Por la Corona (+18)

Autor: karolay28
Género: Drama
Fecha Creación: 27/10/2013
Fecha Actualización: 25/02/2014
Finalizado: NO
Votos: 23
Comentarios: 79
Visitas: 22430
Capítulos: 10

""Para conseguir la corona del reino, tiene que a ver solo un rey de  tres príncipes, pero hay reglas, tienen que tener una esposa, tiene que ser virgen cuando se case y tener un hijo varón para que pueda acceder a la corona, Edward uno de los príncipes es egoísta y calculador, y hará todo lo que tenga que hacer, para tener lo que quiere, ¿podrá lograrlo?.""

 

 

 


Historia Mía: "Pequeña Vulturi" (Terminada)

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3972

 

Prohibido el plagio :)

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LOS PERSONAJES DE ESTA

 HISTORIA PERTENECEN A S.

M. bueno la mayoría ;)

 

 

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Capítulo 6: Aceptando

LOS PERSONAJES DE ESTA HISTORIA PERTENECEN A S.M.

Beteado por VHICA (groups/betasffaddiction/)


—¡¿Qué?! ¿Cómo que quiere casarse conmigo? Ni siquiera lo conozco, antes de hoy jamás lo había visto ¿y pretendes que me case con él? —Pensé por un instante en el día de la biblioteca, pero no iba a entrar en detalles con ella— Estás loca si crees que voy a aceptar semejante estupidez.

— ¡Isabela, no tienes otra opción! Yo me he comprometido a que aceptarías y firmarías el contrato para que se empiecen a correr la amonestaciones y demás trámites necesarios para la boda. Pero antes de eso, firmé otro documento donde dice que si no cumplo con mi parte del trato, iré a la cárcel; él es un hombre muy poderoso y no dudo que lo haga.

—Pues lo siento por ti Renée, porque yo no pienso casarme con él ni con nadie. No permitiré nunca más que dirijas mi vida; el día que murió papá, para mí también murió el poco amor que sentía por ti; para mí, tú ya no eres nadie. Preferiste largarte de viaje, ni siquiera asististe a su sepelio; no te importó todo lo que pasó con mi padre ni que lo acusaron de dedicarse a realizar negocios ilícitos, sólo te dolió perder el dinero que te daba vida de reina, ahora no sé a quién estés estafando para seguir dándote la vida a la que estás acostumbrada, pero no cuentes conmigo. Yo no estoy en venta, véndete tú si es que todavía tienes algún valor.

—Te vas a arrepentir mocosa, si tú crees que no lo harás estás muy equivocada, no en vano he sacrificado tantos años de mi vida al lado de tu estúpido padre por tu culpa, me lo debes.
—No te debo nada, "mamá". Mi papá pagó por tu "sacrificio" con lujos, viajes, joyas y todo lo que se te ocurrió.
—Esto se lo diré al señor Masen, él sabrá que hacer. —dijo mi madre muy enojada y se dirigió al despacho, cerrando de un sonoro portazo; yo imagino que a llamar a ese hombre. Pero yo no me iba a quedar a averiguarlo, subí a mi cuarto y en el pasillo me encontré a Bree.

—Lo siento, pero he escuchado todo, salí tras de ti por si necesitabas ayuda, no fue mi intención venir a espiar. —explicó Bree tímidamente.

—No te preocupes, me ahorraste el tener que contártelo todo. —respondí para tranquilizarla.

—No puedo creer lo que ha pasado allí abajo, parece telenovela barata. —dijo mi amiga.

—La historia de mi vida, para que quiero ver telenovelas si la vida real es más emocionante que la ficción. —expresé con pesar. Tenía una extraña mezcla de sentimientos y no sabía identificarlos—. Vamos por las chicas y no volvamos a este lugar, este ya no es mi hogar y esa mujer ya no es mi madre, nunca lo fue.
Entramos a mi habitación y las chicas estaban entretenidas viendo todas mis cosas: ropa, zapatos, mis cd's de música, mis perfumes, maquillajes y demás chucherías que había en mi tocador.

—Nos vamos chicas —dijo Bree.

—Tomen lo que les guste y vámonos antes de que mi madre se le ocurra venir a buscarme —hablé con pesar, me dolía dejar este lugar por todos los recuerdos que me traía de mi padre.
Salimos lo más sigilosamente que pudimos, entre todas cargamos lo que escogimos para llevar, esta vez eran algunas prendas de mi padre que les podrían servir a los chicos. Ahora me daba cuenta que realmente no necesitabas tantas cosas para vivir, con tener una muda o dos de ropa era suficiente para nosotros. ¡Qué superfluos somos los humanos!
Evitamos salir por el frente de la casa, nos dirigimos a la parte trasera y nos internamos en el bosque que colindaba con la casa. No quería encontrarme con ese señor ni que mi madre me viera, hoy decía adiós definitivamente a la vida que algún día conocí.

