Un Amor Imposible

Autor: mari584
Género: Romance
Fecha Creación: 27/01/2010
Fecha Actualización: 15/02/2010
Finalizado: SI
Votos: 45
Comentarios: 148
Visitas: 167764
Capítulos: 26

Después de seis meses de que Edward la abandonó, el primer día del mes de Marzo, Bella ve el Volvo en la escuela. Ahí se encuentra Edward, pero de la mano de otra persona ¿Qué hará Bella? ¿Cómo podrá sobrevivir?.

Chicas este es una nueva historia, aquí sufrirán de todo jejejejeje, mas que todo le doy las gracias a Mommy's Bad Girl por esta magnifica historia..! ;)

Espero que lo disfruten..! ;)

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Capítulo 13: "Felicidades por tu Boda...!"

“Voy a matar a Alice” grite en mi fuero interno, esto no me podía estar sucediendo, ¿Por qué a mí? De todos los integrantes de la familia Cullen porque el tenía que haber venido, se lo dije a Alice, se lo dije maldita sea!!!...

Alice corrió hacia mi y me dio un fuerte abrazo.

-Bella- Chillo dando saltitos- Me has metido el peor susto de mi existencia!!!...- Diciendo esto me volvió a abrazar pero pego su boca a mi oído, su frio aliento me dio escalofríos- Lo siento mucho Bella, escucho nuestra llamada, y me amenazo, de que si no lo dejaba venir conmigo, el vendría a la fuerza- Su tono tomo un tono de enojo- Enserio que lo intente… lo siento.

Se separo un poco de mi pero aun tenía sus manos en mis hombros, tomándome como a una niña pequeña. Sus ojos escrutaban mi cara en busca de alguna señal que pudiese decir que era lo que estaba pensando, pero yo solo me limite a asentir con la cabeza.

¿Por qué Edward hacia esto? ¿Qué ganaba con venir? ¿Quería verme sufrir más? ¿Acaso era tan masoquista? Estas y mil preguntas se metieron en mi cabeza en menos de un segundo, sabía que había venido por alguna razón, pero no la encontraba. El ya tenía a Tanya, ¿Qué mas quería de mi?...., un escalofrió gigante recorrió todo mi cuerpo al sentir la mirada de Edward clavada en mi rostro, y en ese momento hasta la última de mis terminaciones nerviosas se pusieron alerta.

Seguía inmersa en mis pensamientos hasta que la vocecita chillona de Alice me saco del ensimismamiento.

-Bella, entremos…- Me jalo de un brazo y yo la seguí mecánicamente, aun con las sobras del escalofrío que me había dado.

Entramos y Alice y yo nos sentamos en un silloncito de la sala, Edward se sentó en el sillón individual frente a nosotras. A pesar de tenerlo frente a mí no me atreví a levantar la mirada, sabía que en cuanto me encontrara con aquellos ojos color caramelo me perdería en ellos y mi fuerza se haría polvo, no me podía dar el lujo de hacer eso, aunque lo desease con toda el alma. Tenía que dejar a Edward tener su propia vida, el no podía estar siempre con la humana…. El tenía que ser libre y feliz y yo se lo estaba impidiendo…. “eres una cobarde….” Gritaba una vocecita en el fondo de mi cabeza.

La sala estaba en silencio, un silencio incomodo. Se podía casi cortar la tención que había con un cuchillo. Pero dadas las circunstancias yo tendría que ser la primera en hablar, quiero decir, yo fui la que salió huyendo primero.

-Yo – Tome aire lentamente- Lo siento mucho, si los preocupe- Dije con la mirada aun clavada en mis manos entrelazadas y el dolor de mi pecho se hacia un poco más agudo.

-No importa Bella, - Dijo Alice con vos cálida- Lo importante es que estas bien y nada te sucedió, y ahora…- Dudo un poco pero por fin pregunto- ¿Nos podrías explicar el porqué huiste?.

Ipso facto me congele, no podía decirles el porqué de mi huida, eso solo haría que Edward se sintiera mas culpable y que yo siguiese arruinando su vida, como esperaban que les dijera “Alice, Edward me fui porque me entere de que el amor de mi vida se va a casar con una maldita vampiresa que por cierto, me odia…!!!!” era algo que no se podía explicar con palabras. Y tampoco yo quería hablar respecto al tema.

