RECHAZO

Autor: HelenaCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 30/05/2012
Fecha Actualización: 18/06/2012
Finalizado: NO
Votos: 2
Comentarios: 6
Visitas: 14360
Capítulos: 9

Bella era la segunda de una familia de segunda, su destino no era reinar, se ve rechazada dos veces para casarse pero es en la tercera propuesta donde su destino cambia irremediablemente

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Capítulo 6: Capitulo Seis.

Capítulo 6

 

Pero el tiempo seguía y el destino planeaba, las cosas parecían mejor pero una desilusión muy fuerte se iba a llevar Seth en Atenas, igual que los otros él tenía a un joven preferido y en su caso era Alec, el muchacho castaño había sido su más cara esperanza en medio de sus planes pero lo que vino fue un golpe muy rudo: Alec era un  pusilánime. Cuando lo casaron con Lauren creyeron que la fortaleza de la joven de cabello castaño era todo lo que necesitaban para que el joven reaccionara pero en lugar de eso Seth tenía que atestiguar que estaba completamente sometido a su mujer.

Aparentemente el problema era que Alec no había podido cumplir con sus deberes conyugales desde el principio, no había problemas físicos que lo imposibilitaran, no era un asunto como el de Marco, entonces ¿Cuál era el problema? Pues aparentemente se ponía nervioso y era algo tímido y no había manera de que pudiera. A pesar de todo después de unos meses, casi dos años, pudo cumplir pero el problema fue que varios se enteraron pues Lauren no fue muy discreta sobre el asunto y aunque no fuera algo para comentarse se sabía plenamente que Alec no era exactamente un indómito tigre en la intimidad sino más bien un gatito...cachorro de gatito...si el gatito tuviera un gatito hubiera sido Alec.

¿Cómo suponer que alguien respetaría a un hombre completamente sometido a una esposa que no lo respetaba? Imposible. Seth sabía eso y por lo mismo había hecho los más vivos esfuerzos para que Alec se diera su lugar, terminara con las habladurías, controlara a su esposa pero todo eso parecía Solo funcionar cuando estaban los dos a solas, en cuanto el morocho estaba delante de Lauren todo se venía abajo y nadie tomaba en serio al joven castaño.

En cuanto a Lauren se sentía defraudada de su matrimonio pero no tardó en buscar la forma de consolarse, algo completamente desafortunado para ella pues la familia puso el grito en el cielo y ambos fueron restringidos de cualquier forma de control en la corte para gran decepción de Seth que veía que su promesa de lograr planes, grandes planes a futuro se venía abajo.

Había más noticias y algunas eran perturbadoras, si bien Sam admitía la cercanía de Embry a veces no estaba seguro de poder con su tío tan cerca siempre dándole indicaciones y comentando sobre sus decisiones. El de cabello largo las aceptó en un primer momento porque consideraba que era con buenas intenciones pero llegó un momento en que se hartó de su tío y tuvo que recordarle algo que parecía haber sido olvidado por el caballero.

-Yo reino sobre la mitad de Atenas y tú no reinas sobre mí.

Embry se había ofendido terriblemente después de esa escena pero Sam no se retractó, él reinaba y no sería marioneta de sus tíos.

Seguía escribiendo a su hermana y se había alegrado sinceramente del nacimiento de su segundo sobrino, había hecho un viaje de incógnito y veloz para conocerlo y saludar a su otro sobrino y ahijado y también para charlar un poco con su hermano político sobre algunas cuestiones que interesaban a ambos con respecto al reino y el principado.

Bella jamás interfería en eso, no le correspondía pero se alegró de ver a su hermano, aunque sin duda le daba la impresión que sus nuevas responsabilidades cansaban al joven. Rogaba porque estuviera bien.

 

 

Y la vida seguía su curso sin mayores novedades o al menos parecía que nada pasaba, algunas noticias lejanas de familiares pero nada que les atañera directamente, además Bella estaba muy ocupada con sus asuntos, su matrimonio y su familia para preocuparse por cosas que no le concernían, sus primos eran dueños de sí mismos para saber cómo vivir su vida.

