RECHAZO

Autor: HelenaCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 30/05/2012
Fecha Actualización: 18/06/2012
Finalizado: NO
Votos: 2
Comentarios: 6
Visitas: 14358
Capítulos: 9

Bella era la segunda de una familia de segunda, su destino no era reinar, se ve rechazada dos veces para casarse pero es en la tercera propuesta donde su destino cambia irremediablemente

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Capítulo 4: Capitulo Cuatro.

 

jeje hola a todos, advertencia este cap. tiene LEMMON

Capítulo 4

 

Llegaron a la recámara y Edward se adelantó, se sorprendía un poco al ver a la joven a su lado, el sitio era rígido pero con la presencia de ella parecía más cálido, más vivo; él se sentó en la cama y le habló.

-Acércate Bella.

La joven así lo hizo, un poco nerviosa pero de todas maneras no vaciló en estar a un par de pasos de él, tan Solo lo miraba con suavidad aunque nada evitaba que uniera sus manos un poco tímida, no sabía lo que a él le hubiera gustado que le dijera y no se atrevía a decirle nada.

-Sabías que eres hermosa Bella-y más que una pregunta parecía una afirmación.

-Si lo dices debe ser cierto.

-¿Te habías enamorado antes?

-No.

-Y si te dijera que te amo ¿Qué dirías?

-Que me siento igual.

Después de escuchar eso Edward la acercó un poco más a él y le dio un suave beso de manera bastante casta y Bella empezó a regresarlo con cuidado, se separaron lentamente y había algo más que decir.

-En verdad te amo Bella.

Ella lo miraba con los ojos brillantes y relucientes pero no le decía nada.

-Te amo Bella y no quiero que nada se interponga entre nosotros.

-¿Nada? ¿De verdad?

-Nada, en verdad, ni siquiera las familias, no me interesa lo que ellos esperaran de nuestra unión, Solo quiero tenerte en mi vida y que seas mi compañera en todo lo que venga.

Apenas terminó de decir esas palabras y se estaban besando de nuevo, cada momento valía la pena disfrutarlo, era lento y lleno de amor pero no era suficiente, fue por eso que el de cabello bronce llevó sus manos al vestido de la muchacha y no dudó en buscar la manera de desabrocharlo, ella se dio cuenta de eso y no estaba del todo segura de si debía ayudarlo así que se quedó esperando que él terminara pero no parecía muy hábil en lograrlo y por eso llevó sus manos a las cintas y broches y terminaron entre los dos de desatar la tela y finalmente la prenda quedó a un lado sin que importara demasiado.

Edward terminó con los besos pero Solo para poder mirarla, ver las facciones de la joven y su cuerpo que aún no quedaba al descubierto pero que sin duda mostraba que ya no era una niña, era una mujercita en comienzos de ser una mujer por completo y estaba más que dispuesto a ser él quien la llevara a ese punto.

-Pareces de porcelana Bella.

-Gracias-dijo ella con voz baja.

-Ya que puedo verte sin el vestido parece justo que me veas sin algo de ropa.

Ella no dijo nada pero lo observó desabrochar su chaqueta y su camisa y abrir ambas piezas para después quitárselas y dejarlas en el piso de madera. Se levantó y con cuidado tomó los ligeros tirantes de su fino camisón para bajarlos lentamente por sus hombros y simplemente dejo caer la tela; en un primer momento ella sintió que debía cubrirse pero no lo hizo, solamente lo vio y su mirada verde le dijo que a él le gustaba mirarla, por eso tampoco se opuso cuando empezó a apartar la ropa que le quedaba.

El de ojos verdes se quedó sorprendido cuando vio a Bella desnuda ante él, era más hermosa y mucho más intenso lo que sentía que nada que hubiera vivido antes, no había comparación alguna con ese momento y sus experiencias anteriores pues las mujeres de antes no eran nada y esa joven de cabellos oscuros lo era todo. La atrajo contra su cuerpo y la abrazó con cuidado, no deseaba lastimarla pero quería sentirla contra él, hizo que quedara sentada en sus piernas y mientras la acariciaba suavemente en el cuello y los pechos le habló.

