La Lista del Odio (+18)

Autor: NalaMatter
Género: Drama
Fecha Creación: 31/03/2013
Fecha Actualización: 22/09/2013
Finalizado: NO
Votos: 16
Comentarios: 18
Visitas: 12051
Capítulos: 11

Hace cinco meses, el novio de Isabella Swan, Edward, abrió fuego en la cafetería escolar. Al lanzarse para detenerlo, Isabella inadvertidamente salvó la vida de una compañera de clases, pero se vio implicada en el tiroteo por la lista que ella ayudo a crear. Una lista de las personas y cosas que ella y Edward odiaban. La lista que él usó para elegir a sus objetivos.

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Capítulo 10: Capítulo 9


DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer. La historia es de Jennifer Brown.

 

Capítulo 9

 

[DESDE EL CONDADO DE FORKS RAIN-TRIBUNE

3 DE MAYO, 2008. REPORTERA ZAFRINA DASH]

 

Billy Black, de 47 años. Como profesor de química y entrenador de atletismo de la preparatoria Forks, Black fue elegido como Maestro del Año tanto en el 2004 como en el 2005. "El señor Black haría cualquier cosa por ti" dijo Dakota Ellis, estudiante de primer año, a los reporteros. "Una vez se detuvo en la autopista K porque vio que mi mamá y yo teníamos un neumático desinflado. Nos ayudó a cambiar el neumático aún cuando estaba muy bien vestido como si estuviera yendo a algún lugar realmente genial después. No sé a dónde iba, pero no parecía importarle ensuciarse. Así era él."

Aunque los estudiantes están disgustados por la perdida de Black, pocos han expresado sorpresa por la forma en que murió… como un héroe. Le dispararon en el pecho mientras protegía a varios estudiantes y trataba de hablar con Masen para que bajara el arma, Black estaba "apenas resistiendo", de acuerdo con los paramédicos que llegaron a la escena. Luego fue declarado muerto en el Hospital General de Forks. Black no parecía ser un objetivo directo de Masen, sino que fue disparado más bien en el calor del momento.

Él deja a su esposa, Sue, y a sus tres hijos. La Sra. Black le dijo a los reporteros: "Edward Masen le robó a mis hijos un futuro con su padre y personalmente me alegro de que se suicidara. Él no se merece un futuro después de lo que ha hecho con todas estas familias".


El coche de mamá era el primero en la línea y yo no podría haber estado más agradecida de ver aquel Buick color canela. Prácticamente corrí hacia él cuando sonó la campana, olvidando todo sobre detenerme en mi casillero por la tarea.

Me deslice al interior del coche y tomé mi primer verdadero aliento del día. Mamá me miró, las líneas de expresión se extendieron por su frente. Lucían bastante profundas, como si hubiera estado trabajando en ella durante mucho tiempo.

- ¿Cómo te fue? – me preguntó. Podría decir que ella estaba tratando de sonar brillante y alegre, pero también estaba al borde de la preocupación. Creo que también había estado trabajando en ello durante mucho tiempo.

- Bien – le dije. – La verdad es que apesta. Pero está bien.

Puso el coche en marcha y lo sacó de la propiedad.

- ¿Has visto a Alice?

- Sí.

- Bien. Debe haber sido genial ver a tu vieja amiga.

- Mamá – dije. –Déjalo ir.

Mamá aparto la mirada del tráfico y me miró, profundizando las líneas de expresión. Sus labios estaban apretados con fuerza y casi me hubiera gustado haberle mentido y haberle dicho que todo había ido bien, porque sabía lo importante que era para ella saber que volví con todos mis viejos amigos e incluso hice algunos nuevos y que todo el mundo sabía que no tenía nada que ver con el tiroteo y que era parte de la gran multitud vieja y feliz de la que seguíamos oyendo hablar en la televisión. Pero la mirada en realidad sólo fue por un segundo y luego miró de nuevo al tráfico.

- Mamá, de verdad, no es la gran cosa.

- Le dije a su madre. Le dije que no eras responsable de esto. Podrías pensar que me escucharía. Por amor de Dios, ella fue tu líder de la tropa Brownie.

