No supe cuanto tiempo permanecí en el suelo inconsciente, empecé a parpadear aturdida, apenas podía ver con claridad…era como si las cosas estuviesen rodeadas por una gran nube de polvo que me impedía ver con nítida.
Solo oía las carcajadas de William y sus amigos como un eco…
Parpadee un par de veces más y pude ver un poco, me incorpore del suelo, y note como un líquido calido brotaba lentamente por mi labio, deslizándose lentamente por mi boca.
Me lleve la mano a mi labio inferior y toque ese liquido denso y calido con los dedos…era sangre.
Comencé a sentirme mareada, el olor de la sangre me daba arcadas…
Respire profundamente y me apoye en la mesa para levantarme…
Observe a William horrorizada, pero él me sonrío con una sonrisa de autosuficiencia como si disfrutara haciéndome eso.
- Oh vaya, ya has despertado…entonces tráenos unas copas.-dijo William sonriéndome con una expresión maliciosa.
Asentí lentamente…no quería que me pegara otra vez, o que hiciese otra cosa peor…
- puedo hacerlo yo…si el señor lo desea.-dijo Madeleine mirándome preocupada.
- No… quiero que lo haga ella.
- como quiera el señor-murmuro ella con un hilo de voz.
Me ayudo a ir a la cocina, yo apenas podía mantenerme en pie.
Era una cocina enorme, pero ahora no tenía ganas de fijarme en la majestuosidad de aquella casa, ahora lo único que quería era comenzar mi venganza.
Observe que a mi derecha se hallaba un gran bodegón…
Y cogí la primera botella al azar.
-¿necesita ayuda?-pregunto la criada trayéndome tres vasos para servirles a los estúpidos que estaban en el salón.
- no…muchas gracias…ya puede retirarse.-murmure mientras vertia el licor marron en los vasos.
- Como ordene la señora…-y dicho eso salio por la puerta de cocina.
Agudice el oído y pude escuchas las carcajadas de William y sus dos amigos.
- ¿lo veis… Como con un poco de mano dura las mujeres hacen lo que tu quieras?-pregunto mi esposo soltando una estúpida risotada.
Sentí como la furia corría por mis venas, haciendo que mi sangre hirviera.
Me relamí el labio inferior, y escupí en el vaso de William…este se iba a enterar quien era yo.
Removí el líquido con una cuchara, no se notaba en absoluto lo que había echo…esa idea me hizo sonreír tenuemente.
|