RECHAZO

Autor: HelenaCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 30/05/2012
Fecha Actualización: 18/06/2012
Finalizado: NO
Votos: 2
Comentarios: 6
Visitas: 14359
Capítulos: 9

Bella era la segunda de una familia de segunda, su destino no era reinar, se ve rechazada dos veces para casarse pero es en la tercera propuesta donde su destino cambia irremediablemente

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Capítulo 8: Capitulo Ocho.

 

Capítulo 8

 

Sam había tenido por guardasellos a un caballero de nombre Caius, joven pero alguien en quien había confiado plenamente, era capaz y leal y por eso fue el encargado de hacer saber la última voluntad del joven Sam No lo había hecho desde el primer momento ya que se encontraba en una misión diplomática en Asgard pero al saber el fallecimiento se puso en camino de inmediato sin apenas tomar un descanso. Con su presencia quedaba en claro que el testamento sería conocido por todos los presentes.

-Señores-dijo Caius-Señora-dijo refiriéndose a Bella.

Todos estaban en un salón privado dispuestos a saber de los acontecimientos, casi todos pues Bella Solo estaba porque debía estar, se sentía cansada con  todo lo sucedido en las horas pasadas.

-La última voluntad de mí señor fue la siguiente-dijo Caius.

Todos los presentes vieron como rompía el sello y procedía con la lectura.

En un principio fueron los asuntos generales más importantes por mencionar pero no tardaron mucho en eso así que finalmente llegaron al punto esencial.

-"Siendo mi voluntad debe ser respetada y esta es que a mi deceso, siendo como es que carezco de herederos varones propios, todo pase en forma integra a manos de mi querida hermanita Bella, legándole así mis propiedades y dinero como la mitad del reino de Atenas que me corresponde. Querida Bella, Solo tus manos son confiables para tan alta labor y no temas a la responsabilidad, he confiado en ti y no me decepcionarás"

El testamento cerraba con unos cuantos comentarios más pero nadie estaba de humor para escucharlos ¿Sam había heredado a una mujer? ¿Había heredado a Bella? Bella no iba a reinar, ella no tenía por qué estar al frente de la mitad del reino y parecía evidente que ninguno de los hombres presentes de la familia de ella estaban dispuestos a acceder a semejante desvarío por parte de Sam porque era tal y como lo veían: un desvarío.

-¿Tiene alguna orden que darme mi señora?-preguntó Caius.

Bella lo miró hincar una rodilla en tierra para saludarla, nunca antes la habían saludado de esa manera, Solo a los gobernantes de Atenas se les rendía un respeto de esa manera, una señal de sumisión absoluta y ese joven de cabellos rubios era el primero en hacerlo en todo el reino.

-No-dijo ella débilmente-Retírese.

El joven lo hizo y entonces quedó ante la mirada de sus tíos que sin duda no estaban nada convencidos de lo que sucedía.

En ese instante los hombres presentes se dieron cuenta de que desde su nacimiento Bella estaba condenada a no ser nada pero en ese instante estaba en camino de serlo todo. Era la segunda de una familia menor y había muchos más parientes varones para la sucesión; las mujeres podían heredar siempre y cuando los varones no existieran o estuvieran de acuerdo en ceder sus derechos y la verdad en ese instante ninguno de sus tíos pensaba en eso.

El primero en moverse fue Waylon.

-Bella-dijo el rubio-Comprenderás que a todos nos ha sorprendido esta noticia. Decidas lo que decidas piensa primero en Atenas, es a quien debes amor y respeto por ser tu familia.

No tardaron los demás en comprender de lo que se trataba, eran los momentos para acercarse pues Edward debía permanecer fuera mientras leían el testamento, aún podían jugar sus cartas de manera favorable.

-Tú hermano te quería Bella-dijo Embry-Así que piensa en lo que él hubiera querido que nosotros hiciéramos.

-Solo deseamos ayudarte-mencionó Billy-Siendo como somos una familia es tal y como debemos permanecer, no lo olvides, la familia es lo más importante.