Llegamos con los chicos ya de noche, les entregamos lo que habíamos llevado, todos encogieron algo. Phil, en el momento que les dijimos que eran cosas de mi padre, salió del lugar y se internó en el bosque, Bree se volteó a verme y con la mirada confirmó que tenía razón: yo no era del agrado de Phil.

— ¿Por qué crees que Phil esté molesto contigo o con tu familia? —preguntó Bree cuando estuvimos a solas, fuera del lugar donde dormíamos.
—No lo sé, desde el día que escuchó mi nombre cambió su actitud hacia mí, yo no sé por qué y no pienso preguntarle y te pido que tú tampoco lo hagas, tienes que prometerlo. —supliqué a mi amiga.
—Está bien, no lo haré; pero pienso que tú deberías hacerlo, así saldríamos de dudas; es imposible que en un lugar como este vivamos mucho tiempo enojados, no es sano para la convivencia del grupo. Prácticamente es una regla no escrita, cuando Kevin se dé cuenta hablará con ambos y les obligará a hacer las paces.
—Pues hasta ese entonces yo no haré nada, simplemente lo evitaré. —Contesté— yo no le he hecho nada, por lo tanto, no buscaré una reconciliación de algo que no he provocado.

Entramos nuevamente y ya todos dormían, Phil aún no había vuelto, Bree se acostó y se durmió enseguida, yo me quedé pensando en todos los acontecimientos ocurridos en este día. Sentí algo que me lastimaba en bolsa trasera de mi pantalón, lo saqué y me quedé observando, recordé que un día mi padre me habló de ellos, eran dos anillos que habían pertenecido a su madre y antes de ella a otras generaciones de Swan; mi padre me dijo que ya que no había tenido hijos, algún día los daría a alguno de sus nietos para su futura esposa, así que cuando los vi sobre el tocador de mi madre, no dudé en tomarlos.

Volviendo al presente, me enderecé un poco y levanté un poco los trapos y cartones que hacían de cama, bajo ella, en un pequeño agujero que Bree y yo habíamos cavado, estaba la mochila con mi tesoro, metí los anillos en ella y volví a poner todo en su lugar. Aún no me dormía cuando escuché que Phil regresó, entró y creyendo que todos dormían habló para sí mismo—: Isabella Swan, tanto tiempo odiándote a ti y a tu familia y ahora no sé qué pensar, precisamente tuviste que venir a parar a este lugar donde me encuentro. —Yo me quedé sorprendida, sin saber qué pensar, tenía razón, él me odiaba pero no de ahora si no de tiempo atrás; estaba más confundida que antes.

Al siguiente día mientras caminábamos por las calles, sentía una extraña sensación pero no lograba identificarla, un presentimiento. Después de terminar un día más de trabajo, regresamos a casa, Bree me contó la historia de Cassy: —su madre era la hija de la cocinera en una casa de ricos, tenía 15 años y el hijo de los dueños empezó a enamorarla, después de unos meses de romance Paloma, así se llamaba la chica, quedó embarazada, él era un hombre diez años mayor que ella y por supuesto, se negó a hacerse responsable, acusó a la joven de meterse en su cama, de acosarlo y él siendo hombre... No pudo negarse; ofrecieron dinero a la mamá de la chica para deshacerse del problema, pero al negarse, la denunciaron por robo y la metieron a la cárcel y a ella la echaron a la calle con amenazas de seguir la misma suerte de su madre; sola y sin nadie que la ayudara, vagó varios días por las calles hasta que Phil la encontró y la trajo al grupo, desde entonces vivieron con nosotros. Paloma tuvo un embarazo complicado los últimos meses y murió al nacer Cassy, la bebé pasó a ser la hija de todos sobré todo Phil que es quien más la protege hasta que llegaste tú. Por eso me extraña la actitud de él hacia ti. — contó ella. —Fue complicado criar un bebé recién nacido en estas condiciones pero hasta ahora lo hemos logrado.

