Un Amor Imposible

Autor: mari584
Género: Romance
Fecha Creación: 27/01/2010
Fecha Actualización: 15/02/2010
Finalizado: SI
Votos: 45
Comentarios: 148
Visitas: 167583
Capítulos: 26

Después de seis meses de que Edward la abandonó, el primer día del mes de Marzo, Bella ve el Volvo en la escuela. Ahí se encuentra Edward, pero de la mano de otra persona ¿Qué hará Bella? ¿Cómo podrá sobrevivir?.

Chicas este es una nueva historia, aquí sufrirán de todo jejejejeje, mas que todo le doy las gracias a Mommy's Bad Girl por esta magnifica historia..! ;)

Espero que lo disfruten..! ;)

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Capítulo 23: "Me Despido de tu Amor..."

Los momentos en la vida son contados… las estrellas del cielo te cuentan una historia, las flores se marchitan día con día y nuevas renacen… lo único que al final del de nuestra vida siempre existirá será el amor…

Edward POV

Edward… es hora…”- Pensó Alice desde afuera de la habitación, había pasado las últimas cuatro horas aquí, viendo como mi Bella vivía cada segundo, cada último segundo de su vida humana y yo sin poder hacer nada.

Me sentía tan impotente.

-Ya voy- Susurre tristemente mientras le daba un suave beso en la frente a mi ángel que no había abierto sus ojos, por más que rece, por más que le pedí a el que sea que nos cuide, en todos los idiomas posibles porque despertara mi ángel, ella no lo hizo.

Ella prefirió quedarse así, dentro de su mente y todo era mi culpa.

En ese instante entro Emmet por la puerta, tenía el rostro desencajado y un aire tristón que se podía sentir alrededor suyo.

¿Estas listo?”- Pensó con tono nostálgico mientras veía fijamente a mi ángel, su hermanita.

Yo solo asentí.

De acuerdo… hagámoslo”.-Contesto y dio un paso hacia la cama de mi amada.

Toda mi familia se había marchado hacia mi casa, donde estarían preparándose para cuando llegase con Bella. Los únicos que se habían quedado en el hospital eran Alice, Emmet y yo. Mi hermana estaba distrayendo a las enfermeras mientras que nosotros sacábamos a Bella por la ventana. Al principio me había negado a esa idea, se me hacia completamente absurda. Pero después de que Carlisle explicara que sería imposible dar de alta a mi ángel ya que ella se encontraba en coma y cualquier cosa la terminaría matando tuve que aceptar que sacarla a escondidas sería lo mejor. Carlisle se había hecho cargo de Charlie, le había dicho que tendría noticias de Bella pronto, solo que esperara algunos días. Dios… lo que un padre haría por sus hijos.

Desconecte todos los aparatos que estaban unidos al cuerpo de mi ángel, tomándome mi tiempo, no queriendo que lo inevitable sucediera. Emmet me veía en silencio, tanto mental como vocal, sus ojos estaban fijos en mi ángel. Mi hermano obviamente deseaba tenerla como hermana, pero odiaba la manera en que su transformación sucedería.

Después de algunos segundos en los que desconecte las maquinas – Y creo que mi corazón por igual-por fin termine, sintiendo que a cada segundo mi ángel se acercaba mas al momento de su muerte.

-Listo…- Susurre mientras veía a mi querubín que se encontraba aun con su rostro tranquilo.

Mi hermano solo asintió.

Le di una última mirada mientras que Emmet la levantaba suavemente en sus musculosos brazos, tan delicadamente como si fuese cristal y en cualquier momento se pudiese romper. Porque en todo caso eso era lo que era Isabella, una suave pieza de cristal que, si no teníamos tacto en aquellos momentos, terminaría mas rota de lo que se encontraba.

Suspire pesadamente mientras que le acariciaba el pelo.

Mi mirada recorrió lentamente su cuerpo, viendo cada una de sus manos enyesadas al igual que sus piernas. Su cara a pesar de varios de los moretones aun seguía siendo hermosa, ella aun seguía haciéndole honor a su nombre. Bella

En un suave movimiento su bata dejo ver las heridas que las manos de Tanya le habían dejado en sus níveas y torneadas piernas, hacían un contraste demasiado estrepitoso con su piel tan blanca. Un escalofrió profundo recorrió mi columna vertebral al ver las marcas de esas manos en su piel, ella había sido herida, ella había sido lastimada… y ella no tenía la culpa.