-Estando en Masen no podrás atender todo lo de aquí-comentó Quil-Piensa en que estamos aquí para apoyarte.

-No es necesario que cargues con una responsabilidad semejante-dijo Seth-Bien puedes dejarla en nuestras manos.

Esperaban una respuesta pero ella tan Solo tuvo una en ese momento.

-Mi hermano fue sepultado este día, no tengo fuerza alguna para pensar en sus palabras, deseo descansar.

Diciendo eso salió de la habitación donde Edward la estaba esperando y en ese instante los cinco hombres Solo pensaban que se trataba de un duelo a muerte contra el de cabello bronce, tenían que lograr que ella no le diera plenos poderes o estarían en serios problemas.

 

 

-¿Cómo te sientes?-fue la única pregunta de Edward.

-Quiero descansar-dijo Bella-La verdad estoy fatigada con todo esto, quiero recostarme unos momentos.

-Muy bien.

El de Masen deseaba decirle muchas cosas en ese instante pero sabía que no podía, parte de los cimientos de su relación eran justamente esas veces en las que debían respetar por completo la voluntad del otro y si ella deseaba descansar él se encargaría de que lo hiciera. Lo más importante ya lo sabía pues el propio Caius le había dicho que Bella era la heredera de Sam, una gran noticia pero no creía que su esposa lo viera de esa manera pues para que lograra esa posición su hermano había tenido que morir.

Desde ese momento las noticias eran rápidas y no tardaron en ser informados los acontecimientos a otras cortes y ciudades, dejando a todos con un sentimiento de duda sobre el destino de Atenas. La mayoría estaba de acuerdo en creer que Bella lo que haría sería abdicar a favor de su hijo Carlisle para que Edward quedara como regente, otros se preocupaban de que los tíos dieran más problemas pues no creían que quisieran quedar en manos del príncipe de Masen. Nadie pensaba en Bella más allá de que pudiera dar a su esposo o a su hijo la corona.

Pero mientras descansaba Bella hacía sus propios planes, se dio cuenta en medio de su cansancio que su hermano le había dejado una tarea muy importante y antes de dormirse acarició su vientre pues el bebé parecía inquieto.

-Deja dormir a mamá está noche-decía ella con la mirada perdida en el infinito-Mañana tendrá mucho que hacer.

Cuando la mañana llegó mucha gente esperaba ansiosa por la resolución de Bella y quedaron más que sorprendidos al ver que ella estaba tranquila y escucharon sus primeras palabras.

-Deseo ver al consejo de mi hermano Sam-dijo Bella-Me es vital saber en qué condiciones están los asuntos de la corona.

Lo más extraño no eran Solo las palabras, era la forma en que había hablado pues hasta ese momento la joven de cabellos negros cuando decía algo siempre parecía pedir pero en ese instante estaba ordenando. Los tíos trataron de hablar con ella de nuevo pero la joven fue sonriente y educada, amable y gentil, aunque no por eso menos decidida en su respuesta a sus peticiones de hablar a solas.

-Después de atender los asuntos del reino. Atenas es más importante en este momento.

Siguió en su camino con calma y entró al salón en el que todo el que fuera consejo de su hermano esperaba por ella. En un primer momento Charlie supuso que debería indicarle quien era cada uno de esos hombres y su función pero no hizo falta, Bella los saludó a todos por sus nombres y sabía perfectamente quienes eran y qué hacían, aunque nadie parecía creerlo la joven estaba bastante al día de todo lo que tuviera que ver con Atenas y su gobierno y en esa reunión Solo se estaba enterando de pormenores. Lo que más le interesaba saber eran cuales proyectos de su hermano estaban sin concluir, era mejor terminar con ellos antes que nada pues así se ahorraban preocupaciones.

Después de eso recibió a los embajadores de otras cortes, necesitaba mostrarles que las cosas estaban tranquilas y que no había motivo alguno para temer por una corona fuerte y establecida, ella fue tan dulce y amable que los caballeros salieron de su presencia creyendo que no era más que una niña a la que podrían convencer de cualquier cosa con unas cuantas palabras bonitas y así lo hicieron saber.

