RECHAZO

Autor: HelenaCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 30/05/2012
Fecha Actualización: 18/06/2012
Finalizado: NO
Votos: 2
Comentarios: 6
Visitas: 14361
Capítulos: 9

Bella era la segunda de una familia de segunda, su destino no era reinar, se ve rechazada dos veces para casarse pero es en la tercera propuesta donde su destino cambia irremediablemente

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Capítulo 1: Capitulo Uno.

 

Capítulo 1

Ella no debía reinar. No era porque la odiaran o porque no tuviera derecho de hacerlo pero la verdad era que en cuanto nació no parecía que hubiera una posibilidad de que ella reinara. Con los años fue quizás el motivo por el cual no se ocuparon demasiado de ella, de vigilarla y enterarse que tipo de persona era y de sus capacidades, nadie creía que sería más que una reina un día.

Cuando esa tarde se informó que el nuevo miembro de la familia había nacido muchos se decepcionaron un poco pues esperaban un niño y sin embargo era una niña, después de todo no era tan malo gracias a que las mujeres cumplían con otro tipo de objetivo en los planes de las familias y no el de ser parte primordial de ellos, tan solo debían aceptar cuando algo se les indicaba y ahí acababa toda su influencia. El reino no quería a una mujer para heredar el trono aunque sin duda las solteras de la familia siempre podrían ayudar a sellar alianzas, llegado el caso tenían que conformarse con ser abandonadas por los suyos si las necesidades así lo exigían.

Sin embargo en los principios de su vida nadie hubiera imaginado que ella tendría tanta importancia algún día, ni siquiera cuando un día de juegos en su infancia la puso delante de un adivinador. Fue un día por la mañana en el que inusualmente se le había permitido participar en las actividades de su familia. Estaban reunidos casi todos pues era una fiesta importante, era el cumpleaños de su tío abuelo, para ella era tan solo eso pero todos los demás siempre le recordaban que debía referirse con mucho respeto al caballero. Se celebraron una especie de juegos además del tradicional y amplio banquete en los pastos con las elegantes mesas y el vino en copas de bronce.

Era una ocasión solemne sin duda el felicitar al rey de Atenas, líder de la familia Swan, ya envejecido pero aún rey, que guiaba a toda la familia. Cada uno de los parientes pasaba ante el que era rey y lo saludaban con respeto de acuerdo a su jerarquía y edad, los primeros lo hicieron muy bien, sin duda aunque niños comprendían perfectamente el ceremonial y fue cuando le tocó su turno a ella, era una niña solamente y no muy grande, era más pequeña que las otras y no le gustaban esas ceremonias.

Siendo así y como parte del ceremonial cuando estuvo delante del anciano se inclinó con timidez y más bien algo de torpeza, era pequeña y no se ocupaban demasiado de ella teniendo a tantas niñas de mayor interés a las cuales cuidar.

-Siendo tú está bien Bella.

Cuando se apartó sin decir una sola palabra escuchó los cuchicheos y las risitas de algunos más de la familia, eran todos primos en primer o segundo o hasta en tercer grado pero todos estaban emparentados de una manera o de otra. De todas formas ella nunca entraba en ese medio, no era alegre, no era divertida, siempre andaba callada y como perdida en ese mundo en el que debía moverse. Aún su familia más cercana no veía grandes posibilidades en ella pero no importaba tanto teniendo como tenían a Nessie, linda y gentil, a Jessica, lista y encantadora, a Lauren, bonita y decidida, a Leah y a Ángela y a Withney y a Ashley y a Elizabeth....cada una de las muchachas de la familia era especial Black Bella había heredado de quien sabía quién esa personalidad tan opaca, era como una broma del destino, de todas maneras no había de que preocuparse, ella nunca reinaría.

Mientras la celebración continuaba Bella veía a la gente aunque la gente nunca la viera a ella, eso no le importaba mucho, así era más sencillo escabullirse de todas las reuniones. Justamente por estar buscando la manera de alejarse de la fiesta fue por lo que chocó con alguien, y literalmente chocó con alguien. Ella casi se cayó al suelo pero lograron impedir que fuera de esa manera.

