"La esposa virgen" (+18)

Autor: nylevecullen
Género: Drama
Fecha Creación: 04/09/2010
Fecha Actualización: 22/01/2013
Finalizado: SI
Votos: 29
Comentarios: 85
Visitas: 100427
Capítulos: 19

 

TERMINADA Laughing

Edward Masen Cullen un hombre con una apariencia tan fuerte que enamora, pero con una mirada sombria y tan gelida como el hielo este hombre sediento de venganza la cual cree que nunca podra completar ya que el hombre el cual daba vida ha esta se encuentra muerto pero encontrar la forma en el ultimo pariente que tiene vivo una muchacha de 18 años que se encuentra en un convento, sera que para Isabella Swan tener parenteco sanguino con un hombre con que no tuvo ningun afecto aparte del odio sera su setencia para pagar por algo que ni siquiera conoce pero ella esta decidad a no doblegarse ante nada  nisiquiera a encontrar el amor donde menos se lo imagina

 

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Capítulo 8: Visitas inesperada

Parado delante de ella, alto e fuerte, su marido podría matarla en un instante.

 

Pero Isabella vio la necesidad de convencerlo de no practicar un acto sangriento. Sin encontrar palabras, extendió su mano y toco su  brazo. Era un gesto simple y  con  la intención de calmar y  distraer  a su  marido, pero se volvió algo  pero de lo que ella esperaba.

 

Al hacer  contacto, Bella sintió como si hubiese puesto la mano en el fuego. Ondas de calor le recorrían el brazo y se expandían  por su cuerpo. Se miraron fijamente. Los ojos verdes reflejaban  aturdimiento , los cenicientos, ardor.

 

Estos acabaron desviándose hacia el brazo donde su mano lo tocaba. Por un largo tiempo, Isabella también fijo su mirada en la d union de ambos. En tanto  ella se vio siendo arrinconada otra vez contra la pared. Nuevamente, Edward le tomó el rostro y bajó la cabeza. Ella sólo  percibió la intención un segundo antes de que  sus bocas se juntaran.

 

No se trataba pero que el  premio de un juego, pero una reacción tan  impetuosa como el propio Edward. Casi inmediatamente, el puso  su lengua en  la boca de ella. Isabella se estremeció. Como si tuviese voluntad propia, su mano toco la nuca de ‘el  enredándose en los cabellos oscuros de ‘el. Su cuerpo viril, recostado sobre el suyo, le provocaba una sensación jamás sentida.

 

Edward uso su rodilla para pensionar y separar la parte mas íntima entre sus muslos. Bella  arqueo en busca de aire , no porque tuviese miedo. Entonada por un frenesí delicioso, paso sus manos por el pecho de el. Entonces, le agarro la túnica con la esperanza vana de protegerse contra la pasión avasalladora que la invadía. Abriendo mas la boca, ella junto su lengua con la de el, que gimió satisfecho. Con sus manos, el le  recorría los hombros y los brazos.

-  A donde te toco ‘el? - murmuró ‘el  apenas separando los labios.

Le  Costó entender la pregunta , Bella abrió los ojos  y Vio los ojos cenicientos ardientes de deseo.

- Donde? - el insistió.

Tomándole la mano, ella la coloco en su  escote.  Edward acaricio su seno. En éxtasis, Sophie cerró os ojos nuevamente, mientras lo dedos apretaban suavemente el pezón, ella se elevo.

 

Verdadero paraíso pero también un infierno caliente era el contacto con esta criatura guapa y terrible, pensó Bella con una sensación de culpa. LO que sucedería a continuación, ella jamás lo sabría, pues el criado abrió a puerta, trayendo a agua caliente. Edward retrocedió un paso como  si ellos fuesen amantes en situación de pecado.

 

- Su agua está aquí - murmuró el al tomar la bolsa  de viaje y dejar el cuarto.

Con su  corazón disparado, Bella continuó recostada en la pared, oyendo las palabras animadas del criado hasta que el la dejó sola.

