La Lista del Odio (+18)

Autor: NalaMatter
Género: Drama
Fecha Creación: 31/03/2013
Fecha Actualización: 22/09/2013
Finalizado: NO
Votos: 16
Comentarios: 18
Visitas: 12049
Capítulos: 11

Hace cinco meses, el novio de Isabella Swan, Edward, abrió fuego en la cafetería escolar. Al lanzarse para detenerlo, Isabella inadvertidamente salvó la vida de una compañera de clases, pero se vio implicada en el tiroteo por la lista que ella ayudo a crear. Una lista de las personas y cosas que ella y Edward odiaban. La lista que él usó para elegir a sus objetivos.

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Capítulo 3: "¿Nos vemos en el cafetín?"

DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer. La historia es de Jennifer Brown.

Capítulo 2

2 DE MAYO, 2008.

6:32 A.M.

"¿Nos vemos en el cafetín?"

 

Mi celular sonó y lo agarré antes de que mamá, Jake o, Dios no lo quiera, papá lo escuchara. Todavía era temprano y estaba oscuro afuera. Una de esas mañanas en las que se es difícil levantarse. Las vacaciones de verano estaban justo a la vuelta de la esquina, lo que significaba tres meses para dormir y no tener que aguantar la preparatoria Forks. No es que yo odiara la escuela ni nada por el estilo pero Leah Clearwater estaba molestándome como siempre en el autobús y obtuve una D en ciencias porque se me olvidó estudiar para un examen y los finales iban hacer asesinos este año.

Edward había estado silencioso últimamente. De hecho, no había ido a la escuela durante dos días y me había enviado mensajes de texto durante todo el día preguntándome por "la mierda de la clase" o "las gordas perras de educación física" o "por ese canalla de McCarty".

Durante el último mes, él había estado pasando el rato con ese chico raro de James y cada día parecía estar alejándose más y más de mí. Tenía miedo de que terminara conmigo, así que sólo le seguí la corriente como si no fuera la gran cosa que ya casi no nos viéramos. No quería presionarlo… él últimamente había estado muy volátil y yo no quería empezar una pelea. No le pregunte que había estado haciendo durante esos días que no asistió a la escuela y, en su lugar, tan sólo le respondí sus mensajes "la mierda en Bio necesita star sumergida n formhldhido" y que "odio a esas perras" y que "McCarty es afortunado de que no tenga un arma". Esta última parte volvería más tarde a remorderme la conciencia. En realidad todo lo haría. Pero eso último… esto último durante un largo tiempo me haría vomitar cada vez que pensara en ello. E inspiraría una conversación de tres horas con el detective Vulturi. Y haría que mi padre me mirara siempre de otra manera, como si en el fondo fuera una especie de monstruo y él lo pudiera ver.

James era este tipo mayor – como de veintiuno o algo así – que se había graduado de Forks hacia unos cuantos años. No fue a la universidad. No tenía trabajo. Lo que pude ver es que todo lo que hacía James era golpear a su novia y sentarse por ahí a fumar marihuana y ver dibujos animados durante todo el día. Hasta que conoció a Edward y entonces dejó de ver los dibujos animados y comenzó a fumar marihuana con Edward y sólo golpeaba a su novia en las noches cuando no estaba en el garaje de Edward, tocando la batería, demasiado ido como para recordar que ella existía. En las raras ocasiones en las que había estado allí cuando James estaba, Edward era un chico totalmente diferente. Alguien que yo realmente, ni siquiera reconocía.

Durante un largo tiempo pensé que tal vez no conocía en absoluto a Edward. Tal vez cuando él y yo estábamos viendo la TV en su sótano o riéndonos y mojándonos el uno al otro en la piscina, yo no estaba viendo al verdadero Edward. Como si el verdadero Edward fuera el que se mostraba cuando James venía… ese Edward que era egoísta y de mirada dura.

Había oído hablar de las mujeres que eran completamente ciegas e ignoraban todas las señales que su hombre era un monstruo o una especie de pervertido, pero de ninguna manera podrían de que era una de ellas. Cuando James no estaba… cuando éramos solo Edward y yo, y lo miraba a los ojos… sabía lo que veía y era algo bueno. Él era bueno. Algunas veces tenía un retorcido sentido del humor – todos lo teníamos -, pero no estábamos hablando en serio. Así que para mí, a veces tiene sentido que haya sido James el que puso esas ideas en la cabeza de Edward sobre hacer un tiroteo en la escuela. No yo. James. Él es el malo. Lo era. Tomé el celular que estaba debajo de las cobijas donde me había estado levantándome lentamente, haciéndome la idea de que tenía que pasar por otro día de escuela.

- ¿Hola?

- Nena. – La voz de Edward era débil, casi extraña, aunque en ese momento me imaginé que era porque era muy temprano y Edward ya casi nunca se levantaba temprano.