Además estaba ocupada con Edward. Ella se le había entregado enamorada y estaba segura de que él la amaba pero la sorprendía un poco que al paso de los años y la vida en común su esposo siguiera siendo tan...celoso de sus deberes. Edward charlaba con ella y se interesaba sinceramente en sus asuntos, la amaba y seguía viéndola como la única mujer del mundo que le interesaba como tal. El de cabello bronce nunca la engañaba y no porque le faltaran oportunidades, simplemente no quería a otra mujer, la quería a ella.

Eso quedaba bien demostrado en sus momentos de privacidad aunque ella a veces aún se sorprendía de estar con su esposo. Edward la amaba y cuando hacían el amor llegaba a ser verdaderamente apasionado, la tomaba con pasión o con ternura, con fuerza o con delicadeza, con tanto cariño que era como soñar o con una necesidad que los hacía gritar a ambos. Más de una vez ella había tenido que retrasar sus actividades para recuperarse un poco de la intimidad con su esposo. No le disgustaba, por el contrario, le agradaba y se sentía muy complacida de estar con él.

Quedó aún más complacida cuando supo que esperaba un tercer hijo. Sentía todas las señales que había tenido con sus dos pequeños anteriores pero hasta que estuvo segura le dijo a Edward.

-¿Quieres otro hijo?-le había murmurado al oído muy quedamente una tarde antes de comer juntos.

Él la miró como si le preguntara algo y al verla sonreír supo que estaba de nuevo encinta, la beso con efusividad y la estrechó en sus brazos ¡Otro hijo! Parecía un milagro, esa mujercita suya era lo mejor de toda su vida con sus hijos por supuesto.

-¿Qué será está vez Bella?-le preguntó acariciando su abdomen.

-No sé, tal vez sea otro niño Edward.

-Sí pero también puede ser una niña.

-¿Te gustaría una niña?

-Siendo tuya y mía no me interesa el sexo de la criatura, Solo quiero que estén bien.

-Le escribiré a mi hermano, Sam estará contento de saberlo.

-En cuanto tengas el mensaje haré que un mensajero lo lleve.

-Gracias Edward.

-Te pediré algo por esto Bella.

-¿Qué?

-Quiero decirles a Carlisle y a Anthony que tendrán un hermanito o hermanita.

-Está bien pero Carlisle...

-Es un niño, ya vez lo que gustó tener a Anthony.

Debido a que no escuchó la advertencia de Bella, Edward quedó ante la tarea de decirles a sus hijos que habría alguien más en la familia, el menor no fue problema pero el mayor tenía una pregunta.

-¿Cómo llegó un bebé dentro de mi mamá?

El de cabello bronce podía responder sin vacilar a cualquier embajador o letrado, era un hombre por demás inteligente y lleno de recursos para salir de las situaciones más complicadas de la política pero a la pregunta de su hijo simplemente no tuvo idea de cómo responderle y salió más bien huyendo de un insistente primogénito que deseaba saber cómo nacían los bebés.

 

 

Con los meses llegó la noticia de una visita al principado de Masen, era una visita importante pues se trataba de Tyler, aparentemente deseaba ver a Edward por unos asuntos del principado de Masen y su propio reinado aunque también corrían los rumores de que deseaba alejarse un poco de su esposa Jessica y ese rumor cobraba fuerza ya que iba Solo.

Bella no estaba segura de cómo tratarlo al principio pero después de pensarlo por unos minutos se dijo a si misma que lo recibiría como lo que era: pariente lejano de su esposo solamente. Además no debía tensarse pues su embarazo estaba avanzado y no quería que nada perturbara al bebé.

Cuando Tyler llegó fue recibido con educación y de acuerdo a su rango, aunque en un primer momento Solo lo recibió Edward pues su esposa no podía estar en medio de un recibimiento oficial ya que su estado era avanzado. No parecía que ninguno de los dos tuviera muchas ganas de conversar sobre sus políticas, el de cabello bronce estaba completamente tranquilo con su principado y Tyler pues se esforzaba por mantener unido el reino que había creado.