A lo siguiente que dedicó su tiempo fue a informarse sobre las noticias del estado y la ciudad pues era imperativo que conociera la situación en la que estaba llegando, sabía algunas cosas pero no era lo mismo que tener informes de primera mano. En todo ese tiempo le pidió a Charlie que estuviera cerca pues quería sus opiniones ya que él había sido siempre ministro en la corte y conocía todos sus movimientos.

-Dime algo Charlie.

-¿Qué sucede?

-Mis tíos están muy inquietos pero ¿son de confianza?

-Bella...

-Son mí familia pero creo que están tan ocupados en sus propios planes que se olvidan del nuevo papel que tengo en Atenas. Dime ¿Son de confianza?

El caballero supo que si trataba de mentirle ella lo sabría y era mejor decirle la verdad directamente.

-Ellos creen que saben qué es lo más conveniente pero piensan primero en ellos para eso antes que en Atenas.

-Comprendo. Gracias Charlie.

La dejó a solas mientras ella planeaba pues sabía que no Solo sus tíos estaban seguros de que ella no podría reinar, en medio de lo que parecía incertidumbre sin duda muchos esperaban su fracaso.

 

 

Bella estaba convencida de que lo mejor para fortalecer la corona de Atenas era que el reino volviera a unirse pero para eso necesitaba convencer a sus tíos de que accedieran a que todo el reino quedara Solo en sus manos, tarea que no iba a ser sencilla en ninguna manera pues ninguno de los cinco dejaba de acosarla con esas historias de que la familia era lo más importante y que ellos estaban ahí para ayudarla en una carga tan pesada como lo era su herencia.

Los cinco estaban convencidos por lo que habían visto en esos momentos que los planes de Bella no eran en ninguna manera el dejar el poder en manos de Edward así que aún tenían esperanzas de que eligiera a uno de ellos para tomar la regencia hasta que su hijo Carlisle pudiera hacerse cargo de sus labores como gobernante pues sin duda ella no podía reinar. Justamente por esas ideas todos habían acudido puntualmente cuando los llamó para que hablaran personalmente y a solas.

-Gracias por venir tan aprisa-les dijo Bella-Las noticias que nos aquejan son graves, los disturbios en Asgard pueden contagiarse hasta nosotros, también es probable que las regiones del Tártaro quieran entrar a los dominios de Atenas esperando encontrarnos débiles para enfrentar la amenaza.

Y ella no mentía en eso, eran preocupaciones reales que debían solucionar cuanto antes.

-Incluso Atlántida parece inquieta con todos los movimientos que ocurren en Atenas--continuó Bella-Debemos estar listos para enfrentar los peligros juntos o será muy difícil enfrentarlos y salir victoriosos.

-Todos queremos lo mejor para Atenas-dijo Billy-Tan Solo queda resolver quien estará en el poder de hacer todo eso posible.

-Así es querido tío Billy, es por eso que los he llamado. Es momento de que Atenas vuelva a ser una.

Los caballeros casi se frotaban las manos esperando las siguientes palabras que la joven diría ya que sin duda la corona era un peso demasiado grande para ella, siempre fue muy frágil y que mejor que entendiera que debía apartarse del camino.

-Los he llamado-prosiguió ella-porque es necesario que reconozcan sus territorios como subordinados a Atenas, seguirán conservando sus títulos y rentas pero la corona Solo será una.

-¿Bajo tu mando?-preguntó Waylon.

-Si-respondió ella con sencillez.

Por un instante casi se rieron pero no lo hicieron porque vieron la expresión de ella, su perfectamente tranquilo rostro y su postura regia, hasta ese momento seguían pensando en Bella como la pequeña niña entre torpe y tímida que nunca brillaba en la corte, que se alejaba de los demás y que nunca les intereso conocer; sin embargo a quien tenían enfrente era una joven mujer que estudiaba sus reacciones con serenidad y en silencio y que no iba a ceder en lo que había dicho.

-Es lo mejor para Atenas-dijo Bella-Siendo como soy la heredera de la mitad del reino es lo más conveniente para todos.

