RECHAZO

Autor: HelenaCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 30/05/2012
Fecha Actualización: 18/06/2012
Finalizado: NO
Votos: 2
Comentarios: 6
Visitas: 14363
Capítulos: 9

Bella era la segunda de una familia de segunda, su destino no era reinar, se ve rechazada dos veces para casarse pero es en la tercera propuesta donde su destino cambia irremediablemente

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Capítulo 7: Capitulo Siete.

Capítulo 7

 

Conforme el tiempo pasaba hubo una oportunidad de que dos personas se encontraran digamos que a solas, no del todo en privado pero si estaban solamente los dos en el salón en ese instante.

-Hola Bella-la saludaron amablemente.

-Hola Jacob-respondió ella.

-Debo decir que me da gusto verte.

-Gracias...tengo que volver con mi esposo.

-No puede ser tan urgente, hablemos un poco.

La verdad para ella no era tan sencillo estar cerca de él pues estaba informada de varias cosas. Bella estaba al tanto de las vilezas de Jacob con su prima, que parecía haber jurado que la engañaría con cuanta mujer se le cruzara en el camino y sin el menor sentido de la discreción, esas ambiciones de sentirse un gran rey y que Solo causaban verdaderas tormentas en su reino, no soportaba su pedantería y ese aire de que ninguna mujer se le resistía, en verdad era una calamidad.

-Has cambiado Bella, has cambiado mucho.

-Si, los años nos cambian a todos ¿Dónde está Nessie?

-Por ahí.

Definitivamente ella Solo podía pensar que si Edward le hablara de esa manera no le permitiría estar a su lado por días. Tal vez por eso Nessie actuaba como actuaba con él, sin duda su matrimonio no era la dicha que esperaba.

-Qué bueno que podamos vernos Bella.

-Sí, la familia reunida.

-¿Sabes? Te ha sentado bien la maternidad, estás hermosa.

-Gracias. De verdad tengo que ir con mi esposo y mis hijos.

-Estás demasiado ligada a ellos, tienes que vivir y divertirte.

-De verdad creo que es mejor que dejemos está conversación.

-Es una pena que estés casada con Edward...aunque bien podría omitir ese hecho-dijo con una sonrisa.

Bella tan Solo lo miró, su primer impulso de repulsa fue ocultado bajo una fría expresión y de sus labios tan Solo salió una frase.

-Si no me diera tanto asco la simple idea de tocarte Jacob te abofetearía-y lo dijo con verdaderas nauseas.

Él parecía no creerlo cuando ella se marchó ofendida, parecía que ni siquiera comprendía el porqué se mostraba ofendida, sin duda estaba demasiado encerrado en su propio mundo de vanidad para comprenderlo. Lo peor fue que hubo un testigo de la escena. Se trataba de Gregory, uno de sus nobles y ministro de Atlántida, estaba ahí porque era el esposo de Elizabeth. En un primer momento cuando Jacob consiguió que se casara con ella se sintió afortunado pero no pasó demasiado para que supiera el motivo de ese matrimonio.

Elizabeth no lo quería y a esas alturas a él le importaba muy poco eso pero lo que más le desagradaba era el verdadero porqué de esa unión; Jacob había presionado para tener a Elizabeth cerca, Gregory no ignoraba que ellos dos habían compartido la cama varias veces, sin embargo como en todo Jacob se cansó y la dejó. La rubia no dudaba en demostrar que no se sentía cómoda en su nueva vida y para Gregory era ya insoportable tener que lidiar con un matrimonio infeliz, un señor más preocupado en sus placeres y un reino que se venía abajo. Tampoco podía evitar en esos instantes preguntarse qué tan diferentes serían sus vidas si Jacob Black no hubiera rechazado años atrás a esa mujer que ahora lo rechazaba a él, quizás fueran muy distintas.

 

 

Pero otra discusión se presentaba y sería mucho más violenta. Tyler y Jessica se encontraron de frente pues iban en la misma dirección.

-¿Ahora te entretienes con hijos ajenos?-preguntó Jessica con burla.

-Si tuviera los míos no sería de esa manera-respondió él.