 

Con un dedos trémulos, se quitó e; vestido y sintió como si su propia alma estuviese expuesto. Por  primera vez en su vida, observó su cuerpo que siempre había considerara feo. De repente, lo hallo vistoso, estimulante, con sus pechos erguidos y  sus muslos calientes y húmedos. Sus muslos que habían apaleado la pierna musculosa de Edward.

Enrojeciéndose, entró en la tina , hundiéndose en el agua. Pero no se relajo. Se Sentía despierta y caliente. Enojada, fregó su cuerpo entero como  si quisiese apagar cualquier vestigio de su marido. Después, se enjuago rápidamente, se vestío con una camisa limpia y se hecho en el colchón    a los pies de la cama. El cuarto estaba muy  quieto y... vacío.

 

Eso no había nada a ver con  Edward. Pero Bella admitía que su marido, ademas de ser un hombre  grande físicamente, llenaba  con  su personalidad impetuosa hasta este aposento que era  enorme. Sin el alli, el ambiente se tornaba  extraño.

 

De cualquier forma, su inquietud no era provocada por el beso, o por lo  acontecido entre ambos. Intentó apartar el hecho de su memoria y concentrarse en la conversación tida con un Edward antes. El quería una esposa que actuase como una esclava fiel..

 

Debía aceptar a sugestión, pensó Bella, furiosa. Un poco  de hierba-mora la libraría para siempre de su marido cruel. Aun  si fuese capaz de matarlo, jamás seria dueña de si misma. Seria  una viuda rica, Aro le arreglaría otro casamiento. Se estremecía al pensar en vivir al lado de alguien mas.

 

Si cediese su parte de tierra al rey, podría volver a vivir en el convento. La idea tampoco  le agrado. Se acordaba bien de las  rodillas adoloridas después de pasar hora trabajando y, rezando.

 

Avergonzada, Bella hizo la señal de la cruz. Prefería enfrentar un marido violento a tener que volver al convento.

 

Naturalmente, no era por causa de ‘el. Si se  sentiría la falta de Esme, de otras personas que la habian tratado con  bondad y hasta el mismo Jacob, con su mirada extraña y observadora. No se olvidaria de Edward, de sus explosiones rabiosas, de su cuerpo fuerte, de su boca...

 

Bella llevó su mano a los labios y, después, descendió hasta su pecho . El corazón latia poderosamente. Su marido la habia tocado para marcarla como suya.

 

Bella no podía mentirse pero a si misma. Ella queria que Edward hiciese todo nuevamente. Ella lo deseaba con  la misma vehemencia con  que el la habia  despreciado.

 

Sola en el aposento inmenso, ella luchó para llenar sus pulmones de aire. Su debilidad era  aterradora .

 

Edward casi no podía controlar  su impaciencia al  aproximarse a Volterra. No era por causa de Isabella, se decia a si mismo, pero por el placer de retornar al castillo.

Sin embargo, su esposa no se salía de su mente. El la veia alta, fuerte y vibrante, una con compañera valiosa para cualquier hombre. Y le pertencia a el.

 

Edward sonrió. Toda a satisfacción, que imaginara sentir al atormentar a mujer lo había dominado enfrentarse con Mike Newton. Como un  ángel vengativo, el habia hecho una lista de los crímenes del miserable y lo habia  obligado a arrodillarse. Mientras su mujer y los hijos lloraban, el hombre suplicaba por su  vida.

 

Edward continuaba intentado de traspasarlo con un su espada. Solo el pedido de Bella había impedido hacerlo Con todo, le había arrancando la promesa de que  jamás volvería a tocar mujer algúna, excepto su esposa. Mike se había acordado rápidamente. Edward, convencido de que las actividades pervertidas del hombre habían acabado se fue sin  revelar el nombre de su  fuente de información. Bella estaría satisfecha, pensó sin tomarse  el trabajo de imaginar por que su opinión debería afectarlo tanto. Mas lo  afectaba. Edward ansiaba  ver su reacción. Cuando supiese del hecho, ella estaría agradecida y se sentiría en deuda  para con  el. La expectativa le agito la sangre y, rápidamente, el entró al salón, buscándola con un la mirada.