-¿Quieres conocer algo de ti Bella?-le preguntó al oído quedamente mientras la besaba-¿De tu cuerpo?

La joven de ojos marrón no pudo ni hablar, tan Solo hizo un leve sonido que indicaba que sí. Edward no esperaría por más, guió dos de los dedos de su mano derecha primero a su boca y los lamió lentamente, después los llevó entre los suaves muslos de ella y empezó a acariciarla con cuidado, la muchacha lo permitía, no era desagradable pero cuando él quiso tocarla de forma más íntima intentó cerrar las piernas, sin embargo él no lo permitió, deslizó uno de sus dedos en la intimidad de la muchacha de cabello oscuro y frotó con cuidado un sensible punto en ella que la hizo relajarse y moverse un poco como si buscara que siguiera. El de ojos verdes no reprimió su sonrisa al verla responder de esa manera, mucho menos cuando ella lo estrechó con fuerza y se decidió a explorar más de su juvenil cuerpo.

Siendo como era un hombre decidido Edward no perdió el tiempo en probarla, tomó uno de sus senos en su mano libre y lo besó con suavidad para ser más intenso y presionar con sus labios y después usar su lengua y ella se mostraba más complacida pues gemía y lo estrechaba aún más para que no se detuviera. Él no resistió mucho de esa manera y tuvo que separarse lentamente para dejarla recostada sobre la cama, ella lo miró desconcertada de que parara pero no tardó en saber que no era todo.

-Haré algo más Bella, Solo confía en mí.

Bella no se negó, se besaron unos instantes pero él comenzó a mover sus labios hacia abajo llegó nuevamente entre sus piernas para acariciarla con sus labios, la joven cooperaba aunque nunca se había sentido de esa manera, el placer llenaba su cuerpo causando que se arqueara y diera pequeños lamentos y a él le gustaba, le gustaba escucharla disfrutar lo que él hacía, quería seguir de esa manera por mucho tiempo pero definitivamente su propio cuerpo le reclamaba más de ese encuentro.

Subió despacio sintiendo que su cuerpo ardía de necesidad pero a pesar de todo buscó besarla amorosamente, la joven de cabellos oscuros regresaba sus besos aunque más despacio; estando en esa posición el de ojos verdes buscó quitarse su ropa restante y apartarla.

-Te quiero Bella, quiero tenerte, tocarte, quiero estar contigo.

-Edward...

-En verdad quiero esto, siento en mi corazón que es lo que quiero.

Entre los besos, las caricias y sus palabras el de ojos verdes quedó sobre la joven de ojos marrón y separó sus piernas con cariño, no deseaba tardar más y despacio y con ternura entró en ella. Repentinamente vio que el rostro de ella se contraía por el dolor y sollozaba.

-Shhh-susurró él-Dejará de doler.

Él estaba completamente consciente de que Bella había llegado muy joven a su matrimonio y también de que hasta ese momento era pura como una flor de campo, todo lo que sucedía era muy nuevo para ella mientras que él no era precisamente casto pero si era la primera vez que buscaba más que simple placer y satisfacción en una mujer, en ese momento deseaba con todo su ser compartir todo lo que era con alguien a quien amaba.

La besó gentilmente en el rostro esperando que el dolor pasara y ciertamente después de unos momentos la joven empezó a calmarse y a relajarse, los movimientos del de ojos verdes empezaron a ser lentos y sensuales, un poco más y fueron más demandantes pues el deseo de sentirla era mayor, la estrechaba contra él y la besaba con fervor esperando no lastimarla porque en verdad no podía detenerse, buscó de nuevo la boca de Bella y sintió que gemía contra sus labios, no dejaron de moverse hasta que él dio un fuerte gemido liberando su éxtasis en el interior de ella.

Los dos se quedaron muy quietos pero sin dejar de tocarse, cuando estuvo un poco más recuperado Edward acarició el rostro de Bella y le habló al oído.

-Te amo Bella.

-Te amo-respondió ella para besarlo en la barbilla.

