Al día siguiente llegamos al aeropuerto en donde se encontraban todos.
-hola Bella-dijo Alice apenas me vio
-hola-respondí sonriente
Al llegan al lado de la familia Cullen, me sentí como uno de ellos, fuerte, hábil y fría.
-hemos de apurarnos, para no perder nuestro vuelo-dijo el doctor Cullen, el cual se situaba al lado izquierdo de Esme.
-muy bien, andando-interrumpió Emmett con entusiasmo.
Nos encaminamos al avión correspondiente al número que salía en el boleto, luego de todo el trámite de dar el pasaporte y todo eso, nos situamos en el asiento de primera clase número cincuenta y siete, justo en frente de la cabina del piloto.
Edward iba relajado, pero muy pensante, tanto así que no hablo nada hasta que pasaron casi cinco horas sin contacto alguno.
-¿te sientes bien?-dijo con voz angelical pero preocupada
-claro que si mi vida-le conteste más segura de lo que creí.-¿y tú? No has dicho nada desde que despegamos
-estoy bien, no hace falta que preguntes-esta vez su mirada estaba perdida y su voz tensa
-a la única persona que no puedes engañar es a mí, dímelo ¿Qué sucede?-dije ya más preocupada.
Estaba casi segura que estaba pensando en que los Vulturis no se iban a quedar tranquilos con lo sucedido y que buscarían venganza, pero ¿de qué manera estos se vengaran? Esa era la gran pregunta del millón.
-lo sé, pero no te estoy mintiendo-dijo tomándome la mano
-se que estabas pensando en lo sucedido con los Vulturis- entonces él me miro y luego clavo la mirada en el techo.-¿lo ves? No me puedes engañar
-Bella, solo no me lo recuerdes
-yo no te lo recuerdo, eres tu el que se lo recuerda a si mismo-dije fijando mi mirada en el
-me gustan tus ojos rojos-dijo en un tono alegre.
-¿Qué tiene que ver eso con lo otro?-pregunte algo enfadada.
-no lo sé, solo quería decirte lo hermosa que eres-me pregunte si estaba intentado desviar la conversación, cosa que es muy común en el, pero no se veía bien
-mi vida, estamos juntos en esto, nada podrá pasar sobre ambos. Nuestro amor es más fuerte que sus propios poderes-le tome su rostro perfecto entre mis manos y lo choque contra mis fríos y duros labios.
Fue algo único, con pasión, dulzura y amor, mucho amor. Luego de besarnos se retiro y me miro con sus ojos de color dorado intenso.
-tu eres mi existencia Bella. Te protegeré aun que sea lo último que haga- me acaricio la mejilla, sentí un choque eléctrico al rosar su mano, pero aquello me encanto
-y tú la mía, Edward tenemos que hacer esto juntos-dije mirándolo fijamente a sus ojos centellantes.
Solo un par de golpes y estaríamos listos ¿o no?, mis pensamientos eras estúpidos, pero me servían para tener esperanza.
Era verdad que Edward era mi vida, existencia y todo lo que tenía, por eso no lo debía dejar ir, eso no me lo perdonaría jamás y jamás para un vampiro es mucho tiempo.
Edward me estaba observando fijamente, hay veces que pienso que me intenta de leer con solo la mirada, pero no consigue nada.
-me vas a tragar con tu mirada-dije riendo. A él no le pareció divertido
-¿podemos hablar esto en otro momento?-dijo en forma de suplica
-te amo-dije en forma de desviar el tema como él quería
-y yo a ti- se inclino y me beso nuevamente de una forma voraz
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