Tyler estaba disgustado en ese instante ¿Para qué quería a esa mujer? ¿Para qué? No le servía de nada y Solo gastaba a manos llenas y se entrometía en donde no la llamaban. Él cuidaba de sus vínculos y lealtades pero en cuanto Jessica acercaba una mano hacía que todo se complicara y sus planes quedaran en un punto dificultoso.

-No te atrevas a hablarme de esa forma-decía Jessica con firmeza-Ya bastante fue que pudieras emparentar con mi familia, no eras más que un advenedizo que logró reconocimiento al casarse conmigo.

Esa frase y algunas similares eran frecuentes en las discusiones entre los dos, Jessica parecía encontrar cierto placer en recordarle a Tyler que venía de una familia menor de nobles, de hecho por apellido y antigüedad Edward, de quien era pariente lejano, tenía mayor abolengo sin duda.

-¿Y?-preguntó Tyler que no estaba para soportarle desplantes en esos momentos-Bien caro que he pagado tu nombre, tú misma agotaste la dote y cualquier renta valiosa de la corona en tus estúpidos caprichos y frivolidades. Para lo único que tenías que estar a mí lado no lo has hecho.

-¿Qué me reprochas? Te di un nombre.

-¡Tu único deber era darme hijos!

Ese era todo el problema, no había hijos, de haberlos Tyler sin duda no pensaría nada de lo que estaba diciendo.

-¿De eso se trata Tyler? Ves a los hijos de Edward y por eso estás enfadado.

-Él ya tiene tres niños para heredar su principado.

-Sin duda estarás pensando en que no debiste rechazar a Bella.

-Tienes razón Jessica, no debí rechazarla.

La verdad la de cabellos oscuros no esperaba que le dijera eso y por su expresión Tyler supo que no podía ni hablar así que prosiguió.

-Así es Jessica, no debí rechazarla, hubiera tenido una dote menor pero una mujer que sabe ahorrar y que hizo una verdadera fortuna de lo poco que le dieron, estaría emparentado con el señor de la mitad de Atenas, tendría tres hijos, no, creo que ya tendría cinco porque yo no hubiera perdido esos años que estuvo virgen aún siendo casada...que es más de lo que tuve de ti.

Jessica lo miró con sorpresa y como si no supiera que responder a eso.

-¿Crees que no sabía lo de Mike y tú? Lo sabía Jessica, sabía que no llegabas a mí casta y pura.

Ese había sido el motivo por el cual Mike había estado tan furioso, Jessica había sido suya antes y que lo abandonara de esa forma Solo porque creía mejor partido al otro lo enfureció y lo hirió profundamente.

-Ahora tienes tu respuesta Jessica, si, debí casarme con Bella y no contigo.

Se marchó, dejando a Jessica convencida de que ya no había manera de que se reconciliaran, a él ya no le importaba lo más mínimo de ella...quizás era momento de poner finalmente en su sitio a Jessica y era muy lejos de él. En las siguientes horas los dos se mostraron abiertamente distantes y alguien se dio cuenta claramente.

Bella sabía que las cosas entre Tyler y Jessica estaban mal; en buena parte su esposo le reprochaba su falta de sensatez en su política y ella no podía sino estar de acuerdo. En una ocasión Jessica había insultado a un embajador frente a toda la corte solamente porque esperaba así romper la alianza que este tenía con Tyler, lo cual sucedió pero le costó a la corona un importante punto de comercio. Y si Jessica hacía esas cosas era porque dejaba que la familia se metiera en sus asuntos, convirtiendo asuntos privados en asuntos de estado.

Lo peor de todo era que Tyler mostraba abierta hostilidad y distancia a su esposa, sobre todo porque le reprochaba que no tuviera hijos y vivían en una época en la que eso era culpa de la esposa y no del esposo. Ante esa escena Bella tan Solo esperaba que nada grave ocurriera entre los dos y que su matrimonio pudiera salir adelante. Esperaba eso para todos.

Cuando la reunión terminó y fue el momento de partir ninguno de los hombres presentes que lo deseaban había logrado entrevistarse a solas con Sam, nadie se veía abiertamente favorecido por el joven y sin embargo también se dieron cuenta de que Edward era tratado con sumo afecto y que los dos hablaban largamente y que incluso habían formado pactos de palabra muy benéficos para ambas partes. Las cosas estaban mal para los demás y marchaban muy bien para el príncipe de Masen y era el momento de verdad estar preocupados.