Ambos se quedaron recostados y no querían moverse de donde estaban, la delicada mano de la muchacha lo acariciaba en el vientre y sus muslos, él no pudo sino sentirse necesitado de ella de nuevo y sin esperar más la tomó otra vez y ella lo recibió entre besos y caricias; fuera lo que fuera que viniera en su vida podrían enfrentarlo ahora que se apoyaban en su amor para vivir.

 

 

Después de esa noche, al día siguiente para ser exactos, Edward dio la orden de que las cosas de su esposa fueran llevadas a su habitación pues ellos dos se la pasaron afuera dando unas vueltas por el principado, muy sonrientes y tomados de la mano. Sin duda las cosas cambiaban y fue un buen cambio ya que a la par que ellos dos se encontraban bien era como si todo lo que les rodeara también lo estuviera.

Cada uno seguía cumpliendo cabalmente con sus deberes y lo que les correspondía pero también encontraban tiempo para estar juntos y seguir descubriendo y demostrándose cuanto se amaban y lo felices que eran uno al lado del otro.

A los cuatro meses de esa primera noche juntos sucedió un evento especial por sus consecuencias.

Ambos estaban cenando y ella se mostraba sin apetito.

-¿No te gusta la cena?-preguntó Edward.

-No es eso-respondió ella-No me siento bien, creo que mejor no cenaré.

-No puedes quedarte sin probar nada.

-Tomaré algo.

Solo probó un poco de fruta pero nada más, él decidió que era mejor retirarse a descansar y la acompañó a sus habitaciones pero en el pasillo ella parecía algo pálida y sin poder decirle una sola palabra ni darle una advertencia Bella sufrió un desmayo. Edward la tomó en sus brazos y la llevó a su habitación no sin pedir a los sirvientes que se presentaran y les dio algunas órdenes.

De inmediato fue llamado un médico y cuando llegó lo llevaron al lado de la joven señora y fue atendida pero las sospechas de que no se encontraba bien fueron disipadas a su esposo pues hablaron con él antes de hacerlo con ella.

-¿Cómo se encuentra?-preguntó Edward.

-Ella está bien usía-respondió el médico-Su estado es natural.

-¿Natural?

-Se encuentra encinta, es mejor que descanse y no haga esfuerzos de ninguna clase. En su estado Solo debe pensar en la criatura.

Al escucharlo Edward no le dijo nada, entró de inmediato a la habitación y Bella no supo que decirle cuando simplemente la tomó entre sus brazos y empezó a besarla.

-Gracias, gracias, gracias.

La verdad la muchacha de la trenza no tenía la menor idea del porqué estaba actuando de esa manera.

-Vamos a tener un hijo-le dijo finalmente él con alegría.

Pero ella estaba tan sorprendida que no sabía que responderle.

-No sabes lo feliz que me has hecho Bella.

-Vamos a tener un hijo.

-Así es, será un niño que continuara con mi nombre.

-Pero...

-¿Qué sucede Bella?

-¿Y si no es un niño?-preguntó ella con timidez.

-Pues...será una niña y continuará con mi nombre-dijo él con una sonrisa-Que tenga tus ojos...y tu cabello...y tu sonrisa. Sería una niña preciosa.

Ella se sintió más tranquila, él no le reprocharía no darle un niño y eso eran buenas noticias. Sabía que ese tipo de cosas inquietaban a los esposos, al menos sus primas ya habían tenido problemas por eso.

 

 

Pero justamente cuando Bella era feliz en su matrimonio sabiendo que sería madre y veía la felicidad de Edward por ello que empezó el destino con una elaborada trama a hacer un camino que no estaría exento de la tragedia y los deseos humanos. Las primeras noticias llegaron por medio de una carta de su hermano, por lo regular no se comunicaban cosas del resto de la familia pero eso era importante.

-"Las cosas aquí no están mejor hermanita, en un principio todos estábamos contentos por la boda de Jasón con Ashley pero varias cosas la empañaron, Mike se negó a venir al saber que los padrinos serían Jessica y Tyler. Jasón se puso triste por eso pero la verdad es que no Solo la tristeza lo aqueja, se ve mal, débil, a veces le cuesta trabajo respirar y ya no sale a montar como antes, se siente mal si lo hace, todos esperamos que sea algo pasajero y que se recupere."