-¿Te encuentras bien pequeña?

Quien le preguntaba era un hombre de aspecto particular, ropa colorida y si bien no joven tampoco era un anciano, por lo demás parecía amable, si algo era cierto de Bella era que cuando tenía una impresión de alguien nunca se equivocaba.

-Estoy bien-dijo ella.

Pero el hombre la miraba atentamente y le hablo un poco más.

-¿Quisieras saber tú futuro pequeña?

-¿Para qué?-preguntó ella.

-Tómalo como un servicio de mi parte.

La niña no estaba segura de que decirle pero el hombre extendió su mano izquierda con la palma abierta hacia arriba, la pequeña de cabello castaño hizo lo mismo y el hombre miró atentamente por unos instantes y en silencio la manita que sostenía, después con su propia mano hizo que ella cerrara la suya y le hablo.

-Tu destino es grande a pesar de que eres pequeña.

Pero ella no decía nada.

-Algún día verás a la gente inclinarse delante de ti, incluso a tu familia, a tu paso.

-¿Por qué?-preguntó ella.

-Porque un día serás más grande, serás una reina.

Antes de que ella pudiera decir nada el hombre empezó a apartarse no sin decirle algo a la distancia.

-Recuérdalo pequeña, aún la orgullosa luna y las hermosas estrellas palidecen y se inclinan ante el soberano sol.

Pero la niñita no tenía la menor idea de lo que querían decir esas palabras.

De todas formas no pensó mucho en ellas cuando simplemente se marchó a su habitación. Black hasta la tarde que parecía que las actividades bajaban un poco tuvo noticias de la persona más importante de su familia para ella, se trataba de su único hermano, Sam

-¿Qué haces aquí Bella?

-Nada Sam

El pequeño que entraba era alto para su edad y ya desde esa tierna etapa de su vida era proyecto serio en los planes de sus familias, estaba casi formalmente prometido a casarse, cuando llegara a la edad adecuada por supuesto, pero nada impedía un compromiso de palabra entre familias. Algunos pensaban que debía casarse con alguien de su propia familia y unos más alegaban que debía ser con una extranjera para fortalecer posiciones.

-Te fuiste de la fiesta Bella.

-No quise estar ahí Sam No bailo bien, no canto bien, no se recitar, no hay nada que pueda hacer ahí.

Su hermano sabía que su hermana era muy capaz en todas esas actividades, que eran de las pocas cosas en las que una niña podía hacerse notar,  pero las otras niñas siempre estaban dispuestas a decir que no lo hacía bien y a hacerle burla por cualquier motivo que les sirviera, su hermanita era muy sensible y unas cuantas ocasiones ya la habían hecho llorar. Quizás era mejor que no estuviera cerca.

-¿Qué hacías aquí Bella?

-Nada...pensaba solamente.

-¿En qué?

Pero ella no respondió, no decía nada pues no sabía si lo comprenderían, ella era más bien el tipo de niña que sueña despierta, no decía mucho de esas ideas en las que a veces se quedaba su mente, podía observar largamente algo y después pensar en ello, no era común definitivamente eso.

-Vamos a irnos mañana Bella-continuó Sam-Tenemos que estar listos para partir.

-Me alistaré Sam

No pasó mucho para que partieran y pudieran regresar a Forks, la tierra de su familia, desde ahí estarían al tanto de todo lo que sucedía en la corte aunque nunca quisiera ella saber mucho realmente, ese ambiente no le gustaba, no se sentía parte de eso, sin duda también la familia sentía que ella no formaba parte de su medio.

Así las cosas siguieron tranquilas por unos años, Black unos años en los que las cosas parecían ser las mismas pero llega un tiempo para todo y las cosas comenzaron a mostrarse así un día que fueron llamados desde su propiedad llamada Cinco Picos en Forks los hermanos Sam y Bella.

 

 

Cuando los dos aparecieron en el salón privado de la propiedad quedaron ante Charlie, su instructor y padrino, un verdadero honor siendo como era ese hombre un importante ministro y diplomático además de pariente lejano de ellos, no era ambicioso y deseaba honestamente servir a la corona ¿Qué mejor servicio que educando a parte de la familia reinante?