 

Casi inmediatamente, Edward la vio y sonrió satisfecho. Su mujer usaba un vestido Dorado que le resaltaba a color de sus  ojos.   Ella Estaba colorada y  se aproximó para felicitarlo.

 

Por un momento, Edward pensó en tomarla en sus brazos. Pero cambió de idea. No queria que Isabella lo imaginase contento por verla, pues no lo estaba. O lo Estaría?

 

A pocos pasos, ella paró. Edward imaginándose que su  mujer le extendería los brazos. Ella no lo hizo. Crispó las manos y le dirigió un mirada acusadora.

 

– Como  pudiste hacer eso? Que va a hacer la viuda y los hijos? Quien los sustentara ahora  mataste al jefe de la família a sangre fría?

- Con todos los diablos,  que me estás reclamando?

- Lo que hiciste a Newton.

- Eso no es de su incumbencia. Ya te explique  cual es tu lugar aquí en el castillo?

- Jamás seré  esclava de hombre alguno! - ella dijo ella embravecida y - para sorpresa de Edward - tomó una taza de la mesa y la tiró apuntando a la cabeza.

 

No acertó por cuestión de centímetros.

- Para con un eso, mujer, o te vas a arrepentir, lo juro! - amenazó Edward, intentando agarrarla.

 Casi  lo habia conseguia cuando ella se subió a la mesa y corrió para la otra punta.

- Isabella! Desciende  de ahí  o te bajare  a la fuerza! - gritó Edward, perdiendo la paciencia.

Ella lo ignoro, forzándolo a perseguirla. Cuando la agarrase, juró el, su mujer lamentaría haber nacido.

 

Jasper  ayudo a Alice a desmontar. Como siempre, el contacto físico con un su marido le dio  confianza. En verdad, ella estaba medio temerosa por haber vindo a Volterra sin avisar de antemano.

 

Ella no podía  vivir tranquila  Sabiendo que una pobre moza había sido arrancada del convento para ser sacrificada por el enemigo de su tío, ella precisaba interceder. Para lo tanto, había convencido  a Jasper de traerla, con la esperanza de que a presencia de ellos surtiese un efecto benéfico en su  hermano.  Se sorprendió al ver que el no había venido a recibirlos . Edward siempre se mantenía alerta a cualquier movimiento en la entrada del castillo.

 

Y si el rehusase a recibirlos? Imposible. Su hermano no seria tan grosero. El debía estar ocupado en algún lugar. Se  Juntó con su marido en la  puerta del salón y paró  al oír una gritarlo infernal.

- que será? - preguntó, girando hacia Jasper.

- Parece la voz de tu hermano - respondió el.

- Edward? No. El jamás levantó a voz - Alice dijo.

En su opinión, quien gritaba se parecía mas a alguien como su marido, dado a las explosiones temperamentales. Su hermano era mas  frío e indiferente. Donde estaría el y por que permitía tal alarido?

Determinada a descubrir lo que se pasaba, Alice entró en el salón, pero quedó atónita con la escena .La silueta alta y de cabellos bronces era la de su hermano.

 

Edward perseguía alguien, corriendo alrededor de la mesa. Una mujer! Por lo que se  acordaba, el nunca había sentido nada asi por una mujer, excepto desdén.  Mientras tanto,  su hermano corría atrás de aquella  mujer como si estuviese poseso. Alice miró a su  hermano  - quien jamás había levantado a mano en un gesto de rabia o de afecto – esta vez agarró  a la mujer y la cargó hombro como  si fuese un saco de cereales.

 

Ella y Jasper se aproximaron, sólo entonces, Edward los vio. A Alice le extrañó la expresión de sorpresa, era la primera emoción, aparte de odio, que el exhibia en años. En verdad, la presencia de ellos parecía dejarlo sin palabras. La mujer le daba punta pies y se  zamarreaba .