Y sin embargo aún nadie tomaba en cuenta a Bella más allá de ser la esposa de Edward y hermana de Sam ¿Por qué lo harían? Ella no iba a reinar.

Pero en eso se equivocaban, el destino mostró sus cartas una vez más y serían definitivas.

 

 

Las buenas noticias seguían en Masen, Carlisle era ya un niño grande, Anthony decía que también lo era y el pequeño Sam hablaba y caminaba y parecía que podía llegar a cualquier lugar pero el problema era que lo hacía con mucha rapidez y se escapaba antes de que pudieran controlarlo pero fuera de eso su vida era buena, muy buena y parecía que la noticia que llegaba un día la haría mejor.

-Vamos a tener a alguien más en la casa-dijo Bella.

-¿Alguna visita?-preguntó Edward.

-Algo así pero se quedará mucho tiempo.

-¿Quién es?

-Eso depende ¿quieres un niño o una niña?

Él la miró de frente y empezó a reírse para después abrazarla y besarla.

-Siempre tienes buenas noticias Bella.

-¿Crees que será un niño de nuevo?

-No lo sé pero si es niño ¿Cómo lo llamaremos?

-¿Cómo te gustaría?

-Creo que se me acabaron los nombres-dijo él con una sonrisa.

-Pues me gustaría que se llamara Santi, como mi otro hermano.

-Está bien pero si es niña ya sabes cómo se llamara.

-Lo sé.

Aunque hasta ese momento el nombre de una niña seguía en sus pensamientos no habían tenido oportunidad de usarlo pues todos eran varoncitos.

Los pequeños no tardaron en ser informados de la adición a futuro de un hermanito y de inmediato hicieron preguntas pero eso no molestaba a sus padres, ya sabían que era mejor dejarlos con sus propias teorías al respecto que darles una complicada explicación que no terminarían de comprender.

Como siempre Bella informó por medio de una carta a su hermano sobre su estado y el de cabello castaño estuvo contento al saberlo aunque tenía sus propias complicaciones pues los tíos no dejaban de presionarlo con sus propios planes y a él eso lo dejaba un tanto exhausto, no era sencillo para Sam lidiar con gente que siempre creía tener la razón y siempre lo estaban atenazando con sus planes y sus quejas y sus supuestas necesidades en nombre del trono; los toleraba a todos porque sabía que un conflicto sería un detonador para que el reino se separara. Sin embargo eso no hacía más sencillo lidiar con todo lo que le pedían a sus cortos años.

Charlie seguía a su lado atentamente a sus órdenes pero sabía bien que a su ahijado le faltaba esa malicia que tanto había temido el rey anterior que careciera, seguía tratando de conciliar cuando los tíos buscaban imponerse. Era complicado para él sortear todo lo que era el gobierno de un reino y sostener esas discusiones con su familia, se le hacía insoportable.

Además ya estaban corriendo los rumores de otros problemas para sus primos. Tyler y Jessica que parecían en una guerra interna mientras que Tyler debía además lidiar con algunas rebeliones en sus dominios; Jacob y Nessie que cada vez era más abierto el distanciamiento y el descontento por las "políticas" del gobernante de Atlántida, además de esos rumores de que el hijo que había perdido Elizabeth era de Jacob y no de su esposo; Leah y Ángela tampoco estaban mejor, eran jóvenes y sus esposos también, demasiado para poder controlar Asgard con esa nueva sociedad que no comprendía para qué necesitaban reyes y estaban dispuestos a prescindir de ellos.

Y los primos en el reino tampoco iban mejor. Mike había fracasado en lo de su inversión naviera y estaba en la ruina; Lauren y Alec seguían siendo la comidilla del cotilleo en varias cortes; Félix y Demetri parecían estar bien pero tenían problemas de dinero para mantenerse. En medio de todo eso agradecía que su hermana y sus sobrinos estuvieran bien.