-Eso no va a pasar-dijo Embry como si se atragantara con las palabras-Tú no eres más que una chiquilla tonta que cree que la corona es un juego y estás loca si supones que me someteré a ti.

-Es mejor que cambies el tono tío Embry, no nos conviene molestarnos.

-Tú esposo debe haberte llenado la cabeza de plumas y pájaros-dijo Billy-Edward no pondrá las manos sobre la corona de Atenas.

-Mí esposo no tiene nada que ver en esta resolución tío Billy, si estamos separados seremos más vulnerables.

-De verdad te crees quien gobierna-dijo Waylon-Tú hermano no tenía ni la menor idea de lo que hacía al heredarte, no era más que un tonto que...

-No digas nada de Sam-dijo Bella con frialdad-No serás tú tío Waylon quien juzgue las acciones de mi hermano.

Se dirigió a todos con firmeza, ya era momento de que se dieran cuenta de que no iban a minimizarla ni a tratarla como si ellos fueran los adultos y ella una niña, ya no lo era, en ese momento eran iguales o más bien ella les llevaba ventaja aunque ciertamente se guardó muy bien de hacérselos notar.

-Debemos unirnos voluntariamente tíos, es la única posibilidad que tenemos para que Atenas siga siendo el reino que siempre fue.

Las respuestas no se hicieron esperar, Embry simplemente hizo un mohín de disgusto y se marcho, Billy dio la vuelta despectivamente y salió, Waylon ni siquiera la miró al dejar la habitación, Solo quedaban Seth y Quil, los gemelos estaban en silencio.

-¿Qué deciden?-preguntó Bella.

Quil se quedó de pie pero Seth caminó hacia la puerta aunque una vez ahí simplemente la cerró desde dentro, ambos habían tomado la misma decisión. Y era apoyar a su sobrina.

 

 

Resultó ser una buena decisión para los gemelos y una muy mala para los otros tres. Bella no estaba dispuesta a permitir una insubordinación, les había explicado por qué debían estar unidos y que la retaran abiertamente no era una manera de empezar su gobierno. Y no tenía nada sencillo el poder estar al frente de Atenas conservando la corona para sí misma y no entregándola a su hijo mayor.

No era Solo la enemistad abierta de sus tres tíos, también contaba que varios nobles no estaban nada de acuerdo en que ella quedara al frente, las mujeres a lo más habían estado en calidad de regentes pero nunca de gobernantes legítimas y no iban a cambiar de parecer en ese instante. Al momento de llegar al reino de Atenas estaba rodeada de intrigas y descontrol, la corte estaba en su contra, los nobles no la apoyaban, las coronas extranjeras no la aceptaban.

Sin embargo Bella no se amilanó a pesar de los obstáculos, sabía que podía ser complicado pero también sabía que necesitaba actuar con inteligencia, lo más sencillo hubiera sido doblegar a sus tíos por la fuerza pero no pensaba usar a la armada, primero necesitaba ganarse el apoyo de la gente y después imponerse a la nobleza, sus tíos tendrían que reconocerla para después hacer que los demás lo hicieran también.

Su primer movimiento fue un paso decisivo pues se coronó aprisa y de manera sencilla, lo más importante sucedió después de la coronación. Vestida con sencillez se dirigió al palco principal del palacio para dirigirse a toda la gente que aguardaba en las afueras, era toda una curiosidad verla sencilla y encantadora con su embarazo, ella lo sabía y no iba a dudar en usarlo.

-Buena gente de Atenas-dijo ella con suavidad-El destino de nuestro reino depende de nosotros mismos, depende de que permanezcamos juntos. Es mi más caro anhelo que nuestras vidas prosigan con tranquilidad y salud, este es nuestro reino y no lo perderemos.

Mencionó algunas cosas más, como el hecho de que los impuestos no subirían y eso porque parecía una costumbre cada que llegaba un nuevo monarca, además habló del nuevo trabajo en el reino pues ella esperaba que Atenas produjera porcelana también y trabajara las fibras de ortigas, sin olvidar que las cosechas de su hacienda llegarían sin intermediarios para los hospitales y hospicios de la ciudad. Tan Solo quería que sus vidas continuaran y ella velaría porque fuera de esa manera. El resultado de sus palabras fue inmediato.