-Tengo noticias-dijo Charlie-Son de la corte.

El muchacho de cabello castaño se puso atento de repente pero ella parecía no estar impresionada de lo que terminaban de comunicarle.

-Debemos ir con el resto de la familia, a la corte.

-¿Por qué?-preguntó Sam

-Porque nos llaman, terminarán su formación en palacio ¿no les gusta la idea?

-¿No puedo quedarme?

-No, ambos deben ir, tenemos que regresar, después de años de no vernos la familia estará reunida de nuevo.

Ante todo el diálogo Bella no dijo ni una palabra, ella no discutía, sabía que de todas maneras no la escucharían. Y más por obedecer que por querer hacerlo los hermanos de cabello castaño se alistaron para su viaje.

Tal como les había dicho Charlie estuvieron en camino y en un buen tiempo llegaron al palacio, cuando descendieron del carruaje Charlie iba delante y Sam le seguía el paso pero casi para cruzar las amplias puertas y entrar se dieron cuenta de que Bella no estaba, voltearon y se dieron cuenta que ella se quedaba atrás observando el sitio.

-Bella-la llamó Charlie.

solo entonces la niña atendió a que la llamaban y se apresuró a alcanzarlos, entraron y ya había unos sirvientes para recibirlos. Los llevaron a unas habitaciones y les indicaron que debían arreglarse para reunirse con los demás que ya estaban en palacio. Bella hizo lo que le dijeron y entraron pero no sin una advertencia por parte de Charlie.

-Deben recordar cómo comportarse aquí-dijo el caballero

-Bella.

La niña lo miró atentamente.

-Recuerda Bella, no eres como las demás pero no por eso permitas que intenten desvalorarte.

Ella tan solo asintió de un movimiento pero el caballero de ojos verdes no estaba seguro de si esa advertencia bastaba. Sam ya era un jovencito alto y apuesto de brillantes ojos negros a sus trece años y sabía darse su lugar donde fuera mientras que Bella apenas contaba con once años, seguía siendo una niña y una a la que la familia consideraba extraña, a él personalmente lo inquietaba esa afición que tenía la pequeña por la soledad. solo quedaba esperar por lo mejor de las cosas y que sus ahijados no se perdieran en medio de un mundo del que siempre deseo protegerlos.

Cuando Bella apareció en el salón esa enorme prole que eran los jóvenes herederos ya estaba reunida y la de la trenza no entró en el mejor momento pues todos se dieron cuenta de que llegaba tarde. Ella trató de pasar desapercibida pero no fue posible, no cuando había alguien dispuesta a hablarle.

-Bella ¿Por qué te has puesto ese vestido?

Se trataba de Jessica y lo del vestido pues no era para ser comentado, simplemente Bella se había puesto uno de los vestidos que estaba acostumbrada a utilizar en Forks: sencillo y discreto. Nada comparado con lo que usaban sus primas que eran sedas y brocados.

-Ay Bella-continuó Jessica-Debes usar algo mejor, con eso van a creer que eres de la servidumbre.

Las risas se dejaron oír, ella también se rió suavemente tratando de parecer que compartía la broma pero no lo hacía, sabía que no era como sus primas sin importar como se vistiera, de todas maneras hubieran encontrado la forma de comentar algo para burlarse. Y también sabía que desde ese momento era el mundo en el que tendría que moverse y sobrevivir, era parte de la familia, de las menores partes pero de todas formas era de la familia reinante de Atenas y aunque los demás no lo intuyeran siquiera tenía un infantil orgullo de ello.

 

 

Siendo que se instalaron desde que Bella tenía once años fue casi una sorpresa sin esperar el darse cuenta de que ya habían pasado tres años desde su llegada, así que ahora la muchachita contaba con catorce años y muchas cosas habían cambiado en ese tiempo y los jefes de la familia eran quienes los manejaban. El rey en realidad ya era viejo y solo deseaba que lo dejaran tranquilo y disfrutar de su vida, vida que en esos momentos estaba prácticamente en manos de René, una hermosa mujer que apenas entraba a los treinta años y que sin ser la reina era la mujer más influyente de toda la corte aunque claro no se le podía reconocer públicamente siendo como era la amante de su majestad.