– Para  con un eso de una vez! - Edward aconsejo por sobre su  hombro.

 

Volviendo a mirar Alice tuvo la certeza de que el estaba avergonzado. Edward, el indiferente? Tuvo que morderse el labio para no sonreir. - Alice? Jasper? O que los trae por aquí? - preguntó el admirado. Al oírlo  su mujer se aquieto, mas el no explicó su posición.

- Problemas con una criada insubordinada? - preguntó Jasper.

-  que? Ah, no. Esta es mi mujer.

 

Mas extrañada  que antes, Alice vio Edward poner a su mujer en el piso. El la tomó por la cintura como s temiese su fuga. Seria ella capaz? Alice mal podía creer que esa criatura furiosa, que osara enfrentar a su hermano, fuese una ex-novicia. A pesar de los indecorosos puntapiés, golpes y gritos, se sintió desarmada al observarle el rostro suave y la  mirada baja.

 

Era  alta, bonita, erguida pero con curvas graciosas y un porte altivo, digno de una de Cullen. De la toca escapaba un rizo de cabellos marrón, señal de temperamento fuerte, pero era una color adorable. Debajo de las cejas arqueadas, los ojos marrones que brillaban como Chocolate.

 

Entonces, esta era la sobrina de james? Ella no se parecía ni un poco al desgraciado de cabellos oscuros. Tampoco tenía  la expresión traicionera de su tío. En cuanto a Edward? Podría el olvidar el odio y admirar a esa esposa fascinante?

 

Alice observó a su cuñada pero de cerca. Ella no aparentaba señales de malos tratos y el modo en que Edward la enlazaba por la cintura no era el de un enemigo.

 

Volvió la mirada a su hermano e vio que el continuaba incapaz de hablar. La expresión de el, generalmente era impasible.

 

Le hubiese  Gustado  estudiarlo por pero tiempo, pero la situación no lo  permitía.

- Hola. Soy Alice, la hermana de Edward, y este es Jasper, mi marido. Vos debes ser Isabella - dijo con una sonrisa.

Bella solo bella dijo Bella quedamente

 

En el  mismo instante, el rostro da cuñada se ilumino, mostrando felicidad. Alice contuvo la  respiración. La mujer de Edward era pero  que bonita. Era linda e vistosa.

 

Un coro infantil, se oia de atrás, e hizo a Alice voltearse hacia la naná con una beba . Extendió los brazos y agarró  a su  hija, quien se aquietaba en ese mismo instante.

- Esta niña barullera es Charlotte - Alice  la presentó. Cuando miró a Isabella, el encantamiento en sus ojos verdes la sorprendió. Automáticamente, le entrego la beba.

- Diga hola a  su tia bella.

 

La mujer de Edward, extasiada, tomó a la  bebe como si fuese la cosa mas preciosa del mundo. Charlotte, por suerte, no reclamó sino que  sonrió.

– A Ella le  gusta estar conmigo! - Bella exclamó,

. – Yo nunca había sostenido un bebe antes.

 

El comentario hizo a  Alice llevar su mirada a su hermano. Este observaba a su  esposa con mucha atención. El jamás había demostrado el mas mínimo interés por la niña y  ahora daba a impresión de  estar viéndola por primera vez, mientras estudiaba  a Isabella con la niña.

 

Edward había quedado mudo. Cuando  Su hermano la miró, ella descubrió la diferencia mas importante de  todas. Los ojos de Edward no expresaban  odioni la fríaldad y la indiferencia habituales. Había algo nuevo en ellos.

Alice apenas vislumbró eso antes de las facciones readquirieran la inflexibilidad habitual . Observó a Bella nuevamente e sorprendiéndose con  la mirada vibrante que ella dirigía a su marido. Esta mujer de cabellos marrones era muy corajuda. Evidentemente, había algo mas  que venganza en ese casamiento de su hermano. Tal vez  hubiese esperanza para Edward.

 

-  Deben estar cansados del viaje. Ben! Arregle el antiguo cuarto de lady Alice para ella y su  marido - ordenó Edwar a los criados que salieron corriendo.