-Bien Bella- La voz de Alice empezaba a dejar al aire su curiosidad- Estamos esperando.

-Fue por… una situación… que me tomo por sorpresa- En ese momento me atreví a levantar la vista hacia Alice- Pero estoy intentado superarlo.

Edward frente a mi soltó un bufido casi inaudible, y yo volví a bajar la mirada, esta situación hizo que el agujero en mi pecho se tensara una vez más, pero este dolor se iba haciendo cada vez más familiar, de todos modos sabía perfectamente que me tendría que acostumbrar… dudo que se pudiese quitar con el tiempo…

-¿No quieres hablar del tema?- Pregunto Alice con voz amable.

-No, la verdad es que no- Murmure mientras una gota de sudor surcaba mi nuca.

-Ok- Alice tomo mi cara entre sus manos y me obligo a verla- Bella no te voy a obligar si no quieres- Sonrió cálidamente- Por cierto, René ha marcado como loca al hospital, quiere hablar contigo. Carlisle le dijo que tú estabas con Esme y conmigo en Los Ángeles acompañándonos, porque no te podías quedar sola en casa… así que no te preocupes podemos quedarnos aquí algunos días si quieres- Volvió a sonreír pero esa alegría no le llego a los ojos.

Al escuchar esto mi corazón destrozado dio un brinco, Reneé, tenía que hablar con ella, se me había pasado por completo esto. También necesitaba hablar con Jake… recordé la última vez que lo vi y pareció que había sido hace años… en vez que hace una corta semana… esto me dio un poco de esperanzas.

-Alice, ¿Puedo llamar a Reneé y a Jake?- Pregunte con un poco de brillo en los ojos.

Edward frente a mi soltó un gruñido y cerro la mandíbula audiblemente ¿Qué demonios le sucedía? ¿Ahora porque estaba enojado? Por primera vez me atreví a mirarlo, sus ojos se oscurecieron al instante, en ellos había un dejo de ira, pero ¿Por qué? Sabía bien que Jake nunca le había caído bien. Pero esa no era una razón para comportarse de esa manera.

Independientemente de el enojo que me embargo al ver su expresión, me di cuenta de que en el momento en que lo mire directamente a los ojos todo mi cuerpo pareció relajarse, era como si el tuviese algún don extraño sobre mi… parecía como si todo el mundo alrededor desapareciese y quedáramos solo el y yo en alguna clase de burbuja… me perdí de nuevo en su mirada… y presentía que él hacía lo mismo… lo mire detenidamente, sus facciones, sus labios… todo… otro escalofrió me recorrió el cuerpo al darme cuenta de lo que estaba sucediendo. No sabía cuánto tiempo había estado observándolo. Pudieron haber sido segundos, o horas… la verdad es que eso no tenia demasiada relevancia. “Idiota!!!... deja de mirarlo… parece que tienes retraso!!!” me gritaba una vocecita demasiado lejana en el fondo de mi cabeza. Que cada vez se fue haciendo más fuerte hasta que por fin logro sacarme del ensimismamiento en el que estaba.

Sacudí la cabeza un par de veces para quitarme del todo el hechizo de su mirada, y gire mi cabeza para ver a Alice que intercambiaba miradas entre Edward y yo… parecía demasiado extrañada. Pero una vez más… no era algo que me importase demasiado.

-Si Bella- Dijo dubitativamente- Llámales, mientras Edward y yo iremos por las maletas al auto.

Salte del sillón y subí las escaleras corriendo, por más extraño que pareciese sentía como si volara, esa mirada que habíamos cruzado Edward y yo había hecho que sintiera un poco de vida de nuevo en el cuerpo “Estas volviendo a concebir esperanzas IDIOTA!!!”.

Sacudí la cabeza ante ese pensamiento, esperanzas… esperanzas… no… ya no… ni una sola vez mas… tenía que librarme de esto a como diese lugar… me estaba lastimando a mi misma y estaba lastimando a Edward…- Al pensar en esto el dolor en mi pecho se hizo un poco mas fuerte- Así que por esa razón tendría que dejarlo… ya.