Había grandes planes en marcha, siempre era posible mejorarlos pero no se podía perderlos, no podían darse ese lujo siendo como eran los orgullosos descendientes de príncipes y reyes. En medio de ese ambiente las mujeres generalmente no tenían mucho que decir ni opinar, hacían lo que se les indicaba y eso era todo; los hombres podían escoger un poco más pero tampoco demasiado, más bien eran los jefes de las familias quienes sabían cómo acomodar sus planes. Era justamente por esos planes por los que en esos instantes se discutían importantes proyectos.

-Siendo de esa manera debemos estar atentos-decían los jefes de las familias.

El asunto era sencillo de cierta manera.

Con los años las cosas se habían modificado un poco, las muchachas de la familia eran lo que se esperaba de ellas, lindas y decorativas, así pues y también gracias a sus nombres no faltaban los candidatos y ya había varios planes serios para ellas en cuestión de matrimonios, unas estaban prometidas a extranjeros, otras estaban destinadas a miembros de la misma familia. Y se consideraba que estaba bien.

Entre esos planes nunca entraba Bella, ella no era calificada para mucho de acuerdo a sus parientes, su hermano Sam sin duda se había convertido en un joven muy guapo pero ella seguía careciendo de gracia, de estilo, era más bien simple, siendo así quedaba al margen de todo.

Algunos habían llegado a especular que lo mejor para ella era que entrara en un convento pero la verdad Bella nunca había pensado en la vida contemplativa, no sabía que haría con su vida pero si estaba segura de que el convento no sería algo que ella elegiría, aunque eso no cambiaba que la muchachita no se sintiera parte de la corte, no se veía como alguien elegante y la verdad era que tampoco le interesaba, le daba la impresión de que ese era un mundo muy frío. De todas formas como ella no iba a reinar no importaba mucho lo que pensara o quisiera.

Justamente en medio de esas ideas y de que sus familias buscaban afianzar planes que ella entró en medio de un proyecto serio para matrimonio, lo que obviamente significaría una alianza para su familia. El asunto era que el heredero de Atlántida, Jacob, estaba bastante dispuesto a la idea de una alianza y por lo tanto no negaba un compromiso matrimonial. Siendo así las cosas y como la verdad era que Atlántida no era mucho en comparación al reinado con el que pretendía emparentar era bastante aspirar a una muchacha de la familia reinante de Atenas pero sin duda resultaba muy conveniente para él y los suyos.

También era cierto que la familia de Atenas no estaba muy entusiasmada, después de todo ellos no ganarían mucho con una alianza de ese tipo pero, bueno, tampoco se daban el lujo de menospreciar a los Black, eran una familia bien establecida y rica en cierta manera ya que contaban con una flota excelente que les permitía comerciar ampliamente. Ya que contaba eso a su favor pero lo consideraban menos que los de Atenas le darían algo a la medida. Y fue cuando pensaron en Bella.

-Entra-se dejó escuchar la voz.

La muchachita de la trenza entró, no sabía porque la llamaban ni mucho menos creía que tuvieran motivos para hacerlo, se ocupaban muy poco de ella en la corte ante lo cual había hecho una vida prácticamente independiente de todos y por lo tanto no sabían mucho de ella ni de lo que hacía.

La muchachita miraba con calma, casi como si mirara simples retratos, a los presentes, ahí estaba su tío Billy, y su tío Embry y sus tíos Seth y Quil, y su tío Waylon, también estaba su padrino Charlie, algo importante sucedía para que la llamaran solo a ella ante ellos. A su vez sus parientes la miraban, no esperaban demasiado de ella, seguía pareciendo una niña y una no muy bonita pero ¿Cómo verse destacada y bonita comparada con sus primas? De todas formas eso no les interesaba a ellos.

-Dinos Bella-preguntó directamente Billy-¿Qué sabes de Atlántida?

-Es un principado-respondió Bella-Se trata de una ciudad isleña avanzada en todo lo marítimo, la familia Black la ha gobernado durante las últimas generaciones, no se distinguen ni en la cultura ni en la política pero son grandes arquitectos de naves y han dado de los mejores navegantes y comerciantes que se hayan conocido y poseen algunos de los centros de comercio más importantes. Además han diseñado las cartas marítimas más precisas que se utilizan por todos los navegantes.

