RECHAZO

Autor: HelenaCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 30/05/2012
Fecha Actualización: 18/06/2012
Finalizado: NO
Votos: 2
Comentarios: 6
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Capítulos: 9

Bella era la segunda de una familia de segunda, su destino no era reinar, se ve rechazada dos veces para casarse pero es en la tercera propuesta donde su destino cambia irremediablemente

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Capítulo 9: EPILOGO

EPILOGO

 

Las primeras noticias llegaron desde Atlántida, esta vez eran del puño y letra de Nessie. La muchacha de cabellos cobrizos necesitaba ayuda y siendo como era prima de Bella no dudó en dirigirse a ella, la carta era importante ya que fue llevada personalmente por uno de los miembros cercanos al consejo y cuando Bella le concedió audiencia no tardó en reconocerlo a pesar de los años.

-joven-dijo Bella a manera de saludo.

-Mi señora-respondió él inclinándose respetuosamente.

-¿Qué motivos te traen aquí? Espero que todo se encuentre bien en su reino.

-Me temo que no es así-dijo el joven bajando la mirada-Es por eso que traigo esta carta para su majestad.

La muchacha tomó la misiva y la leyó en silencio y con tanta calma como pudo pero la inquietaba un poco, Nessie nunca le había escrito y que lo hiciera en ese instante le decía que se trataba de algo importante. Leyó las líneas sin permitir que su rostro reflejara nada de lo que sentía pero las noticias eran malas. Atlántida se encontraba en caos y la situación se acentuaba para peor debido a que Jacob Black, señor de Atlántida, estaba enfermo. Nada era oficial pero por las palabras de Nessie sin duda temía que Jacob muriera, de ser el panorama las cosas se pondrían complicadas ya que no había un heredero oficial. Habría una guerra con toda seguridad.

-Espero que acepte nuestra hospitalidad-dijo Bella amablemente-Me gustaría contar con su apoyo como un embajador.

-Sería un honor-respondió el caballero.

De inmediato Michael fue hospedado y Bella supo que debía hacer un movimiento con cuidado, no tenía autoridad alguna sobre Atlántida pero si se sumergía en una guerra al fallecimiento de Jacob Black ella no movería un dedo por impedirlo. Esa región siempre los había superado en su flota naval y poseía importantes centros de comercio ¿Por qué no usarlos? Atenas podría aprovechar muy bien la confusión para adueñarse de ese terreno en el que nunca había brillado.

Las guerras tienen el efecto de desplazar a la gente y gracias a eso muchas veces tierras lejanas habían contado con la fortuna de tener gente capaz e inteligente a su servicio, era como ella había hecho negocios en Masen. Pero era mejor no precipitarse a los hechos, charlaría con el joven Michael durante la cena y sondearía un poco las posibilidades que tenía. Y ciertamente durante la cena Michael estuvo al lado de Bella y hablaron con tranquilidad, de esa manera la muchacha de cabello castaño supo con total fidelidad que Jacob no creía estar tan grave pero sus signos decían lo contrario, sin duda el de cabello bronce no había pensado en un heredero. También era sabido que la flota estaba debilitada y que muchos buenos constructores de naves y navegantes ya no veían su futuro en Atlántida.

El propio Michael dejó escapar casi sin querer que él no supiera si era buena idea seguir en Atlántida.

-Espero que las cosas mejoren-dijo Bella-Por favor, le pido que lleve unas cartas con usted, son para mis primas Nessie y Elizabeth, la otra es para el esposo de mi prima, Gregory.

-Cumpliré con lo que me pide.

-Sería un placer contar de nuevo con su compañía Michael, la gente talentosa siempre será bienvenida.

Y lo despedía de esa manera como si dejara una puerta abierta para el joven que, si lo deseaba, encontraría un lugar en la nueva corte de Atenas. El de ojos pardos se marchó pero con plenas intenciones de volver, no creía que fuera buena idea ser muy visible en lo que se aproximaba. No estaba equivocado. Tan Solo unas semanas de su regreso y se anunció la noticia: Jacob Black señor de Atlántida había muerto. Nunca se pudo precisar las causas pero algunos murmuraban que su enfermedad se debía a la vida disoluta que había llevado.

La mecha estaba encendida y no faltó mucho para que estallara: no había heredero. Cualquiera con la fuerza suficiente y algo de argumento podría reclamar la corona pero Bella se limitó a saber eso y a llevar a sus primas de regreso ¿Para qué querían seguir en esas tierras? Atenas era su hogar. Cuando les escribió lo hizo con la idea de comunicarles que las esperaban si su deseo era regresar, Nessie estaba lista para volver de inmediato. En cuanto a Elizabeth también lo estaba pero no lo hizo sola pues Bella había invitado al querido esposo de su prima, Gregory, a unírseles y si deseaba traer con él a sus muy talentosos constructores de naves ella estaría de acuerdo.