Caminábamos por el parque para encontrarnos con los demás chicos, al otro lado de la calle venía mi pequeña con otra de las chicas, al vernos, soltó la mano de Vicky y corrió hacia nosotras sin precaución, todo pasó tan rápido y a la vez como en cámara lenta. Venía un auto a exceso de velocidad que ni siquiera intentó evitar arrollarla, pareciera que aceleró más, vi como Cassy era golpeada y aventada varios metros adelante, yo no podía reaccionar. ¿Cómo podían pasar tantas desgracias a mis seres queridos una tras otra? Corrimos hacia ella, su cabeza sangraba. Casi de inmediato un auto negro se acercó a ayudarnos. Bajaron dos hombres y de inmediato solicitaron una ambulancia, no tardó mucho en llegar, yo subí con la niña a la ambulancia y Bree junto con Vicky fueron con los hombres de auto. Yo veía como los paramédicos ponían aparatos, sueros e infinidad de cosas a mi bebé; sólo los veía.
Llegamos al hospital de Forks y de inmediato bajaron la camilla con Cassy y la metieron a una sala donde no me permitieron pasar. Las chicas llegaron casi enseguida, pidieron los datos de la niña y al darse cuenta de la situación dijeron que no podían hacer nada por ella, yo ofrecí que pagaríamos los servicios. Uno de los hombres del auto habló con el encargado y accedieron a atenderla, yo pedí a Bree que fuera por mis tesoros, los vendería, empeñaría o lo que fuera necesario, para pagar el hospital; pasaron varias horas y al fin un doctor vino a informarnos la situación médica de Cassy:
—Señorita, la niña está en un estado crítico, sufrió traumatismo craneoencefálico y está en coma, necesita una delicada intervención que aquí no podemos realizarle, es necesario trasladarla a Seattle pero nosotros no contamos con los recursos para hacerlo, al no haber un seguro que cubra los gastos, nos es imposible; aquí hemos hecho lo que está en nuestra mano.
Sentí que el calor abandonó mi cuerpo, no podían dejar morir a mi bebé.

—Por favor, podría hacer los trámites necesarios para el traslado, conseguiré el dinero que se necesite para que operen a la niña. —dije decidida.
—No creo que por mucho dinero que logre conseguir pueda costear los gastos de una operación como la niña requiere, yo no puedo hacer nada. —Contestó el médico—, tiene que hablar con el administrador del hospital para ver si hay algo que se pueda hacer pero no lo creo, lo mejor será esperar lo inevitable.

No podía dar crédito a lo que escuchaba, dejarían morir a mi nena, a eso se refería el individuo al decir que pasara lo inevitable, si tuviéramos el dinero estarían haciendo lo que correspondía en estos casos. De una de las bolsas de la mochila, donde tenía las cosas de mi papá, tomé la tarjeta y me dirigí hacia los teléfonos públicos de la sala de espera, marqué los dígitos ahí impresos y una voz del otro lado me contestó:

— ¿Bueno?

—Licenciado Tagrandi, soy Isabella Swan, firmaré lo que sea pero necesito un favor. —dije como pude a través del llanto. Relaté los hechos y le supliqué que le pidiera a su jefe que me ayudara, a cambio haría lo que él quisiera. Me pidió los datos de la niña y del hospital, dijo que hablaría enseguida con el señor Masen y haría los arreglos pertinentes para el traslado de la niña.

Sólo habían pasado escasos veinte minutos, cuando fui requerida en las oficinas administrativas del hospital.

— ¿Señorita Swan? —preguntó una joven secretaria.

—Soy yo. —contesté de inmediato.

— ¿Puede acompañarme por favor? —Pidió ella y yo la seguí a la oficina del administrador, al llegar me hizo pasar de inmediato.

La oficina era un lugar sumamente acogedor, con muebles de muy buena calidad; tras el escritorio se encontraba un señor de uno 45 años, me hizo pasar muy amablemente; en su rostro se veían su desagrado hacía mi persona, llevaba las ropas sucias, inmediatamente se notaba mi situación de calle; pero su trato era cordial, hasta se podría decir que servil.

—Señorita Swan, mi nombre es James McCarney, soy el administrador del hospital y estoy a sus órdenes. Es un placer conocerla, aunque lamento las circunstancias en que esto sucede. —dijo con falso pesar— la he hecho venir para comunicarle personalmente, que los médicos de este hospital están haciendo hasta lo imposible para atender a la pequeña Cassey, también me es grato informarle que ya se han hecho los arreglos para su traslado al hospital de Seattle, en unos minutos será llevada al helipuerto, allá ya están preparando todo para que inmediatamente después de su ingreso, le sean practicado los estudios necesarios para determinar el procedimiento a seguir por el neurocirujano que realizará la intervención. —Explicó el señor— ¿Tiene alguna duda acerca de lo que le he explicado? —preguntó el señor McCarney.

—No, solo quiero saber ¿Cómo se encuentra Cassy? —Pregunté enseguida.