¡¡¡Maldita Perra!!!”- Pensó Emmet mientras que imágenes de la cara de Tanya le venían a la mente.

¿Cómo Edward? ¿Cómo demonios la pudo lastimar de esta manera? ¿Cómo alguien podría lastimar a algo tan frágil como lo es mi hermana? ¿Por qué?”- Pregunto desesperado mientras que acercaba- si es que se podía- mas a Bella a su pecho, protegiéndola.

-No lo sé…- Conteste con voz contenida, este no era ni el momento ni el lugar para sacar todo lo que traía dentro, y sabia que si le contestaba a sus preguntas, que por cierto si sabia las respuestas, terminaría explotando… y ahora lo más importante era mi ángel, que descansaba su cabeza contra uno de los hombros de Emmet, como a una niña pequeña, a un pequeño niño al que le quitan la inocencia.

Y por desgracia, a ella se la habían quitado de la peor manera.

-Vamos- Murmure mientras que apretaba fuertemente los puños en un intento de no explotar ahí mismo.

Abrí la ventana mientras que las suaves gotas de lluvia se filtraban y me mojaban la cara. Todo afuera era obscuro, era una noche sin estrellas, una noche sin luna… una noche sin luz.

Suspire pesadamente mientras que sentía que con cada gotita que caía el dolor se hacía más extenso. Salte fuera de la ventana hasta el primer piso, estábamos en el tercero, Emmet sostuvo a mi ángel aun protectoramente mientras que se agazapaba para saltar. Sabía que Emmet la mantendría segura, pero por inercia cerré los ojos cuando salto, sentía que con cualquier movimiento errado mi Bella terminaría mas quebrada de lo que ya estaba.

Andando”.- Pensó mi hermano mientras que tapaba a mi ángel con su sweater.

Deje que el pasara primero corriendo mientras que yo lo seguía, todo estaba en silencio y la luna estaba escondida tras varias nubes grises que tapaban su belleza, Emmet no pensaba en nada, observaba a su vez el rostro de mi amada y el camino, podía ver desde sus ojos lo mucho que le pesaba todo lo que había sucedido con Bella. Toda mi familia lo sentía, pero nadie tanto como yo.

En las últimas horas había rogado, pedido, rezado porque Bella despertase y poderla salvar de condenarla, poderla salvar de una inmortalidad que ella no se merecía. Pero nada había sucedido, ella estaba segura en su mente y no había querido salir. Ella sabía a qué se enfrentaría si salía de su estado de coma, se enfrentaría a esa maldita realidad que los dos tanto evadíamos, que los dos tanto rechazábamos.

Estaba consciente que cuando la convirtiera ninguno de los dos nos escaparíamos de esta, yo tendría que dar demasiadas explicaciones ya que todo esto había sido mi completa y total culpa, nada de esto hubiese sucedido si yo no hubiera sido tan terco desde un principio, si yo no hubiese forzado el futuro, si yo no hubiese acabado con su vida.

El bosque pasaba como manchones verdes a nuestros lados, íbamos corriendo lo más rápido posible, necesitábamos ahorrar tiempo, necesitábamos poner a Isabella segura.

Mi mente era un huracán de pensamientos, sabía que era capaz de detenerme, sabía que estaba haciendo lo correcto al convertirla, porque preferiría una y mil veces que ella fuera una de nosotros antes de quedarme una eternidad sin ella. Ella era mi vida, ella era mi existencia, ella era mi todo.

Y tenía la vaga esperanza de que ese sentimiento fuera correspondido.

Sabía que la había herido de la peor manera posible, que si pudiese yo mismo me metería en la prisión y jamás saldría de ahí, yo mismo le había arrebatado todo lo que ella era y alguna vez fue.

Yo mismo había acabado con los dos.

Corrí mas fuerte, antes la sensación de el aire contra mi rostro era lo mejor, ahora solo me hacía sentir que con cada paso que daba una parte de mi cuerpo se iba quedando atrás, que todo dentro y fuera de mi se iba desmoronando lentamente hasta dejarme como algo sin forma, algo que no se podía ver ni sentir.

Yo estaba cambiando y todos lo habían notado.