Pero eso Solo era parte de las noticias pues había otras que también tenían importancia.

-"La verdad es que el tío Billy está bastante contrariado, no se quiere discutir lo sucedido pero lo de Marco es definitivo: no le gustan las mujeres. Como podrás suponer nadie quiere reconocerlo pero es la verdad, ya amenazaron con enviarlo lejos de la corte pero a él no parece importarle, simplemente quiere que lo dejen en paz y se niega a escuchar cualquier palabra de matrimonio. A todos nos preocupa que esto avance, puede ser un problema serio si la demás gente se entera."

Por lo menos las últimas líneas no eran tan malas.

-"Los planes están en marcha para la boda de Withney con Demetri, finalmente serán ellos quienes se casen, Félix está contento, dice que le alegra por su hermano y no dicen nada pero estoy seguro de que han encontrado un buen enlace para él. Espero que su matrimonio sea favorable para su felicidad. Creo que es todo lo que te puedo decir, los demás nos encontramos como siempre, deseo que me respondas hermanita, no hay día en que no piense en ti. Ruega por los que estamos en Atenas pues a veces temo que las cosas que planeamos no se logren. Adiós Bella, cuídate y procura solamente ser feliz con la vida que tienes."

La muchacha de la trenza suspiró, su hermano le escribía largas misivas aunque Solo una vez al mes, estaba demasiado ocupado, eso lo sabía ella, con los problemas de sus primos él era en quien más se apoyaban sus tíos para lograr sus planes y ampliar sus objetivos. Sus tíos sin duda seguían con la idea de casarlo pero si no lo habían hecho era porque no se ponían de acuerdo en quien sería la esposa adecuada, tan Solo esperaba que cuando eso sucediera fuera una mujer que se preocupara por su hermano primero y por la familia después.

Guardó la carta con las demás que le habían llegado en un pequeño cofre de cedro y se dispuso a ir a su escritorio para empezar una misiva por su cuenta, la verdad era que ella Solo escribía para responder pues sentía que no tenía nada que decirles a los demás y siendo honestos Solo Charlie y Sam se habían ocupado de escribirle desde que se marchara cuando se casó, sus tíos y el resto de la familia jamás se habían tomado la molestia de enviarle al menos unas cortas líneas para saber cómo se encontraba pero ella no esperaba que fuera diferente.

No dejaba de sentir cierta inquietud por lo que le decía Sam en su carta, el joven Jasón estaba más enfermo, ella no se engañaba, el muchacho de los cabellos verdes nunca había tenido buena salud, a pesar de su cara de ángel y de que trataran de aparentar lo contrario era un muchacho débil, al menos esperaba que Ashley y él lograran comprenderse en ese matrimonio que les habían concertado. De lo de su primo Mike tan Solo sabía que el joven seguía enfadado de que Jessica lo dejara plantado como lo había hecho pero no dejaba de pensar que ese enojo era por más que tan Solo haber perdido a su prometida.

De lo de Marco sabía que la familia quería engañarse, al rubio le gustaron siempre los hombres, nunca mostró inclinación alguna hacia las mujeres, podía ser educado y cortés con ellas pero nada más. Su tío Billy debía estar bastante enojado pues sus planes de que el rubio fuera uno de los herederos principales se venían abajo por las preferencias de su primo, si no garantizaba la sucesión no podía aspirar a mucho para la corona y menos para el trono. Y si su primo seguía con el carácter que ella lo recordaba no lo harían cambiar de ideas ni aunque le ofrecieran el reino completo.

De lo de Demetri y Withney esperaba que las cosas fueran estables entre los dos, la verdad la inquietaba un poco a veces esas alianzas entre su familia, igual que con Jasón y Ashley, ellos dos eran primos y primos hermanos en línea doble; había leído que entre los animales no era bueno que se cruzaran de manera muy cercana por la sangre, que podía haber problemas por hacer eso, las crías nacían mal o con problemas.  Si era malo entre los animales ¿No podría serlo entre las personas también?