Fueron recibidos por Bella en un saloncito privado, el palacio estaba completamente restaurado y tenía un nuevo toque, no esa sobriedad de antes sino un gusto más sencillo y delicado, más acogedor sin duda. El recién llegado saludó a Bella con amabilidad y ella lo hizo con educación; sus hijos estaban a su lado, Carlisle un poco mayor encontraba divertida la disciplina del protocolo y Anthony era un pequeño torbellino pero igual saludó.

El tiempo pasaba tranquilamente y no hablaban de nada particularmente importante como una tarde en la que Tyler estaba afuera, en los bien atendidos jardines, conversando con Edward sobre cosas generales pero fue inevitable que el tema recayera en algo en particular.

-Parece que te va bien con tu matrimonio Edward.

-Más que bien Tyler-dijo Edward sonriendo-Nunca creí que la vida de casado fuera tan apacible.

-¿Te lo parece?

-Tú también estás casado y no puedo menos que alegrarme por ti.

-¿Por qué?

-Cuando te casaste con Jessica yo pude casarme con Bella, gracias a ella mi vida es mejor de lo que hubiera soñado.

Le dijo esas palabras con sinceridad y alegría, sin poderlo evitar Tyler sintió como si le dieran un golpe al escucharlas pero prefirió fingir que nada pasaba. En ese momento apareció Bella delante de ellos con una charola que llevaba unas bebidas en altas copas de cristal.

-Espero que no tengan calor-dijo ella amablemente.

-Ya te dije que no hagas estás cosas-le dijo Edward tomando la charola-No debes hacer ningún esfuerzo.

-Solo quería traerles algo de beber.

-Lo único que debes hacer es descansar, la servidumbre se encarga de todo en la casa, no quiero que te fatigues.

-Perdona, no quise molestar.

-No me molestas Bella-dijo él con amabilidad-Quiero que te cuides, Solo eso, nuestro bebé necesita que descanses.

-Me iré a descansar.

-Gracias.

Se dieron un suave beso y ella se alejó aunque Tyler no había apartado su vista de su abdomen en todo el tiempo que estuvo ahí.

-Ella cree que no me doy cuenta que está cansada-dijo Edward-Su embarazo está por terminar en estos días y parece que yo estoy más nervioso.

-¿Tan pronto va a nacer?

-Sí, calculamos que es en estos días.

Si para Tyler el tema del embarazo no bastara faltaba algo más aún por pasar. Sus dos hijos corrieron hacia el de cabello bronce.

-Padre, padre-dijo llegando aprisa Carlisle.

-¿Qué pasa hijo?

Unos pasos atrás llegaba el pequeño Anthony que no hablaba del todo bien pero ya se le entendía.

-Papá...Carlisle dice que soy un dragón.

-Él es el dragón papá-dijo el mayor-Alguien debe ser dragón.

-Soy caballero-dijo orgulloso el pequeño.

-Entonces...yo seré el dragón-dijo su padre empezando a perseguirlos.

Los niños gritaron y primero corrieron para después detenerse y atacar al supuesto dragón que no tardó en darse por vencido y todo ante la mirada de Tyler que simplemente no dejaba de añorar lo que tenía ante sus ojos.

 

 

Los dolores se presentaron ya que la noche estaba muy entrada, al principio Bella pensó que tardaría el nacimiento pero los dolores se hicieron más insistentes y veloces y habiendo tenido ya dos hijos sabía que el parto sucedía muy rápido y tuvo que llamar a su esposo. Edward dormía profundamente pero con un par de movimientos en su brazo despertó.

-¿Qué pasa?-preguntó un poco adormilado.

-Ve por el médico...el bebé ya va a nacer...

-¿Qué?-preguntó él terminando de desperezarse.

-Es más rápido...va muy rápido...

-Cálmate, Solo cálmate, voy a hacer que busquen al médico.