Las aclamaciones se dejaron escuchar desde lo más profundo del pueblo, estaba ahí de pie simplemente y parecía que ya todos la consideraban como una joven madre que se preocupaba de ellos. No estaban en manos de un viejo rey más ocupado de una amante ni de esos cinco que tan Solo veían por sí mismos, el joven rey que había fallecido tan Solo había logrado sobrellevar las cosas pero ahora ¡Ahora! Era una alegría ver a una joven reina sencilla, modesta, generosa y sobre todo bondadosa ¿De qué otra manera podría ser una madre? El miedo por la incertidumbre se había ido, de nuevo podían seguir con sus vidas sin temor.

Bella sabía que esos primeros momentos eran los más importantes y debía poner en marcha sus planes con cuidado, había logrado la aprobación de su pueblo que bien podría haberse negado a reconocerla; tenía que conservar ese favor y emplearlo de manera adecuada. Aún era joven, muy joven para la mayoría y la carga era pesada, eso la preocupaba. No podía precipitarse, debía considerar todo con cuidado, no cambiaría las cosas de cómo marchaban y que las cosas se desarrollaran a su propio tiempo pues sentía que de hacer movimientos apresurados se soltaría un caos y mayores intrigas, no podía arriesgarse a eso

Prefería ser cauta, no podía hacerse de más enemistades y debía lograr la paz, debía actuar con inteligencia para que nada perturbara sus acciones. Nada de apresurarse, nada de gastos imprecisos, nada de diversiones frívolas, si sus inicios no eran buenos bien podría perderlo todo y no estaba dispuesta a eso. Revisó a conciencia todos los informes que le llevaban y habló con los ministros por separado y después en conjunto, todos eran hombres leales que en un principio tal vez no estaban convencidos pero era la voluntad de su hermano y fallecido rey así que la cumplirían con lealtad.

Sus tíos Seth y Quil no tardaron en darse cuenta de que esa joven les llevaba la ventaja en varios puntos, estaba bastante bien informada de los asuntos de la corona y nunca se imponía con la fuerza ni con palabras rudas, solamente era sencilla y gentil con todos pero nunca permitía que por eso la trataran como si fuera una niña, hacía mucho que había dejado de serlo y sus otros tres tíos fueron los primeros en sentirlo.

 

 

Cuando Embry, Billy y Waylon se separaron de la corte para volver a sus propios dominios y prepararse para presentar pelea no pudieron hacer mucho pues las mismas semanas que emplearon para alistarse y armarse fueron las que uso Bella para trabajar en sus proyectos y llegó el momento en que supo que debía enfrentar a sus tíos pero lo hizo de manera bastante particular.

El embarazo de Bella seguía avanzando, Edward había tenido que volver a sus tierras pero no había querido hacerlo, sin embargo ella lo convenció de que era lo mejor.

-Si sigues a mi lado creerán que eres tú quien gobierna-decía la joven.

-Este sitio puede hervir como un nido de víboras-decía el de cabello bronce-¿Cómo supones que voy a dejarte así?

-Tienes que ir con nuestros otros tres hijos y asegurarles que su madre está bien. Contigo aquí Edward seguirá la suspicacia, si quiero terminar está confrontación con mis tíos debes irte.

A él no le convencía nada ese plan pero tuvo que aceptar marcharse, no quería hacerlo pero comprendía que su esposa tenía sus planes delimitados y desde que se casaran ella siempre había actuado de una manera que demostraba que sabía lo que hacía. Siendo así el príncipe de Masen se marchó preocupado pero confiando en que su esposa sabía lo que hacía.

Fue entonces que Bella se informó de la situación armada de sus tíos, lo pensó con calma y frialdad y llegó a la conclusión de cómo tratar con ellos. Llamó a Charlie pues tenía una tarea importante que comisionarle.

-Charlie, quiero que hagas llegar un mensaje a mis tíos Waylon y Billy.