Con estos pensamientos llegue a mi cuarto ausente. En mi buro estaba mi celular. Dude un poco en tomarlo ya que sabía perfectamente que me esperaría una charla demasiado larga con mi madre respecto a todo lo que había sucedido… y la verdad no sabía si estaba de humor para aguantar que me estuviese repitiendo todo una y otra vez. Suspire lentamente y marque el número de la casa de René en Jacksonville, tenía que marcarle. Al fin y al cabo era mi madre.

El teléfono sonó tres veces y una linda voz contesto el teléfono.

-¿Si diga?

-¿Mama? Soy yo Bella- Dije cautelosamente.

-Isabella Marie Swan, por fin llamas a la pobre de tu madre, hija no sabes lo preocupada que he estado por todo lo que ha sucedido con el pobre de Charlie y tu ni una llamada me habías hecho… ¿Qué piensas?... ok, ok… olvida lo que dije… ¿Cómo estás? ¿Cómo te has sentido? ¿Estas en Los Ángeles cierto? ¿Cómo te la estas pasando?- dijo todo tan rápido que no tomo ni un solo respiro, jamás pensé que hubiese una persona que pudiese aventar tanta cantidad de palabras sin respirar, pero parece que ya la había encontrado.

-Calma mama, respira. Estoy bien…, la estoy pasando fenomenal aquí en Los Ángeles, aunque extraño a Charlie… pero regresa a Forks en un par de días.- Dije poniendo los ojos en blanco.

-Oh querida- Reneé comenzó a sollozar- Pobre de ti y de todo lo que está pasando… en cuanto llegues a Forks iré contigo… no quiero dejarte sola.

Un espasmo recorrió mi cuerpo completo, Reneé no podía ir a Forks, sería ponerla en peligro… no… no podía permitir eso. El simple hecho de saber que Victoria estaría cerca de la indefensa de mi madre me puso los nervios de punta.

-Ah, no mama no te preocupes, Carlisle dice que Charlie estará fuera del hospital en algunos días, así que no hay la razón por la cual vayas hasta Forks, todo estará bien- Intente sonar lo más alegre y despreocupada del mundo, no quería a Reneé en Forks.

-¿Estas segura hija?- pregunto dubitativamente.

-Si mama no te preocupes- Mentí de nuevo pero con más naturalidad que nunca, esto de mentir se me estaba empezando a dar bien.

-Prométeme que si necesitas algo no dudaras en llamarme y estaré ahí más rápido que un rayo.- dijo con voz tierna.

-Te lo prometo mama- Murmure.

Después de una exhaustiva plática de treinta minutos con Reneé en la que me obligo a contarle casí todos los detalles de lo que había sucedido últimamente por fin pude colgar. A veces mi madre podía ser tan exagerada.

Tome el celular una vez más, buscando el teléfono celular de Jake… pero justo antes de que me pudiese meter a la agenda de mi móvil Alice entro en mi cuarto con sus andares de Bailarina y su sonrisa plateada, se sentó a un lado de mí en la cama.

-Bella- Dijo quitándome el celular de la mano- Vamos a cenar. Mañana podrás llamar a Jake. De todos modos Carlisle ha estado en contacto con toda la manada. Así que no te preocupes todos están enterados de todo lo que ha sucedido.

Sus palabras me dejaron con la boca abierta. Vampiros y licántropos. Licántropos y vampiros. Juntos. Esto no podía estar sucediendo.

-Ja Ja Bells respira- Dijo Alice pasando una mano por enfrente de mis ojos- Aunque no nos gusten los chuchos- dijo con un tono despectivo- ellos te quieren, y nos han servido para cazar a Victoria. Créeme no le queda mucho tiempo teniendo a los licántropos de nuestro lado- Sonrió con seguridad.

-¿Ellos están con... ustedes? Ósea, ellos los están ayudando- Dije sin aire.

-Si, pero no te preocupes por eso, ya habrá tiempo para hablar del tema- me toco la mejilla- Ahora vamos a cenar.

-Está bien- Murmure aun perdida en mi mente.

-Respira tonta Bella- Volvió a reír- Oye ¿Quieres salir hoy?.

Ok.. ahora si Alice se había vuelto completamente loca… ya era demasiado tarde... eran las ¡¿8:35 pm?!... era muy temprano.

Alice debió de ver mi expresión de incredulidad y puso su cara de borreguito degollado a medio morir, como odiaba esa maldita cara.