La casa se puso de inmediato en movimiento y no faltó mucho para que la visita supiera lo que pasaba cuando un apresurado sirviente pasó delante de él.

-¿Qué ocurre?-preguntó Tyler.

-Se trata de la señora-respondió el sirviente-Está en labor.

El de cabellos oscuros se quedó quieto sin saber que hacer o pensar, una criatura estaba naciendo en ese sitio en ese momento.

Edward esperaba pacientemente, tanto como podía, por su nuevo hijo, hijo o hija, para él lo más importante era que estuviera sano y que Bella estuviera bien. Por su parte la joven de cabellos negros respiraba con fuerza y pasaba por el parto de la mejor manera posible, cierto que ya había tenido dos hijos pero un tercero no era más sencillo aunque si nació más rápido. Lo escuchó llorar pero como siempre primero era lavado y entregado a su padre.

Para la mañana siguiente, cuando el sol estaba alzándose un orgulloso Edward levantaba a su hijo en brazos: de nuevo era un varoncito, muy sano y muy despierto según el médico.

-Aquí está el pequeño Sam-decía Edward entrando a la habitación-Esperábamos una niña pero otro pequeño es una buena noticia ¿no te parece?

Pero ella estaba cansada y no creía poder hablar mucho. Su esposo la besó sonriéndole ampliamente.

-Sam-dijo ella cargándolo Solo un momento-Eres una bendición mi pequeñito.

Besó al bebé y poco después la dejaron descansar, era mejor que se recuperara. Pasaron unas horas pero finalmente estaba todo listo para que la familia se reuniera.

Mientras tanto el de cabello bronce presentó al nuevo miembro de la familia ante los demás y fue entonces que Tyler lo supo y lo sintió con fuerza, veía a Edward con su bebé en brazos y sus dos hijos muy interesados en ver a su nuevo hermanito, sentía que le abrían el pecho y que se le revolvía el estómago y hubiera dado lo que le pidieran por quitarle todo lo que era del de cabello bronce y hacerlo suyo. Envidia, esa era la respuesta a todo lo que sentía, envidiaba a Edward que tenía todo lo que él quería, tenía hijos, niños que llevarían su nombre y perpetuarían lo que él había hecho. Pero su matrimonio no había resultado nada de lo que esperaba.

Y ahí estaba esa mujercita a la que rechazó y le estaba dando todo a Edward, incluso una posibilidad real de lograr reinar.

Pero eso era ajeno al matrimonio que tenía planes para los días siguientes, los meses siguientes para ser exactos pues tenían una reunión.

-Mi hermano desea que vayamos-decía Bella.

-Dependiendo de cómo te sientas-dijo Edward-Solo si estás bien iremos.

-Te aseguro que estaré bien.

La familia de Atenas planeaba reunirse para demostrar que seguían fuertes y unidos y una familia poderosa pero lo que en verdad mostraría esa reunión era que no estaban unidos de ninguna manera.

 

 

La familia Swan estaba en el mismo sitio, en el mismo lugar, casi todos estaban ahí y ya varios charlaban entre ellos y trataban de que las cosas marcharan alegremente y como en los años pasados pero no era posible, el ambiente estaba muy tenso para que eso fuera posible. Los primeros que demostraban que algo marchaba mal eran Tyler y Jessica pues apenas fueron recibidos cuando se separaron.

La verdad era que las cosas entre Tyler y Jessica se habían desquebrajado y no había manera de que se arreglaran, los problemas entre los dos eran fuertes y ninguno iba a sentarse a hablar sensatamente de lo que ocurría, no estaba en su carácter. Pero en ese instante que la familia estaba reunida era imposible para él mostrar su desagrado abiertamente a lo que pasaba en su vida y la lista la encabezaba su esposa.

Jessica no era nada de lo que Tyler esperaba, cierto que era lista y encantadora pero Solo para sus propios fines, en realidad le parecía que era una mezcla de desfachatez, pretensión y pedantería, desde que fuera coronada la verdad era que ella tan Solo se dedicaba a sí misma, le encantaba la ropa y las joyas y siempre trataba de meter sus manos en asuntos que no le concernían, los de la política de su esposo; al menos para Tyler ella no tenía nada que hacer en esos terrenos.