-Por supuesto-respondió el caballero.

Suponía que se trataría de un ultimátum o algo parecido pero cuando vio que era se quedó sorprendido, ella tan Solo le confirmó lo que decía.

-Es lo que quiero Charlie, que ellos lo sepan.

Cuando un mensajero llegó con Waylon y Billy, cada uno en su corte y preparándose para atacar, con un mensaje de parte de Bella pensaron en varias cosas: que los retaba a enfrentarse, que quería conciliar, pero lo que decía era diferente, parecía un mensaje que no tenía nada que ver con que ellos se estuvieran armando para pelear contra ella o defenderse de su esposo según fuera el caso.

Sin embargo el mensaje no era nada de eso, era Solo una carta escrita por Bella en la que les pedía algo: que fueran los padrinos de su bebé por nacer. Ni una palabra de guerra ni de que se sometieran, Solo una nota familiar recordándoles lo mucho que todos había querido a Sam y que si su pequeño era un niño se llamaría así, les pedía que fueran sus padrinos pues eran su familia y la familia debía estar unida ¿Acaso no querían todos lo mismo?

De alguna manera el contenido de esas cartas fue conocido por varias personas y de inmediato Billy y Waylon quedaron bajo la mirada de la opinión pública que nunca les había importado demasiado pero en esos momentos parecía serlo todo. Ambos hombres sabían que quedaban en una situación comprometida. Si no aceptaban estarían diciendo que no querían lazos con su propia familia, sería una afrenta pero si aceptaban ¿Cómo podrían atacar a su propio sobrino y ahijado?

Además la gente se mostraba tan abiertamente del lado de Bella, de su joven soberana que les llevaba trabajo y comida y que no quería meterlos en una guerra. Ellos serían los malos por seguir queriendo atacar a una joven madre que ni siquiera tenía un esposo a su lado para protegerla en esos instantes, era tan frágil que el primer impulso era pensar que debían protegerla...de cualquiera que se atreviera a moverse en su contra. Los dos caballeros estaban conscientes de que sin un Solo ataque Bella los tenía entre la espada y la pared.

También quedaba el asunto de que si atacaban estarían enfrentándose con una fuerza mucho mayor que la suya aunque se unieran (y no pensaban en unirse) que no sería nada sencillo combatir. Y si atacaban ¿no le darían a Edward completos motivos para atacarlos a su vez? Porque si el príncipe de Masen era informado de la más mínima tentativa contra su esposa tendría motivos más que suficientes para atacarlos a su vez y nadie quería enfrentarse contra él.

Siendo así a Waylon y a Billy Solo les quedaba un camino: capitular. No ganaban nada con enemistarse con Bella y bien podrían perderlo todo. Tenían que hacer las paces. La siguiente ocasión que se vieron, Bella los recibió públicamente con una suave sonrisa y les agradeció que aceptaran ser padrinos de su siguiente hijo...y en privado no vaciló en obtener por escrito de cada uno que subordinaban sus dominios a la corona absoluta de Atenas y que ella era la soberana.

Faltaba poco para que naciera el bebé y aún faltaba resolver lo de Embry. Bella sabía que con su tío de cabello oscuro no podría valerse de un argumento como el que tuvo con los demás, el caballero a veces no sabía controlarse y llegaba a empecinarse, si atacaba lo haría hasta que no hubiera final y su orgullo que llegaba a cegarlo no lo dejaría ver lo que pensaban los demás. Necesitaba de algo distinto para controlarlo y que se sometiera. Decidió jugarse una carta peligrosa pero si salía bien de nuevo Atenas estaría unida.

 

 

Bella habló en privado con Charlie y con Caius, necesitaba de alguien fuerte y total adicto a la corona para el siguiente movimiento, no podía ser de la familia en ninguna forma y requería ser un buen estratega. Ambos llegaron a la misma postura.

-Laurent-le dijo Charlie-Es la persona que necesitas para esto.

-Estará a su servicio sin vacilar-agregó Caius.