 

 

Justamente era por buscar calmarse de sus inquietudes que se había aficionado a practicar varias actividades físicas como cabalgar y la arquería, lo ayudaban a estar en forma y a relajarse y sobre todo le gustaba la cacería pues encontraba muy motivador el salir aprisa al acecho y tensar sus músculos y estar alerta, era un tiempo agradable para el joven de cabellos largos.

Siendo así no era inusual que una mañana el joven Sam se levantara temprano y antes de atender los servicios que regularmente necesitaban de su atención fuera a los bosques de cacería, su gente iba con él, estuvieron por un par de horas de esa manera hasta que se convenció que no lograría nada, entonces decidió regresar a palacio pero justamente de regreso vio un corzo, un joven y hermoso ejemplar que sin duda valía la pena perseguir y así fue. Dio la orden y de inmediato todos estaban tras la presa pero no parecía que fuera sencillo.

Estaban exhaustos y generalmente no hubiera insistido pero Sam sabía que al llegar a palacio lo esperaban sus tíos y sentía que si podía retrasar el encuentro lo haría así que no vaciló en seguir en su cacería; finalmente logró su objetivo y alcanzaron al corzo hasta tenerlo acorralado y justo en el punto de ser cazado. Parecía que cuando el animal estaba en el suelo ya no se movería, que estaba vencido y fue por eso que se acercaron bastante confiados de que nada más pasaría.

En cuanto Sam estuvo a una corta distancia para reclamar su cuerpo, el corzo hizo un último movimiento: lanzó una fuerte patada. En un primer momento parecía que no era nada, Solo un golpe dado por un animal caído pero Sam se dobló sobre sí mismo con un dolor intenso en el abdomen pero en un primer momento creyeron que Solo se trataba del dolor por el golpe.

Sin embargo el joven empezó a sentirse mal, tan mal que no pudo sostenerse en pie y fue llevado cargado de inmediato a palacio, tuvieron que informar a los tíos que eligieron el peor momento para discutir entre ellos sobre lo que debía hacerse, primero esperar, enviar noticias, llamar a los médicos y a cuales médicos. Charlie estaba en palacio pero no se enteró en el primer momento sino que trataron de ocultárselo mientras los otros cinco discutían lo que debía hacerse.

Ese tiempo que se perdió demostró ser vital, un sirviente supo que alguien debía hacer algo y buscó a Charlie para decirle lo del accidente, de inmediato su padrino dio órdenes de que fueran llamados los médicos y fue al lado de su ahijado. El joven se veía muy mal y se quejaba de un fuerte dolor que casi lo hacía perder el conocimiento. Los médicos tardaron en llegar pues era temprano y ninguno estaba en su hogar, cuando finalmente uno llegó vio que el abdomen del joven estaba de un color extraño y no pasó mucho para que se dijera que el estado del joven era grave.

Antes del mediodía la noticia corrió por todo el palacio y de ahí por la capital; Charlie tuvo la amarga encomienda de escribir de su puño y letra en ese momento unas cortas líneas para Bella, tenía que saber lo sucedido cuanto antes. Esas primeras líneas debían llegarle de forma personal antes de que se enterara de nada de manera oficial, sabía bien el amor que se habían profesado los hermanos y tenía que prepararla de la mejor manera posible para el golpe que se cernía sobre ella.

Se abstuvo de explicar nada médico, no dijo que el golpe que le dio el corzo a su hermano había roto una costilla ni que esa costilla rota perforó el bazo ni que eso provocó una hemorragia interna al joven y eso contaminó todo su organismo, se calló todo eso. Tan Solo escribió lo más vital en ese instante y puso el mensaje en manos confiables a toda prueba de un joven mensajero que tenía órdenes de no detenerse hasta llegar al principado de Masen y poner la breve misiva en manos de Bella.

El mensaje era parco pero unas simples palabras cambiarían sus vidas para siempre.

-"Bella, la desgracia ha caído sobre nosotros, Sam ha muerto"

 

 

Bella estaba en Masen como cualquier mañana, su embarazo iba bien y de hecho no sufría molestias de ninguna manera, parecía que ese nuevo hijo era muy considerado pues no se movía demasiado ni pateaba por las noches cuando trataba de dormir, en verdad las cosas estaban muy tranquilas. En esos momentos contaba los meses para que terminara su embarazo, Solo eran dos, el bebé nacería en Masen como sus hermanos y ya estaba todo listo para recibirlo.