Los demás la miraban como si no estuvieran seguros de que pensar sobre lo que había dicho pero lo dejaron de lado, era otras cosa lo que debían discutir.

-Dentro de poco tiempo-le dijo Waylon-Vendrá a la corte el joven heredero de la familia Black, cuando llegué debes estar presente y hablar con él.

-¿Sobre qué?-preguntó ella desconcertada.

-Sobre algo entretenido-dijo cortante Embry.

Diciendo eso le hicieron una seña de que podía retirarse, ella lo hizo pero la conversación siguió en el interior.

-Esto no parece una buena idea-dijo directamente Charlie.

-¿A qué te refieres?-preguntó Seth.

-Bella es muy joven, no puede cumplir con el papel de esposa.

-Tiene la edad para casarse-intervino Quil-Es una buena opción para ella, se casará y asunto arreglado.

-Tenemos que trabajar en el contrato-dijo Billy-No debemos dejar nada a la ligera, tan solo que estén listos para comprometerse y quedar firmemente comprometidos.

Charlie escuchaba todas esas razones pero no estaba convencido de nada, no creía que fuera algo adecuado involucrar a Bella, ella era distinta, no veía las alianzas como el resto de la familia, lo que más temía era que su ahijada se enamorara de ese heredero porque si lo hacía lloraría mucho al descubrir que a él no le importaba quien fuera la novia con tal de emparentar con ellos.

 

 

Siendo que los planes estaban en marcha no pasó mucho para que la corte estuviera al tanto de la visita del heredero de los Black, también sabían que iría acompañado de algunos de sus ministros y favoritos de su padre y todos debían estar listos para recibirlo y hacerle grata su estadía.

El día señalado llegó y la comitiva de Atlántida se presentó en palacio ante la familia de Atenas. Fue la primera vez que lo vio, de hecho todas estaban ahí pero por primera vez Bella veía la entrada de un príncipe extranjero a la corte, tal vez por su corta edad o porque era su primera vez en esa situación pero lo cierto era que le parecía que el recién llegado era el hombre más apuesto que hubiera visto en toda su vida. Se trataba del príncipe Jacob Black, venido de Atlántida específicamente con el propósito de forjar una alianza matrimonial, al menos era lo que se decía y a ella le latía aprisa el corazón pues recordaba lo dicho por sus tíos y sabía que ninguna de sus primas había escuchado nada como lo que le dijeron a ella.

El joven Jacob estaba rodeado de un grupo selecto de personas que por diferentes razones ocupaban puestos importantes en su corte, eran Gregory, Paul, Jared y Stephenie; los recién llegados fueron recibidos con solemnidad y educación pero se notaba que su corte no era tan rica como la de Atenas, aún así estaban ahí por un motivo y no lo dejarían pasar.

-Bienvenidos-los recibió Quil-Esperamos que su estancia sea tan placentera como para nosotros el recibirlos.

-Agradecemos su bienvenida-dijo Jacob-Esperamos que este sea el inicio de una etapa de comprensión y amistad entre nuestros reinos.

Mientras esa escena se daba las jóvenes observaban al recién llegado con atención, algunas más que otras pero atentamente de todas maneras. Era un joven apuesto, parecía alegre y educado. Fue en esas apreciaciones que uno de sus tíos tuvo bien a hablarle a Bella.

-Bella-dijo Seth.

La muchacha dio un paso adelante.

-Da la bienvenida a nuestro invitado-dijo su tío de ojos verdes.

La jovencita quedo delante de Jacob Black y lo miró atentamente por un instante para después hablar.

-Siéntanse bienvenidos-comenzó ella-Son como gaviotas, traen consigo el aroma del mar, alegre y libre, nunca estarán atados a la tierra, nunca.

