvio. Jacob se me quedó mirando confundido, con la sonrisa borrándose de su rostro. Se acercó más a mí, quedando en el puesto que ocupaba Edward. Carraspeó y se pasó la mano por la nuca antes de hablar.

-Mira, Bella. Realmente lamento lo de Charlie… era un gran hombre, y sé que debes estar muy triste por eso. Lo siento –le creí que lo sentía, parecía haber conocido a papá.

-¿Lo conociste? –la pregunta sobraba.

-Al viejo Swan, sí –confirmó –Supongo que no es muy diferente a Newton, teniendo en cuenta que tú no eres demasiado diferente a Swan.

-¿Es eso un cumplido? –se encogió de hombros sonriendo.

-Es un hecho. No incluyo sentimientos ni pensamientos –sonreí sin querer -¿Ves? Eso es lo que quiero ver en ese rostro, hoy y siempre. Esa sonrisita que dice “Jacob estás loco, de verdad”

-Bueno, eso es cierto. Estás loco, pero esa sonrisita no me gusta –casi reí.

-Oh, bueno. Tal vez otra, si quieres.

-Lo pensaré.

-Tú piensas todo. Ese es el problema –contraatacó. Porque sentía que no estaba hablando más de mi sonrisita.

-O mi cualidad.

-No, es un problema. No te dejas llevar por el momento, todo lo calculas –su sonrisa me confundía. ¿Estaba hablando en serio o jugando? Me lo quedé mirando sin responder nada -¿Lo ves? No dejas de hacerlo. Dale, déjate llevar por un momento. Edward ya viene con la comida calentada –se paró sin decirme nada. Intuí que debía seguirlo, por eso me puse en pie.

-Espero que sea de tu agrado –no me di cuenta que estaba muriendo de hambre hasta que Edward no me hizo sentar a la mesa. El plato de comida consistía en una porción de arroz blanco, papas fritas y pollo asado, acompañado de un jugo de algo morado.

-Gracias –murmuré mientras empezaba a comer. Miré a Jacob que me miraba divertido, alzando la mirada -¿Tú no tienes hambre? –negó sonriendo. Pero miró a Edward.

-Vale, está bien –Edward sonó molesto. Se levantó y me miró –. Bella, mientras estaba cocinando Carlisle me ha llamado, diciendo que me necesitaba. ¿Te molestaría quedarte con Jacob? –estuve a punto de ahogarme con la comida, ¿quedarme sola con un hombre lobo? ¿Por qué la idea no me asustaba como debería? Lo miré unos segundos, tardando más en responder de lo normal. Negué lentamente.

-Puedes ir, Edward. Es tu casa y yo… yo me iré después de terminar. Por cierto, me dijeron que no cocinabas, así que no mientas –terminé sonriendo. Edward se rió sueltamente y se acercó a besar mi frente. No me hice hacia atrás como tenía planeado, ya que sí quería esa demostración de cariño.

-Vuelvo más tarde, te ayudaré con Charlie –dijo antes de mirar a Jacob –. Pórtate bien, perro –misteriosamente el “apodo” no era un insulto, sonó más a un apodo cariñoso.

-Siempre, chupasangres –reí silenciosamente y Edward desapareció -Te diré que Edward está más alegre desde que tú apareciste otra vez –me susurró. Tuve la impresión esta vez que Jacob estaba esperando que Edward no escuchara.

-Supongo –no lo miré, concentrada falsamente en el plato de comida. Mientras más comía, más hambre me daba.

-Yo te ayudo con eso –terminé de comer y Jacob lavó los platos por mí. Caminamos lentamente hacia la sala otra vez, yo me abrazaba a mí misma.

-¿Cómo lo soportas? –murmuré mirando hacia la hermosa vista que teníamos del jardín, por la ventana que ocupaba todo la pared. Estábamos sentados en el suelo, uno al lado del otro.