—No le voy a mentir, la niña está muy grave, los médicos han logrado estabilizarla; irán con ella los mejores elementos con los que cuento entre mi personal para ir checando a la pequeña. —Respondió. En ese momento sonó el teléfono de la oficina y se dispuso a contestar— Sí, enseguida. —Escuchéque decía— y se dirigió a mí nuevamente—. Tiene una llamada, le daré privacidad. —salió dejándome sola.

— ¿Hola? —contesté tímidamente. Al otro lado de la línea escuché la voz de un hombre:

—Isabella, como te habrán informado, ya he ordenado se cumplan tus demandas; ahora es tiempo de que tú cumplas tu parte del trato. —Escuché que decían a otro lado de la línea, yo esperaba que fuera el abogado pero no el señor Masen—. Elige a una persona que quedará como responsable con todo lo referente a la niña, qué será quien viaje con ustedes a Seattle. Al llegar al hospital, en cuanto la paciente sea ingresada, tú serás conducida a mi hotel para que aclaremos algunos puntos del contrato. —Y colgó si decir más.

Estaba procesando lo que acababa de escuchar, cuando ingresó el señor McCarney, pidió que firmara algunos documentos para autorizar el traslado de Cassy, me pidió en nombre de la persona responsable de ella, le pedí algo de tiempo para hablar con las chicas. Salí de la oficina y me dirigí a la sala de espera, allí estaban él esperando; Bree dijo que teníamos que consultarlo con Phil, ya que era como un padre para la niña. Me dijeron que todos los chicos estaban fuera del hospital pero sólo nos permitieron pasar a nosotras tres; Phil estaba como loco, finalmente logré que lo dejaran pasar unos momentos antes de abordar el helicóptero que nos llevaría a Seattle.

—Isabella, estaba muy equivocado con respecto a ti, gracias por lo que has hecho con Cassy, sé que tienes dudas, cuando todo esto termine, hablaremos y las aclararé todas. —Dijo Phil con sinceridad.

Entramos al pequeño cuarto donde se encontraba Cassy, vi como él miraba a la niña con amor y temor, no se atrevía a acercarse por miedo a lastimarla, se veía tan frágil; finalmente tomó su mano y la besó dulcemente, no pude más que sentir ternura y hasta un poco de envidia, pero no de ella si no de la forma que era amada; a mi madre jamás me pudo dar un solo gesto de ternura; Escuché que habló muy quedito: —mi amor, pronto estarás bien, yo te estaré esperando, te amo. —Habíamos quedado que lo ideal sería que Bree fuera la encargada de viajar con Cassy, ya que yo tendría que cumplir mi compromiso, no la dejaría morir, por ella haría lo que fuera.

—Yo me encargaré de que esté bien, estará en buenas manos. —Él no sabía lo que había tenido que hacer para que mi niña fuera atendida y operada en Seattle. Todos creían que por mi edad no había podido quedar como responsable.

—Gracias Bella, muchas gracias. —volvió a repetir y me abrazó, sentí tanta ternura que correspondí el abrazo de él.

En ese momento se abrió la puerta y nos solicitaron que saliéramos, Bree y yo nos despedimos de los chicos, sacaron a Cassy en una camilla y nos pidieron que los siguiéramos. En estacionamiento estaba un helicóptero de emergencias, equipado con todo lo necesario para atender a los enfermos durante el viaje, subieron la camilla y después nos pidieron abordar, nos acomodaron el arnés para el vuelo y unos audífonos para amortiguar el ruido de las hélices del aparato; los chicos nos veían de lejos, diciéndonos adiós con la mano. Cassy iba sedada y en una camilla especial para evitar movimientos bruscos. Fueron casi dos horas de viaje, al llegar bajaron de inmediato la camilla y la ingresaron al hospital, después nos permitieron descender a nosotras; llenamos todo el papeleo, quedando como responsable de la niña, Bree. Nos informaron que estaban realizándole un TAC, para ver el daño causado por el golpe, para determinar qué procedimiento tendrían qué seguir. A los pocos minutos, se presentó el señor Tagrandi con otro hombre.

—Señorita Swan, yo me encargaré de los demás tramites restantes y todo lo que se necesite con la niña y la señorita Bree, usted tiene que acompañar al chofer que la llevará a ver a mi jefe que la solicita inmediatamente. —no quería separarme de mi pequeña, pero el señor Masen dejó muy claro que me quería ver cuando llegara.

—Espéreme un momento, —le pedí, me dirigí a Bree— volveré lo más pronto que pueda, por favor mantenme informada de la evolución de mi nena. —Rogué a mi amiga—, supongo que el señor Tagrandi puede facilitarte la comunicación.