- Oye – le susurré - ¿Iras hoy a la escuela para variar?

Se rió entre dientes. Sonaba realmente feliz.

- Sí. James me va a llevar.

- Sí – oí el chasquido de su encendedor y el crepitar de un filtro de cigarrillo. Exhaló. – Teníamos que hacer algunas cosas por ahí.

- ¿Cómo…?

Él no respondió. Sólo se escuchaba el sonido del filtro quemándose y su constante exhalación.

La decepción se apoderó de mí. No me iba a contar. Odiaba el modo en el que se estaba comportando. Nunca antes me había ocultado cosas. Siempre habíamos hablado de todo, incluso de las cosas difíciles, como los matrimonios de nuestros padres y los apodos que nos habían puesto los chicos de la escuela y de cómo a veces nos sentíamos como nada. Como menos que nada.

Estuve a punto de presionarlo, de decirle que quería saber, que merecía saber, pero en vez de eso decidí cambiar de tema… si al final iba a poder verlo, no quería perder el tiempo paliando con él.

- Oye, tengo algunos nombres para la lista. – le dije.

- ¿Quiénes?

Me froté las esquinas de los ojos con la yema de los dedos.

- La gente que dice "lo siento" después de todo. Los comerciales de comida rápida. Y Rosalie Hale. – James, estuve a punto de añadir, pero recapacite.

- ¿Esa rubia flacucha que sale con Benjamín Diehl?

- Ajá. Pero Benjamín está bien. Me refiero a que es deportista y todo, pero de ninguna manera es tan molestoso como ella. Ayer en clase de Salud yo estaba mirando al espacio y supongo que estaba viendo en su dirección. Así que de repente me mira y dice: "¿Qué estas mirando, Hermana Muerte?" Tenía el ceño fruncido, rodó los ojos y dijo: "Infiernos, ocúpate de tus propios asuntos" y yo dije como: "Créeme, en cualquier caso me importa un carajo lo que estabas diciendo" y ella dijo: "¿No tienes un funeral al que asistir?" y sus estúpidos amigos se echaron a reír como si fuera una especie de comediante o algo así. Es una perra.

- Sí, tienes razón. – Tosió. Escuché un ruido como si estuviera pasando de hoja y podía imaginar a Edward sentado en su colchón escribiendo en el cuaderno de espiral rojo que hemos compartido – Todas esas rubias tan sólo deberían desaparecer.

En ese momento me había reído. Era gracioso. Estuve de acuerdo con él. Y, bueno, realmente pensé que lo estaba. No me sentía como una mala persona, pero me reí porque para mí, ellas eran las malas personas. Se lo merecían.

- Sí, deberían ser atropelladas por los Beemers1 de sus padres.- Le dije.

- También puse a esa chica Kate en la lista.

- Bien hecho. Ella no deja de hablar pasar al equipo universitario. No sé cuál es su problema.

- Sí. Bueno.

Nos sentamos en silencio por un minuto. No sé lo que Edward estaba pensando. En ese momento, tomé su silencio como una especie de acuerdo tácito conmigo, como si estuviéramos hablando al mismo tiempo en una longitud de onda que no tenía aliento. Pero ahora sé que es sólo una de esas "deducciones" de las que siempre me hablaba el Dr. Cullen. La gente lo hace todo el tiempo… asume que ellos "saben" lo que está pasando por la cabeza de otra persona. Eso es imposible. Y creer que es posible es un error. Un error bien grande. Uno que te arruinaría la vida, sino tienes cuidado.

Escuché algunos murmullos en el fondo.

- Me tengo que ir. – Dijo Edward – Tenemos que llevar al hijo de James a la guardería. Su novia está siendo un dolor en el culo por eso. ¿Nos vemos en cafetín?

- Claro. Haré que Alice nos guarde un asiento.

- Genial.

- Te amo.

- Yo a ti nena.

Colgué el teléfono, sonriendo. Tal vez se había resuelto lo que fuera que lo estaba molestando. Tal vez estaba harto de James, del hijo de James, de los dibujos animados de James y de la marihuana de James. Tal vez podría hablarle para saltarnos el almuerzo y que camináramos juntos por la carretera hasta Casey's para comer un sándwich. Solamente nosotros dos. Como en los viejos tiempos. Sentados en el separador de concreto, sacando la cebolla de nuestros sándwiches y haciéndonos preguntas sobre música, hombro a hombro, con los pies balanceándose.

Me metí de un salto a la ducha, sin molestarme en encender la luz y me quede allí parada envuelta por el vapor de la oscuridad, con la esperanza de que pronto de que Edward me llevara algo especial. Él era bastante bueno en eso… presentándose en la escuela con una rosa que había comprado en la gasolinera o metiendo una barra de chocolate en mi locker en el cambio de clases, deslizando una nota dentro de mi cuaderno cuando yo no estaba mirando. Cuando Edward quería, tenía un tremendo lado romántico.