Fue gracias a eso que Atenas contó con la llegada de gente capacitada y talentosa para crear una nueva flota para el reino, que Atlántida perdiera el tiempo en esa guerra interna, sería Atenas quien ganara al final, cuando su propia fuerza naviera surgiera. Y así fue.

 

 

En esos tiempos también llegaron las novedades de Asgard donde las cosas no eran mejores, todo el ambiente estaba tenso y el joven gobernante Jake se sentía sobrepasado por los acontecimientos, lo mismo pasaba con su hermano Harry quien no encontraba una salida al conflicto; tanto Leah como Ángela habían escrito a su familia pero todo dependía de que Bella aceptara hacer algo a su favor para que tuvieran una oportunidad de recuperar el poder. El asunto era delicado pero era más que algo que atañera a la familia.

El asunto en realidad era que Asgard se consideraba el único paso a las regiones del norte, si Asgard sufría de una guerra todos se verían comprometidos, no se podría asegurar ninguna manera de comercio con esas regiones y ¿Cómo adivinar quienes quedarían al frente si en verdad perdía la familia reinante? Tenía que considerarse seriamente apoyar a la familia en esos momentos pero ¿Cómo? Bella hizo que le llegaran informes detallados de la situación y parecía que lo más complicado se gestaba en la capital, era el sitio en el que todos los conflictos surgían y se encontraban los ánimos más encendidos. Fue necesaria una charla personal con el embajador de Asgard, el cargo lo tenía en ese momento un inteligente caballero llamado Cristopher, alguien en quien se podía confiar para saber con claridad las cosas.

-¿De verdad la monarquía de Asgard puede caer ante estos problemas?-preguntaba Bella.

-Las personas se encuentran amotinadas mi señora-respondió el joven de ojos verdes-Si las cosas siguen de esta manera tememos por lo peor en Asgard, en estos momentos la familia reinante se encuentra sitiada en la capital prácticamente.

-Pero ¿Aún pueden salir?

-La cuestión es ¿Dónde ir?

-Hábleme francamente por favor joven Cristopher ¿Qué debe hacerse para evitar que esto continúe?

-Si fuese mi elección diría que lo mejor es que la familia abandone la capital, se aposente en un sitio seguro y obligue a la ciudad a capitular.

-Se escucha como un buen plan.

-Desafortunadamente mi señora no se cuentan con los recursos para hacerlo ni la fuerza de carácter.

-¿Acaso no hay alguien que pueda llevar a cabo el sitio?

-Lo hay pero no está siquiera cerca de la capital, se debería convencer a mi señor Jake de llamarlo y por el momento son las preocupaciones de dinero las que lo mantienen ocupado.

-Comprendo. Será necesario que charlemos un largo rato.

Para esos momentos el representante de Asgard ya sabía que la familia reinante tenía posibilidades si Atenas los apoyaba. Cuando Cristopher regresó al lado de Jake lo hizo de incógnito y mejores noticias de las que esperaba: llevaba la promesa de ayuda por parte de Atenas ¿Acaso Bella iba a abandonar a sus primas y a sus esposos? Por supuesto que no pero era necesario que alguna medidas fueran tomadas para poner en su sitio a los que fomentaban la disensión.

Antes que nada era imperativo que sin llamar la atención y con total discreción la familia reinante abandonara la capital, una vez cumplida esa parte se procedería a la siguiente. El joven Cristopher no tuvo tan difícil la tarea de exponer el plan por completo como lo habría creído gracias a que abrió sus explicaciones con una frase.

-La señora de Atenas ha prometido los préstamos necesarios para sostener la campaña.

Palabras mágicas pues desde ese momento Jake no dijo nada en contra del proyecto. Con la familia fuera de la capital pudo ser sitiada la ciudad y lo fue por un caballero que estaba más bien en el retiro pero que resultaba vital en ese momento, se trataba de Justin, veterano en eso de los combates y que sabía guiar a las tropas con mano firme. Todo el dinero que se necesitó para la campaña fue prestado por Atenas que no deseaba que de ninguna manera se viera juzgada familia real alguna.

Pasaron tres largos meses hasta que la capital se rindió. No fue sencillo ni una victoria lo que vino pues se trataba de gente de Asgard sitiando a gente de Asgard pero al final la ciudad se rindió y con ella los máximos líderes de la insurrección contra la corona y como es bien sabido sin la cabeza es imposible que el cuerpo se mantenga. El hambre había hecho estragos y también las enfermedades pero nada de eso evitó que el regreso de la familia reinante fuera victorioso. La monarquía seguía inamovible...y debían pagar su deuda a Atenas pero no corría prisa para eso, de hecho se conformaron con un tratado en el que cedían una breve parte del territorio de Asgard, la cual desde ese momento sería convertida en un paso comercial y mercante autónomo protegido por Atenas, ya no sería necesario esperar por Asgard para llegar a las tierras del norte.