 

Alice tomó a la niña de los brazos de Bella, quien la entrego con  reluctancia óbvia. Con una sonrisa  a su cuñada, ella siguió Ben rumbo  a la  escalera.

Luego vinieron criados  a  darle la bienvenida. Alice paró la conversación con un ellos y, aunque no le gustaba fomentar  el chisme , estaba ansiosa por saber la opinión de ellos sobre la esposa de su señor.

 

Lo que Alice descubrió  la dejo helada. En la mesa cuando cenaban depues de ver a expresión mal-humorada de su hermano, se aproximó a  Jasper y le dijo en voz muy baja:

- Los habitantes de Volterra están con  miedo. Ellos escapan  o se esconden cuando Edward se aproxima a su mujer.

- Por que? -.

- Porque el actúa  como un loco cerca de ella. Grita y despotrica como  si hubiese perdido el juicio.

- Por cierto, no lleva aquí o tiempo suficiente para conocerme. Caso contrario, ellos no temerían las explosiones de un hombre.

Alice sonrió.

- No es  la misma cosa. Todos saben de tu naturaleza violenta y ya se acostumbraron a ellas, Jasper.

- No digas! - exclamó el con  aire divertido.

- Bien, casi todos. Pero existe una diferencia. Las personas de aquí conocen a Edward desde la infancia y están asustados con el cambio repentino de el.

Jasper se encogió sus hombros.

- El lastimo a alguien?

- Que yo sepa, no. las quejas son contra el mal humor constante de Edward. Ellos estan  apostando quien será el vencedor da batallá entre el señor y la señora de Volterra. . Converse  muy poco con un Esme, pero sospecho que ella está metida en esto . . Cual es tu opinión?

- No creo que la iglesia  apruebe este tipo de juego.

- No estoy hablando de las apuestas  sino de Edward y de Isabella!

-  vos me arrastraste hasta esta casa a causa de nada. La señora en  cuestión no está tan maltratada como vos pensaste - respondió Jasper.

 

Discretamente, Alice observó la belleza real sentada al lado de Edward.

- Ella tiene una apariencia excelente. Mucho mejor de lo que imagine, pero no subestimes a mi hermano. Con una simple mirada y sin dejar vestigios, el puede malograr profundamente una persona - argumento ella.

- Esta monja es  una antagonista  a la altura de el - afirmo Jasper con una sonrisa de admiración.

 

Alice reflexionó. Su cuñada no parecía amedrentada, pero se mantenía tensa y en silencio, sentándose lo mas lejos posible de su marido. Edward, a su vez, pellizcaba la comida e miraba para todos lados con su clasica expresión dura.

Preocupada, ella se  mordio el labio. À la tarde, tal vez se hubiese  imaginado los cambios en su hermano, pues el continuaba frío e insensible como siempre.

Por el costado del ojo, Isabella miró  a la hermana de Edward y su  marido. Por primera vez en su vida, se sintió envidiosa. Los dos parecían tan felices juntos.

 

Alice era delicada y linda y Jasper, a pesar de su  estatura intimidadora, parecía bondadoso y gentil, tratando a mujer con  respeto y afecto. Bella no les negaba el derecho a la felicidad, pero deseaba  un poco para si. Deseaba un marido sin odio, que no la insultase, que no despreciase su propia sangre y que no corriese con el propósito de matarla como si eso le diese placer.  Con esa clase de hombre, ella podría tener un hijo. Um bebe sólo suyo. Esas ganas  repentina y fuerte fue como una revelación.

 

Hacia mucho tiempo, Bella había dejado de soñar en formar una família. Los años en el convento habían acabado con el resto de sus esperanzas. En verdad, ni se acordarba de la última vez en que pensara en hijos. Pero al ver a Charlotte, todo cambió. La beba había  sacudido  un deseo fuerte. Nunca antes quiso algo pero que satisfacer sus necesidades básicas como alimento abrigo y calor. Pero ahora, soñaba con una otra cosa : un hijo.