- Mamá, vamos. Ya sabes lo que dijo el doctor Cullen sobre cómo iba a reaccionar la gente ante mí.

- Sí, pero los Brandon deberían ser diferentes. Ellos deberían saberlo. No deberíamos tener que convencerlos. Ustedes crecieron juntas. Criamos a nuestras chicas juntos.

Ambas estuvimos en silencio por el resto del camino a casa. Mamá acomodó el coche en el garaje y lo apagó. Luego apoyó su frente contra el volante y cerro sus ojos.

No estaba segura de qué hacer. No pensé que fuera apropiado sólo salir del coche y abandonarla. Pero tampoco creí que necesitara hablar. Parecía como si hubiera tenido un infierno de día.

Finalmente rompí el silencio.

- Alice me dijo que hablaste con su mamá. —Ella no respondió—. Dijo que le habías dicho a su madre que le dieran en el trasero. —Mamá rió en silencio.

- Bueno, sabes cómo puede ser Lorraine. Muy engreída. He querido decirle que le dieran en el trasero durante mucho tiempo. —Ella volvió a reír en silencio, y luego rió tontamente, con sus ojos todavía cerrados y su cabeza todavía en el volante —. Ésta fue sólo mi primera oportunidad. Se sintió bastante bien.

Me echó un vistazo con un ojo y luego comenzó a reírse más fuerte. No podía evitarlo; al poco tiempo, también me estuve riendo. Antes de darme cuenta ambas aullábamos en el asiento delantero del coche en el garaje cerrado.

- Lo que realmente dije fue: "que te den en tu gordo y altanero culo, Lorraine" — Ambas nos reímos más fuerte. Entre las respiraciones, ella dijo—: Y le dije que Howard flirteó conmigo en la fiesta de la piscina del año pasado.

Jadeé.

- ¡Cállate! ¿El padre de Alice flirteo contigo? ¡Qué asqueroso! Él es todo peludo, repugnante y viejo.

Ella sacudió su cabeza, casi sin poder respirar lo suficiente como para hablar.

- Yo sólo lo… inventé. Dios, desearía... poder haber estado allí cuando... ella lo acusó de ello.

Entonces, nos hundimos hacia atrás en el asiento y aullamos por lo que pareció una eternidad. No podía recordar haber reído de esa manera. La risa se sentía extraña en mi boca. Casi tenía sabor.

- Eres mala —dije por fin, una vez que comenzamos a tomar el aliento de nuevo. — Me encanta, pero eres mala.

Ella volvió a sacudir su cabeza, secándose los ojos con sus dedos meñiques.

- No. La gente mala es la que no te da otra oportunidad.

Miré mi mochila y me encogí.

- Creo que no puedes culparlos. Parecía culpable. No tienes que dar la cara por mí, mamá. Estaré bien.

Mamá estaba secándose las lágrimas con las mangas de su chaqueta.

- Pero ellos tienen que entender que Edward fue el que hizo esto, cariño. Él es el malo. Te lo he estado diciendo durante años. Eres tan bonita… realmente tu lugar es al lado de un buen chico. No un chico como Edward. Nunca debiste haber estado junto a un chico como él.

Rodé mis ojos. Oh Dios, aquí vamos otra vez. Mamá diciéndome que Edward era malo para mí. Diciéndome que no debo andar con chicos como él. También me decía que había algo mal en Edward, que podía verlo en sus ojos. Aparentemente olvidaba que Edward estaba muerto y que ella no tenía que darme lecciones sobre cuán malo era porque de todos modos ya no importa.

Alcancé la manija.

- No de nuevo. En serio, mamá. Está muerto. ¿Podemos seguir adelante? —Abrí la puerta y salí, tirando mi mochila detrás de mí. Hice una mueca cuando puse el peso sobre mi pierna.

Mamá luchó por salir de su cinturón de seguridad y salió del coche por el otro lado.

- No estoy peleando contigo, Isabella —dijo—. Es sólo que quiero verte feliz. Nunca eres feliz. El Dr. Cullen sugirió...