Estaban justamente separados en ese instante, Jessica hablando con algunas de las mujeres presentes, sus primas, mientras que él trataba de distraerse charlando con sus consejeros y algunos hombres más, entre ellos Sam y Jacob Black. El de largo cabello no les dirigía la palabra más que lo indispensable ciertamente, a pesar de los años no había olvidado lo que consideraba una afrenta cuando dejaron a su hermana de la manera en que lo habían hecho.

Pero cualquier cosa que pudieran decir dejó de importarle justamente al joven cuando vio llegar a alguien, más bien algunos. Todos se dieron cuenta de la manera en la que sonreía para apartarse sin decirles nada y acercarse a los recién llegados.

-Hermanita-dijo antes de abrazar a Bella.

De inmediato hizo algo que los demás observaron fuera de lo común pues el muchacho de cabello oscuro no dudó en recibir afectuosamente a Edward y mucho menos vaciló en saludar a sus pequeños sobrinos cargándolos en sus brazos, sobre todo a Sam que era el más pequeño.

-Parece que es la única persona que le importa-dijo como de pasada Waylon que había salido del monasterio.

-Es su hermana, es natural-comentó Tyler.

-Y su familia que no parece que se quede en ese número.

Tyler miró al rubio con duda.

-No creo que Edward este inconforme con otro hijo-dijo Waylon.

¡Otro hijo! Para Tyler la simple idea de que el de cabello bronce y corto tuviera ya tres varoncitos era demasiada suerte.

Mientras los hermanos y Edward conversaban un poco alguien más seguía con interés la escena y tuvo que hacer un comentario.

-Se ve diferente-dijo Jacob Solo.

-¿Quién?-preguntó Billy.

-Bella ¿Quién más? Parece que la maternidad le ha sentado muy bien.

No era una mentira, la muchacha del cabello castaño parecía finalmente haber florecido, se había convertido en una joven mujer hermosa pero que aún conservaba cierto aire de la casi niña que habían conocido. Jacob Black contemplaba con atención a la joven Bella, bastante linda realmente, además ese algo que da la felicidad la hacía brillar, algo que Nessie hacía mucho ya no tenía.

El matrimonio de Jacob y Nessie se había distanciado demasiado con los años, en un principio fue maravilloso pero después Jacob empezó a hartarse, no mucho después la verdad, tan Solo unos meses; además Jacob se había comportado de una manera que nadie creería que había lazos que los unían, actuaba como un miserable con su esposa y en cuanto a la familia las cosas no iban mejor. Esa alianza de Atenas con Atlántida no era nada fructífera, no para la familia Swan al menos.

Parecía que ese matrimonio no era más que un cúmulo de desdichas y sinsabores pues Jacob nunca se mostraba como un aliado sino que Solo veía por sus propios intereses y lo peor era que ni siquiera tenía la cabeza para hacerlo, era más bien un irresponsable jugando a la política y lo peor aún estaba germinando pues no tenía herederos. No los tenía porque Nessie, que siempre sabía de sus engaños, pasaba días sin siquiera dirigirle la palabra, mucho menos permitía que se le acercara. Pero Jacob, siendo como era joven y guapo y alegre, no estaba de humor para buscar a una mujer que se hacía la difícil si bien podría tener bastantes que no le hacían ascos ni reproches de ninguna clase.

Y así más o menos estaban las cosas, Lauren que no dudaba en demostrar que era infeliz, Leah y Ángela que no se sentían inquietas por las cosas en Asgard a pesar de que las circunstancias se mostraban como complicadas, Elizabeth que parecía disgustada por tener que estar ahí con su esposo...la única que se veía bien y tranquila era Bella que cuidaba de sus pequeños y se veía sonriente al lado de su esposo.