Aunque fue dicho con voz suave se escuchó perfectamente, los llegados de Atlántida en su mayoría observaban sin saber qué decir, excepto por Sorrento que parecía conmovido; en cuanto a los tíos parecían contener su inquietud y se miraban intranquilos, y los primos no se asombraban tanto, esa prima suya era tan extraña para todo. A sus primos no les gustaban sus frases raras que parecían agua sobre una fogata de alegría, era como un adulto con cuerpo de niña y ya que ellos eran jóvenes preferían no escucharla.

-Sigamos adelante-dijo Waylon haciendo que la comitiva avanzara.

Bella se quedó atrás, tenía pensadas otras palabras pero no pudo decirlas al ver a los ojos de Jacob, simplemente sabía que aunque se casara ese hombre no sería para ella, era una gaviota, alegre y libre y no se ataría a nada ni a nadie. Alcanzó a la familia pero no se hacía ilusiones de ningún tipo ya.

Menos lo hizo cuando fue la primera en darse cuenta de que la atención del joven Jacob no estaba en ella a pesar de los esfuerzos para que estuvieran juntos, era evidente cuando hablaban pues no se comprendían. Más bien el de cabello negro no la entendía ya que parecía que hablaban en idiomas diferentes.

-Su flota es impresionante-decía Bella-Parece que los puertos del sur deberán ser ampliados.

-Supongo-respondió él.

Para los acompañantes del joven Black era un hecho que esa muchachita de cabellos castaños estaba más enterada de su flota que el heredero y en cuanto al de cabello negro no entendía porque le decían eso, no lo escuchaba ni de su padre ciertamente no lo iba a escuchar de nadie más.

-Esa muchacha tiene alma de poeta-dijo Sorrento a Jacob por la noche cuando ya iban a descansar.

-¿Te parece?-preguntó el de cabello azul.

-Sí, sus palabras...fueron emotivas.

-Si te lo pareció.

El joven Sorrento era músico por afición y alguien bastante sensible, sabía que alguien como la muchacha de la trenza podría estar con Jacob pero él no, era demasiado volátil para un compromiso con alguien que le sería completamente leal. Qué pena que fuera de esa forma, Atlántida sin duda hubiera agradecido una esposa para su futuro señor que pudiera mantener los pies en la tierra.

Pero Jacob no se ocupaba de nada de eso, estaba entretenido, embobado sería más correcto. Al día siguiente a unos pasos en el salón se encontraba Bella pero no la veía a ella, veía al grupo de muchachas que la rodeaba y por encima de todas veía a esa linda joven de cabellos cobrizos con la dulce sonrisa pintada en los labios.

-Es encantadora-dijo sin dejar de mirarla.

Y así era, Nessie se había convertido en una joven mujer encantadora, lo suficiente para que Jacob tomara una resolución con respecto a la boda que había ido buscando a esas tierras tan lejanas del mar.

 

 

En los días siguientes se hizo un gran baile en el palacio, se usó el salón principal para recibir a los invitados y la gente hablaba con cierto alborozo, supuestamente era un secreto pero ya estaba el rumor en boca de todos que el motivo de ese baile era sellar un compromiso entre la familia de Atenas y los Black, fue una fiesta espléndida y elegante en la que todos tan solo esperaban que apareciera el joven Jacob para decir que el compromiso era un hecho y bailara con su prometida.

Pero por algún motivo se estaban retrasando en aparecer los tíos y el prometido con sus acompañantes. Había problemas en el salón privado junto al salón del baile.

-El contrato esta en toda regla-decía Embry-Tan solo debe firmarlo joven Black.

-Lo leí-respondió el joven de cabellos negros-Según veo tienen un gran interés en nuestra flota.

-Es conveniente para todos-dijo Seth.

-Pero más para ustedes ¿o me equivoco?

-Joven Jacob, todos esperamos por su firma-dijo Quil-En cuanto esté el contrato podremos ir al salón.

-Me parece bien pero quiero hacer un leve cambio-comentó el joven como si nada.

-¿Qué clase de cambio?-preguntó Billy que se estaba impacientando.

-No me casaré con su joven.