Salí de la ducha y me sequé. Me tomé un tiempo extra con el pelo y con el delineador de ojos y me puse una minifalda de mezclilla negra con mi par favorito de medias a rayas blancas y negras, con el agujero en la rodilla. Metí los pies en los calcetines y un par de zapatilla de lona agarrando la mochila.

Mi hermano pequeño, Jake, estaba comiendo cereal en la mesa de la cocina. Tenía en cabello en puntas y parecía uno de esos niños de los comerciales de Pop Tart: el típico skater. Jake tenía catorce años y estaba lleno de sí mismo. Se creía una especie de gurú de la moda y siempre se vestía con tanto estilo que se veía como si acabara de salir de un catalogo.

Éramos cercanos, a pesar del hecho de que tendíamos a estar con grupos totalmente diferentes y que teníamos definiciones completamente de lo que nos gustaba. Él podría ser molesto a veces, pero la mayoría del tiempo era un buen hermano menor.

Tenía su libro de texto de historia de los Estados Unidos abierto sobre la mesa y estaba garabateando frenéticamente en un pedazo de hoja de papel de cuaderno, deteniéndose sólo para meter un bocado de cereal en la boca a cada rato.

- ¿Vas a filmar un comercial de gel para el cabello? – pregunté chocando la cadera contra su silla mientras pasaba.

- ¿Qué? – Dijo mientras pasaba la palma de su mano sobre las puntas de su cabello – A las chicas les encanta.

Rodeé los ojos sonriendo.

- Estoy segura. ¿Ya se fue papá?

Tomó otro bocado de cereal y volvió a la escritura.

- Sí – dijo con la comida en la boca. – Se fue hace unos minutos.

Cogí un waffle de la nevera y lo metí en la tostadora.

- Veo que estabas demasiado ocupado con las chicas como para hacer tu tarea por la noche. – Me burlé, inclinándome sobre él para leer lo que estaba escribiendo. - ¿Exactamente que pensaban las mujeres en la época de la guerra civil… sobre el exceso de gel para el cabello?

- Dame un respiro. – Dijo, golpeándome con el codo. – Estuve hablando con tina hasta la medianoche. Tengo que terminar esto. Mamá va a enloquecer si vuelvo a sacar otra C en Historia. Me volvería a quitar el celular.

- Bueno, está bien – dije – Voy a dejarte en paz. No tengo la más mínima intención de interponerme en tu fascinante romance telefónico con Nessa. – El waffle salió de la tostadora y lo agarré. Tome un bocado, sin nada - Hablando de mamá, ¿hoy va a volverte a llevar a la escuela?

Él asintió con la cabeza. Mamá llevaba a Jake todos los días a la escuela, dejándolo de paso hacia su trabajo. Eso le daba a él unos minutos extras por la mañana, que supongo que sería algo bueno. Sin embargo, ya que eso requería que me sentara a noventa centímetros de mi madre y, por lo tanto, pasar cada mañana escuchando como mi "cabello se ve atroz" y mi "falda es demasiado corta" y "¿Por qué una chica tan hermosa como tú quiere arruinar su aspecto con todo ese maquillaje y esos tintes para el cabello?" Prefería pararme en la acera y esperar que el autobús lleno de deportistas pasara a buscarme. Y eso es mucho decir.

Miré el reloj en la estufa. El autobús pasaría en cualquier momento. Me cargué la mochila al hombre y di otro mordisco a mi waffle.

- Me largo de aquí. – le dije, dirigiéndome hacia la puerta – Buena suerte con tu tarea.

- Nos vemos. – Gritó a mi espalada mientras yo salía al porche, cerrando la puerta detrás de mí.

El aire se sentía más frio que de costumbre… se sentía como si el invierno estuviera a punto de precipitarse sobre nosotros en lugar de la primavera. Como si ese momento del día fuera lo más cálido que se iba a poner.


1.- Beemer: Nombre con el que se conoce a una motocicleta fabricada por la BMW.

Hola!

 ¿Qué les parecio este cap? ¿super no? aww Edward tan tierno y si me preguntan esos chicos merecian morir -.-!

los nombres de los personajes son los que cuando lei al libro fueron los que primero llegarón a mi cabeza, ya sea por su forma de ser o sus nombres :D quise que sonara más familiar :3

Hay algunas partes en que va del pasado al presente y viceversa para que no se confundan cuando lean cuando dice 2 de mayo el capítulo quiere decir que es el pasado. Bueno creo que eso es todo, si tienen alguna duda me mandan un mensaje.

P.D.: me encantaria que me dijieran que les parece porque el libro no es muy conocido y quisiera saber que piensan de él ;)

saludos!

Capítulo 2: Capítulo 1 Capítulo 4: Capítulo 3

 
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