Mi instinto era darle una mirada de odio. De decirle lo que sabía acerca de la felicidad, lo cual era que nunca sabes cuándo puede llegar a convertirse en terror.

Que nunca permanece a tu alrededor. Que no había conocido la felicidad por un largo tiempo, antes de que Edward entrara a mi vida, que ella y papá deberían saber porqué. Que, por cierto, tampoco ella nunca fue feliz, en caso de que no lo haya notado. Pero al ver su mirada en mí por encima del coche en su traje arrugado, con lágrimas en sus ojos y su rostro aún enrojecido por la risa, decirle todas esas cosas solamente me harían sentir cruel. Aunque sé que son ciertas.

- Mamá. Estoy bien. De verdad —dije—. Ya ni siquiera pienso en Edward. —Me di vuelta y entré en la casa.

Jake estaba apoyado en el mostrador de la cocina, comiéndose un sándwich. Su cabello estaba un poco lacio y su teléfono celular estaba en su mano, su pulgar estaba trabajando en el teclado, chateando con alguien.

- ¿Qué pasa? —preguntó cuando entré en la habitación.

- Mamá —contesté—. No preguntes.

Abrí la nevera y saqué una Coca-Cola. Me apoyé en el mostrador junto a él y la abrí.

- ¿Por qué no puede simplemente pasar por su cabeza que Edward está muerto y que ya puede dejar de molestarme por él? ¿Por qué tiene que darme lecciones todo el tiempo?

Jake se volvió en su silla y me miró, masticando.

- Es probable que tema que resultes como ella y que te cases con alguien que no puedes soportar —dijo.

Comencé a decir algo más, pero oí la puerta del garaje repiquetear y supe que mamá estaba entrando. Me moví furtivamente escaleras arriba hacia mi habitación.

Jake probablemente tenía razón. Mamá y papá eran cualquier cosa excepto felices. Antes del último mayo ellos habían estado a punto de conseguir un divorcio, lo que habría sido una completa bendición. Jake y yo estábamos casi vertiginosos por el pensamiento de que toda la lucha llegara a su fin.

Pero el tiroteo, mientras que pudo haber desgarrado a un sin número de familias, irónicamente volvió a juntar a la mía. Ellos dijeron que estaban "asustados de romper aún más a la familia en un momento de tensión extrema como éste", pero sabía la verdad:

1) Mi padre era un abogado bastante exitoso, y lo último que necesitaba era un montón de cobertura de noticias insinuándole al mundo que sus problemas de matrimonio eran a raíz de la masacre en la Preparatoria Forks.

2) Mi madre tenía un trabajo, pero nada que ver con el trabajo de papá. Mamá hacía dinero, pero no tanto dinero. Y todos sabíamos que algunas cuentas psiquiátricas importantes estaban debajo del montón.

Jake y yo estábamos yendo con su relación, que era usualmente una cortés inferencia, pero a veces burbujeaba dentro de la hostilidad que nos hacía a ambos querer tirar sus cosas en bolsas de basura y comprarles boletos de avión a cualquier sitio excepto aquí.

Entré en mi habitación, que parecía mucho más mohosa y desordenada de lo que había estado cuando la había dejado esta mañana. Me detuve en la puerta y miré a mí alrededor, en cierto modo sorprendida de que hubiera vivido más o menos en esta habitación desde mayo y nunca me hubiera dado cuenta de lo desagradable que estaba. Deprimente, de verdad. No es alguna vez fuera una antiséptica con mi habitación. Pero a excepción de la Gran Liberación de Edward que mamá había hecho después del tiroteo, nada había sido recogido ni limpiado en meses.

Recogí un vaso que había estado en mi mesita de noche, como, por siempre y lo apilé en la parte superior de un plato. Estiré la mano y arrugué una servilleta que había dejado cerca y la metí en el vaso.

Tuve este sentimiento breve de que tal vez debería limpiarlo todo. Partir de cero.

Hacer una propia Gran Liberación de Isabella. Pero exploré la ropa arrugada en el suelo, los libros arrojados a un lado de la cama, el televisor con la pantalla manchada y sucia, y me detuve en el lugar. Parecía demasiado trabajo, limpiar mi pena.