Rebase a Emmet y a mi ángel, sentía la necesidad de un poco de adrenalina, necesitaba sacar todos los gritos ahogados, los gruñidos tragados, los sollozos que desde hace mas de 110 años no había podido sacar dentro de mí. Aquellos lamentos que sabía perfectamente que me merecía.

A mi mente vino un flashback de todo lo que había sucedido desde mi regreso, de cómo llegue a la escuela de Forks, de cómo vi su cara por mi espejo retrovisor, sus lagrimas agolpadas en sus ojos sin que ella se diese cuenta, su suave y curvilíneo cuerpo tembloroso, la manera en que me decía todo con su mirada marrón, la electricidad que sentí en esa primera clase de lengua donde después de seis meses la había vuelto a ver, aquel día en que me metí a su habitación y vi el ramo de flores que el imbécil de Anthony le había enviado, su cara emocionada en un intento de ocultar su dolor, aquella vez que se abrió hacia mí y me dijo que estaba intentando olvidarme- Para mí el peor día de mi condenada existencia- mientras que se abrazaba a mí como si su vida dependiese de ello, cuando desapareció y fue a Phoenix, la ansiedad que sentí cuando no la vi, aquel beso robado en la obscuridad que hizo desde hacía ya bastante tiempo mis labios sentirse vivos, aquella mirada de odio en su cara cuando le reclame su casi- encuentro sexual con Anthony. En fin, todo lo que había sucedido en estas últimas semanas, todo el dolor, todo lo que le había hecho sentir, todo lo que la había hecho sufrir, todo lo que jamás me perdonaría ni aunque viviese cinco mil años.

Yo era un maldito enfermo.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por unas luces, la casa ya se encontraba frente a nosotros, adentro todo estaba iluminado y los pensamientos de mi familia estaban alerta.

Por fin ya llegaron”- Pensó mi madre en un suspiro mientras que los tres nos acercábamos al Porche.

Edward súbela hasta mi estudio la estamos esperando”- Me ordeno mi padre en su fuero interno mientras que mi hermano y yo entrabamos por la puerta.

No te preocupes Edward, intentare tranquilizarla”- Me ofreció Jasper mientras que Emmet y yo subíamos las escaleras.

Lo siento mucho…”- Susurro en su mente Rose mientras que poníamos a mi ángel en una cama de hospital en el estudio de mi padre.

Mi mente estaba trastornada, mi familia estaba alrededor mío, Jasper me tomaba del hombro mientras que intentaba mandarme olas de paz que de poco me servían, este sufrimiento jamás se iría. Esto jamás se despegaría de mí.

-Tienes que hacerlo- Murmuro Carlisle mientras que sus ojos estaban fijos en mi ángel, que tenía una expresión de tranquilidad en su rostro.

-Denme un momento a solas con ella, por favor.- Dije bajo mi aliento, en ese instante desee más que nunca poder llorar, poder ser cálido como ella, poder ser humano y que nada de esto hubiese sucedido.

Desee poder salvarla de lo que venía.

Mi familia salió silenciosamente por la puerta mientras que yo daba un paso hacia mi ángel, su respiración era acompasada pero su corazón estaba agitado. ¿Ella lo presentiría? ¿Ella sabría que su vida estaba por terminar? ¿Ella entendería el porqué lo hago?.

-Bella- Susurre mientras que caía de rodillas a su lado y un sollozo seco salía por mi boca.- Discúlpame amor mío, discúlpame por lo que voy a hacer, discúlpame por haberte lastimado… discúlpame.- Solloce de nuevo mientras que tomaba suavemente una de sus manos.

-Te amo- Susurre mientras que mis labios buscaban los suyos y plantaba un beso casto en ellos.

Su corazón latía lentamente ahora, dentro de mi estado de sollozos estaba impresionado de cómo unas simples palabras, un simple roce de mi mano podía tranquilizarla de esa manera. Mi corazón ya muerto dio un brinco, tal vez y solo si la poca suerte que tenia aun me sonreía, Bella y yo podríamos volver a estar juntos como antes, sabía que lo que había sucedido no se olvidaría, jamás. Pero tenía mi esperanza de que ella me entendiese.

-Ya es hora- Murmuro Carlisle mientras que ponía una de sus manos en mis hombros.

Di un respingo, no lo había escuchado entrar, el dolor que me consumía era tan grande que todo a mí alrededor desaparecía lentamente. Todo se hacía nebuloso, toda mi vida se escapaba y yo no hacia ni el menor intento por detenerla.