Procuró no pensar en nada negativo, tal vez sus miedos no tuvieran ninguna base, era mejor tranquilizarse y esperar por lo mejor. Al menos su semblante se alegró un poco de pensar que podría escribir unas buenas noticias a su hermano pues sería el primero de su familia en saber de su embarazo.

 

 

La noticia del embarazo de Bella corrió no Solo en Atenas donde se mostraron interesados por unos instantes y lo dejaron pasar, después de todo ella no reinaría. De no ser por Sam y Charlie que se alegraron sinceramente de que ella estuviera bien y que por sus palabras parecía contenta.

Pero había más gente interesada en esa noticia, muchas más.

-¿De verdad crees que será un niño?-preguntaba John.

-Lo que me preguntó es si llegará a término el embarazo y aún así nada nos asegura que la criatura sobrevivirá-mencionó Miguel.

-Aún es pronto para decirlo.

-Pero me preocupa-comentó el rubio.

-¿Por qué? Hasta ahora ella no ha sido un problema.

-Lo ha sido y como nadie se ha dado cuenta-Samuel.

-¿De qué hablas?

-No creíamos que Edward viviría mucho tiempo. Míralo, no Solo está vivo, volvió a caminar y ahora tendrá un hijo. Por lo que sé dicen que incluso parece que rejuveneció.

-Edward no tiene el poder suficiente para hacer nada.

-Pero su esposa lo tiene y él puede actuar en su nombre. Un hijo bien podría hacer que renovara sus ambiciones y se lanzara en la búsqueda del poder otra vez.

Esos temores no eran infundados, en su primera juventud Edward había sido un verdadero dolor de cabeza para muchos, no Solo era por su temperamento sino porque tenía la capacidad de apartar los problemas y poner las situaciones más adversas a su favor. Sus primeras muestras de lo que podía hacer las había dado siendo un adolescente cuando rodeado de adultos temerosos se deshizo de su tío quien ocupaba la regencia de su principado abusando de su nombre y su título; después fue separar a su madre de cualquier forma de poder; lo mejor era que Tyler apuntalara bien su situación.

Después vinieron las batallas y los combates, tanto con armas como con el ingenio, era un excelente diplomático y nunca se quedaba con las manos vacías. A pesar de todo consideraron una suerte el que sufriera el accidente que lo detuvo en una cama por meses para dejarlo sin caminar por unos años pues de haber seguido el camino que se había fijado sin duda en ese momento los tendría en graves problemas a todos.

Y esa muchacha con la que lo habían casado creyendo que no sería de ninguna utilidad más allá de su nombre y su dote le estaba dando la posibilidad de que sus antiguas ambiciones renacieran y pudiera llevarlas a cabo. Pero aún tenían posibilidades de que nada sucediera.

No era poco frecuente en los días que corrían que los bebés murieran, ya fuera entre las personas humildes o entre los de la nobleza pues las condiciones en las que nacían las criaturas no siempre eran lo mejor para esperar que sobrevivieran. Quizás fuera el mismo destino el de esa criatura, Solo el tiempo lo diría.

 

 

Una mañana el rey estaba como siempre al lado de su amante René, era una mañana como siempre en la que el envejecido caballero no se ocupaba de nada, para eso estaban los cinco que regían en su lugar y que por igual ambicionaban su trono, sabían bien que no tenían grandes posibilidades de ser elegidos y que el rey lo más seguro era que eligiera a uno de los herederos más jóvenes; también se debía a eso que los tíos habían mostrado sus esperanzas en los más jóvenes para llegar al trono. Al rey como lo único que quería era que lo dejaran en paz no le interesaba nada que tuviera que ver con el gobierno y no había pensado en la sucesión.

El asunto fue que mientras estaban en los jardines en medio de un juego de cartas el rey se sintió mal, le dolían los pies, parecía no ser nada pero se fue a descansar y desde ese instante todo se fue complicando, lo atacó una fuerte fiebre por la tarde que Solo bajó un poco al anochecer pero volvió a agravarse a la madrugada. Los médicos fueron llamados y las noticias no tardaron en llegar a los oídos de Billy, Embry, Waylon, Seth y Quil quienes tampoco tardaron en trasladarse al lado del enfermo para saber que tal iban las cosas.