 

Miró de refilón a su marido e suspiró. Si juntase el coraje suficiente, ella conseguiría lo que tanto deseaba. Estremecida  ahogó una exclamación. Lo que aconteciese  valdría el premio, reflexionó, decidida. Y cuan terrible podría ser la relación en la cama?

 

De repente, se acordó de Edward apretándola contra la pared, con una rodilla entre sus muslos y devorándole  la boca. Miró  la mano  fuerte y sus  dedos largos, y fue dominada por el recuerdo de lo que sentía en su pecho . El corazón se aceleró, dejándola atolondrada. Ella podría ser corajuda y lo sería! pero entonces observó las facciones frías, inflexibles y llenas de odio de su marido. Obtuvo a respuesta  a su propia pregunta. Podría ser  su ruina.

 

Y en cuanto a la promesa de Esme de que ella conseguiría tener a su marido a sus pies si  hiciese algún esfuerzo? La criada había sugerido ciertas actitudes que habían hecho enrojecer a Bella. Tendría ella el coraje para hacer tales cosas con  Edward? AL extender su mano para tomar la copa vio  que temblaba  Sin querer, derribo un poco de cerveza en la mesa.

 

El accidente hizo Edward que virarse rápidamente la mirara con un aire de reprobación. Bella vacilo. Cobarde!,se  dijo a si misma, reconociendo que  jamás poder seducir a este hombre no importaba lo que Esme dijese. Se Acordó del tónico preparado por la criada para Edward. A pesar de las buenas intenciones, ella no estaba siempre  en lo cierto. La idea  le provoco  un gran vacío íntimo y Bella dirigió la atención  a la comida. Como siempre, esta era un consuelo. Ella termino  su parte .y  sin pensarlo empezó a pellizcar la porción de su marido. Distraída, oía la voz suave de Alice, levantaba la cabeza para responder las preguntas sobre su vida en el convento.

 

Bella tomaba  un pedazo pero de carne del plato de su marido cuando Alice, sonriente  le dijo:

- Vos no naciste para ser monja, Isabella. Fuiste amorosa  con  Charlotte , debería tener tus propios hijos.

 

Asustada, Bella tiró el pedazo de carne en el brazo extendido de Edward. El reaccionó como una fiera provocada.

- Corta la conversación ya!  Es tarde y nuestros huéspedes deben estar con sueño. Vamos a descansar, mujer - dijo el y la agarro del  brazo y la empujo hacia las escalera. Edward no la soltó hasta llegar a la puerta del cuarto, Pero esta  vez, Bella no estaba asustada sino furiosa. Como un gato, se tiro sobre el para  de arañarle el rostro.

- Como te atreves a tratarme asi  delante de tus  parientes, so un desgraciado asesino? - gritó ella.

 

 El la empujo en dirección a la  cama, donde ella cayó  de espaldas.

- Para que vos no me marques con tus garras te informo que no mate a  Newton.  Lo Deje vivir bajo la promesa de mantener sus manos inmundas para si mismo.

Por un momento, Bella continuó echada y boquiabierta. Edward había demostrado misericordia? El mundo estaba lleno de sorpresas! Atónita,  a ella le llevo algún tiempo para balbucear:

- Gracias.

Edward la observó por unos instantes y, después, retrocedió unos pasos.

- Bien, esclarecido este punto, quiero recordarte  que una dama no tira objetos a su señor, no intenta arañarle el rostro ni corre sobre  mesas que se usan para comer .

– Tal  vez si yo fuese la señora del castillo, me acordaría de tales reglas, pero como no lo soy...

- Ni una esclava ataca su dueño, mujer!

- No soy su esclava!

- Lo eres y  vas  a cumplir tus deberes ahora.  Eres mía y tienes que obedecerme. Soltare los cabellos!

 

La rabia de Bella venia creciendo hacia mucho tiempo y era demasiado fuerte como para ceder al miedo.

- No,  no me vas a aterrorizarme otra vez. Estoy cansada de tus insultos!

