Los minutos se me hicieron eternos, hasta que escuché el agradable y delicioso sonido de un corazón bombeante, podía apreciar como la calida y dulce sangre era bombeada
La garganta me ardía tanto que temía que pudiera convertirme en cenizas en ese mismo instante, si no aplacaba aquel ardor insoportable.
Observé como un chico joven se acercaba a mi posición, y me preparé lista para saltar…
Me agazapé y salté sobre mi presa, como si fuese un animal sediento de sangre.
Caí encima de él haciendo que cayera desplomado al humedo suelo del bosque…
Mis colmillos se afilaron al máximo, ya estaba preparada para seccionar la yugular de mi victima, y saborear por fin aquella calida e irresistible sangre.
El joven muchacho se quedó mirándome con sus ojos claros llenos de miedo…pude observarme reflejada en sus ojos de agua cristalina, ¿En que me había convertido? Observé mi piel pálida, mis ojos inyectados en sangre, y mis colmillos amenazadores…
Mis colmillos volvieron a la normalidad, y la sangre de mis ojos se fue poco a poco disolviendo…
¿Qué me estaba pasando? Por una parte deseaba con todas mis fuerzas aplacar aquel ardor y saciar mi sed de sangre, pero no quería matar a ese joven.
Me levanté velozmente y me aleje de aquel apetecible e indefenso humano…
Corrí rápidamente sin mirar hacia atrás, alejándome todo lo posible de aquel delicioso olor…
Me detuve cuando ya no se oía el rítmico y apetecible latir de aquel corazón…
Mi respiración estaba agitada, notaba como si me estuviera ahogando, como si me faltase aire, lo cual era muy extraño, ya que no necesitaba respirar…
Apoyé mi cabeza sobre un roble, comencé a llorar descontroladamente.
¿En que me había convertido?...en un monstruo, en un monstruo sediento de sangre, que mataría a cualquiera con tal de satisfacer su necesidad…
Cerré los ojos con fuerza, y a mi mente llegaron mis recuerdo humanos…, recordé el rostro de mi hermana pequeña, Annabelle…como la echaba de menos, pero sabia que jamás volvería a verla, no quería poner en peligro su delicada y joven vida en peligro…
En ese mismo instante noté como algo rozaba mis pies desnudos, era un tacto calido…
Mi respiración se agitó bruscamente, bajea mi mirada oscura como la noche hacia el suelo…
Y observé a una enorme rata de pelaje grisáceo.
Solté un potente grito, y me aleje rápidamente, dando un salto hacia atrás…
Miré horrorizada a aquella gigantesca rata de pelaje grisáceo encrespado.
Podía escuchar como su pequeño corazón latía rítmicamente, la boca se me hizo agua…¿pero que me estaba pasando? Era una asquerosa y repugnante rata…pero no podía soportar más aquel ardor…
Con un rápido movimiento, cogí a aquel horrible animal, y le perforé y desquebrajé su pequeño cuello con mis punzantes colmillos…saboreé su sangre.
Forjé una mueca de repulsión, no se podía comparar en absoluto con la calida sangre de los humanos.
Esta sangre se enfriaba con mucha rapidez…dejándome un extraño sabor en los labios.
Pero…a decir verdad…era mejor que nada, y por lo menos me había aplacado un poco aquel horrible ardor en mi garganta.
Dejé que la rata degollada cayera al suelo con un golpe sordo…y me limpié la sangre de mis labios con mi antebrazo.
De improviso intercepte el aroma de Jackson en el ambiente, seguro que me estaba buscando o…buscando algún humano para cazar.
Fui a su encuentro…
Jackson me miró con el ceño fruncido.
-¿Dónde estabas-me preguntó seriamente.
-cazando…¿Por qué?-le pregunté sorprendida.
-porque…por…por nada-admitió de una manera que no me convenció en absoluto.
Mostré una amplia sonrisa…
-¿estabas preocupado por mi?-pregunté con una sonrisa de autosuficiencia.
-¡¿Qué?! ¡¿Yo?!...¡si ya…seguro!-Exclamó furiosamente.
-vale…tranquilo, no es culpa mía que tu me desees…
Él me observó seriamente, hasta que estalló a carcajadas.
-lo que tu digas…solo…me preocupaba que hubieras acabado con todos los humanos de la zona-aseguró con una tenue sonrisa en los labios.
Agaché la cabeza…
Ya no deseaba volver a matar a ningún ser humano…
-y-yo…no deseo seguir con esto…no quiero volver a matar a ningún humano…-murmuré y las lágrimas se deslizaron lentamente por mis pétreas mejillas.
-eh…se que al principio…es difícil, pero ya te acostumbraras-me aseguró mostrándome una amplia sonrisa mostrando sus blancos y perfectos dientes…
Tal vez él tenía razón, pero en ese instante me sentía tan culpable…
Me seque las lágrimas con el dorso de la mano…
-¿y…n-no…no podríamos ya sabes…alimentarnos solo de animales?-pregunté sorbiéndome la nariz.
-Scarlett…los humanos son animales…-aseguro soltando una sonora carcajada.
Abrí los ojos de par en par, y una incontrolable furia recorrió todo mi ser, estaba llamando animales a mi hermana, a mis amigas…a la gente que amaba.
Un gruñido feroz salió de mi pecho inerte…¿Cómo podia pensar aquello? ¿Acaso pensaba que Elizabeth era un animal? Estuve a punto de preguntárselo, pero…no deseaba hablarle.
Me alejé rápidamente…y pude notar como me agarraba fuertemente del brazo…
Le fulminé con mi mirada oscura, y le mostré mis colmillos amenazadores…
-¡suéltame!-le grité ferozmente…
Me deshice bruscamente de su agarre, y corrí rápidamente hacia el horizonte, sin detenerme, sin escuchar sus disculpas, solo sentía la necesidad de seguir corriendo…
Solo sabía una cosa: nadie insultaba a las personas que amaba.
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