-Si Bells, por favor, vamos a salir- Puso un puchero- Por favor, por favor, por favor hazlo por mí… te prometo no ponerte tacones y que estaremos aquí para antes de las 12 pero por favor… quiero conocer algo de Phoenix por favor…!!!

-Alice estas completamente loca, no voy a salir hoy… no ves que no tengo ropa, aparte de que soy un peligro andante para caminar por las calles de Phoenix y por ultimo no creo que a Edward le guste demasiado la idea…. Y un bono extra estoy demasiado incomoda en esta situación- Dije casi gritando.

-Bella, Bella, Tonta Bella- Dijo sonriendo- Ropa traigo yo… no te pienso poner tacones, vamos a salir para que se te despeje un poco la mente, Edward ya acepto en ir porque el también quiere salir y por ultimo yo sé que esto es incomodo pero te terminaras acostumbrando por favor- Junto sus manos y puso un puchero… “Como odio a Alice Cullen”.

-Está bien, está bien… pero antes de las 12 quiero estar aquí- Entrecerré un poco los ojos con enojo.

-¡Yuppy!- Empezó a dar saltitos por todo el cuarto y a aplaudir.

-Impresionante- Murmure con los ojos clavados en el duende que saltaba- Como algo tan pequeño puede ser tan nefasto.

-Es un talento natural- Me saco la lengua divertida.

-Bien… empecemos… antes de que me arrepienta.- Dije con un gesto dramático.

Alice bajo las escaleras y subió de nuevo en menos de un minuto con 3 maletas y una caja inmensa de maquillaje. Suspire esto realmente iba a ser una tortura.

Mientras Alice me arreglaba- O más bien me torturaba- mi mente divago… sabía perfectamente que esto era lo que necesitaba, salir y despejarme, conocer gente nueva y intentar sacarme a Edward Cullen de la mente, pero por desgracia no podía, y no es porque no pudiese lograrlo… sino porque no quería… sabia que esta era una actitud demasiado sadomasoquista de mi parte… y que al final cuando el se fuera y se casara iba a pagar las consecuencias muy, muy caras… pero como ya lo había pensado antes… preferiría sufrir por todo lo que restaba de mi maldita existencia a olvidar siquiera algún detalle de la existencia de Edward en mi vida. Sabía que era una actitud estúpida de mi parte, que al fin y al cabo la única lastimada en la situación sería yo… pero una vez más… no me importaba. Aparte de que estaba el hecho de que yo tendría que seguir con mi maldita y desastrosa vida… sabía que si no lo hacía terminaría lastimando a Edward, por no poder superarlo, así que lo tendría que hacer aunque sintiese que una parte de mi alma se quedara con el…Edward Cullen jamás podría ser otra cosa que el más puro y simple amor de mi total existencia. Nadie podría tomar su lugar.

Y ahí, entre fijador y maquillaje lo prometí, prometí que aunque me doliera tendría que seguir adelante con alguien… con alguien que no fuera Edward… y que lo tendría que empezar a hacer desde ahorita, a mi mente vino la imagen de Anthony, el perfecto clon de Edward. Este pensamiento hizo que me diera escalofríos. Era demasiado difícil imaginarse una vida sin Edward, imaginarme con Anthony era mucho peor, el era un buen chico y todo, pero era demasiado parecido a Edward y eso sería un recordatorio no solo físico sino también mental de que Edward algún día existió. Aunque sabía que con el tiempo por lo físico me vería diferente, renovada o como lo pudiese llamar, por dentro cada sentimiento, cada célula, cada latido de mi corazón serian de el… y eso nunca nadie lo cambiaria.

-Bella estas lista- Chillo Alice limpiándose una lágrima imaginaria de su cara con gesto dramático.

Yo todavía seguía ensimismada en los más oscuros recovecos de mi mente cuando me vi en el espejo. La imagen que vi me regreso a la realidad.

-Marie Alice Brandon Cullen- Grite con furia- No pienso utilizar esto…. Mejor desnúdame… creo que eso taparía mas- Dije con sarcasmo.

-Oh vamos Bella, aquí hace calor y te ves bellísima,- su mirada y su voz se tornaron más siniestras- Aparte, no te vas a cambiar… inténtalo si quieres pero te aseguro que saldrás vestida de esta casa así.