Todos los hombres de Atenas pusieron cara de sorpresa para pasar de inmediato al enfado ¿Quién se creía ese mocoso para retarlos en ese momento y de esa manera? Pero le enseñarían quienes eran. Aunque sin duda el joven Jacob sabía que no se tomarían la noticia muy bien también iba preparado, había hablado con sus acompañantes y por lo que había comprendido que le explicaban del contrato era demasiado conveniente para los de Atenas como para darse el lujo de perderlo así que él sacaría un poco de provecho de su ambición.

-No he dicho que no estoy dispuesto a casarme-dijo Jacob-solo que no lo haré con la joven que me presentaron como posible novia.

Los caballeros lo miraban atentamente y escucharon el resto, ese joven se atrevía a retarlos y lo peor era que tenía razón, ya tenían muchos planes en marcha con respecto a esa alianza para echarse para atrás sin perder. Así que terminaron aceptando lo que escuchaban.

Lo que vino después fue perturbador para la corte, cuando Jacob Black salió de la habitación estaba contento, sonriente y fue hacia Bella pero casi para llegar a su lado la pasó de largo y se quedó de pie delante de Nessie extendiendo galantemente su mano derecha.

-Permítame el primer baile-pidió él.

A Bella no le dolió que él la ignorara pero lo siguiente que vio si la hirió: Nessie simplemente sonrió y acepto. Los dos se alejaron sin el menor indicio de estar incómodos por la situación. La muchacha de cabello castaño volteó a la puerta en busca de alguna explicación pero sus tíos simplemente la ignoraron sin decirle una sola palabra. Pero alguien estaba bastante furioso con todo lo sucedido.

En el interior de la habitación un joven de largo cabello negro estaba enfadado, más que enfadado.

-Yo le enseñaré a ese mequetrefe-decía Sam

-No harás nada-le decía Charlie.

El caballero castaño estaba teniendo problemas en contener a su ahijado de que hiciera una tontería como armar un escándalo en ese momento.

-No puede tratar así a mi hermana-decía el joven.

-Lo sé Sam pero crear un conflicto no ayudará a nadie, mucho menos a Bella.

-Pero...

-Tu hermana necesita apoyo en estos momentos, no problemas.

-Pero...

-Es mejor así Sam, es mejor así, es mejor que el joven de los Black se decidiera desde ahora por alguien más en lugar de llevarse a Bella y que fuera desdichada.

Esas palabras calmaron un poco al joven pero no demasiado en todo caso, al menos lo suficiente para que saliera de la habitación y caminara directo a su hermana que había quedado prácticamente sola en medio de la agitación del salón. Las miradas y los cuchicheos no se hacían esperar, todos los presentes comentaban lo sucedido y no dejaba de haber un sentimiento entre compasivo y de disculpa por lo ocurrido, después de todo si se podía elegir entre Nessie y Bella la respuesta les parecía bastante obvia a los presentes.

La muchacha de cabello castaño guardaba silencio y cuando su hermano llegó a su lado vio que estaba enfadado.

-Sam

-Si lo quieres haré que se disculpe Bella.

-No Sam, no necesito su disculpa, solo quédate a mi lado por favor.

El joven vio el dolor por lo sucedido en los ojos de ella, tal vez no amaba a ese muchacho pero no por eso la hería menos quedar en el papel que quedaba: la habían rechazado frente a toda la familia. El de ojos negros estuvo a su lado en las horas siguientes observando como Nessie estaba muy sonriente en los brazos de Jacob Black. Así que sin duda de alguna manera ellos dos se habían entendido.

Ya a solas Bella se quedó pensando ¿Por qué lo había hecho? ¿No pudo decirlo él antes? ¿Tenía que humillarla frente a todos? Le dolía eso: la humillación, no lo demostraría pero le dolía profundamente. Más aún cuando Nessie no hizo siquiera un discreto movimiento que dijera que estaba sorprendida de alguna manera, por el contrario, parecía lo suficientemente feliz para aceptar sin contemplaciones de ninguna clase.

Fue así que Nessie quedó oficialmente como la prometida de Jacob Black y llegado el momento se casarían. Pero los planes de la familia no terminaban aún pues unos meses después había otra cuestión que solucionar y parecía más urgente a sus ojos. Y de nuevo Bella quedaba en el medio.

 

Capítulo 2: Capitulo Dos.

 


 


 
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