La única manera de lidiar con un  tirano fanfarrón era enfrentadlo. Bella se levantó  de la cama y erguíos bien los hombros.

 

– Vos me queres a ? Pues entonces,  a pegarme! -  lo desafío ella.

Una vez pronunciadas las palabras no sonaron tan amedrentadoras y la expresión estupefacta de Nicholas la hizo sentirse pero fuerte. Sin desviar los ojos de el desabotonó el vestido. Asombrado, su marido no conseguía decir nada.

 

- No pienses que me molestar  darte la sensación de triunfo deseado, veni al frente y poséeme - dijo ella, despidiendo su vestido y arrojándolo al piso. - Pero te aviso  que no importa lo que me hagas, jamás te  daré nada a cambio.

Sin vergüenza ni miedo, Sophie lo encaraba, sintiéndose libre. Yació en la cama y expuso las piernas. Nicholas continuaba inmóvil, pero sus ojos del brillaban.

El tiempo parecía suspendido y  ella se preparó para levantarse   la camisa - el último paso. Después, no habría punto de retorno. Se Sentía  triunfante y no se arqueaba por   la falta de aire. Finalmente, enfrentaba al demonio.

 

La transpiración en su cabello, las manos crispadas, apenas su inmensa fuerza de voluntad la mantenía en control. LOs ojos cenicientos no expresaba odio  sino deseo, lo que hizo acelerar  el corazón de bella .

 El retrocedió e sacudió a cabeza. - Yo no te poseería así fueses la única mujer da tierra. Prefiero satisfacerme  con una  ramera pero sucia - declaro Nicholas en voz áspera.

 

Giró y salio del cuarto, golpeando la puerta y dejando Bella con un a sensación de haber recibido un puntapié en el pecho.

 

Con  aire demudado, Edward fijó su mirada en el jarro   de cerveza.  Se Imaginaba que el sol del desierto le había  quemado todo  vestigio  de civilidad pues resentía el hecho de tener que hospedar a su hermana  y su cuñado

 

Esa mañana, se levantó Mas temprano para de  no  encontrarse  con  ellos. Pero Jasper ya estaba de pie y lo había convencido de cabalgar por la  propiedad. Que tipo de hombre era aquel para haber desistido de Volterra sin protestar?, se preguntó.

 

El Caballero Rojo, después del casamiento con Alice, había morado alli por un buen tiempo. Pero cuando Edward retornó, el había decidido mudarse. Alegaba preferir su viejo castillo aquel pero nuevo y lujoso. En que había errado con ese hombre? Y con Alice?

 

Debían estar ser locos. Todavía ahora, con comenzaba a imaginar si no había  errado  en algo consigo mismo. Aunque apreciase la belleza y la riqueza de su propiedad, Edward nunca sentirá apego por ella como Jasper e Alice por Fork.

 

Mas aun, a el nunca le importara  nada en excepto, solo  la venganza. Y ésta misma con comenzaba a desvanecerse  a pesar de que él se  aferraba a ella como si fuese la única cosa capaz de mantenerlo vivo.

 

El estómago le dolía por la dureza de la silla. La irritación crecia. Su cambio era por esa visita repentina? Aunque él hubiese ido a Fork algunas veces sin avisar, no esperaba recibir el mismo tratamiento por parte de su  hermana y su  cuñado. La situación era diferente, pues ellos habían de traído a niña.

Sorprendido por como Bella se había apegado a ella tan  rápidamente. Al pensar en su mujer, el dolor de estómago aumento. Ella ahora lo atacaba con  renovado vigor, mientras la aflicción en otra parte de su anatomía empeoraba. Estaba excitado desde la víspera, a noche, cuando Bella se ofreció a el.

 

El  la vio apenas con una camisa y las piernas abiertas y el tiempo se había detenido para el. Edward tenía conciencia de sus  propios limites. Si su mujer  hubiese levantado pero la prenda fina, el estaba perdido. Por eso, había le había dicho algunas mentiras y se había ido afuera. Escaparse de la esposa. El recuerdo del hecho le aumentaba su mal humor.