“¿Por qué había aceptado salir? ¿Por qué? ¿Por qué?” mientras me preguntaba esto me pateaba mentalmente al ver mi reflejo en el espejo. Era yo… pero diferente. Tenía el pelo rizado en cascada hasta la cintura. Tenía un top estrapless negro con un listón rojo bajo el busto que terminaba con un moño rojo en la espalda, tenía unos shorts negros que me quedaban más cortos que mi propia ropa interior y se podían apreciar mis piernas blancas y mi trasero realmente bien. Mi simple imagen hizo que me pusiera roja. Sabía que no podría cambiarme de ropa, a menos que quisiera morir en manos de Alice. “Maldita Alice Cullen te odio!!!” grite internamente. Lo único que me podía calmar era que no llevaría tacones. En lugar de eso traía unas zapatillas rojas, como de satín que eran de piso. Mis ojos estaban delineados por afuera y por dentro con delineador negro… y las pestañas se veían demasiado espesas, así que mi mirada se veía más profunda que nada, mis labios rojos por mordérmelos tanto tenían un sutil brillo. En otra ocasión podría decir que si me veía bien. Pero ahorita era algo que realmente no me importaba.

Suspire pesadamente antes de girarme a Alice.

-Listo…- Gruñí- Ahora ¿Nos podríamos ir? Tengo mucha hambre- Mi estomago gruño al mismo tiempo.

-Claro- Sonrió malévolamente- Vamos Edward nos espera abajo.

Respire profundamente varias veces para no hiperventilar mientras bajaba las escaleras, ¿Por qué demonios me había metido en esto? Yo no debería de salir así vestida y menos en el estado de depresión en el que me encontraba en estos momentos “Bravo Isabella Marie Swan solo a ti se te ocurre!!!..” mi conciencia me pateaba internamente mientras gritaba esto.

Llegamos abajo y las luces de la casa estaban apagadas, pero la luz de la luna se filtraba por la ventana, ahí estaba Edward sentado en uno de los sillones, su belleza resaltaba gracias a la luz que se colaba por la ventana, tenía una camisa negra, abierta de los primeros dos botones y las mangas dobladas hasta la mitad de su antebrazo, estaba desfajado, y llevaba unos pantalones medio sueltos de mezclilla, me deslumbre al instante. No podía quitarle la mirada de encima. “deja de verlo así idiota!!!...” me grite internamente.

Sacudí la cabeza y fije mi mirada en Alice que miraba a Edward divertida y Edward a su vez me miraba a mí con los ojos abiertos como platos. Su boca estaba en una línea. Eso solo podía decir una cosa. Problemas.

-Ella no va a salir vestida así- Gruño con voz siniestra.

-Hermanito- dijo Alice con sarcasmo y enojo- va a salir así porque yo lo digo, ¿Alguna duda?- Dijo entre dientes.

Edward se tomo el puente de la nariz con dos de sus dedos de la mano izquierda, respiro profundamente y abrió los ojos.

-Vámonos- Gruño.

Salimos de la casa y nos subimos en el volvo, yo atrás y Alice y Edward adelante. Nadie dijo ni una sola palabra en todo el camino… solo se podía sentir la tensión que Edward emanaba de sí mismo. ¿Por qué se había puesto así? No tenía derecho a decirme que era y que no era lo que yo me podía poner… es decir… si a esas vamos yo le diría que es un pecado andante… y no lo dejaría salir de su casa. El no tenía derecho alguno en decidir nada en mi vida. Nada. Aunque me gustaría que lo hiciera. “Tonta Bella deja de pensar así de el!!!...” me grito mi conciencia. Y tenía razón. Tenía que sacarme a Edward Cullen de mi mente, lo tenía que hacer.

Llegamos al centro de Phoenix, donde había muchos restaurantes, discos y bares. Aparcamos en un lugar vacio casi en el centro de la calle y nos bajamos. Yo me sentía demasiado incomoda con el atuendo que estaba utilizando, así que mis mejillas estaban pintadas de rojo por tiempo indefinido. Solo rezaba porque no me dijeran nada.

Caminamos hacia un restaurante muy lindo, que tenia mesas afuera con sombrillas y había lamparas con la luz tenue, había música lounge, así que se podía decir que estaba acogible el lugar.

Nos sentamos en una de las mesas de afuera y llego el mesero a pedirnos la orden.

-Yo un vaso de coca cola por favor- Dijo Alice con una sonrisa deslumbrante.