 

 

Como se suponía que era familia lo más natural era que se reunieran pero la verdad se  veía que el corazón de la mayoría de los presentes se los robaban Carlisle y Anthony, también el pequeño Sam pero los mayores ya corrían por el lugar y preguntaban y hacían observaciones, además eran los únicos niños en el lugar. Parecía que esos días en los que ese sitio estaba lleno de niños quedaban atrás.

Tyler veía a los pequeños con un interés nada disimulado y se vio correspondido cuando se dio cuenta que justamente era el mayor, Carlisle, quien lo seguía muy atentamente hasta que se decidió a acercarse.

Quedo a un lado de Tyler hasta que este se decidió a hablarle.

-¿Qué sucede?-preguntó Tyler.

-Me mostraría su insignia ¿por favor?-preguntó el pequeño.

Carlisle tenía el cabello bronce como Edward pero los marrones y dulces ojos de Bella, Tyler no pudo sino preguntarse si un hijo de ellos dos hubiera tenido el cabello oscuro y sus ojos. De todas maneras se quitó la insignia y se la mostró al pequeño que la observaba fascinado y le dio las gracias con una sonrisa.

-¿Por qué querías verla?-preguntó Tyler.

-Me gustan las insignias-dijo el niño-Esa es muy bonita.

-¿De verdad te gusta?

-Sí.

Tyler se la puso pero como le quedaba muy grande prefirió ponerla en manos del pequeño.

-Quédatela-dijo el de cabellos oscuros.

El pequeño tan Solo sonrió muy contento del regalo. Después de eso llegó Anthony y cuando los hermanos estaban juntos Solo significaba que terminarían jugando a algo, sobre todo cuando estaban un poco aburridos de tanta formalidad ya que a ellos se les daba más libertad en Masen.

-Carlisle-dijo Anthony jalándolo de una manga de su camisa de seda-quiero jugar a algo.

-Al dragón-dijo el mayor.

-No-se quejo el menor-Siempre quieres que yo sea el dragón.

-Voy a decirle a papá.

-Yo puedo ser el dragón-intervino Tyler.

-¡Sí!-gritaron los niños.

Definitivamente algo que no esperaban los presentes ese día era el ver a Tyler señor de todo el Tártaro y sus alrededores corriendo tras unos niños entre gritos y risas, los pequeños corrían y varias veces trataban de ocultarse detrás de otros de los presentes y en su mayoría no se lo tomaron a mal pero algo diferente fue cuando el pequeño Anthony corrió hacia el grupo de mujeres presentes y se colocó detrás del amplio faldón de un vestido apretándolo en una de sus manitas, el problema fue por quien era ella.

-No toques mi vestido niño-se escuchó claramente mientras jalaban la tela con fuerza.

Ninguno de sus padres le había hablado en un tono tan severo y cortante al pequeño y se alejó mirándola como con dolor, las risas se apagaron en ese instante. Edward no dudo en acercarse y a su lado estaban Sam y Bella.

-Ven Anthony-dijo su madre con ternura.

El pequeño se refugió en sus brazos.

-Aprende a educar a tus hijos Bella.

-¿Hay algo que te parezca mal de cómo educo a mis hijos?-preguntó de inmediato Edward.

Se hizo el silencio, sobre todo porque Sam frunció el ceño, era señor de media Atenas y una escena así sin duda le desagradaba, sobre todo cuando se trataba del hijo de su hermana.

-Guarda silencio Jessica, cuando tengas a tus hijos edúcalos como te parezca pero no juzgues a los demás-fueron las palabras del de largo cabello castaño.

Sin más tomó a su sobrino de los brazos de su hermana y le entrego al pequeño Sam para llevarse él a Anthony; Tyler no sabía que decir pero sintió que el pequeño Carlisle que estaba de su mano lo soltaba y corría a su padre quien lo cargó y la familia entraba a palacio dejando a los demás en medio de un incómodo silencio.

Y no sería todo lo incómodo que sucedería.

Capítulo 5: Capitulo Cinco. Capítulo 7: Capitulo Siete.

 


 


 
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