Al cerrar los ojos comencé a soñar, mi sueño se trataba de que yo estaba en un lugar muy oscuro, en el cual estaba Charlie apuntando a la cabeza de Edward el cual estaba de rodilla un con los ojos cerrados, en ese momento comenzaba a correr pero mientras más avanzaba más largo se hacia el camino, me comencé a desesperar, a grita y por supuesto estaba cansada, cuando gritaba solo Edward me escuchaba, era desesperante, cuando de repente me doy vuelta para ver atrás siento un disparo, entonces me caí de rodillas derrotada, no podía describir lo que sentía, pero de repente todo se torno borroso y sentí una voz dulce que me decía “Bella, amor despierta”, “Bella tranquila”. Entonces reaccione y desperté, todo estaba muy blanco lo cual irrito mis ojos al instante, mire hacia el lado y ahí estaba el hermoso vampiro por el cual he sufrido tanto.

-¿Qué sucede?-pregunto preocupado-¿tuviste una pesadilla?

-algo así- dije sin voz mientras me estiraba e intentaba abrir los ojos para poder ver todo con más claridad-¿en dónde estamos?

-muy lejos de casa y de Charlie.

-¿pero en donde estamos?-me comencé a desesperar debido a que Edward no me decía en donde estábamos, mire hacia atrás y ya no nos seguía el maniático de mi padre

-lo despiste a la salida de Forks, no te preocupes-dijo con su voz angelical y hermosa

-pero responde a mi pregunta-dije desesperada y casi gritando

-tranquila, nos dirigimos hacia el norte.

-¿hacia el norte?

-sí, Carlisle tiene una casa por aquí cerca y nos quedaremos un tiempo así esperamos que Charlie se tranquilice, ya te lo había dicho-dijo mientras aparcaba frente a una casa muy grande y hermosa

-debo llamar a René para explicarle todo-dije agarrando el teléfono de mi bolsillo y marcando. Iba a tener que dar bastantes explicaciones debido a que hace mucho tiempo que no la llamaba ella, ni siquiera sabía que existía Edward, ni tampoco que Charlie tenía una nueva familia y que yo estaba viviendo en un hotel en Forks, pero todo esto valía la pena. Espere por mucho rato hasta que me contesto, histérica como siempre.

-hola, mamá.

-como me has hecho esto, ¿Dónde estás?, Charlie me dijo todo.

-mamá tranquila, estoy bien, no creas en lo que te dice Charlie de verdad esta desquiciado, Edward es una muy buena persono de eso estoy segura, no te preocupes el me sabe cuidar muy bien-dije con tristeza y ansiedad

-pero en donde estas-dijo gritando

-lo lamento no te puedo decir-dije con los ojos llorosos

-eres la peor-dijo enfadada

-lo lamento, te tengo que cortar

-Bella no te atrevas.

-te amo mamá-dije mientras me retiraba el teléfono y se me corrían las lagrimas por mis mejillas Edward me miro y me seco las lagrimas pasando si dedo pulgar por mi mejilla, luego me abrazo y me acaricio mi pelo con su fría mano

-te perdonara, ya lo veras. Vamos adentro, debes tener frio

En el momento que me aparte de él me di cuenta que me había sacado del auto y ya me había puesto en el sillón de la sala de estar de aquella casa, fue impresionante

-tengo que acostumbrarme a la rapidez-dije ya sonriendo

-lo lamento, es que cuando no ando rápido durante un buen rato me desespero-dijo con esa sonrisa curva y tan sexy que tenia-voy por las maletas.

-¿Qué maletas?-dije confusa

-no creo que te moleste que cuando te quedaste dormida pase a tu casa y saque un poco de ropa y la eche a tu maleta, ¿verdad?

-eres increíble- Deje que fuera hasta el auto mientras me acomodaba en el sofá, era un sofá muy lindo, era blanco y en forma de L, la sala de estar era muy espaciosa la cual estaba conectada con la cocina gracias a una isla que aquella tenia. Estaba muy confundida, no sabía cómo iba a salir de esto, René era la única persona que me ayudaría a llevar a Charlie al loquero, pero no sabía cómo hacerle entender de qué Charlie estaba desquiciado, sentí una agradable brisa y apareció aquel vampiro

-todo está bajo control, no te preocupes Charlie no nos encontrara

-¿Qué vamos a hacer?-dije casi llorando y mirándolo a sus ojos

-no lo se-dijo abrasándome y besándome mi frente

-te amo-dije

-yo igual, nunca dejare que te hagan daño.

El frio de su pecho me encantaba, me aclaraba la mente y me hacía sentir segura. Estaba muy lejos de casa pero quería que todo esto se acabara, quería tener una vida normal con el hombre que amaba.