-Que sean dos- Dije yo.

-Tres- Apunto Edward con la mirada fija en mi, esta mirada hizo que me diera un escalofrió, no era una mirada de odio, ni de curiosidad, era una mirada con un sentimiento que realmente no pude descifrar.

-¿Y de cenar?- Pregunto el camarero.

Dos pares de ojos se posaron en mi rápidamente, obvio, yo era la única que cenaría, “y un demonio!!!...” pensé en mi fuero interno.

-Humm… ravioles con zetas por favor- Murmure, era lo primero que vi en la carta.

Al pronunciar estas palabras ipso facto me petrifique… un flash back de una fría noche en Port Ángeles, de una mesera de veintiún años, de unos individuos queriéndome lastimar, de un secreto que descubrí, de un vampiro del que me enamore irrevocablemente me llegaron a la mente. El dolor de mi pecho que por un momento se había calmado volvió a regurgitar con toda su fuerza, dejándome sin aire. Esto era demasiado difícil, demasiado.

Gire mi vista hacia Edward, que parecía que también se había acordado de aquella noche en Port Ángeles, solo que esta vez el me desvió la mirada. Como intentado ocultarme alguna emoción que no quería que yo viera.

Suspire pesadamente, y Edward me observo por el rabillo de su ojo para luego volver a poner cara de nada. Inescrutable.

-Hay, Bells- Gire a ver a Alice que tenía una sonrisa maliciosa en la cara- Iré a hablar con Jazz, en un momento regreso- Sonrío con más ganas.

No pude decir nada y me congele, maldita Alice me las iba a pagar luego. ¿Por qué me quería dejar sola con su hermano? ¿Qué no se daba cuenta de la situación? Maldije internamente. La mire con ojos asesinos, esto nunca se lo iba a perdonar. Ella simplemente sonrío.

Se paro con sus andares de bailarina y se desapareció de mi vista, quien sabe a dónde se fue.

Edward y yo nos observamos por un buen rato, ninguno le desvió la mirada al otro esta vez. Intentábamos decirnos mil y un cosas con la mirada. Pero por desgracia eso no era suficiente. Por fin… se digno a dirigirme la palabra.

-Bella- Murmuro con voz enojada- Nunca, me escuchaste, nunca en tu vida vuelvas a hacerme esto.

-¿De qué hablas?- Luche porque mi voz no dejara ver el temblor que ahora me recorría todo el cuerpo.

Se acerco un poco más a mí.

-No vuelvas a desaparecer de esa manera- Sus ojos llamearon.

Me quede en silencio. No sabía que responderle. De lo único de lo que era consciente era de la gota de sudor que me surcaba la nuca y del temblor que me recorría entero el cuerpo.

-¿Por qué te fuiste?- Pregunto expectante.

Negué con la cabeza.

-Dímelo- Dijo demandante.

Negué con la cabeza una vez más.

-Ahora- Susurro tan cerca de mí que su aliento dulce me golpeo la cara.

Parpadee un par de veces antes de volver a mi cuerpo, me había quedado petrificada por la cercanía en la que estábamos, si me acercaba unos centímetros más lo podría besar. Claro, eso no sucedería ni ahora ni nunca. Aunque muriese por hacerlo.

Lo mire fijamente a los ojos, y puse mi cara mas cínica. Tenía que decírselo, tenía que sacarme esto de la mente y ver cómo reaccionaba. El y yo todavía estábamos demasiado, peligrosamente demasiado cerca. Este era el momento.

-Felicidades por tu boda- Dije con tono casual y un intento de sonrisa en los labios, pero esa alegría no me subió a los ojos.

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Que les pareció el cap chicas..?

al parecer a nuestro eddy le sigue importando mucho a bella..! jejejejeje

cuál será la reacción de edward al ver que bella ya sabe sobre las invitaciones de la boda de el con tanya..? en el siguiente cap lo sabrán..!

mis niñas el siguiente cap es el más esperado de todos, Besos en la Obscuridad..! hay tendrán desde el pto de vista de ambos, de edward y bella..! jejejeejejeje espero que les guste..!

un beso y un abrazo mis niñas cuidense..! saludos..! ;)

Capítulo 12: "Muñeca de Trapo.." Capítulo 14: "Besos en la Obscuridad.."

 
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