 

 

Otras cosas se gestaban en el horizonte pues Tyler estaba en problemas, ese reino que le había costado tanto crear y mantener unido se volvía más complicado y parecía fragmentarse a cada momento, no Solo eran las revueltas, se trataba también de su salud. Sabía perfectamente que al carecer de heredero las peleas por su reino serían terribles y que desbaratarían lo que tanto trabajo había costado construir. La obra de su vida se venía abajo a menos que encontrara una forma de impedirlo pero para eso se necesitaba de fuerza y él no la tenía, era momento de decidirse y supo con quien debía comunicarse.

A pesar del cansancio por la fiebre escribió una carta, necesitaba que llegara a las manos que debía llegar y Solo una persona podría llevar las noticias sin que levantara sospechas o en todo caso no muchas sospechas.

-Jessica.

-Tyler.

Ninguno de los dos guardaba afecto alguno por el otro, ya estaban demasiado alejados como para tratar de engañarse y no lo harían en ese momento en que todo se derrumbaba alrededor.

-Tienes que irte Jessica, regresa a Atenas.

-No puedo hacerlo Tyler, lo sabes, si me marcho supondrán que buscas apoyo de Atenas para solucionar tus problemas aquí.

-Tienes que hacerlo, Solo tú puedes hacer esto, tienes que ir para que se sepa mi voluntad. Sabes bien que mis consejeros no son tan leales y si ven la oportunidad no dudarán en tomarla. Y nadie creerá que confiaría en algo tan importante a ti.

-¿Por qué me dices esto a mí Tyler?

-Porque sigues ambicionando el poder Jessica, porque si te quedas sabes bien que tal vez ya no saldrás con vida.

Ella sopesaba esas palabras, habían pasado demasiadas cosas entre ellos dos para engañarse, en esos momentos ya ni siquiera se guardaban rencor por los conflictos pasados. Era el momento de hacer una última jugada y esperar a que saliera bien. Cuando Jessica llegó a Atenas parecía que lo hacía en calidad de una visita simplemente pero la realidad fue que llevó una carta a Edward. El de Masen no tardó en saber los deseos de Tyler por partida doble: la carta que le era entregada y oficialmente.

Se anunció la muerte de Tyler, había peleado a pesar de la fiebre que lo aquejaba y había muerto en el campo de batalla. Todo el reino que había creado estaba sin heredero, al menos eso era lo que parecía pues no tardó en saberse una nueva noticia: si había un heredero. Resultaba que el pariente masculino más próximo a Tyler era Edward quien ya en su primera juventud había mostrado sus ambiciones sobre ese territorio y planeaba hacer valer el testamento que tenía en su poder. Las cosas se complicaron un tanto ya que había varios más dispuestos a debatir e incluso ignorar el testamento y era justamente contra ellos con quien debería pelearse. Pero Edward estaba más que listo pues el heredero no era él.

-Legó todo a Carlisle-decía Bella con suavidad.

-A pesar de lo que pudiera creerse le tenía afecto-le respondió Edward.

Era verdad, el pequeño Carlisle había gozado de ser el único pariente de Tyler a quien este le mostraba afecto y a quien escribía personalmente, lo nombraba su heredero siendo como era hijo de Edward, su pariente más próximo y completamente seguro de que ninguno de sus padres permitiría que le fuera arrebatada su herencia. Había varios problemas pues en el reino de Tyler había nobles capaces de hacerse fuertes por su cuenta y que no estaban dispuestos a dejar pasar la oportunidad de apropiarse de algo en todo el conflicto pero Bella no se amilanó ante los obstáculos, si esas tierras eran de su hijo ella lucharía por ellas y de igual manera Edward estaba dispuesto a reclamarlas.

Siendo así no pasó mucho para que el príncipe de Masen se pusiera al frente de sus tropas y demostrara que los años Solo lo habían fortalecido, parecía que nadie era capaz de ponerse enfrente en su camino pues de inmediato los abatía, no fue una batalla sencilla ni corta pero si fue victoriosa, lo fue para Masen al menos pues el de cabello bronce desarmó a sus enemigos por completo hasta hacer que los nobles pidieran paz y se rindieron. A partir de ese punto Atenas no volvió a ser la misma.