Ella recordaba a ese caballero. Cuando niña había sido muy cercano de su tío Embry pero habían tenido una discusión y el caballero se había retirado de la corte; su hermano Sam le había encomendado que reorganizara las tropas pues era militar de carrera y había hecho una gran labor en esa tarea; también había sido uno de los primeros y pocos nobles que la habían reconocido desde el principio. Definitivamente era el hombre que necesitaba.

Bella habló con él en privado y nadie fue testigo de las órdenes directas que le dio pero antes de que se pusieran en marcha hubo un incidente más que hizo que el destino de Embry quedara sellado.

Fue una coincidencia en realidad pero una carta de Embry había llegado a manos de Bella, la joven se había sentido mal pero no lo demostraba, mientras leía la carta se sintió peor, tanto que no terminó de leer y tuvieron que llamar a los médicos de emergencia. La joven Bella recién nombrada soberana de Atenas estaba grave, quizás no tan grave pero la gente de inmediato se enteró y los rumores se salieron de control.

Así pues de un natural malestar por el embarazo que estaba por finalizar se llegó a la historia de que Bella estaba muriendo, que el parto se había complicado y tanto la criatura como ella estaban sumamente graves ¿Qué lo había provocado? Ella había tenido naturalmente y sin problemas tres hijos antes ¿Qué había salido mal? La respuesta también llegó. Ella estaba leyendo la carta de su tío Embry, por lo tanto el contenido de esa carta la había puesto en ese estado, así que la culpa de lo que le pasara a Bella y a su hijo era culpa de Embry.

Las noticias volaban y en unas horas el furor de la gente estaba contra Embry quien había escrito una carta tan horrible y amenazadora a su sobrina que la tenía entre la vida y la muerte con su hijo. Eso no era cierto pero la gente entre más sencilla de pensamiento más dispuesta está a prestar oídos a los rumores y a hacer conclusiones falsas que pronto se creen como la verdad. Siendo así cuando Laurent partió con suministros y gente a sitiar los dominios de Embry nadie levantó un dedo para apoyarlo o al menos protestar.

La labor del caballero era la de sitiar a Embry, nada entraría a sus dominios y nada saldría hasta que el reconociera sus dominios como subordinados de la corona de Atenas que estaba en manos de su sobrina, esa era su labor y la cumpliría sin vacilar. Embry sabía bien que no se enfrentaba a un hombre cualquiera y trató desesperadamente de conseguir apoyo pero no lo obtuvo. Billy, Waylon, Seth y Quil no iban a arriesgar su posición para auxiliarlo; sus sobrinos no iban a meterse, Félix y Demetri estaban terminando de establecer con Daniel y Cameron los términos para hacer porcelana en sus dominios y comerciarla, Alec no tenía poder alguno; Marco Solo quería seguir con su tranquila vida lejos de la corte; Mike había recibido la oferta de involucrarse en una nueva empresa que Bella iba a echar a andar. Si no podía esperar nada de los varones mucho menos lo obtendría de las mujeres de la familia que estaban en sus propias complicaciones. Estaba Solo.

Los días siguientes fueron una delicada balanza en la que las cosas empeoraron con la llegada de Edward, en cuanto le fue informado el estado de su esposa partió a Atenas y no vaciló en decir algo a los cercanos en ese instante.

-Si algo le sucede a mi esposa o a mi hijo haré responsable a ese desgraciado.

Sabían que era en serio.

Las cosas pintaban mal y en los dominios de Embry la gente era leal pero no pensaban arriesgarse, los otros nobles se reunieron a espaldas de Embry y llegaron a una conclusión. Si tenían que serle leal a alguien sería a Bella. Lograron hablar con Laurent y negociaron la rendición, cuando las fuerzas de sitio entraron no dudaron en apresar a Embry que se defendió pero no muchos pelearon por él, lo capturaron con doce heridas en el cuerpo pero vivo y de inmediato fue llevado a la capital.

 

 

Una semana solamente había tomado terminar con el encuentro entre el tío y su sobrina. Bella había estado delicada esos días pero en cuanto supo que Embry estaba en la capital ordenó que lo llevaran a su presencia. A Edward no le gustaba nada la idea pero si ella lo quería a él le tocaba acceder...pero no los iba a dejar a solas.