Me puse de pie lentamente mientras que apretaba un poco más la suave mano de mi ángel, mi familia incluida Alice ya estaba presente, todos tenían los ojos puestos en mí y en mi amado querubín que se encontraba recostada.

-Hazlo- Susurro de nuevo mi padre con voz autoritaria.

Acerque lentamente mi boca hacia su cuello, degustando por última vez su olor, aquel que hacía que mi boca hiciera agua, aquel que era el que me había enamorado de ese lindo regalo que el cielo me había mandado. Podía sentir su pulso pasando por sus venas, todo a mi alrededor se quedo en silencio, mis manos temblaban involuntariamente mientras que movía suavemente la cabeza de Bella hacia un lado y rozaba suavemente mis labios con su tersa piel.

Di un suspiro.

Mis colmillos traspasaron lentamente su piel haciendo un sonido involuntario mientras que el delicioso sabor de su sangre llenaba mi boca, no me fue difícil detenerme esta vez. Bella era lo que más me importaba en ese momento y sufriría el tener que detenerme de matarla ahí si eso la salvaba.

Me separe lentamente de ella mientras que una de mis manos tomaba uno de sus brazos enyesados y traspasaba la piel de su muñeca. Hice lo mismo con el otro brazo.

Me separe lenta y tortuosamente de ella mientras que veía como el veneno de los de mi especie empezaba a hacer estragos en su cuerpo. Mi ángel, dentro de su estado de coma no hizo ni un solo movimiento, respiraba o más bien jadeaba fuertemente, pero ninguno de sus miembros se movía. Sus ojos completamente cerrados y apretados mientras que un suave gemido de dolor salía por su boca. Ella ya no estaba en coma, ella ya se estaba convirtiendo.

Y yo la estaba perdiendo.

Sentí que algo dentro de mí se rompió con un suave crack… y mi mundo como lo conocía, como lo había visto hasta ese instante ya no tenía sentido, ya todo estaba cambiando al igual que mi amada. Pronto seriamos uno mismo y nadie nos separaría. Pronto ella seria mía de nuevo hasta la eternidad.

Solo esperaba que ella me tomara de regreso.


Bella POV

Dolor, dolor infinito, mi cuerpo era una llama completa que era de dolor, sentía que me quemaba por dentro, sentía que todo a mi alrededor era calor.

Dios estaba en el infierno.

Lo sabía, lo sabia maldita sea. Ardor, dolor de cabeza, ardor, dolor de piernas, ardor, dolor de manos, ardor, dolor del alma.

¿Qué había hecho para merecer esto?. “Por favor que alguien lo detenga, que alguien me mate, que alguien HAGA ALGO!!!”.

Dios, no me podía mover, no podía articular una palabra, un grito de ayuda, todo me detenía, el dolor y el ardor eran tan grandes e inmensos que tenían a mi cuerpo completamente tenso, no podía mover un simple dedo sin que esto me doliera más. ¿Qué había hecho yo? ¿Estaba muerta? ¿Estaba en el infierno? ¿En el purgatorio maldita sea?.

Sentía como si le echaran acido a mis huesos y estos se deshicieran lentamente, “Mátenme ahora, no quiero seguir viviendo”. Este dolor era antinatural, muchas veces antes me había enfrentado a todo tipo de dolores, pero ninguno como este. Quería llorar, quería que me aventaran agua para todo el ardor, quería que me aventaran cubos de hielo, el calor era insoportable, sentía que me estaba cosiendo por dentro, sentía que mi cuerpo perdía las energías.

Mi cuerpo se iba consumiendo, a mí alrededor todo era obscuro, ni una sola luz que aplacara esto, ni una sola esperanza. Solo que me matasen. “Por favor, ¿Qué me sucede? ¿Qué me están haciendo?”. Nada de esto merecía la pena, gustosa daría mi vida porque esto se detuviera, gustosa volvería a pasar por la tortura de Tanya mil veces más si esto pudiese detenerse.

Tanya.

Lo recordé, ella… mi vida, el cambio, mi corazón, un ángel de ojos color miel y pelo cobrizo, un beso, un toque, un abandono, una boda. Todo…

Recordé todo.