 

- Me gustaría de tomar un baño esta tarde - dijo Jasper.

Edward levantó a cabeza y encaró  a su cuñado con  aire exasperado. Eso, como todo lo demás, no tuvo efecto en el Caballero Rojo. Mientras continuaba a mirándolo fijo, Jasper se reinclino hacia atrás y levantó el jarro de cerveza.

– Tal vez su esposa...

- Mi mujer sólo cuida de mi - Edward contestó gritando, y luego bajó la voz. – Pedile a Alice para que te dé el baño. La actitud amenazadora no ofendió al huésped, que tuvo la audacia de sonreir.

- Cual es la gracia? - Edward preguntó, sintiéndose de repente, con un ganas de pelear.

 

El latido  persistente en la zona baja lo tornaba irascible y la manera en que se escapó de Bella lo dejaba con una sensación de cobardía. Precisaba probar ser su propio señor. Y la  mejor manera seria en una lucha.

- La gracia es ver  finalmente  como es  una vida con odio - respondió Jasper.

-  sólo hablas idioteces.

- No noté que su mujer no es vieja ni  fea . Isabella es una mujer vibrante, joven y linda , lo suficiente  como para apartar la idea de venganza da cabeza de cualquier hombre - Jasper afirmo, sin dejar de  sonreír.

– Vos creer que  yo no la odio? - preguntó Nicholas furioso, pues la fruta había caído muy cerca del árbol.

La sonrisa de Jasper desapareció.

-  Serias un tonto si lo hicieses.

- Con  que facilidad me injurias! La expresión de Jasper se tornó sombría.

- Acuérdate antes de que sea muy tarde, Edward. Está es la hora que abandones esa postura. Forma una familia y una  buena vida para ti mismo, hombre!  Posees una preciosidad. Una esposa adorable que te puede  dar muchos hijos.

- Pues no quiero nada con esta mujer a no ser  vengarme! - resumió Edward,.

Jasper, furioso, golpeó con el jarro la mesa.

- Si  no fueses el hermano de Alice, yo intentaría llenar  tu cabeza dura de buen sentido.

- Por que no dejar  eso y lo intentas ? – lo desafió Edward  levantándose.

- En mi opinión, un hombre debe proteger a familia y no dividirla con peleas  bobas tipicas de un  joven tonto e inexperto. Hacia mucho tiempo que nadie lo acusaba de ser infantil y el insulto sobreentendido hizo explotar a  Edward. Con un  grito de rabia, se tiró sobre Jasper. Los Bancos caían al piso y los criados, asustados, huían  del salón.

 

Aunque  pero alto y corpulento, Jasper era también pero viejo. Por su lado, Edward había aprendido algunos golpes en el este, lo que o tornaba un oponente a la altura de su cuñado. Le  Dirigió un golpe a la  nariz, pero Jasper se agachó  a tiempo. Con un golpe formidable, él lanzó a Nicholas lejos.

 

Rodando por la paja, no  tuvo tiempo de respirar antes que el Caballero Rojo se arrogase sobre el. Ignorando los gritos que venian  de los laterales, luchó con una ferocidad nacida de la propia frustración causada por Jasper, Bella y la venganza que ya no saboreaba. Oyó un gemido y sintió la satisfacción de haberle sacado   sangre. En el instante siguiente, golpeaba con su  cabeza el ladrillo.


 

 

hello otra vez si se que me tarde un poco pero fue menos que la anterior jejeje aqui le dejo otro capi mas de esta hist. espero que les guste  y este capi va de dicado a :Nelda, CamilaP,andreadepattinson, yohis23 : a mi me agrada mucho de que entre mis queridas lectora este una venezolana las quiero a toda espero que este toda bien, dejeme su comentario y votito :) ( carita de perrito de alice) saludos bye nos leemos en el prox.

Capítulo 7: Celos malditos celos por que me matan si no hay razon o sip ??? Capítulo 9: Descubriendo un pasado

 
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