—Así es señoritas. De hecho, mi jefe también pidió ser informado de cualquier cosa que suceda con la niña. —me dijo, dejándome más tranquila.

—Vamos. —dije con tristeza, no quería irme y dejar a Cassy pero tenía que hacerlo, no podía arriesgar a que suspendieran la operación, no sabía de lo que ese hombre era capaz.

—No se preocupe, me informaron que los estudios tardarán algunas horas, además de aplicar medicamentos para ayudar a desinflamar la zona afectada y sea más fácil la cirugía, para ese momento usted ya estará de regreso. —me aseguró muy convencido.

Eso me dejó más tranquila, en parte, pero ahora venía la parte difícil del trato, escuchar lo que el señor Masen quería de mí, aparte de casarme con él. No entendía su obstinación de que fuera precisamente yo la persona que él quería, no lo conocía ni él a mí. No creo que tuviera dificultad de encontrar una mujer que quisiera casarse con él, era un hombre muy atractivo, alto, cuerpo delgado pero musculoso por lo poco que pude verlo, y con dinero; un buen partido para cualquiera menos para mí.

Ahora se aclararían mis dudas, pareciera que me llevaban para ser ejecutada, aunque así me sentía, prácticamente iría a cumplir mi sentencia. Afuera del hospital nos esperaba un auto negro como lo que le había visto antes, era muy lujoso, el chofer me abrió la puerta y me introduje en el vehículo, enseguida subió y puso el auto en marcha, traté de hablar con él pero fue imposible:

—Disculpe, ¿Cómo se llama? —Pregunté al hombre.

—No tengo permitido hablar de nada con usted, discúlpeme. —y cerró el vidrio que nos separaba.

Al llegar al Four Seasons Hotel Seattle, un botones me abrió la puerta y me pidió que lo siguiera, subimos en el elevador hasta el piso donde se encontraba la suite del señor Masen, salimos del ascensor y entramos a la enorme habitación; sentado en una enorme sala se encontraba aquel hombre, que a partir de hoy era dueño de mi futuro…

—Buenas noches. —saludé tímidamente.

—Toma asiento Isabella…

Edward PVO

Salí de la casa de las Swan, por fin las cosas irían de acuerdo a mi plan, no permitiría ninguna falla más, ya estaba todo arreglado, me dirigí al helicóptero que me esperaba para llevarme a mi hotel en Seattle, Tagrandi se ocuparía de llevar al otro día a Isabella y a su madre y de ahí empezarían todos los preparativos para pulir a mi "futura" reina; ya tenía todo los servicios contratados para recibirla, de una muchachita insignificante pasaría a ser una mujer sofisticada. Ya estaban en trámite los documentos necesarios para que pudiera llevarla a Inglaterra, ya había estado demasiado tiempo ausente de casa y de mis intereses, además de la pequeña venganza pendiente que tenía que cobrarme. Llegué a mi suite y me recosté en la enorme cama, tomé mi teléfono y marqué el número:

—Hola nena, ¿Cómo estás? -Escuché una voz melosa que me contestaba del otro lado.

Extrañándote como loca. ¿Cuándo regresas? Ya necesito verte.

—Yo también, los asuntos que me retenían al fin están solucionándose, pronto volveré, hay que preparar una boda.

No sabes lo ansiosa que estoy por verte y que hagas el anuncio.

—Me imagino, además será toda una sorpresa.

 


¡FELIZ AÑO NUEVO! y feliz navidad...atrasado xD.

Pues pobre Cassy :( ojalá se recupere. ;)

Estoy que muero con la última parte, ya verán la sorpresa que tiene edward.

Déjenme un review si quieren, ya saben cada vez que dejan un comentario da más ganas de seguir la historia.

Gracias Vhica por ayudarme en todo esto.

Espero lo estén pasando bonito y que este año les vaya lo mejor posible.

Gracias.

LALYRTPFRIASRIU: me alegra que comentes =D

45: sinceramente me alegro que te guste, pero no es que sea lenta tampoco, es que aveces no puedo publicar mucho, igual espero sigas leyendo. 

XD:ojalá esto, sacie tu anciedad xD

KAT-CULLEN-SWAM-DOUG: xD me encanta tu actitud de dejarme a cad rato comentarios así no mpierdo, ;)

Chicas la verdad estaba pensando quitar la historia de aquí, pero pensé en ustedes y decidí seguir publicando aquí =D

Pasenla bien, nos lemos .

Atte: karolay.m.b 

Capítulo 5: Lo injusto de la vida Capítulo 7: ¡¡Santo Cielo!!

 
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