-Al principio fue duro, odiaba los vampiros, sobre todo por lo que pasó contigo… bueno, con Bella Swan. Quería matarlos a todos por dejarte sufrir por lo de Nessie, quería incluso que tú murieras antes que convertirte en vampira…

-¿De qué hablas? –lo interrumpí, él me miró furtivamente antes de empezar a hablar otra vez.

-Te conté que me enamoré de ti cuando tú eras… me enamoré de Swan. Cuando Bella voló a Volterra a traer de vuelta a Edward, los odié a todos. Me quitaron la mujer que yo amaba.

-Pero tú amas a Nessie –recordaba vagamente la conversación. Me indicó con la mirada que guardara silencio.

-Intenté alejarte de Edward, varias veces. Incluso te engañé para que me besaras, y lo hiciste. Al principio no te dabas cuenta, pero después te enteraste de lo enamorada que estabas de mí. Lo suficiente para hacernos más daño, pero no lo suficiente para dejar a Edward por mí.

-Yo… -me interrumpió otra vez.

-Luego quedaste embarazada de Nessie, ella casi te mata. Y yo quería matarla a ella, lo iba a hacer. Cuando estuviste inconsciente después de darle a luz, intenté asesinarla… pero quedé imprimado con ella. Ahora me duele solo pensar en lo que quería hacerle –frunció el ceño. Yo seguía confundida –Cuando despertaste siendo vampira y te diste cuenta de la situación, quisiste arrancarme la cabeza. Decías que era tu bebé, te abalanzaste sobre mi, me partiste el brazo –se rió fuertemente, yo esbocé una sonrisita –Luego te diste cuenta que era perfecto, me aceptaste como tu yerno. Siendo vampira, ya no me amabas, y yo a ti tampoco, así que todos felices.

-¿Nessie conoce la historia completa? –le pregunté suavemente, sin saber otra cosa que decir.

-Sí, superficialmente. Sabe lo nuestro… bueno, lo de Swan y yo. Pero no sabe los detalles. No le haría bien saber que el hombre que la ama, una vez intentó matarla. De todas maneras eso no pasará nunca más, daría mi vida por ella –la determinación en sus palabras me hizo quererlo. Le sonreí.

-La amas.

-Con todo mi ser –me pasó el brazo por los hombros, estrechándome contra él –Siempre fuimos buenos amigos, Bells. Siempre nos quisimos, y estuvimos ahí para el otro –no me separé pero estaba tensa.

-Yo no soy ella, Jacob –susurré dolida.

-Lo sé, pero te pareces demasiado como para ignorarlo.

-No, solo en lo físico.

-No, también por dentro. Son igual de testarudas, igual de torpes, se muerden el labio inferior –solté mi labio sonrojándome –se sonrojan –que gracioso, con eso no podía hacer nada.

-Gracias –susurré. Frunció el ceño.

-¿Por qué?

-Por ser mi amigo –respondí abrazándolo.

Él pasó las manos por mi cintura, apretándome más. Sonreí cuando topé con su piel, era una textura rara, suave pero fuerte al mismo tiempo, del olor de la madera. Entonces sentí lo mismo que con Edward.

Oh, no. ¿Otra vez? Pensé para mí misma.

-Tú también, Jake. Pensé que éramos amigos –escuché mi voz antes de caer otra vez. La cabeza me dolía como entonces. Jacob me miró consternado, confundido. Sosteniéndome entre brazos.

-¿Qué? –los ojos se me llenaron de lágrimas y lo empujé levantándome.

-¡¿Ves lo que logro?! ¡Lo hizo otra vez! –grité desesperada, agarrando mi cabello entre las manos.

-¿Qué, qué hizo quien?

-¡Ella! –se puso en pie al igual que yo. Deteniéndome.

-¿Quién?

-Bella Swan –las lágrimas caían por mi rostro. Jacob se paralizó mirándome a los ojos fijamente –se está apoderando de mi cuerpo y no puedo hacer nada para evitarlo.

Seguía sin hablar.

 

Capítulo 15: El alma de Bella. Capítulo 17: Swan.

 
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