-Tío Embry-dijo Bella.

Debido a su estado no podía estar de pie pero al de cabello oscuro sí que lo obligaron a ponerse de rodillas.

-Esto debe terminar tío Embry ¿Por qué te cuesta tanto admitirlo?

Pero el de cabello castaño guardaba silencio.

-No quiero humillarte-decía ella-Y no pienso causarte mal alguno, todo lo que quiero es que Atenas esté unida de nuevo para que el reino siga fuerte. No te obligaré a firmar nada, no reconocerás por la fuerza nada que no quieras reconocer, no me gusta la violencia pero todos los demás me sugieren que de un escarmiento contigo, que demuestre que soy reina y nadie se me opone, que te haga juzgar.

El hombre permanecía sin decir nada.

-Si te hago juzgar tío Embry Solo sucederá algo: te encontraran culpable. Lo sabes. La gente te culpa de mi estado, de querer hacer una guerra, de prepararte para ella, no habría más salida que encontrarte culpable. Los otros tíos no te apoyaran, mis primos no lo harán, nadie ha dicho una sola palabra a tu favor para que seas perdonado. Pero no quiero juzgarte, no quiero que seas hallado culpable. Sam te estimaba mucho y todo el que fuera querido por mi hermano no puede serme odioso

Seguía guardando silencio el hombre en sus rodillas.

-Tío Embry, terminemos con esto, estas peleas no pueden sernos de ayuda en ninguna manera, escucha a tu razón, a tu conciencia, sabes bien que Solo queda un camino para Atenas ¿Por qué no formar parte de ello también? Seamos una familia de nuevo, Solo una corona, Solo un gobernante.

Tal vez Embry en verdad fuera impulsivo y orgulloso pero también sabía reconocer cuando no quedaba más que un camino. Solo entonces habló.

-Firmaré.

De inmediato le fue presentado el documento en el que subordinaba a la corona regida por Bella sus dominios. Atenas era de nuevo un reino.

Tan Solo una hora después de hacerse oficial el decreto Bella sintió de nuevo dolores que le indicaban que su hijo estaba listo para llegar al mundo, el parto fue sencillo, no hubo complicaciones de ninguna clase y en tan Solo tres horas un nuevo hijo llegaba del matrimonio de Bella con Edward y a nadie sorprendió cuando anunciaron al padre el suceso.

-Es un niño-decía el médico con el pequeño recién lavado-Ambos se encuentran bien.

En esa ocasión no lo entregaron a su padre sino que lo pusieron directamente en los brazos de su madre, el de cabello bronce entró un instante después para verlos a ambos. Bella sostenía a su hijo pero se veía cansada aunque tuvo ánimo para sonreírle.

-Fue otro niño-dijo ella a su esposo.

-Si-respondió él-Nuestro pequeño Santi.

Cargó al pequeño con cuidado, su familia crecía pero le gustaba eso, que fueran muchos, pequeños a los que adoraba y llevarían su nombre ¿Hasta dónde lo lograrían? No lo sabía pero si sabía que sería a más de lo que él hubiera imaginado. Bella tan Solo se sentía complacida, estaba feliz en lo que consideraba el mejor momento de su vida.

Sus hijos fueron traídos desde el principado de Masen para que estuvieran a su lado y para que pudiera conocer al nuevo hermanito que llegaba a la familia, era un momento para festejar y ya que Atenas era de nuevo un Solo reino y que se podía celebrar la llegada de un pequeño nacido en su propio territorio la gente se mostró más que dispuesta a celebrar de todas las maneras posibles y así fue.

Debía ser un momento pleno de felicidad, ya había paz en el interior, no había dudas de la sucesión que estaba más que asegurada con cuatro niños pero aún faltaban algunos eventos para que el sol brillara plenamente y que esa promesa sobre el destino de Bella se cumpliera.

Capítulo 7: Capitulo Siete. Capítulo 9: EPILOGO

 


 


 
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