Justamente en ese instante había encontrado unas horas libres para estar con sus hijos, los tres estaban en la misma habitación con sus juguetes mientras ella leía tranquilamente la última carta que le enviaba su hermano, no había tenido tiempo de leerla el día anterior que le había llegado. Parecía que su hermano estaba un poco cansado de sus deberes pero también se mostraba contento por el nuevo sobrino y se mostraba muy interesado en ser su padrino ya que también llevaría el nombre de su difunto hermano, al ser un niño, si era niña de todas maneras sería su padrino.

Llamaron a la puerta de la habitación con cierta agitación en ese instante.

-Adelante-dijo ella.

Un joven sirviente del palacio se dirigió a ella con respeto.

-Mi señora.

-¿Qué sucede?-preguntó ella.

-Ha llegado un emisario mi señora-continuó el sirviente-Dice que viene de Atenas y que es urgente que lo reciba.

-Está bien. Si es tan urgente que pase.

El sirviente hizo una breve inclinación y salió, unos instantes después regresó con otro hombre cubierto de polvo y que se veía cansado a su lado, de todas maneras el recién llegado se inclinó respetuosamente ante ella y el sirviente se retiró.

-¿Qué motivo es tan urgente para venir desde Atenas con tanta prisa a verme?-preguntó Bella.

-Ignoro los motivos mi señora-dijo el enviado-Solo sé que el caballero Charlie me ordenó no detenerme hasta poner esta carta en sus manos.

Diciendo eso le extendió el sobre con el lacrado de su padrino, eso la alarmó un poco y la decidió a dar unas órdenes primero, llamó al sirviente para que el mensajero fuera llevado a descansar, también llamó por las ayas de sus hijos para que se quedaran con ellos. Salió de la habitación y fue a la suya, Solo hasta ese instante rompió el sello con una mano nerviosa y leyó la breve línea.

En un primer instante se sintió mareada, después se quedó sentada en su cama y releyó las palabras, cerró los ojos con fuerza y sintió el deseo de gritar, le dolía el pecho y por un instante sintió que perdería el sentido pero justamente en ese instante entraba Edward. El de cabello bronce había sido informado de la llegada tan intempestiva de un mensajero de Atenas y las órdenes que dijo llevar, por eso había ido en busca de Bella pues no creía que fuera algo usual para que le escribieran de esa manera.

Cuando la vio Edward pensó que iba a desmayarse, por eso se apresuró a tomarla en sus brazos y la sostuvo contra su pecho aunque en un principio Solo obtuvo silencio.

-¿Qué sucede Bella? Por favor ¿Qué sucede?

Estaba asustado pues ella estaba pálida y la sentía casi temblar contra él; ella tan Solo atinaba a estrecharlo entre sus brazos con fuerza.

-Bella, mi ángel ¿Qué te sucede?

-Mi hermano murió-dijo ella en voz baja.

-¿Qué?

-Sam...Mi hermano murió....apenas ayer me llegó su carta...mi hermano está muerto...

Solo entonces ella dio un extraño lamento y empezó a llorar ocultando su rostro contra el pecho de él, su esposo la abrazó y la sostuvo mientras lloraba pero no fue posible que a pesar de su sincero sentimiento de pérdida y el dolor que le causaba ver sufrir a su esposa se hiciera una pregunta: Si Sam había fallecido ¿Quién era su heredero? Esa pregunta sin duda no Solo se la hacía el de cabello bronce pero si estaba seguro de que era el momento de estar activos, más activos que nunca. Era una posibilidad solamente pero ¿Por qué no su hijo Carlisle? ¿Acaso no era el pariente masculino más directo del joven fallecido? Tenía que moverse aprisa para lograr algo.

Bella tan Solo lloraba, ella no pensaba en ese instante ni en la corona ni en Atenas ni en nada de nada, tan Solo sentía hondamente que la única persona de su familia que la había amado sinceramente ya no existía.