 

 

Esos años de luchas y políticas fueron veloces, probablemente porque había mucho trabajo, una vez lograda la paz con otros reinos no cabía duda que lo más importante era poner en orden las cosas en el interior. Para eso afortunadamente no hubo mayores problemas pues mientras hubiera trabajo la gente no se quejaba, ya no se trataba Solo de las inversiones en las ortigas, el cristal y la porcelana, también se abrió un amplio camino en la construcción de una flota de barcos mercantes y una nueva producción de acero que se basaba en objetos como los que siempre se habían usado además de armas.

Las cosas marchaban bien, más que bien, para Bella al menos eran momentos de calma pues a pesar de tener que atender demasiadas responsabilidades podía seguir con su familia, su esposo siempre estaba a su lado siendo su más grande apoyo y sus hijos que parecían ser todo lo que necesitaba para explicarse el porqué debía estar al frente de Atenas. El resto de la familia había dejado de importunar hacia mucho. Los tíos se mantenían entre entretenidos y ocupados con las labores que les designaba aparentemente de la mayor necesidad pero que en realidad Solo era para que hicieran algo, nunca les permitió volver a acercarse a nada que fuera el verdadero poder de la corona. De sus primos pues los había dejado decidir, que hicieran la vida que más desearan siempre y cuando no molestaran y de hecho así era, Solo mantenía con ellos cordiales relaciones pero no más.

Cuando llegó la noticia de un nuevo embarazo fue recibida con agrado por el matrimonio que tan Solo tenía una duda.

-¿Está vez si será una niña?-le preguntaba Edward.

-No se-le dijo Bella-Es un bebé muy inquieto, nunca se está tranquilo.

-Sus hermanos dicen que va a ser niño, Sam me pregunta cómo va a llamarse.

-Tal vez ahora si sea una niña, una con mucha energía.

-Sea lo que sea tan Solo quiero que ambos estén bien.

Se dieron un beso y siguieron su camino tomados del brazo, calculaban que no faltaba mucho para que naciera el nuevo bebé y era mejor estar preparados para recibirlo. De hecho tan Solo pasaron unos días de ese breve encuentro para que un día se diera la noticia por todo Atenas y cruzando hasta el Tártaro que había un miembro más de la familia fundada por Bella y Edward.

-Fue una niña su majestad-anunció el médico.

Bella la recibió en sus brazos con amor, era increíble que llegara cuando parecía que Solo habría niños. Edward llegó tan pronto como fue informado y cargó a su hija con amor, era tan pequeña o al menos a él le parecía que lo era, tal vez por ser la menor, tal vez porque era una niña.

-Finalmente una pequeña-decía Edward.

-¿Te da gusto?-preguntó Bella.

-Claro que me alegra, ahora podemos darle su nombre, el que merece.

Justamente para darle su nombre frente a todos se realizó una celebración bastante fastuosa, eran buenos tiempos ¿Por qué no festejar? Los reinos estaban en paz y eran productivos, todo estaba bajo el mando de sus gobernantes, eran reinos fuertes y ricos, no había pues motivos para no mostrarse contentos. Cuando la familia real reinante apareció se podían escuchar las aclamaciones entusiastas y espontáneas que celebraban el nacimiento de una niña. Cuando se supo el nombre fue bien recibido pues ya tenían a un pequeño Sam y un santi y ahora llegaba una pequeña Bella.

-Es como un deseo cumplido-le dijo Edward mientras avanzaban al salón que los llevaría a la fiesta que se daba en palacio.

-¿Qué?-pregunto su esposa.

-Tú, mis hijos, mi hija, todo lo que nos rodea.

-Si lo dices de esa manera es verdad, es como un deseo cumplido.

Cuando llegaron al salón caminaron dignamente entre las filas de los invitados y fue justamente al verlos inclinarse respetuosamente delante de ellos que a la mente de ella llegó un recuerdo, algo en lo que no había pensado en años y terminó de sentir que se confirmaba cuando su propio esposo le hizo una breve reverencia al igual que su familia al tomar el lugar que le correspondía, un poco más elevado que el de los demás.

-"Aún la orgullosa luna y las hermosas estrellas palidecen y se inclinan ante el soberano sol"

Bella tan Solo sonrió ante el recuerdo e indicó que la fiesta daba inicio, mientras los demás celebraban ella se quedó con su esposo que la notó algo silenciosa pero contenta; eso se debía a que encontraba que la vida a veces pone lo que parecen pruebas o que incluso semejan equivocaciones pero que por igual no debían rechazarse pues nunca se sabía cuando un rechazo era en realidad una nueva oportunidad.

 

 

FIN

 

JEJE MUY BONITA LA HISTORIA, NO CREEN. ESPERO LA HAYAN DISFRUTADO

Capítulo 8: Capitulo Ocho.

 


 


 
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