¿Qué demonios era esto?” Todo era muy confuso, todo era nebulosamente doloroso.

Todo esto era un castigo.

¿Pero de que maldita sea, de qué?”. Quería llorar, quería huir de lo que fuese que me estuviese causando esto. Pero no podía, mis músculos parecían dormidos y no querían despertar, mi cabeza era una gran bomba de fuego que sentía que explotaría de un momento a otro. ¿Cómo alguien podría soportar esta maldita tortura?.

Mi corazón latía salvajemente, parecía como si el mismo intentara huir, quería sacármelo, quería quitarlo, quería agarrarlo con mis dos manos y tirarlo lo más lejos posible. Él era el causante de todo este caos, el por haberse enamorado, el por hacerme sentir este ardor, el por seguir amando a pesar de todo.

Mi cerebro se sentía hinchado por el calor que desbordaba mi persona, ¿Cómo era que aun seguía viva si esto era para derretirse?. “Dios… por favor… haz que pare.

EDWARD HAS QUE PARE!!!!.

Edward… Edward… ese nombre retumbaba en mi cabeza, en mi cuerpo, en mi corazón, en mi mente… ¿Quién era? ¿Qué era?. Dios… todo era demasiado confuso…. El dolor y el calor no me dejaban pensar con claridad. Sentía que me quemaba viva, que todo esto era un maldito castigo. ¿Quién demonios era Edward?.

Instintivamente en mi cerebro- si a eso se le podía llamar ya que no sabía ni lo que era- apareció la imagen de un dios helénico, un ángel.

Mi Edward.

Mil recuerdos me vinieron a la mente como latigazos mientras que sentía como mi corazón comenzaba a acelerarse más, mandando mas descargas de dolor a todo mi cuerpo, claro, si eso era posible.

¿Alguna vez pararía este maldito sufrimiento?. Todo a mi alrededor ardía, todo en mi ardía y dolía. Quería gritar, quería llorar, quería golpearme a mi misma y sacarme el corazón si fuese necesario. “TODO ESTO ERA POR SU CULPA!!!... POR SU MALDITA Y TOTAL CULPA!!!!.”

Jamás se lo perdonaría.

Jamás le perdonaría el que me hubiese usado, jamás le perdonaría el que me hubiese utilizado como un trapo. Nada de esto hubiese pasado si él no me hubiese dejado desde un principio. Nada de esto hubiese sucedido si él me hubiese explicado lo que sucedía cuando regreso.

Lo odiaba.

Dentro de mi ardor, sentí el odio palpable, sentí que todo lo que alguna vez habíamos vivido ya no valía nada, ya no era nada. Todo había desaparecido, todas sus palabras ahora eran suaves murmullos, todas sus miradas ahora eran ojos ciegos, todos sus roces ahora eran como mil navajas.

Todo el me hacía daño.

Y aun así no podía dejar de amarlo.

Recuerdos. Un prado, dos jóvenes, unos labios fríos y suaves como el cristal, un tacto congelado, dos manos unidas, luz, diamantes incrustados, belleza infinita, noches sin luna, aire que topaba con mi rostro, un juego de beisbol, dientes afilados, un salón de espejos, dolor mucho dolor, un baile, una promesa… todo se rompió.

El león se enamoro de la oveja…. No… eso jamás sucedió, no hubo león enamorado… solo estaba confundido… no hubo león masoquista… solo estaba jugando. Lo único que en verdad siempre existió fue la oveja.

Maldita y estúpida oveja enamorada.

TE ODIO EDWARD CULLEN, TE ODIO!!!!...

Deseaba poder correr, largarme de aquí, alejarme de él. Ahora yo era la que quería a estar a mil metros de distancia si se pudiese. Lo amaba si… pero ¿Hasta qué punto?.

El, Tanya, una boda. Yo no tenía nada que ver ahí.

Y no era que me interesase porque dudaba demasiado salir de aquí… de este maldito tormento.

Dios… alguien ayúdeme.

Lagrimas, lagrimas calientes bordaban mis ojos… no las veía pero las sentía. Un suave tacto… tan suave como una pluma en mi rostro. “No… aléjenlo… POR DIOS ALEJENLO.

Todo cayó en ese instante.

Dolor, ardor…. Corazón agitado.

ME ESTABAN CONVIRTIENDO.”