 

 

Cuando la noticia del fallecimiento del joven Sam llegó oficialmente a los demás ya varias cosas se habían puesto en marcha, entre todos Bella había ordenado sus asuntos para partir de inmediato, debía estar al lado del cuerpo de su hermano para su sepelio, el viaje era largo y en su estado no sería cómodo pero ella no escuchaba nada, tan Solo pensaba en que debía dar sus últimos respetos a Sam

Con eso en mente la joven de cabellos castaños llegó a la capital vestida de luto pese a la superstición que existía sobre eso al estar embarazada, iba a su lado Edward que sabía que necesitaba estar con ella más que nunca. En cuanto llegó fue recibida por Charlie inmediatamente.

-Charlie-dijo la muchacha abrazándolo.

-Bella-dijo el caballero devolviendo su gesto.

Probablemente en toda Atenas eran las personas que más hondamente lamentaban lo sucedido, de diferentes maneras pero los dos habían querido a Sam profundamente.

-¿Cómo te encuentras Bella?

-Solo quiero estar en el sepelio de mi hermano Charlie, Solo eso. No puedo expresar con palabras lo que siento.

-Comprendo, vamos adentro.

Una vez que los tres entraron se encontraron que ya había varias personas ahí, no Solo los tíos sino también los primos y representantes y embajadores de otros reinos, a todos interesaba la cuestión de la sucesión.

Siendo como era joven Sam algunos pensaban que tal vez no se había ocupado de hacer un testamento lo cual dejaba una gran brecha para poder gobernar pero por otra parte y con justo derecho podían reclamar que su pariente más cercano era el pequeño Carlisle y por lo tanto la corona hubiera quedado en manos de sus padres como regentes. Ninguno de los hombres presentes temía a Bella, les preocupaba Edward, él era quien podría causar muchos problemas en esos momentos de incertidumbre.

El sepelio de Sam fue llevado a cabo con todo rigor y de acuerdo a las costumbres. Edward no había querido que Bella participara en el cortejo fúnebre pero su esposa no estaba dispuesta a dejar de dar el último adiós a su querido hermano; cuando el cuerpo fue puesto en el antiguo mausoleo y los demás se retiraron ella se quedó un poco más y lloró de nuevo, estaba demasiado triste para tratar de controlarse pero cuando se tranquilizó sabía que estaría bien. Sintió a su bebé moverse en su vientre y llevó una mano al sitio como si lo acariciara.

-No te preocupes pequeño-dijo ella-Tú mamá va a ser fuerte desde este momento, ya no va a llorar por tu tío, Solo honrará su memoria.

Edward la esperaba afuera en compañía de Charlie, los dos habían considerado mejor darle unos momentos a solas y al verla a su lado se pusieron en marcha de regreso a palacio más tranquilos pero desde ese instante ya nada sería calma, lo que venía era una tormenta.

Los tíos esperaban en palacio y hacían planes entre ellos sobre lo que vendría, aún tenían posibilidades para llevar a cabo sus planes si se mantenían unidos y por primera vez en mucho tiempo estaban de acuerdo que el oponente a vencer era Edward. Ya no era el adolescente que los había tenido una vez entre la espada y la pared, ahora era un hombre maduro y con los medios más que suficientes para imponerles su voluntad. Hacía años tuvieron al destino de su parte cuando casi murió y se detuvo pero no podían confiarse a que sucediera de nuevo.

-Tenemos que estar unidos-decía Billy-Si Edward se empeña en tratar de imponer a su hijo nada evitara que después busque más.

-Sus ambiciones deben estar muy avivadas en este instante-dijo Embry-Sin duda espera que su hijo sea beneficiado con todo esto.

-¿Qué vamos a hacer?-preguntó Seth-De verdad tiene derecho a reclamar la herencia de Sam para su hijo.

-¿Por qué no hablamos con Bella?-propuso Waylon-Podemos convencerla que no reclame nada.

-¿Y quién convencerá a Edward?-indagó Quil-No creo que él se deje convencer.

La verdad era que todos temían a Edward pues era sabido que Bella nunca fue tomada en cuenta para nada ¿Por qué iban a hacerlo? Ella no iba a reinar.

Pero fue en ese instante de decisión que se supo la voluntad de Sam

Capítulo 6: Capitulo Seis. Capítulo 8: Capitulo Ocho.

 


 


 
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