Podía escuchar a mamá y a Jake hablando en la cocina. La voz de ella sonaba agitada, del modo que lo hacía cuando ella y papá se quedaban juntos en la cocina por mucho tiempo. Sentí una breve punzada de culpa por dejar a Jacob allí solo para soportar el peso de sus frustraciones ya que yo técnicamente era quien la había frustrado. Pero a Jake nunca le iba tan mal como a mí. De hecho, desde el tiroteo, Jake realmente no existía mucho. Sin toque de queda, nada de tareas, ni límites. Mamá y papá siempre estaban demasiado ocupados combatiendo entre sí y preocupándose por mí para recordar que había otro chico por el cual preocuparse.

No sabía si debía sentirme muy celosa de Jacob por esto, o realmente lamentarme por él. Tal vez ambas cosas.

Aquel sentimiento de cansancio volvió y dejé caer el vaso y el plato en mi bote de basura y me arrojé de espaldas sobre la cama. Metí la mano en mi mochila. Saqué mi cuaderno y lo abrí. Me mordí el labio, mirando fijamente las imágenes que había dibujado a lo largo del día.

Me di la vuelta y apreté el botón para encender mi estéreo y lo maniobré. Mi madre se levantaría en unos minutos gritándome a través de la puerta que le bajara el volumen, pero ella ya había confiscado toda mi música "preocupante" —ya sabes, la música que ella y papá y probablemente el Dr. Cullen y todos los otros viejos en el mundo piensan que me incitará a cortarme las venas en la bañera— lo que todavía me molesta, ya que había comprado la mayor parte de esa música con mi propio dinero. Subí el volumen lo suficientemente alto para no oírla. Ella estaría cansada de llamar a la puerta mucho antes de que yo me cansara de que ella llamara. Así que la dejaría golpear.

Volví a meter la mano en mi mochila y saqué un lápiz. Mordí la goma de borrar por un momento, mirando la imagen que había comenzado de la Sra. Mallory. Ella se veía tan triste. ¿Acaso no era gracioso que no hace mucho tiempo hubiera dicho que quería que Mallory se sintiera triste? La odiaba. Pero hoy, al ver lo triste que estaba, me sentí horrible. Me sentí responsable. Quería que ella sonriera, y me pregunté si sonrió cuando llegó a casa y sostuvo a sus hijos o si ella llegó a casa y se recostó en su sillón reclinable con un vodka y bebió hasta que no pudo escuchar más los disparos.

Incliné mi cabeza y empecé a trazar; dibujándola, haciendo ambas cosas al mismo tiempo, encrespándose en torno a un niño como un maní dentro de una cáscara y su mano encrespándose alrededor de una botella de vodka mientras la cáscara se aferraba al vino.

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!Hola! bueno le saque las telarañas a este fic y lo actualice *O* con este cap se cierra un "ciclo" por así decirlo, ya que después viene la segunda parte, también si se dieron cuenta aquí termina el primer día de Bella. En el siguiente cap se sabe lo que paso con Bella "después" del tiroteo, osea como ella descubre que Edward murió y como reaccionaron sus padres al enterarse.

Juro solemnemente actualizar más rápido este fic, ya que como que lo tenia dejado xD (sorry)

Mmh otra cosa que quería poner es que cuando Bella dice: a excepción de la Gran Liberación de Edward que mamá había hecho después del tiroteo, nada había sido recogido ni limpiado en meses. Eso se refiere a cuando la mamá boto todo lo que tenia que ver con él, como la mochila con sangre, la camisa que él le regalo, etc, etc. jiji por si no se acordaban ya que pareciera como si eso hubiese pasado hace siglos :3 (y de hecho esta en los primeros cap)

No se olviden, si tienen alguna duda, consulta, sugerencia, etc, etc, no duden en decirme. Hay un grupo en facebook de mis fics (en mi perfil esta el link) por si quieren que las agregue. Ahí dejo adelantos, imágenes y otras cosirijillas C:

Sin más que decir, me despido

con cariño Nala C:

Capítulo 9: "¿No recuerdas nuestro plan?" Capítulo 11: "¿Qué fue lo que hiciste?"

 
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