Mil bolas de demolición me golpearon al instante, mis pulmones se quedaron sin aire, el dolor se hizo más extenso. Sonidos, todo a mi alrededor lo escuchaba, música, una persona hablando, alguien caminando. Bosque… sonidos de un bosque.

Dios… ¿Dónde estaba?.

¿Por qué me hizo esto? Por fin después de tanto sufrimiento había encontrado la manera de escapar de el… ¿Por qué?. “Me odia, dios… el me odia… yo lo odio.

Yo lo odio.

Mi corazón latió con más fuerza ante la intensidad de mis palabras. Lo amaba, pero lo odiaba, el había sido diseñado por alguna malvada bruja para terminar con mi existencia, el ogro disfrazado de príncipe y yo la solitaria princesa.

Quería morir en ese instante.

Quería dejar todo atrás.

¿Qué no se suponía que la muerte era fácil y sin dolor? ¿Dónde quedaban todas esas farsas?.

No hubo oveja, no hubo león, no hubo un sueño, nunca hubo un tu y yo.

Solo hubo un tu… pero nunca hubo un yo… todo fue una mentira, que ninguno de los dos paro.”

Un ataque de ansiedad me empezó a entrar en todo el cuerpo. Temblores recorrían cada uno de mis músculos mientras que yo me retorcía. Me di cuenta de que entre más me movía mas dolía. Tal vez y solo tal vez si me quedaba quieta esto se iría poco a poco.

Intente no moverme, apenas y respirar…. Pero todo me costaba demasiado trabajo.

Mi cuerpo cansado y mi corazón acelerado hacían que todo fuese imposible en aquel instante.

No supe cuanto tiempo pase así, pudieron haber sido segundos, tal vez horas o días… el tiempo en donde yo me encontraba no tenía sentido.

El ardor fue bajando de las yemas de mis dedos de los pies y manos, algo era algo… esto se iba haciendo más soportable.

Voces, muchas voces a mi alrededor, cariños, amores… un “estarás bien… discúlpame” pero nada tenía sentido… ni esa aterciopelada voz, mi cuerpo, mis ojos, el ardor… nada… ni siquiera mi vida o mi existencia. Todo había terminado.

Nada iba a ser igual.

Dolor, mas dolor, mil golpes a la vez. Alguien en mi oído murmuraba suplicas, su aliento pegaba en mi tímpano mandándome una sensación un poco placentera. Su olor… luz de sol, chocolate… ¿Quién era? ¿Qué era?.

Lo siento amor”-Murmuro por ultimo la voz… ¿Es que acaso me estaba volviendo loca?.

Mi corazón a pesar de todo estaba roto, jamás se repondría, jamás saldría de esto. Incluso aunque llegase a ser igual que antes.

Jamás seria igual para mí.

Un ataque de lagrimas lleno mis ojos, llore, por horas, por días… no me interesaba de nuevo. Sentía hambre, sed… ardor en la garganta… toda mi garganta. Mil lenguas de fuego acariciándola.

¿Estaría bien?.

Tiempo, espere más tiempo, necesitaba sentirme segura, mi corazón acelerado cada vez mas mientras que sollozos se juntaban en mi boca. Dolía, era lo único que dolía, mis piernas, mis brazos y mi torso estaban libres, fríos. Todo lo que dolía era el corazón.

“Hasta el final seguirás doliendo”

Sentía mi sangre muy pesada, todo a mí alrededor era más sensible. Respiraciones acompasadas, olores diferentes, voces más tridentes.

Un último latido.

Y con ese latido mis recuerdos se iban.

Y con ese latido tu amor desaparecía.

Y con ese latido el odio renacía.

Y con ese latido lo tuyo y lo mío ya no existía.

Abrí mis ojos, una nueva vida.

Gotitas de colores, ojos acaramelados observándome, un mechón de cabello cobrizo frente a mí.

-Bienvenida- Dijo su aterciopelada voz.

Desee morirme en ese instante.

Tu corazón para mi ya no servía.

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Mis niñas que les pareció el cap????????

que pasará ahora que bella ya es convertida en una vampira?????????? perdonará a edward????????????''

esto y mucha más en el prox cap...! ^^

mis niñas un beso y un abrazo cuidense..! ;) saludos

Capítulo 22: "La Caida de un Ã?ngel.." Capítulo 24: "Una Nueva Vida Un Viejo Amor.."

 
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