Finalmente el médico de cámara principal salió.

-¿Cómo se encuentra?-preguntó de inmediato Billy.

-Su majestad está grave-dijo el médico sin vacilar-Es una fiebre infecciosa y a su edad eso es muy peligroso.

Los cinco hombres se miraron entre sí, sabían bien que si el rey moría cualquiera de ellos podría aspirar al trono y la corona. No dijeron nada pero no estaba por demás pensarlo y planear.

A pesar de la enfermedad el rey se mantenía consciente, lo suficientemente consciente para que enterarse de lo que pasaba alrededor. Ningún medio mejor para ello que preguntarle a su querida René.

-¿Los buitres siguen esperando?-preguntaba el rey.

-No dejan de estar al pendientes de noticias-decía la hermosa mujer-Han sobornado a criados y algunos médicos para saber de tu estado.

-Todos esperan que apenas muera para registrarlo todo y ver el testamento.

-No les des la satisfacción de fallecer entonces.

-Eso no lo puedo evitar, lo sabes.

Era verdad, tal vez no era el amor lo que había llevado a esa mujer a su lado pero había sido una grata compañera en sus últimos años que le había alegrado la vida y se tenían una especie de camaradería que los unía profundamente.

-Supongo que es mejor prepararse-dijo el rey.

Sabía bien que debía ordenar sus asuntos aunque nunca lo había hecho pero de todas maneras no confiaba mucho en sus posibles sucesores, como rey tenía el poder para heredar a cualquiera que designara y no Solo por cercanía, bastaba con que fuera de su familia. Billy era demasiado frío y calculador pero no tan inteligente como le gustaba hacerse creer; Waylon veía la vida de una manera que le hacía imposible comprender al pueblo y un rey no podía reinar sin su pueblo; Embry tenía ese temperamento tan visceral que no le dejaba la sangre fría para pensar las cosas con calma; Quil era inteligente pero deseoso y un tanto intrigante para sus propios planes; Seth siempre necesitaba seguir a alguien para ser firme en sus planes. Reconocía que no se había portado bien con ellos, no les concertó un buen matrimonio aunque pudo hacerlo, de todas maneras no le interesó. Ninguno era buena elección, él mismo no había sido un buen rey, lo sabía.

De los más jóvenes no se hacía ilusiones. Mike perdido en esos sitios que Solo el cielo conocía; Jasón débil y enfermo; Marco que se acostaba con hombres; Alec demasiado sometido a una mujer; Félix y Demetri no eran parientes de él realmente así que no los tomaría en cuenta. Sam...Sam era cabal y cumplido, inteligente, valiente pero le faltaban años y esa especie de malicia para no dejarse engatusar, si le dejaba la corona por completo quizás no pudiera sostenerse en una pelea para imponerse. Sus tíos no le harían la vida sencilla, ambicionaban por igual la corona.

Pero el caballero estaba consciente de que aún tenía una posibilidad para dejar que esos ambiciosos se llevaran la última sorpresa de su parte, ciertamente eran sus parientes masculinos más próximos pero también ese joven de largo cabello castaño era pariente cercano a él, aunque se trataba de alguien joven pero estaba dispuesto a ello con tal de que no quedara todo en manos de uno Solo, no de esos cinco.

-René.

-¿Si?

-Quiero que hagas algo. Por favor, llama a quienes te indicaré.

Siendo ese el panorama llamó a su secretario para darle las órdenes pertinentes y también hizo llamar al guardasellos y a sus tres ministros y a su médico de confianza más cercano.

-Tengo que dictarles mi testamento-dijo el caballero a los hombres cuando estuvieron presentes.

Después de firmado y juramentado el testamento el rey volvió a sufrir de fiebre alta, tan alta que sufrió un ataque del cual no se recuperó y fallecía unas horas después. Ahora que el rey había muerto ¿Quién era el nuevo rey?

 

Capítulo 3: Capitulo Tres. Capítulo 5: Capitulo Cinco.

 


 


 
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